Toda secuela que se precie de una película que se desarrolle en el campo, la selva o los verdes prados de Asturias, debe desarrollarse en la ciudad. Eso lo sabe todo Dios, por lo visto.

En esta ocasión, la película pretende introducir al depredador dentro de la jungla de cristal y de una lucha de bandas. Lo hace con poco acierto, la verdad.

Stephen Hopkins dirige con más efectismo que efectividad una película que podría haber sido mucho mejor. Los guionistas (increible que sean los mismos que en la primera 'Depredador') se endiosan y envían al bicho a la ciudad. En la primera, gran parte del encanto, era la caza real que se vivía en la selva. En la ciudad todo queda mucho más falso y se ven situaciones nada originales, pero que son las que se buscaban cuando decidieron ubicar la historia en suelo urbano. Los duelos entre jurisdicciones y otras gaitas, corresponden más a otro tipo de película. El cambio radical no siempre es malo, pero en este caso le sienta fatal a la obra. Por otra parte, el clímax es excesivamente largo y acaba haciéndose pesado, incidiendo en la constancia de Glover y en lo difícil de matar que es el monstruo.

Danny Glover, en su línea, es el policía que se huele algo y persigue el caso porque es un justiciero nato y hay algo que le cuadra. Otro estereotipo clásico de este tipo de películas, como el personaje de Gary Busey, quiere ser tan misterioso que al final te da un poco igual lo que quiera (en parte porque lo sabes desde el principio y el único que no se entera es el bueno de Glover). Las actuaciones de los dos están a la altura de la película. Ni bien ni mal. Simplemente están. Los secundarios (la poli dura, el compañero del protagonista desde hace años y el graciosete) importan más bien poco. Y la verdad es que no destacan precisamente por sus interpretaciones. Rubén Blades como colega de Glover, vale que le da un punto carismático, pero poco más.

Resumiendo, que es gerundio: podría haberse hecho una buena secuela teniendo en cuenta que los guionistas eran los mismos, pero se ve que se subieron a la parra y se crecieron, pensando que podían meter al bicho en la ciudad. La cagaron. Además, la película pierde la intriga de la primera, y con ella gran parte de su aliciente. El hecho de querer rizar el rizo tanto hace que la obra se pierda. Curiosamente, los responsables de 'Alien vs Predator' tropezaron en la misma piedra.

A pesar de todo lo malo, puede llegar a entretener, aunque le sobren unos cuantos minutos. Para la historia quedarán las míticas palabras del bicho: "hijo de puta" y "es una cabronada".

Perdida la sorpresa y toda la originalidad, sólo queda repetir (prácticamente al milímetro, música incluida) la misma historia de la primera y tirar de efectos especiales. Eso sí, la cinta es espectacular en este último aspecto.

El enlace con Alien es interesante –al menos para los más frikis, como yo–, pero ha hecho más daño que bien.

'Predator' supuso en el año 1987 toda una novedad en el cine de acción (y de paso un interesante pasaporte para John McTiernan, que le sirvió para que se fijaran en él y le dieran el proyecto de 'La jungla de cristal') en su combinación de elementos fantásticos, suspense y terror, acompañados de un Schwarzenegger en horas altas y de la creación de un extraterrestre ya mítico del cine. En esta secuela, se cambia la selva por la ciudad de Los Ángeles en plena guerra callejera, escenario ideal para las andanzas de un ser salvaje dispuesto a hacer sangre. No hay apenas diferencia entre ambos argumentos y se aprecia una notable falta de originalidad y de ganas a la hora de intentar llevar el producto por buen puerto, cosa que no consigue debido a la mediocridad que muestra a la hora de llevar la historia. El entretenimiento no llega a alcanzar las cuotas de su predecesora y en algunos momentos llega a aburrir, además de una falta de ritmo y algunas escenas de acción que transcurren en la oscuridad acompañadas de un cierto abuso de la espectacularidad que finalmente acaba consiguiendo que no entendamos nada, salvo una efectista saturación de contenidos. Se pierde además el efecto sorpresa existente en su predecesora y que también funcionó en ella al brindar un estimulante ejercicio del más puro suspense. La escena de acción final logra salvarla de la quema y da por fin lo que todo fan de la primera parte deseaba seguir viendo: el enfrentamiento entre el Hombre y la Bestia. Por otra parte, sí que se agradece que en su final se aclararan más aspectos fundamentales acerca de esa raza de extraterrestres, a pesar de que dejara la puerta abierta para esa enorme bazofia fílmica que es 'Alien vs Predator'.

En lo referente a las interpretaciones, Danny Glover asume todo el peso interpretativo del film de manera apenas pasable, con el justo carisma y claramente por debajo de lo obtenido por Schwarzenegger en su predecesora.

En resumen, una regular secuela que denota una alarmante falta de originalidad y que repite los mismos esquemas de la primera sin obtener demasiado éxito, repitiendo el gran uso de la violencia y los truquitos de un extraterrestre que ya no impresiona como lo hizo la primera vez, además de que echamos en falta a un rudo y aguerrido Schwarzenegger metralleta en mano disparando a la nada y soltando lindezas del estilo de 'Eres una auténtica belleza'.

·LO MEJOR: el duelo final entre Glover y el Predator.

·LO PEOR: la falta de inspiración y entusiasmo de todo el equipo que trabajó en ella, obteniendo una vulgar, mediocre e intrascendente secuela que no queda a la altura de su original.

Es cierto, uno iba al cine una calurosa tarde de verano y miraba la cartelera, ¡ostras, una peli nueva de depredador! y pagabas tu entrada acompañada de palomitas y coca cola y pasabas la tarde tan ricamente. Nadie engañaba a nadie. Sabías lo que te iban a ofrecer y no podías fallar: acción, violencia, estéreo a toda leche, pantalla panorámica (¿soy el único que va hoy al cine y le cuelan una copia digital que apenas ocupa la mitad de la pantalla?) e historias bien contadas, por muy simples que estas fueran.

No entiendo mucho por qué la crítica se cebó con esta película, la inclusión de un ser como el depredador en una gran ciudad como Los Angeles está presentada con gran acierto: Violencia, calor, lucha de bandas... la película está resuelta en un interminable non-stop de tiroteos, peleas y acción. La presentación del depredador que se cuela en un tiroteo entre la policía y unos narcos de lo más "colocados", la emboscada fallida en un almacén de carne, la aparición del depredador en el metro, pasando a cuchillo a todo lo que se pusiera en su camino: ancianas, carteristas y vendedores de mecheros,y mi favorita, el depredador "aterrizando" en un callejón y cargándose a un traficante mas marciano que el propio depredador. Todo ello sin cortarse un pelo en cuando a sangre, violencia, sexo y palabrotas.

Al que no le guste que vaya a ver una de esas porquerías de súper héroes que "fabrican" hoy en día como churros. Sí, en efecto, puede que sea el único que piense que Los Vengadores, Iron Man (sobre todo la 2 y la 3) o esos subproductos con los que Stallone y Goberneitor (fui incapaz de acabar Plan de Escape) nos intentan hacer creer que siguen en la brecha SON IGUAL DE ENTRETENIDAS.

En mi opinión, y aunque muchos la tilden de secuela, me parece una película de acción muy original, y habida cuenta de que el elenco de actores bajan cuantiosamente el nivel de la protagonizada por Arnold Swazenegger y dirigida por Mctiernan, Steven Hopkins con muchísimo menos presupuesto y con Danny Glover como único actor contundente, realizan este film de acción memorable con un guión accesible y reconocible sobre los cazadores de otras galaxias buscando al depredador más grande de este planeta, los humanos.

Algunos detalles como la salvaguardia de los que no les pueden hacer daño y el reconocimiento al valor, y la pelea por la supervivencia con todos los medios disponible hacen de esta película una notable cinta de acción que se merece, al menos, un 7.