Big Little LiesSerie
2017 

David E. Kelley (Creador), Jean-Marc Vallée ...
7.7
24,562
Serie de TV. Drama
Serie de TV (2017-2019). 2 temporadas. 14 episodios. Una oscura y misteriosa historia sobre tres madres (Madeline, Celeste y Jane) del norte de California cuyas vidas, aparentemente perfectas, se ven sorprendidas por un asesinato durante un evento para recaudar fondos del colegio de primaria. Celeste (Nicole Kidman) es una mujer con una vida familiar perfecta y un esposo ejemplar. Sin embargo, luchará por conseguir algo que le quita el ... [+]
21 de junio de 2019
21 de junio de 2019
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La estructura y el guión de BIG LITTLE LIES son excelentes.
De movida, una muerte durante un festival a beneficio del colegio, y comienzan dos guiones paralelos, uno que trata de la investigación y las declaraciones de los padres y docentes, y otro que lleva todos los acontecimientos e historias previas, entre esa comunidad.
Esta es una comunidad (Monterrey, California) de ricachones presumidos, infieles, divorciados. Donde asoma todo lo peor de los seres humanos, y entre medio la crianza y convivencia de sus niños que ingresan a primer grado.
Está excelentemente filmada y como de costumbre lo que hace bueno un producto es el guión. Éste es para sacarse el sombrero.
La mejor Serie/Película protagonizada por mayoría de mujeres que vi en mi vida.
De movida, una muerte durante un festival a beneficio del colegio, y comienzan dos guiones paralelos, uno que trata de la investigación y las declaraciones de los padres y docentes, y otro que lleva todos los acontecimientos e historias previas, entre esa comunidad.
Esta es una comunidad (Monterrey, California) de ricachones presumidos, infieles, divorciados. Donde asoma todo lo peor de los seres humanos, y entre medio la crianza y convivencia de sus niños que ingresan a primer grado.
Está excelentemente filmada y como de costumbre lo que hace bueno un producto es el guión. Éste es para sacarse el sombrero.
La mejor Serie/Película protagonizada por mayoría de mujeres que vi en mi vida.
25 de abril de 2017
25 de abril de 2017
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
78/18(21/04/17) Notable serie estadounidense producidos por la prestigiosa cadena HBO, siete vigorosos episodios dirigidos con ritmo enérgico por el franco-canadiense Jean Marc-Vallé, creados y escritos por David E. Kalley (“Ally McBeal” o “Goliath”), basándose en la novela homónima de la australiana Liane Moriarty de 2014, y protagonizados por un elenco femenino de campanillas (Nicole Kidman, Reese Witherspoon, Shailene Woodley, Laura Dern) siendo una ácida propuesta en la que con mucho sentido del humor se hace una acerada crítica social a las clases acomodadas americanas y los fantasmas que esconden tras su aparente fachada de felicidad, siendo el epicentro las mujeres y como viven las falsas apariencias, hablándonos de violencia machista, infidelidades, violaciones, violencia infantil, celos, mentiras, odios, rivalidad entre madres alfa, la complicada relación materno-filial, la insatisfacción juvenil, y más en esta hoguera de las vanidades. Una serie con el McGuffin de un asesinato que mediante flash-forward tendremos algunos datos que solo al final sabremos quién es la víctima y quien el asesino. Esto es solo la excusa para deconstruir mediante varias subtramas que se entrelazan a un grupo de mujeres todas diferentes pero todas con un fuerte carácter a las que veremos evolucionar con el paso de los capítulos. Arrancando de modo ágil en la presentación de protagonistas, en pocos trazos quedan delineadas sus acusadas personalidades, para luego sumirlos en su universo pomposo, con sus lujosas viviendas (excepto la de la nueva vecina), con sus vistas al mar, con sus infinitas cristaleras, en contraposición a las “pequeñas mentiras” que surcan cual río permanente esta “paraíso”. Todo punteado por una exuberante ambientación, donde destaca su homérica banda sonora, surcada de temas entre soul y jazz magnos.
Una serie muy hábil destripando la “american way of life”, con el foco puesto en las madres de una comunidad pudiente, la burguesía elitista, preocupada en sus naderías superficiales, sus huecas y hedonistas existencias, sus rutinarias existencias alejadas de los problemas económicos, la búsqueda permanente de una felicidad artificiosa y en realidad falseada, ahondando con esmero en la autodestrucción de los matrimonios, esto visto desde varias vertientes (la violencia física, el cansancio rutinario, los caprichos, el sexo como un problema, el afán de perfeccionismo ...), haciendo que el metraje se convierta por momentos en una análisis existencial del ideal plúmbeo del Sueño Americano.
En su devenir como un torrente desfilan todo tipo de pasiones, bajos instintos, ilusiones, emociones, hipocresía, todo en el marco cuasi-edénico de la bucólica Monterey, un lugar idílico, con villas de diseño junto al mar, contrastando esto con las falsas apariencias que se esconde tras estas enormes cristaleras, vivencias repletas de aristas, de decadencia moral, de mentiras piadosas. Evolucionando los capítulos a un ritmo trepidante, donde nunca paran de suceder hechos que hacen variar los acontecimientos, con ingeniosos giros argumentales, ello con enorme equilibrio narrativo entre las diferentes subtramas.
Las diferentes subtramas:
Madeline y Ed: ;atrimonio acomodado. Él es especialista en internet que trabajo desde casa. Ella es una ama de casa ultraprotectora y posesiva, de fuerte carácter, una marujona que intenta meter mano en todo, intentando controlar a su adolescente y rebelde hija Abigail, esta se encuentra oprimida por el yugo materno. Tras su escaparate de perfección marital Madeline esconde un pasado adultero, con lo que deja entrever sus grietas de demagogia; Esta relación es el reflejo del cansancio que se puede tener de la rutina en el matrimonio, acentuado esto por la personalidad narcisista de la esposa ante el carácter un tanto melindroso del esposo; Reese Witherspoon encarna a Madeleine con un fuerza y una electricidad vital impresionante, jamás la he visto mejor, sublime como expresa sentimientos siendo un volcán en eterna ebullición, muy racial actuación; Adam Scott realiza una buena interpretación como Ed, dando lo que hace falta como complemento de perfil más bajo ante el huracán Madeleine, haciendo creíble su rol, pero nos in momentos neurálgicos , como el encuentro con su “rival” Natah (ex de su mujer), dodne sutilemtne le amenaza con una historia pasada.
Celeste y Perry: Otro matrimonio pudiente. Él sabemos que es alguien que viaja mucho por trabajo (no sabremos en cual). Ella es un ama de casa que cuida a sus dos hijos gemelos con una niñera, está retirada de la abogacía. Tras su fachada de felicidad se esconden problemas de violencia doméstica que la hacen estar oprimida. Este matrimonio es el reflejo de cómo los malos tratos machistas no solo se dan en las clases bajas o por motivos de adicciones (alcohol o drogas), si no que están presentes en muchas mentalidades darwinistas donde se cree que por ser más fuerte tienes derecho a pegar, esto además en consonancia con el desarrollo de Celeste, que al principio confunde pasión sexual con los abusos, no dándose cuenta (has aparecer la terapeuta) de que el círculo vicioso la puede matar; Nicole Kidman realiza una actuación cargada de matices, de complejidad, de sensualidad, de sentimientos encontrados, conviviendo con un Mr Hyde, maravillosa, espléndida con sus ententes con la terapeuta como intenta esconder lo obvio en base a miradas falsas, a gestos, fenomenal como se trasluce su dolor; Alexander Skargaard encarna con brío impresionante a Perry, lo hace con una bipolaridad formidable, cambiando de registro cual Hulk, de apacible padre y cariñoso esposo, a cuando entra en modo bestia se desata de modo cruento, excelente actuación. (sigue en spoiler sin spoiler)
Una serie muy hábil destripando la “american way of life”, con el foco puesto en las madres de una comunidad pudiente, la burguesía elitista, preocupada en sus naderías superficiales, sus huecas y hedonistas existencias, sus rutinarias existencias alejadas de los problemas económicos, la búsqueda permanente de una felicidad artificiosa y en realidad falseada, ahondando con esmero en la autodestrucción de los matrimonios, esto visto desde varias vertientes (la violencia física, el cansancio rutinario, los caprichos, el sexo como un problema, el afán de perfeccionismo ...), haciendo que el metraje se convierta por momentos en una análisis existencial del ideal plúmbeo del Sueño Americano.
En su devenir como un torrente desfilan todo tipo de pasiones, bajos instintos, ilusiones, emociones, hipocresía, todo en el marco cuasi-edénico de la bucólica Monterey, un lugar idílico, con villas de diseño junto al mar, contrastando esto con las falsas apariencias que se esconde tras estas enormes cristaleras, vivencias repletas de aristas, de decadencia moral, de mentiras piadosas. Evolucionando los capítulos a un ritmo trepidante, donde nunca paran de suceder hechos que hacen variar los acontecimientos, con ingeniosos giros argumentales, ello con enorme equilibrio narrativo entre las diferentes subtramas.
Las diferentes subtramas:
Madeline y Ed: ;atrimonio acomodado. Él es especialista en internet que trabajo desde casa. Ella es una ama de casa ultraprotectora y posesiva, de fuerte carácter, una marujona que intenta meter mano en todo, intentando controlar a su adolescente y rebelde hija Abigail, esta se encuentra oprimida por el yugo materno. Tras su escaparate de perfección marital Madeline esconde un pasado adultero, con lo que deja entrever sus grietas de demagogia; Esta relación es el reflejo del cansancio que se puede tener de la rutina en el matrimonio, acentuado esto por la personalidad narcisista de la esposa ante el carácter un tanto melindroso del esposo; Reese Witherspoon encarna a Madeleine con un fuerza y una electricidad vital impresionante, jamás la he visto mejor, sublime como expresa sentimientos siendo un volcán en eterna ebullición, muy racial actuación; Adam Scott realiza una buena interpretación como Ed, dando lo que hace falta como complemento de perfil más bajo ante el huracán Madeleine, haciendo creíble su rol, pero nos in momentos neurálgicos , como el encuentro con su “rival” Natah (ex de su mujer), dodne sutilemtne le amenaza con una historia pasada.
Celeste y Perry: Otro matrimonio pudiente. Él sabemos que es alguien que viaja mucho por trabajo (no sabremos en cual). Ella es un ama de casa que cuida a sus dos hijos gemelos con una niñera, está retirada de la abogacía. Tras su fachada de felicidad se esconden problemas de violencia doméstica que la hacen estar oprimida. Este matrimonio es el reflejo de cómo los malos tratos machistas no solo se dan en las clases bajas o por motivos de adicciones (alcohol o drogas), si no que están presentes en muchas mentalidades darwinistas donde se cree que por ser más fuerte tienes derecho a pegar, esto además en consonancia con el desarrollo de Celeste, que al principio confunde pasión sexual con los abusos, no dándose cuenta (has aparecer la terapeuta) de que el círculo vicioso la puede matar; Nicole Kidman realiza una actuación cargada de matices, de complejidad, de sensualidad, de sentimientos encontrados, conviviendo con un Mr Hyde, maravillosa, espléndida con sus ententes con la terapeuta como intenta esconder lo obvio en base a miradas falsas, a gestos, fenomenal como se trasluce su dolor; Alexander Skargaard encarna con brío impresionante a Perry, lo hace con una bipolaridad formidable, cambiando de registro cual Hulk, de apacible padre y cariñoso esposo, a cuando entra en modo bestia se desata de modo cruento, excelente actuación. (sigue en spoiler sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Jane: Madre soltera de un chico, Ziggy (Iain Armitage). Una contable recién trasladada a Monterey, traba amistad con Madeline, esta será anfitriona. Tiene problemas en el colegio por ser acusado su hijo de abusón. Mezclado esto con su tormentoso pasado al ser concebido el niño en una violación por la que sigue años después angustiada; Shailene Woodley está muy bien como Jane, impregna de mundo interior su personaje, con espíritu juvenil, mostrando gran relación maternal, exhibiendo punzantemente sentimientos escondidos de su pasado que no la dejan avanzar.
Renata y Gordon: El matrimonio más adinerado de los que aparecen. Entre los dos parecen llevar una compañía de éxito (no sabremos de que). Ella es una mujer de carácter que ansía los demás la quieran, pero a la vez no duda en sacar los colmillos cuando se cree atacada; Este es el reflejo del matrimonio de éxito pero vacío en su trono, intentan manipular a todos con sutilidad. Son unos “villanos” en la serie, pero alejados de lo caricaturesco, tienen razones entendibles, pero desde la arrogancia y superioridad moral autoimpuesta; Laura Dern está sensacional en su rol de sibilina mujer alfa, con carisma, viscerabilidad, con ira, furia, pero a la vez dejando lugar a los buenos sentimientos; Jeffrey Nordling da una buena impresión como Gordon, de modo contenido expone una gran protección con su esposa.
Ann y Nathan: Es el matrimonio más idealizado, es la pareja con menos aristas en su relación, un tanto plana su visión. Ella es la idealización de la mujer perfecta (o casi), bella, sexy, cariñosa, inteligente, encarnada por Zoe Kravitz dew modo melifluo pero dejando huella con su sensualidad innata; él es la encarnación del tipo mayor que se ha echado una mujer mucho más joven para intentar parecer tener menos edad, encarnado por James Tupper de forma un tanto lineal.
Puesta en escena propia de la gran pantalla, sensacional, estupendo diseño de producción de John Paino (“Dallas Buyers Club”), filmándose en lugares naturales en Monterey y en Malibú (Los Ángeles), recrea un entorno idílico, sus playas, paseos marítimos, viviendas de lujo con vistas al mar, sus amplios salones, sus piscinas, esto filtrado por la fotografía de Yves Bélanger (“Brooklyn”), con un granulado colorido, emitiendo al espectador gran cromatismo, con tomas llenas de simbolismo (ejemplo las de las olas del mar rompiendo contra las rocas, alegoría de la tormenta sentimientos imperante), aportando dinamismo, esrto ayudado por la buena labor en la edición. Pero lo que más me ha llamado la atención es su tremenda galería de temas cantados, uno de los mejores repertorios que recuerdo haber escuchado,, gloriosos temas mezcla de soul, rock, blues de los '50, '60 y '70, extraordinario el de los créditos iniciales “Cold Little heart” de Michael Chikinawa, “River” de Leon bridges, “That’s how strong my love is” de Otis Redding, “Dreams” de Fleetwood Mac, “Call o n me” de janis Joplin, “Dance this mess arm...” de B-52, “Harvest moon” de Neil Young, Heartches and pain” de Charles Bradley, “White rabbit” de Jefferson Airpalne, “The wind” de PJ Harvey, “Papa was a rollin’ stone” de los Temptations, “Pocketful of rainbows” de Elvis Presley, y muchos más hacen de su banda sonora un tesoro ineludible para preciados melómanos (entre los que me cuento), fundiéndose con el relato de modo sibarita para crear todo un reguero de emociones, espectacular.
La serie tiene taras, entre las que están ciertas bajadas de tensión, varios asuntos regularmente resueltos, se notan algo forzados; Los flash-forwards (recuerdan mucho a los de la serie “The affair”) son un tanto molestos, y bastante intrusivos, desviando la atención por momentos de lo que interesa, subrayando y masticando lo que ya estamos viendo, notándose un tanto tramposos una vez llega su clímax final; Por cierto un final algo apresurado y algo artificioso.
En conjunto una notable serie que desmenuza a la clase media-alta estadounidense. Fuerza y honor!!!
Renata y Gordon: El matrimonio más adinerado de los que aparecen. Entre los dos parecen llevar una compañía de éxito (no sabremos de que). Ella es una mujer de carácter que ansía los demás la quieran, pero a la vez no duda en sacar los colmillos cuando se cree atacada; Este es el reflejo del matrimonio de éxito pero vacío en su trono, intentan manipular a todos con sutilidad. Son unos “villanos” en la serie, pero alejados de lo caricaturesco, tienen razones entendibles, pero desde la arrogancia y superioridad moral autoimpuesta; Laura Dern está sensacional en su rol de sibilina mujer alfa, con carisma, viscerabilidad, con ira, furia, pero a la vez dejando lugar a los buenos sentimientos; Jeffrey Nordling da una buena impresión como Gordon, de modo contenido expone una gran protección con su esposa.
Ann y Nathan: Es el matrimonio más idealizado, es la pareja con menos aristas en su relación, un tanto plana su visión. Ella es la idealización de la mujer perfecta (o casi), bella, sexy, cariñosa, inteligente, encarnada por Zoe Kravitz dew modo melifluo pero dejando huella con su sensualidad innata; él es la encarnación del tipo mayor que se ha echado una mujer mucho más joven para intentar parecer tener menos edad, encarnado por James Tupper de forma un tanto lineal.
Puesta en escena propia de la gran pantalla, sensacional, estupendo diseño de producción de John Paino (“Dallas Buyers Club”), filmándose en lugares naturales en Monterey y en Malibú (Los Ángeles), recrea un entorno idílico, sus playas, paseos marítimos, viviendas de lujo con vistas al mar, sus amplios salones, sus piscinas, esto filtrado por la fotografía de Yves Bélanger (“Brooklyn”), con un granulado colorido, emitiendo al espectador gran cromatismo, con tomas llenas de simbolismo (ejemplo las de las olas del mar rompiendo contra las rocas, alegoría de la tormenta sentimientos imperante), aportando dinamismo, esrto ayudado por la buena labor en la edición. Pero lo que más me ha llamado la atención es su tremenda galería de temas cantados, uno de los mejores repertorios que recuerdo haber escuchado,, gloriosos temas mezcla de soul, rock, blues de los '50, '60 y '70, extraordinario el de los créditos iniciales “Cold Little heart” de Michael Chikinawa, “River” de Leon bridges, “That’s how strong my love is” de Otis Redding, “Dreams” de Fleetwood Mac, “Call o n me” de janis Joplin, “Dance this mess arm...” de B-52, “Harvest moon” de Neil Young, Heartches and pain” de Charles Bradley, “White rabbit” de Jefferson Airpalne, “The wind” de PJ Harvey, “Papa was a rollin’ stone” de los Temptations, “Pocketful of rainbows” de Elvis Presley, y muchos más hacen de su banda sonora un tesoro ineludible para preciados melómanos (entre los que me cuento), fundiéndose con el relato de modo sibarita para crear todo un reguero de emociones, espectacular.
La serie tiene taras, entre las que están ciertas bajadas de tensión, varios asuntos regularmente resueltos, se notan algo forzados; Los flash-forwards (recuerdan mucho a los de la serie “The affair”) son un tanto molestos, y bastante intrusivos, desviando la atención por momentos de lo que interesa, subrayando y masticando lo que ya estamos viendo, notándose un tanto tramposos una vez llega su clímax final; Por cierto un final algo apresurado y algo artificioso.
En conjunto una notable serie que desmenuza a la clase media-alta estadounidense. Fuerza y honor!!!
23 de octubre de 2019
23 de octubre de 2019
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buenas intenciones pero fallido resultado, esa es mi impresión tras ver las dos temporadas de esta sofisticada serie de HBO a la que me acerqué por su estelar reparto con Nicole Kidman y Laura Dern a las que se añadiría Meryl Streep en la segunda temporada.
Vayamos por partes, el argumento es simple pero efectivo, en principio. Basada la primera temporada en una novela de Liane Moriarty, una autora que antes de la literatura trabajó en marketing y publicidad (según la web Lecturalia) y quizá este detalle tenga importancia a la hora de entender un relato donde encontramos situaciones verosímiles con gran veracidad dramática pero en el que la superficialidad de unos personajes estereotipados resulta un lastre para la identificación última del espectador con ellos, de manera que la implicación en la historia resulta incompleta y frustrante siendo así que la emoción muere antes de poder llegar a nacer.
Siguiente apartado, las actrices. Capitaneadas por Nicole Kidman solamente Laura Dern destaca junto a ella como las mejores del reparto con diferencia. Nicole Kidman crece a medida que avanza la historia y alcanza sus mejores momentos al final de la primera temporada y especialmente durante la segunda pero Laura Dern ya desde el primer episodio apunta maneras y resulta tan histriónica y desternillante que acapara y gana nuestra atención consiguiendo hacer relevantes todas las escenas en las que aparece y se la echa de menos en el resto del metraje a pesar de ser un personaje secundario. Del resto del reparto solo merece la pena destacar la colaboración de Meryl Streep durante la segunda temporada en la que dota de verdad absoluta a su personaje de suegra odiosa. Sobre las otras actrices poco puedo añadir, Reese Witherspoon está entrañable y hasta divertida en su papel de choni adinerada y vulgar de la primera temporada pero termina siendo irritante durante la segunda, claro que también es cierto que el arco dramático de su personaje apenas si se sostiene y no inspira ni simpatía ni empatía en sus problemas conyugales con su querido y aburrido esposo; Zöe Kravitz es una actriz de moda y para mí es un misterio la causa de su fascinación y el que haya sido elegida para interpretar la nueva Catwoman, ¿en serio? es bellísima, sin duda, y recuerda mucho a su mamá Lisa Bonet en Angel Heart pero es una intérprete inexpresiva como una piedra; y ya por último Shailene Woodley, quizá a la que le toca defender el personaje más torturado y tortuoso, junto al personaje encarnado por Nicole Kidman, pasa sin pena ni gloria, promete mucho en la presentación de su trágica historia y en su llegada a esa horrible ciudad californiana como magnífico contraste frente a las estiradas e hipócritas mamás ricas y cotillas a las que tendrá que enfrentarse a su pesar pero termina naufragando al final de la primera temporada (no hay quien se la crea en la última y decisiva escena).
Tercer apartado, los actores. Aquí voy a ser breve, muy breve. ¿Quién podría interpretar unos personajes masculinos planos, estereotipados, total y sorprendentemente irrelevantes a pesar de su implicación en los dramas femeninos que vamos a presenciar?, se preguntarían los directores de casting, sencilla respuesta, unos actores mediocres que consigan hacer aún más estereotipados, planos y totalmente irrelevantes a esos personajes. Para olvidar.
Cuarto e importantísimo apartado, la dirección. Una dirección pobre, sin imaginación y casi amateur durante la primera temporada a cargo de Jean-Marc Vallée y un trabajo mucho más creativo y solvente durante la segunda temporada de la mano de Andrea Arnold y se nota, se agradece, de hecho he disfrutado mucho más de esta segunda temporada que de la primera a pesar de que el nudo dramático pertenecía a la primera pero la dirección era espantosa y no había llegado aún Meryl Streep.
Y ya por último y como conclusión, comenzaba mi reseña indicando que la serie tiene buenas intenciones pero que el resultado es fallido y me gustaría señalar por qué. Es fallido porque en su realización y puesta en escena da la sensación que importa más el continente que el contenido, esos personajes femeninos, aunque sea sincera su sororidad, no consiguen acercarnos su sufrimiento ni sus dramas a pesar de lo veraces y desgarradores que son, además hay que añadir lo tristemente actuales que resultan en estos tiempos de justas reivindicaciones femeninas y feministas que vivimos. Esas situaciones, personajes secundarios y de reparto (los niños, la hija adolescente de Madeleine, la mamá de Bonnie, la agente de policía que investiga el caso, qué pereza de personajes), esos ambientes y decorados en los que se mueven estas mujeres desesperadas son tan previsibles, artificiales y artificiosos que resulta muy difícil una identificación emocional con la historia. Cansan y aburren los flashbacks y esos trucos de dirección tan groseros como el exceso de música, con canciones impactantes y efectivas que ilustran y ayudan muchísimo al relato (y solucionan dramáticamente escenas que la mediocre dirección no consigue resolver) pero de tanto abusar de ellas ese recurso termina resultando estéril y hasta estomagante.
En resumen, un producto entretenido para fans de Nicole Kidman, Laura Dern (maravillosa y la mejor de todas, sin duda, inolvidable, merece la pena ver la serie solo por ella) y Meryl Streep, yo soy fan de las tres y ellas han sido el motivo principal para ver y para intentar disfrutar esta serie. Una serie que podría y quizá debería haber sido una gran historia para tv de haber contado con un talento adecuado para su realización.
Vayamos por partes, el argumento es simple pero efectivo, en principio. Basada la primera temporada en una novela de Liane Moriarty, una autora que antes de la literatura trabajó en marketing y publicidad (según la web Lecturalia) y quizá este detalle tenga importancia a la hora de entender un relato donde encontramos situaciones verosímiles con gran veracidad dramática pero en el que la superficialidad de unos personajes estereotipados resulta un lastre para la identificación última del espectador con ellos, de manera que la implicación en la historia resulta incompleta y frustrante siendo así que la emoción muere antes de poder llegar a nacer.
Siguiente apartado, las actrices. Capitaneadas por Nicole Kidman solamente Laura Dern destaca junto a ella como las mejores del reparto con diferencia. Nicole Kidman crece a medida que avanza la historia y alcanza sus mejores momentos al final de la primera temporada y especialmente durante la segunda pero Laura Dern ya desde el primer episodio apunta maneras y resulta tan histriónica y desternillante que acapara y gana nuestra atención consiguiendo hacer relevantes todas las escenas en las que aparece y se la echa de menos en el resto del metraje a pesar de ser un personaje secundario. Del resto del reparto solo merece la pena destacar la colaboración de Meryl Streep durante la segunda temporada en la que dota de verdad absoluta a su personaje de suegra odiosa. Sobre las otras actrices poco puedo añadir, Reese Witherspoon está entrañable y hasta divertida en su papel de choni adinerada y vulgar de la primera temporada pero termina siendo irritante durante la segunda, claro que también es cierto que el arco dramático de su personaje apenas si se sostiene y no inspira ni simpatía ni empatía en sus problemas conyugales con su querido y aburrido esposo; Zöe Kravitz es una actriz de moda y para mí es un misterio la causa de su fascinación y el que haya sido elegida para interpretar la nueva Catwoman, ¿en serio? es bellísima, sin duda, y recuerda mucho a su mamá Lisa Bonet en Angel Heart pero es una intérprete inexpresiva como una piedra; y ya por último Shailene Woodley, quizá a la que le toca defender el personaje más torturado y tortuoso, junto al personaje encarnado por Nicole Kidman, pasa sin pena ni gloria, promete mucho en la presentación de su trágica historia y en su llegada a esa horrible ciudad californiana como magnífico contraste frente a las estiradas e hipócritas mamás ricas y cotillas a las que tendrá que enfrentarse a su pesar pero termina naufragando al final de la primera temporada (no hay quien se la crea en la última y decisiva escena).
Tercer apartado, los actores. Aquí voy a ser breve, muy breve. ¿Quién podría interpretar unos personajes masculinos planos, estereotipados, total y sorprendentemente irrelevantes a pesar de su implicación en los dramas femeninos que vamos a presenciar?, se preguntarían los directores de casting, sencilla respuesta, unos actores mediocres que consigan hacer aún más estereotipados, planos y totalmente irrelevantes a esos personajes. Para olvidar.
Cuarto e importantísimo apartado, la dirección. Una dirección pobre, sin imaginación y casi amateur durante la primera temporada a cargo de Jean-Marc Vallée y un trabajo mucho más creativo y solvente durante la segunda temporada de la mano de Andrea Arnold y se nota, se agradece, de hecho he disfrutado mucho más de esta segunda temporada que de la primera a pesar de que el nudo dramático pertenecía a la primera pero la dirección era espantosa y no había llegado aún Meryl Streep.
Y ya por último y como conclusión, comenzaba mi reseña indicando que la serie tiene buenas intenciones pero que el resultado es fallido y me gustaría señalar por qué. Es fallido porque en su realización y puesta en escena da la sensación que importa más el continente que el contenido, esos personajes femeninos, aunque sea sincera su sororidad, no consiguen acercarnos su sufrimiento ni sus dramas a pesar de lo veraces y desgarradores que son, además hay que añadir lo tristemente actuales que resultan en estos tiempos de justas reivindicaciones femeninas y feministas que vivimos. Esas situaciones, personajes secundarios y de reparto (los niños, la hija adolescente de Madeleine, la mamá de Bonnie, la agente de policía que investiga el caso, qué pereza de personajes), esos ambientes y decorados en los que se mueven estas mujeres desesperadas son tan previsibles, artificiales y artificiosos que resulta muy difícil una identificación emocional con la historia. Cansan y aburren los flashbacks y esos trucos de dirección tan groseros como el exceso de música, con canciones impactantes y efectivas que ilustran y ayudan muchísimo al relato (y solucionan dramáticamente escenas que la mediocre dirección no consigue resolver) pero de tanto abusar de ellas ese recurso termina resultando estéril y hasta estomagante.
En resumen, un producto entretenido para fans de Nicole Kidman, Laura Dern (maravillosa y la mejor de todas, sin duda, inolvidable, merece la pena ver la serie solo por ella) y Meryl Streep, yo soy fan de las tres y ellas han sido el motivo principal para ver y para intentar disfrutar esta serie. Una serie que podría y quizá debería haber sido una gran historia para tv de haber contado con un talento adecuado para su realización.
28 de octubre de 2018
28 de octubre de 2018
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puesta de largo estelar para la sexta novela de la australiana Liane Moriarty publicada en el 2014 y que llegó a alcanzar la lista de los más vendidos del New York Times. HBO se ha gastado una pasta en llevarla a la pantalla y en la que dos de sus protagonistas, Kidman y Witherspoon, están involucradas como productoras ejecutivas. El resultado: 5 Emmys y 4 Globos de Oro, entre otros premios y nominaciones.
Y es que la novela original es más que jugosa. Consigue armonizar un tema tan sangrante como la violencia doméstica, con el cotilleo y el humor y con una crítica social a una cierta clase de acomodados profesionales liberales cuyo estatus económico alto no les libra del dicho de que "en todos lados cuecen habas" y aquellos que ya tienen las lentejas y las piscinas aseguradas no son menos mezquinos, egoístas y paranoicos o buenas personas que cualquier otro hijo de vecino. Obviamente para la mayoría del resto del mundo que subsiste con lo justo o ni eso, estos pijos de Monterrey al norte de California y sus problemas domésticos son el paradigma de la desigualdad social del planeta. Algunos de los personajes no obstante tienen desde su acomodo una cierta conciencia de dichas desigualdades, pero no es el tema de esta historia centrada en un grupo de mujeres y sus hombres que se ven involucrados en un incidente mortal desde el inicio del relato bajo la presión de una comunidad cerrada donde el chismorreo y las apariencias son la salsa de todos los platos.
Mujeres que se enfrentan a pesar de sus logros profesionales a la presión de un modelo patriarcal y machista, mientras que ejercen de madres, esposas y trabajadoras (o a la renuncia obligada o no de abandonar sus profesiones para dedicarse a "la familia"). La gran baza de la serie es la excelente labor de todo el elenco en el que lógicamente destacan las tres protagonistas con una Kidman a la que le toca el rol más extremo y dramático y vuelve a demostrar que es una número uno. También destacaría la interpretación y el personaje realmente inquietante y patológico que compone de maravilla Alexander Skarsgard.
A mi juicio sobran episodios, la edición del director Jean-Marc Vallée se vuelve en algunos momentos pretenciosa y repetitiva y el desenlace es más que previsible desde los primeros episodios. No importa. Nos engancha desde el principio y nos muestra muchas aristas peligrosas de la convivencia social y en pareja que nos debería concienciar y hacernos reflexionar. Todo lo demás posee los ingredientes de una gran serie para recordar.
cineziete.wordpress.com
Y es que la novela original es más que jugosa. Consigue armonizar un tema tan sangrante como la violencia doméstica, con el cotilleo y el humor y con una crítica social a una cierta clase de acomodados profesionales liberales cuyo estatus económico alto no les libra del dicho de que "en todos lados cuecen habas" y aquellos que ya tienen las lentejas y las piscinas aseguradas no son menos mezquinos, egoístas y paranoicos o buenas personas que cualquier otro hijo de vecino. Obviamente para la mayoría del resto del mundo que subsiste con lo justo o ni eso, estos pijos de Monterrey al norte de California y sus problemas domésticos son el paradigma de la desigualdad social del planeta. Algunos de los personajes no obstante tienen desde su acomodo una cierta conciencia de dichas desigualdades, pero no es el tema de esta historia centrada en un grupo de mujeres y sus hombres que se ven involucrados en un incidente mortal desde el inicio del relato bajo la presión de una comunidad cerrada donde el chismorreo y las apariencias son la salsa de todos los platos.
Mujeres que se enfrentan a pesar de sus logros profesionales a la presión de un modelo patriarcal y machista, mientras que ejercen de madres, esposas y trabajadoras (o a la renuncia obligada o no de abandonar sus profesiones para dedicarse a "la familia"). La gran baza de la serie es la excelente labor de todo el elenco en el que lógicamente destacan las tres protagonistas con una Kidman a la que le toca el rol más extremo y dramático y vuelve a demostrar que es una número uno. También destacaría la interpretación y el personaje realmente inquietante y patológico que compone de maravilla Alexander Skarsgard.
A mi juicio sobran episodios, la edición del director Jean-Marc Vallée se vuelve en algunos momentos pretenciosa y repetitiva y el desenlace es más que previsible desde los primeros episodios. No importa. Nos engancha desde el principio y nos muestra muchas aristas peligrosas de la convivencia social y en pareja que nos debería concienciar y hacernos reflexionar. Todo lo demás posee los ingredientes de una gran serie para recordar.
cineziete.wordpress.com
1 de mayo de 2017
1 de mayo de 2017
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es verdad... al comenzar los primeros episodios me preguntaba si no serían demasiado lights estas señoras...
Me felicito porque no he dejado de verla entera...
No sólo van apareciendo diferentes facetas en las que estas mujeres, las más privilegiadas se desenvuelven, sus secretos mejor guardados, su inteligencia que no se deja reconocer fácilmente cuando se las ve "in public relations", sus pulsiones a las que es difícil renunciar...Lo complicadas y difíciles que son las relaciones entre las personas. Lo fuerte que puede ser un vínculo cuando hay un rasgo que se comparte...
Debo decir que luego de ese comienzo, si la he seguido viendo de lo que me alegro mucho, es porque la había dirigido Jean-Marc Vallée del que tenía muy buen recuerdo por Cafe de Flore y C.R.A.Z.Y.
Ahora puedo recomendarla y debo decir que si no llego al 8 por lo menos le hubiese dado un 7,70.
Me felicito porque no he dejado de verla entera...
No sólo van apareciendo diferentes facetas en las que estas mujeres, las más privilegiadas se desenvuelven, sus secretos mejor guardados, su inteligencia que no se deja reconocer fácilmente cuando se las ve "in public relations", sus pulsiones a las que es difícil renunciar...Lo complicadas y difíciles que son las relaciones entre las personas. Lo fuerte que puede ser un vínculo cuando hay un rasgo que se comparte...
Debo decir que luego de ese comienzo, si la he seguido viendo de lo que me alegro mucho, es porque la había dirigido Jean-Marc Vallée del que tenía muy buen recuerdo por Cafe de Flore y C.R.A.Z.Y.
Ahora puedo recomendarla y debo decir que si no llego al 8 por lo menos le hubiese dado un 7,70.
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