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¿Qué tal, Bob?

Comedia Bob Wiley, un neurótico lleno de manías y fobias, visita la consulta del psiquiatra Leo Marvin. Harto de sus problemas, el médico se marcha de vacaciones con su familia a su chalet de verano a orillas de un lago. De manera inesperada, Bob se presenta allí y la situación llega a ser tan desesperante que Leo, completamente desquiciado, trama un plan para deshacerse de él. (FILMAFFINITY)
Críticas 24
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6
1 de septiembre de 2012 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay un género al que no le suelo coger el gusto, ese es el de la comedia, donde me cuesta encontrar películas recientes calificadoras de adjetivos como imprescindible o excelente, aunque no dudo de la hilaridad y la diversión que ofrecen largometrajes protagonizados por Adam Sandler, Will Ferrell, Ben Stiller, Steve Carell o Jim Carrey entre otros, no obstante, se quedan lejos de que una vez vistos me acuerde más de ellos y mucho menos, de que en una visita a FNAC me dé por gastar dinero en cualquiera de estas producciones que rara vez veo más de una ocasión.

Si de los actores por lo menos nos acordamos, la cosa empeora cuando se trata de evaluar la labor de los directores que se dedican al género, pues a decir verdad no hay un referente claro en la comedia actual, como si lo hubo en otras épocas en la figura de gente como Blake Edwards, Mel Brooks, Woody Allen o Terry Jones. Curiosamente uno de los directores de esa hornada que ha pasado siempre de puntillas y que aún se dedica a ello es Frank Oz, casi más conocido por poner voz y movimientos a Yoda en Star Wars, que por su eficiente labor en películas tan meritorias como In & Out, Bowfinger o esta ¿Qué Pasa con Bob? de 1991, donde tenía el éxito garantizado de antemano al contar con un genio como Bill Murray, y un gran actor como Richard Dreyfuss.

Bob Wiley (Murray) es un neurótico multifóbico que conoce a su nuevo psiquiatra, Leo Marvin (Dreyfuss), creando tal psicodependencia con él, que con tal de curarse se presenta en el chalet donde el doctor está pasando las vacaciones con su familia, haciendo que este último haga todo lo posible por librarse de él, al mismo tiempo que su mujer e hijos se encariñan cada vez más del tal Bob.

No es una película de grandes carcajadas ni que tenga un guión demasiado elaborado, pero la premisa es divertida y da lugar a unas cuantas situaciones a cada cual más disparatada, consiguiendo sacar una sonrisa en todo momento con un humor blanco, para todos los públicos, beneficio también de la buena labor de casting y las actuaciones de un Bill Murray en su vertiente más cómica y descontrolada, y un Richard Dreyfuss que empieza contenido y acaba fuera de quicio ante un Bob Willey que le hace la vida imposible.

Una comedia que sin ser nada del otro mundo consigue quedarse en la retina del espectador y hasta hacer que se repita su visionado más de una vez, en contraposición con lo que he descrito en la introducción. Es raro que tras los 63 millones de dólares recaudados de la época (120 actuales) no se haya puesto nunca en marcha una secuela de ¿Qué Pasa con Bob? Tan raro como que nunca se haya valorado la carrera de un Frank Oz mejor director de lo que parece a simple vista (Cristal Oscuro, The Score).
6
27 de septiembre de 2015 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es casi un tópico en si mismo.
El amigo que siempre llama en el momento inoportuno, el familiar que siempre cuenta los mismos chascarrillos, el conocido que se queda hablando más de la cuenta... el pesao.
El único, inimitable, mítico Pesao.

Bill Murray se viste de ese típico pesao en esta historia, un tipo llamado Bob.
Que no tiene muchas aspiraciones, que es completamente inofensivo, pero que no se rige por la convivencia común, y acaba siendo el grano en el culo que te quieres sacar cuanto antes.
Aunque probablemente solo él podría hacer que te rieras con el tipo al que en la vida real evitarías constantemente.

En contraposición, el doctor Leo Marvin, orgulloso padre de familia y psicólogo de renombre, que aspira a ser reconocido como una gran eminencia en el tema.
Igualmente, Richard Dreyfuss y su proverbial cara seria son la mejor elección para dar vida a un hombre que ha trabajado mucho para ver sus esfuerzos frustrados a última hora por un capullo histórico.

No es casualidad que el póster anuncie textura de dibujos animados: las peleas, eternas y chifladas de Bob y Leo a lo largo de la historia tienen sabor a Coyote y Correcaminos, al clásico tonto inocentón que escapa siempre de las garras del supuesto listo retorcido.
Lo más irónico es que, a la postre, es el tonto quien se lleva los halagos y el listo quien se lleva todas las miradas de incredulidad por su creciente paranoia, como si la inversión de los roles sociales pudiera ser una ruleta fortuita que uno activa de manera tan sencilla como "sí, pásame ese paciente que tienes."
La familia que parece sacada de una serie de Hanna-Barbera, los ancianos con rencor pronunciado y las caras de pura maldad de Dreyfuss con relámpagos de fondo solo complementan el cuadro de esos dos, desdibujando progresivamente las líneas entre comedia burra animada y realidad.

Y, al final, podemos decir que Bob ha hecho de la vida de Leo un infierno, con tintes incluso crueles.
No importa demasiado por lo caricaturesco de todo, pero quizá sea por eso que el Pesao nos cae tan mal. Porque en cualquier momento nos convierte en el cuerdo entre un mar de locos.
5
24 de marzo de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todavía sufro de temblores cuando recuerdo a Richard Dreyfuss en Always de Steven Spielberg, 1.989, desde entonces, me ha costado superar que este actor pertenezca al reparto de alguna película. Sin embargo, hay que reconocer que, aunque su carrera tenga más oscuros que claros, ha hecho buenos papeles. En What about Bob? no hace su mejor papel pero mantiene el tipo frente a otro actor que de haber elegido mejor sus películas y de no haberse encasillado demasiado, hubiera tenido un curriculum más brillante del que tiene. Bill Murray se dedicó a este tipo de comedias con peores o mejores resultados, por suerte, ésta no es de las peores y mantiene el interés porque la dupla de personajes antagónicos que define el guion está bien diseñada.
Indiscutiblemente se podría haber sacado mucho más jugo de las situaciones pero existe un crescendo que se va desarrollando con buenas maneras en la pantalla y un clímax bien marcado y bien ejecutado que da paso a una resolución no muy brillante pero efectiva.
Estas historias de aparentes dicotomías entre personajes le han dado a Hollywood muchas satisfacciones e intentando reverdecer viejas glorias el guion saca provecho de la colisión de personajes antagónicos. La parte más humorística de la cinta proviene del sentido del humor un tanto irónico con el que se despacha al psicoanálisis. El fracaso del psiquiatra a la hora de manejar un paciente como Bob es el pistoletazo de salida para verdaderas puyas en el guion contra la teoría de Freud. Esas líneas son las mejores de la película. De todas maneras hacía ya mucho tiempo que los mejores momentos de la comedia de Hollywood se habían terminado cuando se rodó esta película.
5
2 de junio de 2022
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepcionante comedia que a pesar de sus buenos actores se me hace demasiado cargante. El personaje de Bill Murray resulta ser un plasta que acaba cansando con su omnipresencia. Siempre me ha caído bien y es muy gracioso, básicamente se interpreta así mismo, pero termino cogiéndole manía en una historia que no deja de tener un par de chistes ocurrentes y poco más.
9
25 de diciembre de 2019 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sería justo desmerecer el trabajo de Dreyfuss ni el del director Frank Oz, que algo tendrán que ver para que la película sea tan divertida, pero resulta que quien sobresale y quien se come la pantalla cada vez que aparece es Bill Murray. No queda otra que rendirse, es un pesado, es un dinosaurio, un maravilloso escollo infranqueable que al principio sorprende y luego ya te atrapa tanto que no puedes huir porque es un huracán. Bill, o Bob, su personaje, ya da igual, son el epicentro de un terremoto de buen humor que colocan al actor en la cima de la comedia y a su personaje directamente en el lugar donde descansa lo inolvidable.

Tras las primeras escenas viendo a Bob desplegando sus fobias el espectador puede sentirse amenazado, es un tío que fácilmente puede acabar cayendo mal, algo que con toda la película por delante es peligroso. Aguantar a alguien así, como lo aguanta en un inicio Dreyfuss, el psiquiatra Leo Marvin, precisa de mucha paciencia. En seguida, en ese paraje idílico alrededor de un lago nos pondremos de parte de la familia, que lo acoge como lo acogeríamos nosotros. Cae bien, de repente se muestra como un tío desinhibido, divertido, sin maldad, apropiado incluso para recibirlo en tu casa para cenar. En esos momentos es cuando las iras de quien no lo quiere a su lado se desatan y queda demostrado que el plan de la película es un éxito rotundo.

Gracias a la maravillosa interpretación de Murray el humor se dispara, con otro tal vez la cosa no hubiera funcionado igual. "¿Qué pasa con Bob?" es un monumento al humor, una película que va más allá del domingo por la tarde, puro espectáculo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Puede que las quejas por el colofón final estén justificadas, volar por los aires la casa de Dreyfuss, que se case con su hermana... Yo no encuentro otra cosa que coherencia, está en la misma línea, es el mismo camino que llevábamos recorriendo desde el inicio...

La única pega que encuentro es su pez: ¿qué habrá sido de él?
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