La diplomáticaSerie
2023 

Debora Cahn (Creadora), Liza Johnson ...
6.8
2,166
Serie de TV. Drama. Thriller
Serie de TV (2023-). 2 temporadas, 14 episodios. En medio de una crisis internacional, Kate Wyler, una diplomática de carrera, aterriza como nueva embajadora norteamericana en Londres, un puesto de alto perfil político para el que no estaba preparada, con implicaciones tectónicas para su matrimonio y su futuro profesional.
5 de septiembre de 2024
5 de septiembre de 2024
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En muy alto de hecho. Tanto que el ocho ha planeado en mi nota hasta el último minuto. Es casi obligado pensar en una segunda temporada que nos quite de encima las incógnitas e incertidumbres que se dejan colgando en el alero.
No es perfecta, empezando por su escasa originalidad: lo hemos visto antes, las decisiones en las altas esferas, los malabares gestuales de la alta diplomacia, los dimes y diretes de toda decisión tomada al más alto nivel, y los juegos de poder. Pero es cierto que te acuerdas al ver esta "La diplomática" de la tremenda y capitular "El ala oeste de La Casa Blanca"...y eso son palabras mayores.
Todos encajan en sus papeles empezando por la pareja protagonista; tanto Rusell como Sewel bordan sus papeles que les caen como un guante. Son dos actores que han triunfado en la pequeña pantalla en carreras que ya entran en su tercera década. Los secundarios, a la altura de los guiones ágiles y divertidos. Y hay dinero en la producción.
En resumidas cuentas, ocho capítulos que se ven con agrado en intriga - exceptuando el quinto, un poco "valle" en la trama- y que según se va acercando al final eleva el listón hasta un gran finale que boquiabierto te deja.
Nota: 7,55
No es perfecta, empezando por su escasa originalidad: lo hemos visto antes, las decisiones en las altas esferas, los malabares gestuales de la alta diplomacia, los dimes y diretes de toda decisión tomada al más alto nivel, y los juegos de poder. Pero es cierto que te acuerdas al ver esta "La diplomática" de la tremenda y capitular "El ala oeste de La Casa Blanca"...y eso son palabras mayores.
Todos encajan en sus papeles empezando por la pareja protagonista; tanto Rusell como Sewel bordan sus papeles que les caen como un guante. Son dos actores que han triunfado en la pequeña pantalla en carreras que ya entran en su tercera década. Los secundarios, a la altura de los guiones ágiles y divertidos. Y hay dinero en la producción.
En resumidas cuentas, ocho capítulos que se ven con agrado en intriga - exceptuando el quinto, un poco "valle" en la trama- y que según se va acercando al final eleva el listón hasta un gran finale que boquiabierto te deja.
Nota: 7,55
1 de diciembre de 2024
1 de diciembre de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por el cosquilleo de mis pulgares, algo sorkiniano se acerca. Y no solo por eso, porque la cosa empieza a hacer sorking por los cuatro costados. Aquí no tenemos al presidente Bartlet, sino a la embajadora Kate Waylet cargando sobre sus hombros los problemas del mundo. Al igual que en El Ala Oeste, una cuadrilla de ejemplares servidores públicos, humanos falibles con sus debilidades y genialidades, pero siempre tocados por la gracia divina del destino manifiesto, enfrentados a dilemas morales, sentimentales y jurídico-administrativos, sortean y doblegan a sus implacables enemigos, es decir, a sus aliados. La idea subyacente tanto en La diplomática como en El Ala Oeste es que, sí, el mundo es un lodazal, pero todavía hay cabida para que los mejores entre nosotros accedan a los mejores cargos por sus méritos y nos rediman a todos salvándonos, de paso, tres veces al día de la tercera guerra mundial.
Esa es la idea, en fin. Un poco de Capra actualizado, Pero hay un problema llamado Selina. Selina Meyer, la encantadoramente lamentable vicepresidenta creada por Ianucci en Veep, junto a la caterva de incompetentes, fatuos y corruptos personajes que pululan alrededor de la Casa Blanca, ha marcado un hito en la comedia política.
Si en La diplomática quieren emular los diálogos chispeantes de comedia sofisticada, nadie podrá sacarse de la cabeza las tronchantes zafiedades de Selina y su cuadrilla. Si, por el contrario, La diplomática quiere hablarnos del abismo moral de la realpolitik, ya tenemos la sombría House of Cards o Boss. Así que tenemos un problema de tono o falta del mismo.
La trama es inicialmente interesante y muy alineada con los problemas internacionales de ahora mismo, pero cuando van pasando los episodios, uno se da cuenta que todo el tema geopolítico es un escenario de fondo para que los personajes puedan desarrollar sus historias personales y sus líos de alcoba. Todo ocurre en Reino Unido de una forma un tanto gratuita, y pareciera que se ha escogido este lugar para conseguir meter a personajes americanos en mansiones y jardines de Downtown Abbey, dándoles el definitivo toque aristocrático.
Esa es la idea, en fin. Un poco de Capra actualizado, Pero hay un problema llamado Selina. Selina Meyer, la encantadoramente lamentable vicepresidenta creada por Ianucci en Veep, junto a la caterva de incompetentes, fatuos y corruptos personajes que pululan alrededor de la Casa Blanca, ha marcado un hito en la comedia política.
Si en La diplomática quieren emular los diálogos chispeantes de comedia sofisticada, nadie podrá sacarse de la cabeza las tronchantes zafiedades de Selina y su cuadrilla. Si, por el contrario, La diplomática quiere hablarnos del abismo moral de la realpolitik, ya tenemos la sombría House of Cards o Boss. Así que tenemos un problema de tono o falta del mismo.
La trama es inicialmente interesante y muy alineada con los problemas internacionales de ahora mismo, pero cuando van pasando los episodios, uno se da cuenta que todo el tema geopolítico es un escenario de fondo para que los personajes puedan desarrollar sus historias personales y sus líos de alcoba. Todo ocurre en Reino Unido de una forma un tanto gratuita, y pareciera que se ha escogido este lugar para conseguir meter a personajes americanos en mansiones y jardines de Downtown Abbey, dándoles el definitivo toque aristocrático.
20 de marzo de 2025
20 de marzo de 2025
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"La diplomática" podría ser otra serie política más si no fuese por la construcción de una protagonista absolutamente original, distinta y real, una que aborrece la comodidad de un despacho de Londres frente al polvo de Oriente medio, una que no cambiaría sus americanas, sus pantalones y botines por vestidos ajustados ni zapatos de tacón rompecaderas. Una mujer inteligente y audaz y al mismo tiempo torpona e imperfecta con un marido ahora florero con el que forma uno de esos matrimonios que quedarán para el recuerdo.
Que no os engañen las múltiples nominaciones en las categorías dramáticas que la serie ha ido recibiendo desde su estreno, pues aunque trate temas indudablemente geopolíticos, luego enrevesados y que demandan al espectador su buena dosis de atención, con el paso de los minutos "La diplomática" florece como una de las comedias más frescas e irreverentes del panorama. Tiene sus momentos de suspense dramático, no obstante su tono y el tratamiento de los personajes es fundamentalmente cómico.
Eso no sólo se percibe en un guion raudo y agudo, sino que también es de pura situación: diplomáticas que deben disfrazarse de cenicientas para reportajes con “Vogue”, cafés que parecen bombas en manos de presidentes con la presión arterial alta, ese mismo presidente y su homólogo británico fascinados con un roble mientras sus subordinadas se ocupan de impedir un conflicto bélico e, incluso, hasta peleas físicas entre la diplomática y su marido en medio del jardín. No sé quién puede catalogar de drama una serie con escenas así.
Es cierto que la serie sufre un bajón entre los episodios cuatro y siete al volverse más aburrida con respecto a la genialidad de los anteriores. Eso y una plétora de secundarios que responde tan indisimuladamente a una demanda de cuotas políticamente correctas serían sus únicos errores. Lo mejor, ya lo he apuntado, la brillantez de ese matrimonio sin hijos y de misma profesión, en cuyo presente ella es la nueva embajadora en el Reino Unido y con vistas a seguir creciendo mientras él, carismático y tan impetuoso que ha sido relegado a mero consorte, no puede quedarse quieto y embrolla aún más la agitada vida de su esposa.
Keri Russell está pletórica, tan atractiva como divertida y tremendamente creíble. Uno se poner a revisar su trayectoria y parece mentira lo desaprovechada que había estado hasta ahora, sin casi ningún papel de peso en sus treinta años de trabajo. Por fin puede desplegar todo un arsenal de talento y enamorar a muchos que la habíamos visto aquí y allá pero no le prestamos la atención que merecía. Pasa algo similar con Rufus Sewell. Jamás pensé que podía ofrecer semejante cascada de comicidad sin resultar burdo. Interesante también la presencia de Celia Imrie.
Recomendada a aquellos que les apasione la política mundial así como a los que buscan una serie de personajes mundanos haciendo cosas algo extraordinarias, pues de todo un poco consigue Debora Cahn plasmar en "La diplomática".
Que no os engañen las múltiples nominaciones en las categorías dramáticas que la serie ha ido recibiendo desde su estreno, pues aunque trate temas indudablemente geopolíticos, luego enrevesados y que demandan al espectador su buena dosis de atención, con el paso de los minutos "La diplomática" florece como una de las comedias más frescas e irreverentes del panorama. Tiene sus momentos de suspense dramático, no obstante su tono y el tratamiento de los personajes es fundamentalmente cómico.
Eso no sólo se percibe en un guion raudo y agudo, sino que también es de pura situación: diplomáticas que deben disfrazarse de cenicientas para reportajes con “Vogue”, cafés que parecen bombas en manos de presidentes con la presión arterial alta, ese mismo presidente y su homólogo británico fascinados con un roble mientras sus subordinadas se ocupan de impedir un conflicto bélico e, incluso, hasta peleas físicas entre la diplomática y su marido en medio del jardín. No sé quién puede catalogar de drama una serie con escenas así.
Es cierto que la serie sufre un bajón entre los episodios cuatro y siete al volverse más aburrida con respecto a la genialidad de los anteriores. Eso y una plétora de secundarios que responde tan indisimuladamente a una demanda de cuotas políticamente correctas serían sus únicos errores. Lo mejor, ya lo he apuntado, la brillantez de ese matrimonio sin hijos y de misma profesión, en cuyo presente ella es la nueva embajadora en el Reino Unido y con vistas a seguir creciendo mientras él, carismático y tan impetuoso que ha sido relegado a mero consorte, no puede quedarse quieto y embrolla aún más la agitada vida de su esposa.
Keri Russell está pletórica, tan atractiva como divertida y tremendamente creíble. Uno se poner a revisar su trayectoria y parece mentira lo desaprovechada que había estado hasta ahora, sin casi ningún papel de peso en sus treinta años de trabajo. Por fin puede desplegar todo un arsenal de talento y enamorar a muchos que la habíamos visto aquí y allá pero no le prestamos la atención que merecía. Pasa algo similar con Rufus Sewell. Jamás pensé que podía ofrecer semejante cascada de comicidad sin resultar burdo. Interesante también la presencia de Celia Imrie.
Recomendada a aquellos que les apasione la política mundial así como a los que buscan una serie de personajes mundanos haciendo cosas algo extraordinarias, pues de todo un poco consigue Debora Cahn plasmar en "La diplomática".
30 de noviembre de 2024
30 de noviembre de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debora Cahn, creadora de series como "Homeland", absolutamente maravillosa, o "El ala oeste de la Casa Blanca", la cual aún no he visto, nos regala ahora esta serie de dos temporadas, aunque seguramente nos llegará pronto una tercera ya que el éxito que está teniendo en Netflix es notable.
La serie nos presenta a Kate Wyler, una diplomática estadounidense interpretada maravillosamente por Keri Russell, quien es asignada al Reino Unido en medio de una crisis internacional que pone a prueba sus habilidades profesionales en una situación compleja que requiere sacrificios y decisiones cruciales.
Este drama ha ganado un lugar destacado gracias a las actuaciones de su elenco, especialmente la de Keri Russell, quien fue nominada a un Emmy como mejor actriz principal. La serie ha sido elogiada también por su representación realista del ámbito de la diplomacia
En la medida de lo posible, Cahn basa las historias y detalles en lo que ha ido escuchando de embajadores de la vida real. Muchas veces, los eventos que parecen fantásticos o absurdos en la serie son simplemente situaciones que ocurrieron un jueves cualquiera en la vida de algún embajador.
El personaje principal encarna a una mujer en un entorno dominado por juegos de poder y constantes presiones y Keri Russell le da vida de una manera extraordinaria, siendo una actriz con mucha experiencia a sus espaldas. Recuerdo cuando la conocí por primera vez gracias a Tele 5, canal que emitía su serie "Felicity"·.
Junto a ella, un atractivo y competente Rufus Sewell, quien da vida a su marido y que no le pondrá las cosas nada fáciles durante su período en tierras británicas. La gran química entre ellos dos es el pilar de la serie.
Los secundarios no se quedan atrás, bien desarrollados y con subtramas también interesantes a su manera. Ellos son los desconocidos Ato Essandoh como su asistente personal, el atractivo e interesante David Gyasi como el ministro de asuntos exteriores británico, Ali Ahn como la jefa de la CIA y Allison Janney como la vicepresidenta norteamericana.
Muy recomendable.
Un saludo,
Tess
La serie nos presenta a Kate Wyler, una diplomática estadounidense interpretada maravillosamente por Keri Russell, quien es asignada al Reino Unido en medio de una crisis internacional que pone a prueba sus habilidades profesionales en una situación compleja que requiere sacrificios y decisiones cruciales.
Este drama ha ganado un lugar destacado gracias a las actuaciones de su elenco, especialmente la de Keri Russell, quien fue nominada a un Emmy como mejor actriz principal. La serie ha sido elogiada también por su representación realista del ámbito de la diplomacia
En la medida de lo posible, Cahn basa las historias y detalles en lo que ha ido escuchando de embajadores de la vida real. Muchas veces, los eventos que parecen fantásticos o absurdos en la serie son simplemente situaciones que ocurrieron un jueves cualquiera en la vida de algún embajador.
El personaje principal encarna a una mujer en un entorno dominado por juegos de poder y constantes presiones y Keri Russell le da vida de una manera extraordinaria, siendo una actriz con mucha experiencia a sus espaldas. Recuerdo cuando la conocí por primera vez gracias a Tele 5, canal que emitía su serie "Felicity"·.
Junto a ella, un atractivo y competente Rufus Sewell, quien da vida a su marido y que no le pondrá las cosas nada fáciles durante su período en tierras británicas. La gran química entre ellos dos es el pilar de la serie.
Los secundarios no se quedan atrás, bien desarrollados y con subtramas también interesantes a su manera. Ellos son los desconocidos Ato Essandoh como su asistente personal, el atractivo e interesante David Gyasi como el ministro de asuntos exteriores británico, Ali Ahn como la jefa de la CIA y Allison Janney como la vicepresidenta norteamericana.
Muy recomendable.
Un saludo,
Tess
1 de enero de 2025
1 de enero de 2025
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una fascinante y agradable sorpresa es lo que me ha producido ver esta serie de política, espionaje, intriga y todo ello con sutiles toques de humor, raro para ser estadounidense. Keri me fascinó en "The Americans" y Rufus es el contrapunto ideal como marido alocado, pasota, interesado y nada hipócrita a la hora de exponer su pensamiento. Sinceramente, se me ha pasado volando estas dos temporadas (las vi de una sentada), y es que engancha desde el minuto uno. Es una serie refrescante, políticamente incorrecta y sin formalidades de las burocracias tan aburridas como nos tienen acostumbrados a la hora de hablar sobre la política interna de cada país. Aquí no solo vemos que los políticos son seres humanos (aunque cueste creerlo), que mientras mantienen una conversación de vital importancia entre la pareja protagonista, uno se está cepillando los dientes y ella está orinando. Son esos detalles los que nos hacen ver que no es necesario que tenga que ser una película o serie de humor solo en lo que pueda ocurrir estas cosas. Entretenida por varios motivos, en especial el carisma de los dos protagonistas. Keri está guapísima y cumple con creces su papel de embajadora en el Reino Unido. Creo que, según finaliza la segunda temporada, es obligatoria una tercera, pero nada más. Personalmente, las series que son buenas deberían ser cortas y no perderse en el universo del dinero, cometiendo el error de finalmente olvidar la idea inicial que cautivó a millones de espectadores para finalizar como una pantomima de lo que fue en su momento.
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