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El hombre del año

Comedia. Drama Biografía de un popular cómico, presentador de talk-show, que, animado por su audiencia, decide lanzarse al mundo de la política. (FILMAFFINITY)
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Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
5 de febrero de 2008
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film es parte de una ola de autocríticas al status quo norteamericano que personalmente me parece muy saludable y digno de una nación que se dice avanzada e inteligente, pero donde la gran mayoría vive en la ignorancia, justamente endulzada por la clase dominante que los cuida y les dice que hacer, pensar y votar. Adicionalmente creo que el problema que plantea la historia se vive también en otros paises donde la crisis de la democracia se hace muy evidente, debiendose llamar dedocracia, donde los dueños de los recursos económicos concentran el poder político.
Desde este punto de partida, la historia es muy interesante, critica en forma ácida a los políticos y la falta de representatividad de los mismos, que si bien se baja un poco el tono por la forma cómica y burlona de expresarlo, es duro y deja un mensaje claro a quién quiera oirlo.
Las actuaciones son muy potentes, Robin hace lo suyo, Walken sigue siendo extraordinario y un elenco que acompaña muy bien la trama.
La recomiendo ampliamente, entretenimiento con contenido... difícil de encontrar hoy en día.
martinmision
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29 de agosto de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que haya cogido manía a esta película por su pésimo doblaje, francamente el peor que jamás hubiera oído en España, pero es que al margen de aquellas insufribles voces, la película adolece de severos problemas que la hacen quedarse en un recuerdo que más vale olvidar. Posee una buena idea de partida, un casting cuidado y muy bien elegido e incluso algún que otro gag divertido, pero poco más.
Incluso en VOS, el film consigue algo imperdonable en una película con personajes supuestamente carismáticos: que no te importe si viven o mueren. La trama conspiratoria, de haber un buen guión detrás, sería una excelente razón para quedarse dos horas frente a un televisor, pero por desgracia es una "patochada" claramente imposible que roza lo ridículo. Y es que una película para ser buena tiene que ser creíble, aunque la historia sea de lo más fantasiosa.
Actores de talla mundial como Robin Williams, Laura Linney o Christopher Walken quedan totalmente desaprovechados en unos papeles planos, con un tono supuestamente indie que no llega ni a amateur. Williams está especialmente desaparecido en un papel que, de ser algo más histriónico, le vendría como anillo al dedo, mientras que Linney, por mucho que lo intente, que lo intenta, no consigue salvar a la pobre informática que interpreta metida en una conspiración increíble (de no poder creérsela uno, no de buena). Walken... Hace lo que puede, que no es mucho en este caso. Y Tina Fey, un cameo de lujo en cualquier otro film, aquí se queda en anécdota y de las aburridas.
En definitiva, una película que puede verse, pero que más valdría no hacerlo, sintiéndolo mucho porque admiro a los dos protagonistas. Si quieren salvar la memoria del director de la cinta, mejor véanse "Good morning, Vietnam!" u otra de las suyas.
Dasimen
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14 de octubre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El proceso político eleccionario en los EEUU es influenciado por los grandes intereses de la nación, Tom Dobbs (Robin Williams), un famoso comediante de sátira política decide lanzarse como candidato independiente a la presidencia y para ello utiliza todos los medios a su alcance. Como resultado, Dobbs es elegido presidente de los EEUU, pero una desconocida programadora de computadoras, Eleanor Green (Laura Linney) levantara bandera roja sobre su elección.

Extraordinaria comedia de sátira política. Un film lleno de bromas y comentarios mordaces del proceso político estadounidense interpretado magistralmente por el comediante Robin Williams. El film descansa en la actuación de Williams y de sus peculiares bromas.

El actor Robin Williams se dio a conocer en la serie de comedia televisiva “Mork & Mindy” (1978–1982) como un extraordinario comediante, desde entonces ha sido nominado al Oscar en cuatro ocasiones por “Good Morning, Vietnam” (1987), “Dead Poets Society” (1989), “The Fisher King’ (1991) y “Good Will Hunting” (1997) en donde finalmente lo gano. La película tuvo un presupuesto de $20 millones y generó por la venta de taquillas la cantidad de $41 millones, más $19 millones por la venta del DVD.
operez
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8 de marzo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
55/25(27/02/18)Decepcionante film del caído del otrora grande de Hollywood, Barry Levinson (dirige y guioniza), sátira política que sobre el papel tenía potencial, teniendo en cuenta que Barry entro en este subgénero con la sugerente “La cortina de humo” (1997) destacando ara ello su escaparate protagónico Robin Williams (actor fetiche de Levinson: “Good Morning Vietnam!” y “Toys”) en su salsa, inspirándose en el cómico y presentador Jon Stewart, pero a medida que avanza el relato se vuelve más disperso y moroso, polarizándose en géneros que se notan metidos con calzador, y que lastran y alargan unas subtramas que son varios tiros en el pie. En lo que es una mezcla muy desequilibrada de comedia, acción y thriller político, que en este caso parece ser una revisión paródica de lo sucedido en Florida (estado decisivo, quien ganara allí ganaba en toda la nación) en las elecciones de 2000, donde un problema con las máquinas de recuento derivo en una lucha encarnizada entre Bush-Al Gore, y que hizo pensar a muchos estadounidenses que quizás su sistema no era del todo justo. La cinta tiene su núcleo en el dilema moral de una persona que debe elegir entre hacer lo justo y declinar el cargo que “ilegítimamente” le ha asignado una máquina, o debe aceptarlo e intentar hacer el bien, pues esto llega atrofiado y es que el personaje protagonista se siente en realidad como un populista más, alguien capaz de ridiculizar a sus rivalidades, de mostrar los defectos de los rivales, de exponer las carencias del sistema, pero no explica ninguna solución, ninguna idea constructiva. Cinta que bebe del buenismo en que critica al poder establecido, al bipartidismo que satiriza como similares, a los medios de comunicación, a las empresas que por el bien de sus dividendos lo que haga falta (o sea, el capitalismo feroz), pero todo esto es narrado con una acentuada arritmia, sin garra, sin valentía, quedando en un producto con apreciables intenciones que se queda en tierra de nadie.

Lo de que los candidatos que se presentan a la residencia USA están condicionados por el dinero que se “dona” a sus campañas, o sea, por los lobbies que en las sombras manipulan a “sus” candidatos, es algo además de muy sabido, muy manido, y aquí es tratado con una liviandad superficial pueril.

Se puede dividir en dos partes (Guatemala y Guatepeor): En la primera mitad (apx.) es donde esta lo apreciable, la idea general, el show Robin Williams, con sus espectáculos en su programa, y luego el desparrame en el debate electoral, siendo una visión populista de la política, criticarla sin aportar ideas, discursos vacíos de contenidos, eslóganes simplistas, es lo que hace un comediante acido, pero no es lo que debe hacer un aspirante a tener poder político, ero como One Man Show cumple el protagonista con una labia y frescura solaz; En la segunda arte, tras ser elegido el residente la cinta vira hacia el thriller y lo hace de un modo zafio, inverosímil, queriendo ser seria y olvidándose del humor, con situaciones con más agujeros que el cuerpo de Sonny Corleone, donde el rizo se supera con el siguiente, metiéndonos un romance más falso que un billete del monopoly, y donde el huracán verbal de Williams queda aprisionado en una subtrama conspiranoica, encorsetado y privado de lo que mejor sabe hacer. Producto hecho con una amabilismo que al querer no molestar demasiado no llega ni a pellizquito de monja ursulina. A estas taras se suma un desaprovechamiento del elenco actoral penoso, empezando por un Christopher Walken Perdido en un rol arratico, no se sabe si va de bueno, de malo, de conciencia, como no se sabe porque lo del enfisema pulmonar, derivando en ir en silla de ruedas y estar tosiendo continuamente, esto para qué?; Laura Linney parece estar en una película distinta al resto, se le añade un romance con química bajo cero con Williams, impostado y estridente; Jeff Goldlum no se sabe bien que hace allí, esta ero si no hubiera estado casi mejor.
Ejemplo de lo atropellado del desarrollo sin ton ni son, es el tramo de paint-ball, metiéndonos a empujones la hermandad y camaradería entre el equipo de Tom Dobbs, algo que hasta entonces no se había visto, todo muy acartonado. Y para coronarlo todo su final edulcorado no apto para diabéticos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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16 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede un doblaje de una película cargarse todo, la respuesta es un si rotundo, EL HOMBRE DEL AÑO es un insoportable ejercicio durante 2 largas horas, de voces que parecen sacadas de un horrible programa de zapping veraniego, de esos que intentar sacar risas enlatadas a toda costa.
Tampoco es que hubiese mejorado mucho mi impresión del filme, con sus voces habituales pero escuchar a ROBIN WILLIAMS, LAURA LINNEY o CHRISTOPHER WALKEN, con voces que parecen de cachondeo da una grima que tira para atrás.
Por lo tanto me niego en rotundo a comentar nada más, de por otro lado la absurda trama sobre un presentador televisivo, que aspira a ser presidente de los Estados unidos...
bunburyano77
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