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Cantinflas

Comedia. Drama Mike Todd, un excéntrico productor de Broadway, llega a Los Ángeles con un proyecto de película bastante descabellado, La vuelta al mundo en 80 días, con el que quiere sacudir el star-system de Hollywood. Mario Moreno es un cómico que se gana la vida en las carpas de la Ciudad de México. Su personaje Cantinflas lo lleva a volverse un ícono del cine mexicano, y uno de los personajes más importantes de la industria fílmica. Sus caminos se ... [+]
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7
16 de abril de 2016 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos años. Dos años ha tardado en llegar a los cines españoles este falso biopic del mítico artista mexicano interpretado por Óscar Jaenada, 'Cantinflas'. Hago un inciso: Gracias A CONTRACORRIENTE FILMS por seguir haciendo tan buenísimo trabajo. Prosigo. Falso biopic o biopic no convencional porque no cuenta nada de la infancia de Mario Moreno y su montaje a caballo entre la pre-producción de su gran éxito en tierras americanas 'Around the World in 80 days' y los inicios del propio personaje a partir de 1933 restan mucho interés y ritmo a una historia que pudo haber dado mas de si. Cierto es que se llama 'Cantinflas' y no 'Mario Moreno'. Tratándose mas de un biopic del personaje que del artista que lo creo, la omisión de la infancia del actor mexicano esta 'justificada'. La introducción de esa parte 'americana' me parece mas que una buena idea para la cronología tanto del guión como del montaje pero hay que ver el cuadro desde fuera y darse cuenta que no es mas que una campaña de marketing para vender el producto en todo el mundo, para que 'Cantinflas' sea un pseudo biopic global y no un producto puramente para el publico latino. Tampoco engaña ya que uno se puede dar cuenta del tono y por donde se van a mover los hilos en los primeros 10 minutos de película. Otra de las cosas que entrarían dentro de ese truco de marketing que es la parte 'americana' es la banda sonora totalmente azucarada, empalagosa e infantil del murciano Roque Baños que conforma un ambiente a moralina naftalinera nada acorde con ese 1955 tan luminoso que se nos muestra.

Volviendo a lo de biopic de Cantinflas/Mario Moreno hay algo que no llegué a entender, si la explicación a que su infancia no sea relatada es que se trata de un biopic del personaje y no del artista, porque no se nos cuenta el origen de los famosos harapos que Mario usa para convertirse en Cantinflas? En comparación con por ejemplo Chaplin, el gorro y el bastón son algo significativo en su carrera, como Batman y su traje, si se trata del biopic de Cantinflas me parece un gran error no explicar el origen de ese atuendo tan característico. También se aprecia en el guión algo de confusión en el intento de mostrar poco o mucho los momentos claves en la vida de Mario Moreno (pero no era un biopic sobre el personaje?), su lucha por la igualdad y el reparto equitativo de las subvenciones del sindicato de actores, el drama personal con su mujer por no poder tener hijo así como el trauma de verse superado por su propia creación como así demuestra la única escena en que vemos a un Mario Moreno lanzando un vaso contra un cuadro de Cantinflas. Mas que confusión en el guión suena a metraje recortado, a sensación de querer contentar a todos y contar mucho en poco tiempo como por ejemplo intentando hacer que el espectador entienda de donde saco la inspiración Mario par algunas de sus futuras películas haciendo de político (escena en el teatro) o barrendero (escena con un amigo del barrio). La película dirigida y co-escrita por Sebastian del Amo junto a Edui Tijerina tiene algo especial, algo que la salva y la hace única. Óscar Jaenada. El español no solo ofrece un registro pasmosamente idéntico al del actor mexicano sino que físicamente es la viva imagen de Cantinflas. Por mucho que se empeñe la gran mayoría de publico mexicano en echar pestes sobre la elección de Oscar para el papel, es algo que salta a la vista, era la mejor elección posible, facciones, gestos, miradas, tono de voz, todo, y os lo dice un fan de la filmografía de Cantinflas. La actuación de Jaenada es brillante, resucitando a Cantinflas (comedia) y a Mario Moreno (drama) como se puede observar en el primer encuentro que tiene con Michael Todd (Michael Imperioli). Oscar Jaenada es el salvavidas de esta película sin ninguna duda y la razón de darle un 7/10 a la película. Como español se podría decir que barro para cada pero sinceramente, sabéis que no, solo hay que verlo actuar en un par de escenas para darse cuenta que no se podría haber encontrado ningún actor mejor que el para este papel. Poco mas, me gustaría que hubieran desarrollado mas la parte dramática y que se mostrara la infancia de Mario pues creo que en ella esta la esencia del mito de Cantinflas, en sus raíces y en su humildad. Entre la actuación de Jaenada, la multitud de cameos la película y los 3 o 4 detalles simpáticos que tiene el guión sobre curiosidades de la vida de Cantinflas, el film se soporta mejor y se hace pasable. De momento habrá que conformarse con este 'biopic' hasta que el ciclo de la vida nos permita ver de nuevo otro distinto con otra visión o enfoque donde se nos cuente TODA la vida de Mario Moreno.

Crítica completa en BLOODSTAB: http://bloodstab.blogspot.com.es/2016/04/cantinflas.html
6
20 de abril de 2016 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, o más bien Cantinflas, es uno de los cómicos más famoso de todos los tiempos y este biopic nos lo explica, mostrando el nacimiento y la forja de su popular personaje, mientras conocemos como surgió su participación en "La vuelta al mundo en 80 días". Lo más destacado es la impresionante caracterización física y vocal de un soberbio Oscar Jaenada quien nos hace creer en muchas ocasiones que estamos ante el propio cineasta mexicano. Quizá la película no sea tan majestuosa y relevante como lo era Mario Moreno, pero si que es un modo acertado y ameno de conocer a grandes rasgos, como se desarrolló parte de su vida profesional y personal.

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4
23 de abril de 2016 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he dicho -provocando estupefacción entre mis diversos interlocutores- que el personaje de Cantinflas no tiene nada que envidiar al de Charlot. Los dos crearon un personaje universal, de orígenes humildes, que ha permanecido en el tiempo. El primero representaba el mundo hispano y el segundo el anglosajón. La única diferencia es que las películas de Mario Moreno Cantinflas son más bien mediocres y en las de Charles Chaplin se pueden contabilizar varias obras maestras. Ahí está el detalle.
“Cantinflas” llega con dos años de retraso a España con respecto a su estreno en el resto de países latinoamericanos. Su principal reclamo es que está protagonizada por Óscar Jaenada. No es fácil encarnar a un mito y Jaenada ofrece una interpretación correcta sin llegar a las cotas de mimetismo que alcanzó con Camarón de la Isla. Jaenada presenta con acierto las dos caras del personaje: la de cómico y la de empresario.
Eso sí “Cantinflas” en sí presenta bastantes deficiencias. Su tono demasiado amable juega en su contra. Así como elegir como hilo conductor el filme “La vuelta al mundo en 80 días” (1956) -una de las escasas películas que rodó Cantinflas en Hollywood y que le reportó un Globo de Oro-, porque Mario Moreno se convirtió en la voz del pueblo mexicano con sus endiablados requiebros lingüísticos, que tenían el objetivo no solo de hacer reír al respetable sino hacerle reflexionar sobre diversos aspectos sociales.
Cantinflas supo caricaturizar al “pelao”, claro exponente de la clase baja mexicana, y dotarlo de corazón para lanzar sus mensajes de calado social sin adoctrinar. Por ejemplo, en “El analfabeto” (1960) defendía la importancia de la educación, en “Si yo fuera diputado” (1951) la honradez en la política o en “Un día con el diablo” (1945) ofrecía una reflexión sobre la institución del ejército.
Un personaje como Cantinflas (1911-1993) se merecía una mejor película que ofreciera un análisis más profundo de su vida y no unas simples pinceladas sobre su biografía, que incluyen sus duros inicios en las carpas ambulantes, cómo afectó su éxito profesional a su vida personal o su acciones como líder sindical. No en balde, la Real Academia Española incluye en su diccionario el verbo “cantinflear”: hablar o actuar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada con sustancia.
8
16 de enero de 2016 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mejor comediante mexicano comenzó actuando en una carpa del estado de Veracruz, con bajos salarios y ante público rudo. Sin embargo, su picardía e inteligencia le ayudaron a progresar hasta buscar fortuna laboral en la Ciudad de México.

Mario Moreno dio origen a "Cantinflas", admirado hasta por Charles Chaplin, actor que se internacionaliza con la película hollywoodense "La vuelta al mundo en ochenta días". Y es ahí en Hollywood donde inicia la película, cuando un productor busca al actor mexicano para ser parte del mencionado proyecto cinematográfico.

Se repasa también la vida personal del actor, sus alegrías y tristezas, sus crisis personales, su paso en la Asociación Nacional De Actores y la huella que dejó en la vida actoral de México.

El actor español Óscar Jaenada hace una excelente representación de Cantinflas. Su nominación fue muy criticada ya que mucha gente hubiese preferido a un actor mexicano para dicho papel. El empeño de Jaenada fue excelente, pues no hay rastro de su acento español, además de que su gran parecido con Cantinflas le ayudó bastante en la caracterización.
16 de abril de 2016 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá era necesario que llegara Cantinflas (2014), de Sebastián del Amo, para que me detuviera a pensar en la obviedad de los personajes inventados en el cine, que tan importantes han sido en el desarrollo de la Historia del Séptimo Arte y que tan bien conocemos, afortunadamente.

Cabe señalar, en primer lugar, que cuando un cineasta opta por construir un personaje de estas características, el cineasta salta de la condición de artista, que no es poco, a la de creador en el sentido pleno de la palabra. Es lo que sucedió a Charles Chaplin con Charlot, Groucho Marx con Groucho Marx, Woody Allen con Woody Allen y Mario Moreno con Cantinflas.

Frente a otros grandes cómicos de la época, como Buster Keaton, de facciones hieráticas, porque todo lo confiaba a los ojos, eternamente recordado por El maquinista de La General (1926), dirigida por el propio Buster y Clyde Bruckman, o Harold Lloyd, cuya estética conseguía transmitir fácilmente las contradicciones propias de la ingenuidad taimada, inolvidable, por supuesto, su escena del reloj, Charlot aportó un mayor registro de convulsiones faciales, así como el toque inglés en los epígonos de la revolución industrial, con tan gran naturalismo retratada por Dickens.

Groucho Marx comparte con Chaplin el triste año de su fallecimiento, 1977, y casi, casi el fasto de su nacimiento, pues si el inglés vino al mundo en 1889, el norteamericano lo hizo en 1890, pudieron haber tenido, pues, carreras simultáneas, pero un personaje como el de Groucho Marx, necesitaba sin duda el sonoro, pues es en los diálogos febriles donde se despliega todo su arte. De ahí que Sopa de ganso (1933), de Leo McCarey, Una noche en la ópera (1935) y Un día en las carreras (1937), estas dos últimas de Sam Wood, marquen los tres hitos fundamentales de los hermanos Marx.

En las frases de Groucho se despliega la corrección social subvertida en estilete social.

Woody Allen nació en días de radio, como ya se encargó él mismo de recordarnos en la película de 1987. Realmente costaría trabajo encontrar un cineasta que con mayor ahínco se haya dedicado a bucear en sí mismo en sus filmes. Allen se inició artísticamente como humorista en la década de los cincuenta y fue configurando un personaje que se caracterizaba por sus rasgos de antihéroe: inseguridad, timidez, dudas, angustias son algunos de esos rasgos, siendo así que la principal aportación artística de Allen ha sido embutirlos en un discurso cómico y creativo desde su primera película Toma el dinero y corre (1968).
Con mayor o menor intensidad, con mayor o menor claridad, esos grandes temas (la religión, la familia, el amor, el sexo, la muerte) han sido las señas de identidad de ese otro hombrecillo que nos acompaña desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días.

Y, por fin, Cantinflas es el personaje que ahora nos trae Sebastián del Amo en una película, donde lo más destacable, sin duda, es la actuación de Oscar Jaenada, cuya magnífica actuación en el papel de Camarón se ve ahora corroborada por la recreación de Mario Moreno.

No es esta película, en mi opinión, un proyecto logrado: se nota mucho que los escenarios son escenarios, por ejemplo y no se explotan lo suficiente los diferentes episodios narrados, que además carecen de la fuerza dramática suficiente, incluso en momentos de particular desgarro.

Pero quedémonos con lo que sí tiene de positivo como es la plasmación de la creación del personaje Cantinflas a través de sucesivos momentos vitales de Mario Moreno, en cuyos planes juveniles ni siquiera entraba el ser actor. Converge así el largometraje hacia el rodaje de La vuelta al mundo en 80 días (1956), de Michael Anderson, donde Mario Moreno tuvo un papel protagonista. Y lo que vemos durante la proyección es cómo Cantinflas surge casi por generación espontánea alrededor de una frase: “Y ahí está el detalle”, que es el título de su primera película como protagonista de Mario en 1940, dirigida por Juan Bustillo Oro. De la misma manera que sus diálogos son improvisados y así lo exigía Moreno en el rodaje, lo que no constituía una dificultad menor por la total carencia de sentido de los mismos.

A partir de ahí, Cantinflas va creciendo dentro de unas coordenadas que podríamos considerar la torpeza ilustrada en un eje y la humildad en el otro, de aquí que este personaje sea conocido con el sobrenombre de “peladito”. Posteriormente, también en México y para televisión, Roberto Gómez Bolaños alumbraría “El chavo del 8”, de características similares, pero con más limitadas posibilidades.

No quiero dejar de mencionar que todos los personajes que estamos considerando tienen una indumentaria perfectamente ideada para mejor soporte del carácter esencial de su propietario, una imagen con la cual el espectador está familiarizado, algo más dispersa en el caso de Woody Allen, pero etiquetable como urbana sin mayores problemas.

Con todo, lo que me parece particularmente útil para cerrar estas reflexiones y es que, de manera inversa a como sucede tradicionalmente, que el actor se adueña del personaje, lo hace suyo y se identifica con él para lograr una mejor interpretación, Charlot, Groucho Marx en pantalla, Woody Allen también en pantalla, y Cantinflas se adueñan de los actores.

Pongamos un ejemplo sacado de Cantinflas, el filme de Sebastián del Amo, donde en un momento dado, Michael Todd ha sido rechazado por Mario Moreno para intervenir en La vuelta al mundo en 80 días, a lo que Chaplin le aconseja: “Diríjase a Cantinflas y no a Mario Moreno”. Si lo sabría que él bien que el personaje es la realidad y no a la inversa.

No se trata de Humphrey Bogart dando vida, de manera magnífica, por cierto, a Phillip Marlowe o San Spade, por citar unos casos perfectamente conocidos, sino de Charlot o Cantinflas apoderándose del espíritu creativo de Charlie Chaplin o Mario Moreno, respectivamente.
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