"Misión imposible 3 (M:I-III)" es el capítulo de la saga dirigido por J.J. Abrams y debo destacar que cada vez valoro más a este director que empezó con las series "Alias" y "Lost" y se ha convertido en uno de los mejores directores de cine a día de hoy, por cierto ésta fue la primera que dirigió. Sus películas tienen patrones comunes tan personales como previsibles, como el ritmo acelerado de la narración, el uso de la intriga como motor generador de conflictos, los planos pegados al suelo para grabar las escenas de acción, el uso cuidado y hasta pulcro de la música, los mismos dos o tres actores que siempre aparecen, y muchos más detalles que dejan su firma de identidad en todo lo que hace, para bien o para mal.

¿Y el resto de la película? Pues siendo la primera entrega de la saga una historia de espías y la segunda una orgía de flipaciones de macho alfa, diría que ésta se encuentra en un punto intermedio. Es una película de acción, por supuesto, pero no tan exagerada como la segunda entrega; también tiene su parte de espionaje pero no le dedican el suficiente tiempo como para que el desarrollo de la trama sea igual de interesante o complejo que el de la primera. Dentro del reparto, que cumple con su papel, mención especial a "Philip Seymour Hoffman" como el mejor villano de la saga al menos de las tres primeras entregas, y "Tom Cruise", uno de los pocos actores que no utiliza dobles, es innegable su entrega y la veracidad que aporta a la película.

Y para todo aquel que viendo la película piense "eso que acaba de hacer ese personaje, es imposible", que vuelva a leer el título.

De las versiones fílmicas de Misión imposible, la primera, dirigida por Brian de Palma era un buen filme de intriga y acción, con un maestro tras las cámaras y un buen guión. Pero llegó la segunda, en plena fiebre de cineastas hongkongneses, con un particular y peculiar director como John Woo y la película se transformó en una especie de parodia de si misma y de películas de superagentes, más próxima a Austin Powers, con un guión malo, un villano de tercera y unas escenas de acción tan exageradas y churriguerescas que resultaban grotescas y rídículas (aún me acuerdo verla en el cine de verano de Madrid con las carcajadas del auditorio). Y llegó el parón. Seis años. Y surgieron los films de Bourne.

Cruise, para resucitar su franquicia, contrató a Abrams. Y éste mostró su genio. Un buen guión, un magnífico montaje, unos secundarios que por fin tienen papel (¡un equipo de verdad!), un héroe vulnerable, un villano de campeonato y una gran dirección. Su inicio es demoledor, rompe todos los esquemas y de pronto, estás sumergido en la historia del filme. ¡Chapeau señor Abrams!

Es un film serio, con escenas de acción relativamente contenidas, aunque espectaculares no resultan ridículas, con el protagonista "bournizado" (es el sino de los tiempos), lo que rejuvenece a la serie, la actualiza y le da vigor. El siguiente filme mostró esta mejora, tanto en calidad como en taquilla.

La primera cinta era genial y la segunda, pese a ser una castaña, me gustó por lo "flipada" que era, muy John Woo. Misión Imposible 3 tiene una gran virtud, y es tener lo mejor cada cinta. Y esto es un arma de doble filo, ya que pese a que el argumento es bueno, no se desarrolla demasiado en preponderancia de las escenas de acción, simplemente geniales.

Los efectos especiales son brutales, impresionantes, casi tanto como los efectos sonoros y la BSO, que resuenan en los tímpanos como pocas películas lo han hecho antes. Quizá sea cosa del cine donde la he visto, pero casi parecía que tenías los coches dentro de tí. Las actuaciones son mediocres, la verdad, a excepción de Philop Seymour Hoffman (Owen) que se convierte en la gran sorpresa de la cinta, junto con algún secundario de turno. Cruise estaba mejor en las anteriores, y su novia echa por la borda parte de la película con ese final ñoño y edulcorado que no viene a cuento.

Por lo demás, promete acción y la regala. Secuencias para el recuerdo como el vuelo en helicóptero entre los molinos o, casi diría, toda la hora final (que va de menos a más) así lo verifican. No es una cinta con un argumento brutal -aunque tiene buenos puntos-, pero sí que tiene acción y de la buena. ¿Gratuita? Quizá. Pero en esta saga es lo que se busca. Un ritmo trepidante que MI3 posee. Amantes del género, tenéis una cita pendiente con Ethan Hunt.

Fuimos muchos los que aún recordamos a John Woo flipandolo en colores con la bazofia de la segunda parte, con las motos y con Cruise volando. Si bien la tercera entrega tiene algo más de argumento que la segunda, eso desde luego, tampoco es ninguna maravilla. La ves tan fácil como la olvidas. No llega a la primera parte.

"Come-placentas" retoma su papel de Ethan Hunt y se codea con un grupo de secundarios competentes. Ving Rhames que también retoma su papel es el secundario que más papel tiene. Billy Crudup hace una buena interpretación. Philip Seymour Hoffman vuelve a llenar la pantalla cada vez que sale (y desde aquí digo que del 2005 su oscar fue el más merecido) mientras que tanto Laurence Fishburne cómo Jonathan Rhys Meyers (tenía ganas de ver a este chaval tras "Match Point") están muy desaprovechados. En cuanto a las tres chicas con más protagonismo, Keri Russell, Maggie Q y Michelle Monaghan, están las tres muy buenas pero no aportan demasiado a la película si acaso la última de las citadas, con su relación con "Come-placentas" que hace que la historia se empalague un poco.

Merece la pena ver la película por las inverosímiles escenas de acción. Pero, además de las escenas de acción más o menos bien hilvanadas (no como la segunda parte, que era una sucesión de unas y otras con soberanas memeces), el argumento está algo más trabajado y con eso se gana bastante, no es un argumento que sea la panacea de la originalidad, tiene tantos tópicos como la que más, pero bueno yo lo que he ido buscando es entretenimiento. Y lo ha logrado sin un guión que sea nada del otro mundo.

El ritmo de la película es altisimo, tiene algunos momentos muy logrados y disfrutables pero el final, ayyyyyyyyy el final. ¡¡Ayy!! que dos puñetazos le metia a J.J. Abrams por ese final. Empalagoso, malo, flipante de más. Lo único por lo que se merece ver es por Hoffman llenando la pantalla pero es que... que castañazo le metía al director. Se lo perdono, porque bueno por lo demás tampoco hace un mal trabajo, lleva correctamente la película y bueno no llega al nivel de Brian De Palma pero no está mal. Quizá se le nota un poco el debut en cine ya que lleva trabajando en series de TV (Alias no me gusta, Perdidos y Felicity no las sigo) pero bueno.....

En fin, que una película entretenida, que no busca otra cosa, con multitud de escenas de acción tan poco creibles como disfrutables, con un guión con tópicos y con un grupo de actores competentes. Pues eso otra misión imposible de "Come-placentas", que cómo siga por el camino que lleva en su carrera en los últimos tiempos (centrándose en su vida personal) se va a convertir, sino lo ha hecho ya, en uno de los tipos más odiados del mundo.

Esto ha sido mortal: Tom Cruise y Jonathan Rhys-Meyers juntos en la pantalla. Yo ya no sabía ni a quién mirar, y entre músculos, ojos claros, varoniles rostros, labios arrebatadores, seductoras sonrisas, corbatas deshechas y camisas remangadas, he estado a punto de padecer un particular síndrome de Stendhal. La hecatombe ha sido la aparición de un Ethan Hunt con sotana hasta los pies, mientras por otro lado el compañero Declan escala sudoroso y acalorado por las catacumbas del Vaticano. Mortal.

J.J. Abrams dirige esta tercera entrega de Misión Imposible y remonta el bache que supuso John Woo. Cambia el estilo y cambia el tono de la saga, y con ello va cambiando también nuestro héroe protagonista, quien no se parece en nada al Ethan sofisticado de «M:I-2» y sólo de pasada al Ethan espía de la primera; por cambiar, aquí ha cambiado hasta de chica. El romance no me parece cursi, a no ser que por cursi entendamos a dos personas que se quieren. De hecho, el desenlace no deja de ser sorprendente y distinto a otros finales bastante predecibles, y la descarga eléctrica impacta lo suyo.

El guión no es que contenga lagunas, no; es que son, directamente, océanos. Creo que es la trama más enrevesada con diferencia, aunque también es verdad que despista, como mínimo, en un par de ocasiones en las que no te ves venir los acontecimientos, y que, al final, suprimiendo algunas explicaciones que, o no dan o dan mal, la historia acaba encajando aunque sea a presión. Otras veces, nos toman el pelo y se creen que no nos damos cuenta de lo que nos ocultan, como por ejemplo el robo de «la pata de conejo», que, estrictamente hablando, no sale.

Mención especial merece un Philip Seymour Hoffman que causa escalofríos sin que derrame ni una gota de sangre. Brutal lo de este actor. ¿Javier Bardem no se habrá inspirado en este personaje y su interpretación para hacer de villano en la última de Bond? Encuentro sospechosas similitudes, incluso en el cabello rubio.

El rato pasar, se pasa, ya que funciona como cine de evasión y entretenimiento con cierto gusto, y si no, siempre te quedarán los actores. ¡Divinos actores!