A merced del odio
6.7
1,126
Intriga. Thriller
Joey Fane, un niño de diez años, regresa a casa después de haber pasado una temporada en un colegio especial, al que fue enviado tras matar a su hermana pequeña. Desde su llegada, se dedica a hacer la vida imposible a su familia, en especial a su niñera, a quien llega a acusar de intentar matarlo. Todo indica que Joey sigue gravemente perturbado. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2009
20 de julio de 2009
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
LO NEGATIVO:
- La trama es rebuscada. Se nota demasiado esa intención de querer forzar al espectador a dudar sobre quién es el responsable de la muerte de la niña (su hermano ó la Nanny?), y en ese forcejeo permanente transcurre la película.
- Se detectan pasajes/papeles demasiado obvios creados para provocar una reacción del espectador. Ej.: la tía Pen con su enfermedad a cuestas nos está anticipando al segundo de entrar a escena lo que va a ocurrir con ella en la casa.
- Abundan momentos inverosímiles. Ej. 1: la tía Pen no se asombra de que el niño haya envenenado a su madre (que es justamente su hermana). Ej. 2: Joey habla sobre la muerte de su hermana como si no significara absolutamente nada para él.
- La inexpresividad del padre de Joey, lejos de sumar le resta eficacia a la película. Los papeles secundarios en general no aportan mucho.
LO POSITIVO:
Bette Davis. Su presencia nos hace sobrellevar cualquier bache del guión y de las otras actuaciones.
- La trama es rebuscada. Se nota demasiado esa intención de querer forzar al espectador a dudar sobre quién es el responsable de la muerte de la niña (su hermano ó la Nanny?), y en ese forcejeo permanente transcurre la película.
- Se detectan pasajes/papeles demasiado obvios creados para provocar una reacción del espectador. Ej.: la tía Pen con su enfermedad a cuestas nos está anticipando al segundo de entrar a escena lo que va a ocurrir con ella en la casa.
- Abundan momentos inverosímiles. Ej. 1: la tía Pen no se asombra de que el niño haya envenenado a su madre (que es justamente su hermana). Ej. 2: Joey habla sobre la muerte de su hermana como si no significara absolutamente nada para él.
- La inexpresividad del padre de Joey, lejos de sumar le resta eficacia a la película. Los papeles secundarios en general no aportan mucho.
LO POSITIVO:
Bette Davis. Su presencia nos hace sobrellevar cualquier bache del guión y de las otras actuaciones.
2 de enero de 2024
2 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mediados de los 60, la veterana actriz Bette Davis vio relanzada su carrera gracias al gran éxito de la magistral película de Robert Aldrich “Qué Fue de Baby Jane” (1962), cuya terrorífica actuación demostró que seguía en forma para sus clásicos papeles de mujer perversa, aparte de conseguir otra nominación al Oscar, Bette Davis inició una nueva carrera en películas de un marcado tono sórdido, en consonancia con el referido film, primero hizo “Su propia víctima” (1964), dirigida por su antiguo compañero de reparto Paul Henreid, y luego Aldrich de nuevo la puso al frente de “Canción de cuna para un cadáver” (1964), fue entonces cuando la Hammer se interesó por ella para interpretar la estupenda película que hoy nos ocupa “A Merced del Odio” (1965).
La película se basa en una novela de Evelyn Piper, la misma autora del libro del que parte la fascinante “El rapto de Bunny Lake”(Otto Preminger, 1965), y que en realidad es el seudónimo bajo el que se oculta la escritora norteamericana Merriam Modell (que no es sino otro seudónimo, siendo su nombre de nacimiento Miriam Levant), la adaptación a guion la realizó Jimmy Sangster, quien por lo general escribía los libretos de este tipo de intrigas para la Hammer. Para dirigirla se reclutó a Seth Holt, quien para la Hammer ya había realizado “El sabor del miedo (1961)”, y que volvería a colaborar con ellos en la póstuma “Sangre en la tumba de la momia” (1971), durante cuyo rodaje murió, siendo sustituido por Michael Carreras, Holt provenía del campo del montaje y había trabajado en muchas de las míticas comedias de la productora Ealing, pero también participó como segundo ayudante de montaje en esa obra maestra del terror que fue “Al morir la noche” (Alberto Cavalcanti, Charles Crichton, Basil Dearden, Robert Hamer, 1945), como director, aparte de rodar algunos capítulos de la emblemática serie “Cita con la muerte” (1960-1962), filmó algunas películas policiales muy interesantes, y es sin duda una figura que aún debe ser valorada en la verdadera dimensión que le corresponde.
Última película de la Hammer en blanco y negro, el tratamiento visual de “A merced del odio” ofrece una potencia arrebatadora, no solo por la elegancia de su monocromatismo, sino por el apasionante uso de la profundidad de campo empleada y la utilización de muchos encuadres con picados y contrapicados, juegos de perspectiva o imágenes partidas por los muros de la vivienda, todo esto consigue crear ese tono tétrico y elegante al mismo tiempo, sobre todo en las escenas nocturnas más tensas. Una película que marca, que impresiona, que fascina por la terrible crudeza con la cual se presentan en escena los actos más horribles y que atesora imágenes y escenas en su celuloide que quedarán indeleblemente grabadas en la mente del espectador, una exquisita muestra del mejor cine de la década de los sesenta que además cuenta con una inconmensurable Bette Davis en absoluto estado de gracia, la actriz hace una interpretación extraordinaria, una de sus mejores actuaciones, al menos en la etapa madura de su carrera, la intensidad de su mirada, magnificada por sus grandes y expresivos ojos, y el rictus ligeramente crispado de su rostro, sugiere que algo muy desagradable se oculta bajo su correcta apariencia, destacando la frialdad que muestra en muchos instantes, sobre todo al final, con esa mirada de soslayo y por encima del hombro totalmente aterradora.
Una de las grandes películas de la Hammer, un plato exquisito que debe degustarse con tranquilidad y calma.
La película se basa en una novela de Evelyn Piper, la misma autora del libro del que parte la fascinante “El rapto de Bunny Lake”(Otto Preminger, 1965), y que en realidad es el seudónimo bajo el que se oculta la escritora norteamericana Merriam Modell (que no es sino otro seudónimo, siendo su nombre de nacimiento Miriam Levant), la adaptación a guion la realizó Jimmy Sangster, quien por lo general escribía los libretos de este tipo de intrigas para la Hammer. Para dirigirla se reclutó a Seth Holt, quien para la Hammer ya había realizado “El sabor del miedo (1961)”, y que volvería a colaborar con ellos en la póstuma “Sangre en la tumba de la momia” (1971), durante cuyo rodaje murió, siendo sustituido por Michael Carreras, Holt provenía del campo del montaje y había trabajado en muchas de las míticas comedias de la productora Ealing, pero también participó como segundo ayudante de montaje en esa obra maestra del terror que fue “Al morir la noche” (Alberto Cavalcanti, Charles Crichton, Basil Dearden, Robert Hamer, 1945), como director, aparte de rodar algunos capítulos de la emblemática serie “Cita con la muerte” (1960-1962), filmó algunas películas policiales muy interesantes, y es sin duda una figura que aún debe ser valorada en la verdadera dimensión que le corresponde.
Última película de la Hammer en blanco y negro, el tratamiento visual de “A merced del odio” ofrece una potencia arrebatadora, no solo por la elegancia de su monocromatismo, sino por el apasionante uso de la profundidad de campo empleada y la utilización de muchos encuadres con picados y contrapicados, juegos de perspectiva o imágenes partidas por los muros de la vivienda, todo esto consigue crear ese tono tétrico y elegante al mismo tiempo, sobre todo en las escenas nocturnas más tensas. Una película que marca, que impresiona, que fascina por la terrible crudeza con la cual se presentan en escena los actos más horribles y que atesora imágenes y escenas en su celuloide que quedarán indeleblemente grabadas en la mente del espectador, una exquisita muestra del mejor cine de la década de los sesenta que además cuenta con una inconmensurable Bette Davis en absoluto estado de gracia, la actriz hace una interpretación extraordinaria, una de sus mejores actuaciones, al menos en la etapa madura de su carrera, la intensidad de su mirada, magnificada por sus grandes y expresivos ojos, y el rictus ligeramente crispado de su rostro, sugiere que algo muy desagradable se oculta bajo su correcta apariencia, destacando la frialdad que muestra en muchos instantes, sobre todo al final, con esa mirada de soslayo y por encima del hombro totalmente aterradora.
Una de las grandes películas de la Hammer, un plato exquisito que debe degustarse con tranquilidad y calma.
13 de julio de 2024
13 de julio de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pequeño Joey, vuelve a la casa de sus padres, luego de haber pasado una temporada en un reformatorio, y comenzará un conflicto intestino en la familia, por su aversión hacia su niñera.
Terror psicológico, personajes ambiguos y escondedores, y un afilado guión, que mostrará sus temibles cartas, en el nudo de la historia, sorprendiendo e impactando en su revelación.
Una increíble y magnética actuación de la Davis, en constante puja, con el inquieto y audaz niño...
Que le hará la vida imposible, adentro de aquel caserón, de atmósfera enfermiza, y que destapara una realidad, muy bien ejecutada en su desenlace, en una historia inmersiva y fatídica, que te sorprenderá... gran película del género
Twitter: @alucard8791
Youtube: retrofilms 2018
Terror psicológico, personajes ambiguos y escondedores, y un afilado guión, que mostrará sus temibles cartas, en el nudo de la historia, sorprendiendo e impactando en su revelación.
Una increíble y magnética actuación de la Davis, en constante puja, con el inquieto y audaz niño...
Que le hará la vida imposible, adentro de aquel caserón, de atmósfera enfermiza, y que destapara una realidad, muy bien ejecutada en su desenlace, en una historia inmersiva y fatídica, que te sorprenderá... gran película del género
Twitter: @alucard8791
Youtube: retrofilms 2018
5 de diciembre de 2009
5 de diciembre de 2009
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un buen guión (no diría magnífico, desde luego, pero sí bueno) que el director no consigue explotar. Es cierto que el buen hombre mantiene el interés, pero no es menos cierto que desaprovecha muchas oportunidades de crear suspense. Hitchcock hubiera hecho algo grande con este guión.
El punto fuerte, está clarísimo, es Bette Davis. No es uno de sus mejores papeles, pero su mera presencia es motivo suficiente para ver la película.
El punto fuerte, está clarísimo, es Bette Davis. No es uno de sus mejores papeles, pero su mera presencia es motivo suficiente para ver la película.
18 de julio de 2023
18 de julio de 2023
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aterradora Bette Davis. No sabes exactamente por qué, pero intuyes que algo pasa por la cabeza de la niñera, turbio y sombrío, maligno. Y nada parece indicarlo. En la primera media hora todavía no ha mostrado su faz, su cara, pero hay algo que no funciona bien en ella.
El desarrollo de la historia es muy sucio. La hija del matrimonio fue asesinada y el niño menor fue acusado de ello. Pero él dice que no fue, que nada tuvo que ver.
La madre, por supuesto, acabó desequilibraba con toda la historia. El marido es secretario de la Reina y tiene una vida laboral intensa, con viajes y demás. La niñera es la auténtica dueña de la casa, quien gobierna vidas y hechos de todos los miembros de la familia.
El envenenamiento de un pastel de carne lleva a la madre al hospital y es llamada su hermana, la tía del niño, que sufre del corazón. Todo parece indicar que se va a desencadenar una tragedia.
El resto del reparto lo forman: William Dix es el niño de la familia acusado de matar a hermana, Jill Bennett es la madre, James Villiers es el padre, siendo los demás del reparto: Wendy Craig, Pamela Franklin, Maurice Denham, Jack Watling, Alfred Burke, y Nora Gordon.
Actores menores en comparación con el monstruo que es la Bette Davis, que en lo sesenta interpretó tres películas de "miedo": ¿Qué fue de Baby Jane? (1962), y Canción de cuna para un cadáver (1964) ambas de Robert Aldrich, y ésta. Una trilogía que es una especie de canto del cisne de un prodigio interpretativo como ella.
El desarrollo de la historia es muy sucio. La hija del matrimonio fue asesinada y el niño menor fue acusado de ello. Pero él dice que no fue, que nada tuvo que ver.
La madre, por supuesto, acabó desequilibraba con toda la historia. El marido es secretario de la Reina y tiene una vida laboral intensa, con viajes y demás. La niñera es la auténtica dueña de la casa, quien gobierna vidas y hechos de todos los miembros de la familia.
El envenenamiento de un pastel de carne lleva a la madre al hospital y es llamada su hermana, la tía del niño, que sufre del corazón. Todo parece indicar que se va a desencadenar una tragedia.
El resto del reparto lo forman: William Dix es el niño de la familia acusado de matar a hermana, Jill Bennett es la madre, James Villiers es el padre, siendo los demás del reparto: Wendy Craig, Pamela Franklin, Maurice Denham, Jack Watling, Alfred Burke, y Nora Gordon.
Actores menores en comparación con el monstruo que es la Bette Davis, que en lo sesenta interpretó tres películas de "miedo": ¿Qué fue de Baby Jane? (1962), y Canción de cuna para un cadáver (1964) ambas de Robert Aldrich, y ésta. Una trilogía que es una especie de canto del cisne de un prodigio interpretativo como ella.
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