Desafío al tiempo
6.4
29,320
Fantástico. Thriller
John (James Caviezel) vive obsesionado con la muerte de su padre, un bombero (Dennis Quaid), que pereció 30 años antes durante un incendio. Un día, un extraño fenómeno meteorológico le permite hablar con él, a través de un viejo equipo de radioaficionado con el que se comunica con el pasado: John informa a su padre de los errores cometidos en aquel incendio y así evita su muerte. Sin embargo, de este vuelco del destino se derivarán ... [+]
2 de septiembre de 2015
2 de septiembre de 2015
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendentemente buena durante un rato, increíblemente mala al final.
La primera parte es un agradable popurrí de mil cosas mil veces vistas antes; simpático, humilde, esmerado ejercicio de fantasía familiar y evasión sentimental; el viaje en el tiempo otra vez, pero como si fuese nuevo. Bien. Sigue. Y comienzan los terremotos, atropellos y prisas, los sustos y recovecos. Vale. No está mal tampoco. Lo compro. Y sigue (casi dura dos horas, oye). Y aquello empieza a crujir, los goznes a chirriar, los travesaños, carcomidos por un ejército ominoso de termitas kazajas, se nos vienen abajo o encima, el tejado con goterones clama, el vecino gritón enloquece... Y asoma con inquina el ridículo, como al trasluz, agazapado, esperando la ocasión, que viene ya, para atacar a cara descubierta. Ya queda menos, pero continúa. Y llega el cierre...
La primera parte es un agradable popurrí de mil cosas mil veces vistas antes; simpático, humilde, esmerado ejercicio de fantasía familiar y evasión sentimental; el viaje en el tiempo otra vez, pero como si fuese nuevo. Bien. Sigue. Y comienzan los terremotos, atropellos y prisas, los sustos y recovecos. Vale. No está mal tampoco. Lo compro. Y sigue (casi dura dos horas, oye). Y aquello empieza a crujir, los goznes a chirriar, los travesaños, carcomidos por un ejército ominoso de termitas kazajas, se nos vienen abajo o encima, el tejado con goterones clama, el vecino gritón enloquece... Y asoma con inquina el ridículo, como al trasluz, agazapado, esperando la ocasión, que viene ya, para atacar a cara descubierta. Ya queda menos, pero continúa. Y llega el cierre...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y la casa se derrumba y el espanto se impone. Siniestro total.
Si me pidiesen (lo harán, tarde o temprano) un ranking de finales chapuceros de la historia del cine, lo digo desde ya, este mismo está en lo más alto, top five, por lo menos. No se pueden cometer más estropicios en menos tiempo. La aparición de Quaid como viejo escopetero es realmente grotesca, como de concurso de televisión en cadena pública y en prime time.
Y casi que no tengo fuerzas ni palabras para explicar ese epílogo cochambroso, infame, sádico. Como el boceto chungo perpetrado por un director de campaña de un político español en plenas elecciones generales, casi tan repugnante e idiota, para que os hagáis una idea del tamaño del engendro del que hablamos. Con canción diabólica, insoportablemente blanda y cursi, y un jolgorio americano-hogareño-sensiblero que haría vomitar al faquir más disciplinado, a una foca angoleña también, por supuesto.
P.D.: Esas señas de identidad tan americanas, béisbol, Elvis, asesinos en serie, la familia siempre unida, asesinos en serie..., se aceptan (cada uno tiene lo suyo, aquí paz y después gloria), pero solo hasta cierto punto, concretamente el de no retorno, una vez cruzado este, superada esa frontera abismal, el dolor será inasumible, el padecimiento, intolerable, peor que pisar un charco con botines de charol, algo así como la gonorrea babilónica, no, hija, no.
Si me pidiesen (lo harán, tarde o temprano) un ranking de finales chapuceros de la historia del cine, lo digo desde ya, este mismo está en lo más alto, top five, por lo menos. No se pueden cometer más estropicios en menos tiempo. La aparición de Quaid como viejo escopetero es realmente grotesca, como de concurso de televisión en cadena pública y en prime time.
Y casi que no tengo fuerzas ni palabras para explicar ese epílogo cochambroso, infame, sádico. Como el boceto chungo perpetrado por un director de campaña de un político español en plenas elecciones generales, casi tan repugnante e idiota, para que os hagáis una idea del tamaño del engendro del que hablamos. Con canción diabólica, insoportablemente blanda y cursi, y un jolgorio americano-hogareño-sensiblero que haría vomitar al faquir más disciplinado, a una foca angoleña también, por supuesto.
P.D.: Esas señas de identidad tan americanas, béisbol, Elvis, asesinos en serie, la familia siempre unida, asesinos en serie..., se aceptan (cada uno tiene lo suyo, aquí paz y después gloria), pero solo hasta cierto punto, concretamente el de no retorno, una vez cruzado este, superada esa frontera abismal, el dolor será inasumible, el padecimiento, intolerable, peor que pisar un charco con botines de charol, algo así como la gonorrea babilónica, no, hija, no.
15 de septiembre de 2013
15 de septiembre de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con “Frequency” me ocurre lo mismo que cuando emiten “Terminator 2” (1991), la dan interminables veces por la tele, e interminables veces la vería sin aburrirme. Es una película que creo que tiene su encanto y que además en su conjunto cumple bien, ya que tiene sus dosis de cine fantástico, drama, deporte y crimen por igual. Se entrelazan bien en esta acaramelada historia de padre e hijo.
Año 1999. John sigue aún traumatizado por la muerte de su padre, un bombero que murió hace treinta años durante un incendio. La aparición de la aurora boreal permitirá a John poder comunicarse con su padre Frank, siendo quizás una segunda oportunidad para que su progenitor viva.
Creo que lo que más me fascina de esta cinta es ver como John, que trabaja como detective en el departamento de policía, intenta ayudar a su padre a través del aparato de radio-aficionado, sin lograr dar en la tecla correcta para arreglar el problema del todo. Su padre, Frank, a su vez, cambia el curso de su destino, alterando el espacio-tiempo cada vez que toma una nueva decisión al haber sido aconsejado por su hijo desde el futuro. Sin embargo, cualquier cambio alterará otros factores, siendo fruto de ello la continuación de una serie de asesinatos de mujeres que tendrán que resolver conjuntamente padre e hijo.
La buena química que hay entre Jim Caviezel (“La pasión de Cristo“, 2004) y Dennis Quaid (“Pandorum“, 2009) es la gran baza con la que juega la película en todo momento. El diálogo continuo entre ambos, el cual no aburre en ningún momento, es la pieza clave para ir siguiendo los hechos que se van aconteciendo, siendo al igual que los protagonistas, testigos de los hechos que van sucediendo y de estar pendiente de que la conversación que están manteniendo no sea la última, ya que el hecho de que puedan comunicarse depende de lo que perdure la aurora boreal.
Aparte, cuenta con un gran plantel de secundarios como Elizabeth Mitchell (“Perdidos“, 2004-2010), quien da vida a la madre de la familia o Noah Emmerich (“Cuestión de honor (Pride and Glory)“, 2008), interpretando a un más que convincente mejor amigo de John. Como curiosidad, destacar la aparición de Michael Cera (“Juno“, 2007) interpretando al joven John de niño.
Como digo, sin duda el punto de partida que tiene “Frequency” es hacer de una forma bastante original que el espectador pueda disfrutar de una cinta en la que es posible cambiar el futuro a través del pasado. Siendo la típica película familiar para ver una tarde de domingo en la que además si quien la ve es aficionado al béisbol, podrá gozar a las mil maravillas, ya que de forma indirecta, el béisbol será una de las claves para comprender lo que vemos.
Año 1999. John sigue aún traumatizado por la muerte de su padre, un bombero que murió hace treinta años durante un incendio. La aparición de la aurora boreal permitirá a John poder comunicarse con su padre Frank, siendo quizás una segunda oportunidad para que su progenitor viva.
Creo que lo que más me fascina de esta cinta es ver como John, que trabaja como detective en el departamento de policía, intenta ayudar a su padre a través del aparato de radio-aficionado, sin lograr dar en la tecla correcta para arreglar el problema del todo. Su padre, Frank, a su vez, cambia el curso de su destino, alterando el espacio-tiempo cada vez que toma una nueva decisión al haber sido aconsejado por su hijo desde el futuro. Sin embargo, cualquier cambio alterará otros factores, siendo fruto de ello la continuación de una serie de asesinatos de mujeres que tendrán que resolver conjuntamente padre e hijo.
La buena química que hay entre Jim Caviezel (“La pasión de Cristo“, 2004) y Dennis Quaid (“Pandorum“, 2009) es la gran baza con la que juega la película en todo momento. El diálogo continuo entre ambos, el cual no aburre en ningún momento, es la pieza clave para ir siguiendo los hechos que se van aconteciendo, siendo al igual que los protagonistas, testigos de los hechos que van sucediendo y de estar pendiente de que la conversación que están manteniendo no sea la última, ya que el hecho de que puedan comunicarse depende de lo que perdure la aurora boreal.
Aparte, cuenta con un gran plantel de secundarios como Elizabeth Mitchell (“Perdidos“, 2004-2010), quien da vida a la madre de la familia o Noah Emmerich (“Cuestión de honor (Pride and Glory)“, 2008), interpretando a un más que convincente mejor amigo de John. Como curiosidad, destacar la aparición de Michael Cera (“Juno“, 2007) interpretando al joven John de niño.
Como digo, sin duda el punto de partida que tiene “Frequency” es hacer de una forma bastante original que el espectador pueda disfrutar de una cinta en la que es posible cambiar el futuro a través del pasado. Siendo la típica película familiar para ver una tarde de domingo en la que además si quien la ve es aficionado al béisbol, podrá gozar a las mil maravillas, ya que de forma indirecta, el béisbol será una de las claves para comprender lo que vemos.
4 de noviembre de 2007
4 de noviembre de 2007
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
En sí esta cinta de ficción es original y atractiva en sus planteos de desafiar al tiempo y a las leyes físicas para cambiar los acontecimientos desagradables que han sucedido.
Así seremos partícipes de un contacto paterno-filial bastante excéntrico: a través de una radio frecuencia de aficionados, sólo que en dos tiempos históricos distintos.
La película no ahonda en explicaciones científicas y debemos conformarnos con ese tema de la aurora boreal que quizás no satisfaga.
Por momentos se torna bastante compleja de analizarla desde la lógica, pero al menos resulta entretenida en sus variantes policíacas donde el hijo (detective de homicidios) del futuro ayuda a su padre que vive en un tiempo pasado a resolver un caso de asesino serial de enfermeras.
Las alternativas del filme proponen ser vividas desde lo afectivo al ver cómo un padre y su hijo luchan mancomunadamente venciendo al tiempo para mejorar sus vidas.
No hay dudas que por momentos la oferta resulta bastante exagerada, lenta y retorcida, pero al menos se torna pasable debido a la singularidad de su guión que nos introduce en una provocación de dos seres humanos al inexorable paso del tiempo que marca las vidas.
También hay que reconocerle el mérito que a pesar de ser una cinta de ciencia ficción, no se hace casi uso de efectos especiales. Además de las amenas interpretaciones del dúo protagónico Dennis Quaid y James Caviezel.
Así seremos partícipes de un contacto paterno-filial bastante excéntrico: a través de una radio frecuencia de aficionados, sólo que en dos tiempos históricos distintos.
La película no ahonda en explicaciones científicas y debemos conformarnos con ese tema de la aurora boreal que quizás no satisfaga.
Por momentos se torna bastante compleja de analizarla desde la lógica, pero al menos resulta entretenida en sus variantes policíacas donde el hijo (detective de homicidios) del futuro ayuda a su padre que vive en un tiempo pasado a resolver un caso de asesino serial de enfermeras.
Las alternativas del filme proponen ser vividas desde lo afectivo al ver cómo un padre y su hijo luchan mancomunadamente venciendo al tiempo para mejorar sus vidas.
No hay dudas que por momentos la oferta resulta bastante exagerada, lenta y retorcida, pero al menos se torna pasable debido a la singularidad de su guión que nos introduce en una provocación de dos seres humanos al inexorable paso del tiempo que marca las vidas.
También hay que reconocerle el mérito que a pesar de ser una cinta de ciencia ficción, no se hace casi uso de efectos especiales. Además de las amenas interpretaciones del dúo protagónico Dennis Quaid y James Caviezel.
8 de febrero de 2009
8 de febrero de 2009
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra historia más acerca de lo negativo que es cambiar el pasado. Cumple la función de entretener aunque existen muchos detalles forzados como las luchas bombero bueno contra asesino indestructible y el final está metido con calzador.
18 de octubre de 2010
18 de octubre de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así es como podríamos definir en pocas palabras el transcurso argumental. Comenzamos con una historieta sobre bomberos y policías que no nos dice nada pero rápidamente cambiamos al plano físico al momento de conexión atemporal entre padre e hijo, este, SIN DUDA ALGUNA es el PEOR tramo de la película, una conexión que no existe y una excusa paupérrima como "explicación".
El grandioso trabajo de dirección consiste en hacernos olvidar esa inconcluencia física para centrarnos en la trama principal, la de una conexión entrañable y al mismo tiempo peligrosa entre ambos radio-aficionados. La historia entra a través de nuestras pupilas y queda retenida en nuestro cerebro durante un par de semanas (Por encima de la media pero sin acercarse ni por asomo a las obras maestras del cine).
La recomiendo a todo aquel que quiera pasar un par de horas de acción y suspense.
El grandioso trabajo de dirección consiste en hacernos olvidar esa inconcluencia física para centrarnos en la trama principal, la de una conexión entrañable y al mismo tiempo peligrosa entre ambos radio-aficionados. La historia entra a través de nuestras pupilas y queda retenida en nuestro cerebro durante un par de semanas (Por encima de la media pero sin acercarse ni por asomo a las obras maestras del cine).
La recomiendo a todo aquel que quiera pasar un par de horas de acción y suspense.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Una de las cosas que más me llama la atención de la película y que sirve para explicar mi puntuación de 7 es ¿Por qué narices no aprovecha el padre los resultados del béisbol (o de cualquier otra cosa) para apostar y forrarse? Nadie, y digo NADIE es tan estúpido como para no darse cuenta.
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