Normal PeopleMiniserie
2020 

7.6
8,499
Serie de TV. Romance. Drama
Miniserie de TV (2020). 12 episodios. De diferentes clases sociales, la inteligente pero inadaptada Marianne (Daisy Edgar-Jones) y el popular y tímido Connell (Paul Mescal) son dos jóvenes estudiantes del mismo instituto que intentan madurar en la Irlanda sumergida por la crisis financiera del 2008. Adaptación de la novela de Sally Rooney, definida por The New York Times como la primera gran escritora 'millennial'.
17 de agosto de 2023
17 de agosto de 2023
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecé la serie enganchado, los capítulos de la época escolar de ambos protagonistas me parecen los mejores. La actitud de Connell, manteniendo la relación en secreto, es cuestionable, aunque hay momentos puntuales donde se comporta con un mínimo de empatía, como el incidente del club. Esta etapa supone el principio de su historia en común, y tiene esa emoción de las primeras veces, que mientras dura te mantiene pegado a la pantalla.
Luego viene el comienzo de la etapa universitaria, que también disfruté como espectador: la inversión de roles y sobre todo la transformación de Marianne, que deja de parecer la niña de la Familia Addams y se convierte en una suerte de Zooey Deschanel en "500 Days of Summer", pero sobre todo encuentra su sitio por primera vez, un lugar donde siente que encaja y por fin puede empezar a vivir. La dinámica de la relación con Connell cambia, y tras un problema laboral de éste ocurre un incidente que lo cambia todo, y que desde fuera parece un recurso narrativo bastante burdo.
La historia empieza a perder consistencia hacia los 6-7 episodios, con el paso de los capítulos las secuencias se vuelven repetitivas, el sexo llega a aburrir, así como muchos silencios y miradas. Hay algunos puntos donde el guión en mi opinión fracasa y no da argumentos convincentes para un drama que a ratos parece forzado o sobredimensionado (en spoilers me extiendo más). Tampoco se nos muestra la vida laboral de ambos, una oportunidad perdida, porque la serie prácticamente no trata el tema y, pese a la sinopsis, no tiene nada que ver con la crisis de 2008. Creo que una trama más condensada y mejor llevada habría dado un resultado más redondo.
Las escenas de soledad de Connell cuando se muda a Dublín me parecieron difíciles de ver, muy incómodas por las sensaciones que me despertaban, al igual que la experiencia de Marianne en Suecia o con su propia familia. En algunos momentos estuve a punto de dejar la serie, pero siempre acabé volviendo a ella por la química de ambos protagonistas. Y esto es lo más encomiable de "Normal People": que representa de manera muy real la conexión entre dos personas que, con sus limitaciones evidentes, conectan y se quieren. La autora en mi opinión hace un gran trabajo a la hora de sacar la parte emocional de los personajes, al retratar su intimidad en pareja, o la soledad que experimentan por momentos. No quiero confundir a nadie, sentí algo muy fuerte al ver esta obra (no haría una reseña de otro modo), y creo que eso por sí mismo ya justifica su valor. Pero me habría gustado un drama más natural, o haber prescindido de éste para explorar otros aspectos de la relación entre Connell y Marianne, o de sus familias y otros secundarios importantes.
Luego viene el comienzo de la etapa universitaria, que también disfruté como espectador: la inversión de roles y sobre todo la transformación de Marianne, que deja de parecer la niña de la Familia Addams y se convierte en una suerte de Zooey Deschanel en "500 Days of Summer", pero sobre todo encuentra su sitio por primera vez, un lugar donde siente que encaja y por fin puede empezar a vivir. La dinámica de la relación con Connell cambia, y tras un problema laboral de éste ocurre un incidente que lo cambia todo, y que desde fuera parece un recurso narrativo bastante burdo.
La historia empieza a perder consistencia hacia los 6-7 episodios, con el paso de los capítulos las secuencias se vuelven repetitivas, el sexo llega a aburrir, así como muchos silencios y miradas. Hay algunos puntos donde el guión en mi opinión fracasa y no da argumentos convincentes para un drama que a ratos parece forzado o sobredimensionado (en spoilers me extiendo más). Tampoco se nos muestra la vida laboral de ambos, una oportunidad perdida, porque la serie prácticamente no trata el tema y, pese a la sinopsis, no tiene nada que ver con la crisis de 2008. Creo que una trama más condensada y mejor llevada habría dado un resultado más redondo.
Las escenas de soledad de Connell cuando se muda a Dublín me parecieron difíciles de ver, muy incómodas por las sensaciones que me despertaban, al igual que la experiencia de Marianne en Suecia o con su propia familia. En algunos momentos estuve a punto de dejar la serie, pero siempre acabé volviendo a ella por la química de ambos protagonistas. Y esto es lo más encomiable de "Normal People": que representa de manera muy real la conexión entre dos personas que, con sus limitaciones evidentes, conectan y se quieren. La autora en mi opinión hace un gran trabajo a la hora de sacar la parte emocional de los personajes, al retratar su intimidad en pareja, o la soledad que experimentan por momentos. No quiero confundir a nadie, sentí algo muy fuerte al ver esta obra (no haría una reseña de otro modo), y creo que eso por sí mismo ya justifica su valor. Pero me habría gustado un drama más natural, o haber prescindido de éste para explorar otros aspectos de la relación entre Connell y Marianne, o de sus familias y otros secundarios importantes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La primera ruptura entre Connell y Marianne es entendible, Connell simplemente es muy cobarde, sus problemas de ansiedad le pueden y no sabe qué será de él si confiesa que le gusta "la rara", a la que sus amigos vacilan y marginan por sistema. Su estatus en clase y sus amistades actuales valen más que una relación con Marianne, no lo justifico pero es un comportamiento que cuadra con la lógica interna del personaje, y por el que su madre le reprueba con dureza. El desenlace es su decisión de ir con Rachel al baile (por simple apariencia), decisión a la que Marianne reacciona de la única manera posible.
La segunda ruptura es el punto donde la serie empieza a flojear, porque no tiene sentido. Entiendo que Connell tiene ansiedad, y se siente juzgado e inferior a ella por su condición social, pero el diálogo donde le dice que ha sido despedido dos meses y se vuelve a Sligo me parece ridículo. Incluso aunque no saliera de él preguntarlo, es muy inverosímil que Marianne no le plantee la posibilidad de vivir juntos. Lo que no tiene ningún sentido es acordar una ruptura en 60 segundos por la sola razón de estar 2 meses separados, cuando ésta es la norma en casi todas las relaciones que se ven entre universitarios, al menos cuando los integrantes son de ciudades distintas.
La envidia del hermano de Marianne tampoco me acaba de encajar, si la familia es tan multimillonaria como parecen, ¿por qué no va a poder salir del pueblo? Incluso siendo un negado en lo académico, nada le impide pegarse viajes a porrillo, o trabajar en otras ciudades. Puedo entender que hay un trasfondo psicopatológico, tanto él como la madre están marcados por el abuso del padre (él además podría tener una predisposición genética a repetirlo), pero no comprendo la actitud de ésta cuando le dice a Marianne que ella no puede hacer más, como si echarle de casa amablemente no fuera una opción a contemplar.
Luego está el final, que tampoco acabo de entender del todo. Marianne empieza el penúltimo capítulo reconociéndole a Connell (es un reconocimiento recíproco) que sólo dejó de sentirse sola el tiempo que estuvo con él. Y en el último capítulo, le insta a aceptar la oferta de USA para poder crecer profesionalmente, algo que le honra...pero rechaza irse con él, porque según dice, ahora ha encontrado "su lugar", se siente integrada por vez primera (será con Joanna, porque yo no le veo más amigos y a la familia no la soporta), y no quiere cambiar de aires. En parte la entiendo, pero no tiene demasiado sentido cuando poco antes decía que siempre se había sentido sola cuando no estaba saliendo con él. ¿En qué quedamos? Por otro lado, entiendo que Connell tenga que irse, él no tiene un futuro asegurado (y es debatible si la escritura creativa puede dárselo, aunque asumimos que tiene talento), pero Marianne tiene los recursos suficientes a su disposición como para acabar sus estudios e irse con él a buscar un futuro, o al menos intentarlo, lo que hace su decisión un poco menos creíble. A mí me parece un sacrificio que cualquier pareja seria y con planes de futuro intentaría, o al menos así ha sido en mi entorno.
Hay más agujeros de guión, pero no me apetecía enumerarlos todos. Lo importante es que queda la sensación de que la historia sólo funciona si constantemente se sacan dramas de debajo de la mesa que justifiquen más sufrimiento por ambas partes. Como dije arriba, habría preferido un drama más creíble (una enfermedad, una ruina económica en la familia de Marianne, un tercero que realmente ponga patas arriba la relación-como Peggy, si hubieran accedido al trío), o de no ser así, que se exploraran otros temas, como por ejemplo el trauma de la madre de Marianne y cómo ambas pueden intentar superarlo, la integración de ambos en la familia del otro, la breve relación entre Connell y Rachel, una profundización en los motivos que llevaron al amigo de ambos al suicidio...
La segunda ruptura es el punto donde la serie empieza a flojear, porque no tiene sentido. Entiendo que Connell tiene ansiedad, y se siente juzgado e inferior a ella por su condición social, pero el diálogo donde le dice que ha sido despedido dos meses y se vuelve a Sligo me parece ridículo. Incluso aunque no saliera de él preguntarlo, es muy inverosímil que Marianne no le plantee la posibilidad de vivir juntos. Lo que no tiene ningún sentido es acordar una ruptura en 60 segundos por la sola razón de estar 2 meses separados, cuando ésta es la norma en casi todas las relaciones que se ven entre universitarios, al menos cuando los integrantes son de ciudades distintas.
La envidia del hermano de Marianne tampoco me acaba de encajar, si la familia es tan multimillonaria como parecen, ¿por qué no va a poder salir del pueblo? Incluso siendo un negado en lo académico, nada le impide pegarse viajes a porrillo, o trabajar en otras ciudades. Puedo entender que hay un trasfondo psicopatológico, tanto él como la madre están marcados por el abuso del padre (él además podría tener una predisposición genética a repetirlo), pero no comprendo la actitud de ésta cuando le dice a Marianne que ella no puede hacer más, como si echarle de casa amablemente no fuera una opción a contemplar.
Luego está el final, que tampoco acabo de entender del todo. Marianne empieza el penúltimo capítulo reconociéndole a Connell (es un reconocimiento recíproco) que sólo dejó de sentirse sola el tiempo que estuvo con él. Y en el último capítulo, le insta a aceptar la oferta de USA para poder crecer profesionalmente, algo que le honra...pero rechaza irse con él, porque según dice, ahora ha encontrado "su lugar", se siente integrada por vez primera (será con Joanna, porque yo no le veo más amigos y a la familia no la soporta), y no quiere cambiar de aires. En parte la entiendo, pero no tiene demasiado sentido cuando poco antes decía que siempre se había sentido sola cuando no estaba saliendo con él. ¿En qué quedamos? Por otro lado, entiendo que Connell tenga que irse, él no tiene un futuro asegurado (y es debatible si la escritura creativa puede dárselo, aunque asumimos que tiene talento), pero Marianne tiene los recursos suficientes a su disposición como para acabar sus estudios e irse con él a buscar un futuro, o al menos intentarlo, lo que hace su decisión un poco menos creíble. A mí me parece un sacrificio que cualquier pareja seria y con planes de futuro intentaría, o al menos así ha sido en mi entorno.
Hay más agujeros de guión, pero no me apetecía enumerarlos todos. Lo importante es que queda la sensación de que la historia sólo funciona si constantemente se sacan dramas de debajo de la mesa que justifiquen más sufrimiento por ambas partes. Como dije arriba, habría preferido un drama más creíble (una enfermedad, una ruina económica en la familia de Marianne, un tercero que realmente ponga patas arriba la relación-como Peggy, si hubieran accedido al trío), o de no ser así, que se exploraran otros temas, como por ejemplo el trauma de la madre de Marianne y cómo ambas pueden intentar superarlo, la integración de ambos en la familia del otro, la breve relación entre Connell y Rachel, una profundización en los motivos que llevaron al amigo de ambos al suicidio...
24 de enero de 2021
24 de enero de 2021
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que tengo que decir es que he disfrutado de todas y cada una de las escenas de esta delicada miniserie.
Disfrutar es algo que se puede hacer de muchas maneras; y yo he disfrutado suspirando, llorando, me he frustrado y hasta he querido tener la capacidad de ser la voz en off para empujar a los dos protagonistas a hacer lo que debían (o mas bien, lo que yo creía que debían hacer). He disfrutado del paisaje, de las conversaciones, del cuerpo de ambos, de sus vidas y de sus peculiares ‘amigos’.
Algunas tomas me han recordado a aquellos amigos que tenía Logan en ‘Las chicas Gilmore’. Aquella ‘Brigada de la vida y la muerte’ de la que todos querríamos haber podido formar parte. Si no entienden esta referencia, les ruego encarecidamente que corran a ver una de las mejores series que existen y existirán. Si la han entendido: bienvenidos a mi equipo.
Lo mejor que he visto junto con Love Life en 2020. Ambas rodeando la misma temática, en la que lo principal son las relaciones, pero haciéndolo de una manera tan diferente que compensa muchísimo ver ambas.
Ha sido como revivir One Day (Siempre el mismo día), ese libro del que me enamoré y esa película que me descubrió a Jim Sturgess. Aquella película en la que empecé echar cuenta de la existencia de Anne Hathaway (algo que debería haber hecho hacía mucho tiempo). Mismo concepto, pero distintas personalidades. Una relación entre dos personas que se quieren, para bien o para mal, a lo largo de los años.
He disfrutado muchísimo de todo, pero creo que tengo que centrarme en los dos personajes principales.
He de reconocer que comencé la serie con muchísimas ganas. Pero la realidad ha superado la a la expectativa. Es lo mejor que he visto en mucho tiempo en una actuación, tanto femenina como masculina. Incluso al ver a Marianne, me he acordado de aquella sutilmente explosiva Eva Green de la que nos enamoramos todos viendo ‘The dreamers’ (parece que lo mío va de referencias cinematográficas).
También tengo que reconocer el desprecio que sentí hacia Connell en los primeros momentos. Entre toma y toma, he ido enamorándome sin saber ni cómo ni por qué, de ese melancólico e introvertido chico del rural irlandés, al que por cierto no le entiendo ni una sola palabra de lo que dice, pero me gusta mirar mientras habla. Ese acento me trae loca, aunque no creo que esté siendo la objetividad en persona ahora mismo. Es lunes, y los lunes uno siempre se siente más frío y solo.
Disfrutar es algo que se puede hacer de muchas maneras; y yo he disfrutado suspirando, llorando, me he frustrado y hasta he querido tener la capacidad de ser la voz en off para empujar a los dos protagonistas a hacer lo que debían (o mas bien, lo que yo creía que debían hacer). He disfrutado del paisaje, de las conversaciones, del cuerpo de ambos, de sus vidas y de sus peculiares ‘amigos’.
Algunas tomas me han recordado a aquellos amigos que tenía Logan en ‘Las chicas Gilmore’. Aquella ‘Brigada de la vida y la muerte’ de la que todos querríamos haber podido formar parte. Si no entienden esta referencia, les ruego encarecidamente que corran a ver una de las mejores series que existen y existirán. Si la han entendido: bienvenidos a mi equipo.
Lo mejor que he visto junto con Love Life en 2020. Ambas rodeando la misma temática, en la que lo principal son las relaciones, pero haciéndolo de una manera tan diferente que compensa muchísimo ver ambas.
Ha sido como revivir One Day (Siempre el mismo día), ese libro del que me enamoré y esa película que me descubrió a Jim Sturgess. Aquella película en la que empecé echar cuenta de la existencia de Anne Hathaway (algo que debería haber hecho hacía mucho tiempo). Mismo concepto, pero distintas personalidades. Una relación entre dos personas que se quieren, para bien o para mal, a lo largo de los años.
He disfrutado muchísimo de todo, pero creo que tengo que centrarme en los dos personajes principales.
He de reconocer que comencé la serie con muchísimas ganas. Pero la realidad ha superado la a la expectativa. Es lo mejor que he visto en mucho tiempo en una actuación, tanto femenina como masculina. Incluso al ver a Marianne, me he acordado de aquella sutilmente explosiva Eva Green de la que nos enamoramos todos viendo ‘The dreamers’ (parece que lo mío va de referencias cinematográficas).
También tengo que reconocer el desprecio que sentí hacia Connell en los primeros momentos. Entre toma y toma, he ido enamorándome sin saber ni cómo ni por qué, de ese melancólico e introvertido chico del rural irlandés, al que por cierto no le entiendo ni una sola palabra de lo que dice, pero me gusta mirar mientras habla. Ese acento me trae loca, aunque no creo que esté siendo la objetividad en persona ahora mismo. Es lunes, y los lunes uno siempre se siente más frío y solo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cambiando de tercio y volviendo a lo que nos compete aquí: he odiado ver a Marianne refugiarse en los brazos de otros hombres, pero a la vez he encontrado sorprendida al poder empatizar con ella en esas ocasiones. Uno no puede estar eternamente esperando a la persona de sus sueños de adolescencia. Lo que no he llegado a entender es esa forma de torturarse estando con personas que no la querían como debieran. Marianne acepta esa forma de tortura porque piensa que es lo que merece, o eso es lo que puedo llegar a extrapolar. Al igual que acepta ciertos tipos de prácticas sexuales que solo se entienden si tenemos en cuenta esto mismo, que ella cree no ser merecedora de un amor normal, no tóxico.
Desde sus relaciones familiares con un padre maltratador, un hermano cortado por el mismo patrón y una madre sumisa; pasando por sus relaciones de instituto para acabar con sus relaciones de amistad. Ella siempre, siempre, se siente menos de lo que es.
Puede que entender la forma de actuar de su madre llegue a resultar imposible, pero es una mujer bajo un síndrome de Estocolmo, una mujer incapaz de defender a su hija, primero por la influencia de su marido para seguir con la de su hijo.
Ambos personajes, incluyendo a todos los secundarios, se pasan más de la mitad del tiempo a la defensiva. ‘Tu eres más listo. No, yo lo soy más’. Si algo tengo que criticar, sería esto sin pensarlo dos veces. Llega a ser muy irritante.
Algo que me ha llamado mucho la atención es que él muestra sus sentimientos en forma de te quiero en más de una ocasión, mientras que ella, a pesar de ser la que más lo siente, se lo calla.
Llega a parecer en ciertos momentos que lo único real en sus vidas es el vínculo con el otro. Creo que eso es lo que los engancha y los mantiene unidos.
Adoro ver cómo esta serie tiene un desenlace agridulce. Como espectadora, en este tipo de series siempre espero que el final me complazca, que sea feliz. Pero en este caso me ha parecido el final perfecto para dos personas que finalmente se dan cuenta de que tener una relación sana, lo es todo. Y así lo demuestran con sus decisiones, ella siendo sincera y él siendo valiente. Cuando vean el final entenderán lo que les digo.
En resumen: esta serie de una única temporada me ha hecho feliz durante unos dos escasos días que he tardado en verla y eso, al final, es lo que busco en el entretenimiento. Véanla, por favor, no se arrepentirán.
Desde sus relaciones familiares con un padre maltratador, un hermano cortado por el mismo patrón y una madre sumisa; pasando por sus relaciones de instituto para acabar con sus relaciones de amistad. Ella siempre, siempre, se siente menos de lo que es.
Puede que entender la forma de actuar de su madre llegue a resultar imposible, pero es una mujer bajo un síndrome de Estocolmo, una mujer incapaz de defender a su hija, primero por la influencia de su marido para seguir con la de su hijo.
Ambos personajes, incluyendo a todos los secundarios, se pasan más de la mitad del tiempo a la defensiva. ‘Tu eres más listo. No, yo lo soy más’. Si algo tengo que criticar, sería esto sin pensarlo dos veces. Llega a ser muy irritante.
Algo que me ha llamado mucho la atención es que él muestra sus sentimientos en forma de te quiero en más de una ocasión, mientras que ella, a pesar de ser la que más lo siente, se lo calla.
Llega a parecer en ciertos momentos que lo único real en sus vidas es el vínculo con el otro. Creo que eso es lo que los engancha y los mantiene unidos.
Adoro ver cómo esta serie tiene un desenlace agridulce. Como espectadora, en este tipo de series siempre espero que el final me complazca, que sea feliz. Pero en este caso me ha parecido el final perfecto para dos personas que finalmente se dan cuenta de que tener una relación sana, lo es todo. Y así lo demuestran con sus decisiones, ella siendo sincera y él siendo valiente. Cuando vean el final entenderán lo que les digo.
En resumen: esta serie de una única temporada me ha hecho feliz durante unos dos escasos días que he tardado en verla y eso, al final, es lo que busco en el entretenimiento. Véanla, por favor, no se arrepentirán.
18 de julio de 2021
18 de julio de 2021
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas obras cinematográficas contemporáneas han tratado el amor y la juventud como esta miniserie. Normal People es sencillamente mágica y un auténtico milagro del cine romántico. Todos sus elementos están aunados con un esmero irreal; verla ha sido un absoluto placer.
Para empezar, resulta increíble el poco tiempo que le hace falta al primer capítulo para crear un vínculo tan extraordinario entre los personajes. En unos episodios iniciales fabulosos, los protagonistas experimentan —y contienen— sus primeros sentimientos hacia la otra persona. Unos sentimientos muy intensos cuyo reconocimiento llegará demasiado tarde en más de una ocasión.
Seguramente la estrategia narrativa del romance no reinvente el género, pero permite asistir al desarrollo emocional de los personajes a lo largo del tiempo, mostrando los períodos más significativos. La caracterización de los protagonistas es novedosa y las interpretaciones, verdaderamente singulares: Connell te parte el corazón y creo que se podrían enmarcar todos y cada uno de los primeros planos de Marianne. Los continuos giros en las vidas de los personajes te golpean con fuerza, especialmente ese cambio de tornas al llegar a la universidad («When did you take up smoking?»). Las transiciones entre los diferentes momentos suelen realizarse mediante largas elipsis que duelen en lo más hondo.
Y es que la relación viene y va. La incomunicación alimenta el crecimiento de unas barreras que en un principio no parecían tan infranqueables. Son sobre todo las inseguridades de Connell (que, como decía la revista sobre su texto, «lacks confidence and a clear voice») lo que provoca los malentendidos de la pareja. Estas ocasionales faltas de conexión te frustran, pero también contribuyen a que los momentos de encuentro sean profundamente catárticos.
Hay mucho sexo, y está filmado con una delicadeza que quita el aliento. Da la sensación de que la cámara observa la desnudez sin darle la mayor importancia. Y los actores expresan el amor y el deseo de una forma tan veraz… Son escenas de una intimidad y una belleza insólitas.
Normal People plasma las dificultades de dos jóvenes para conectar con su entorno. Marianne y Connell pertenecen a la «gente normal» de un mundo que rebosa pretenciosidad y carece de sentido común. Únicamente se encuentran cómodos en compañía del otro, y cuando no pueden acceder a ese refugio, el vacío que sienten es abrumador. La manera de capturar la soledad de los personajes es realmente hermosa y recuerda mucho a Lost in Translation (2003).
Problemas familiares, miedo a afrontar nuevas etapas de la vida, pérdida de las amistades de la infancia, impotencia ante el paso del tiempo o añoranza de determinados momentos vitales en los que todo era más fácil. La serie ofrece una reflexión melancólica sobre la juventud y el crecimiento que, en última instancia, se revela como una de las razones más valiosas para verla.
Por último, la cinematografía y la música. Preciosas. Desde imágenes resplandecientes en una discoteca al silencio de un gélido y hermoso cielo de Suecia, en uno de los momentos más solemnes de la serie.
Para empezar, resulta increíble el poco tiempo que le hace falta al primer capítulo para crear un vínculo tan extraordinario entre los personajes. En unos episodios iniciales fabulosos, los protagonistas experimentan —y contienen— sus primeros sentimientos hacia la otra persona. Unos sentimientos muy intensos cuyo reconocimiento llegará demasiado tarde en más de una ocasión.
Seguramente la estrategia narrativa del romance no reinvente el género, pero permite asistir al desarrollo emocional de los personajes a lo largo del tiempo, mostrando los períodos más significativos. La caracterización de los protagonistas es novedosa y las interpretaciones, verdaderamente singulares: Connell te parte el corazón y creo que se podrían enmarcar todos y cada uno de los primeros planos de Marianne. Los continuos giros en las vidas de los personajes te golpean con fuerza, especialmente ese cambio de tornas al llegar a la universidad («When did you take up smoking?»). Las transiciones entre los diferentes momentos suelen realizarse mediante largas elipsis que duelen en lo más hondo.
Y es que la relación viene y va. La incomunicación alimenta el crecimiento de unas barreras que en un principio no parecían tan infranqueables. Son sobre todo las inseguridades de Connell (que, como decía la revista sobre su texto, «lacks confidence and a clear voice») lo que provoca los malentendidos de la pareja. Estas ocasionales faltas de conexión te frustran, pero también contribuyen a que los momentos de encuentro sean profundamente catárticos.
Hay mucho sexo, y está filmado con una delicadeza que quita el aliento. Da la sensación de que la cámara observa la desnudez sin darle la mayor importancia. Y los actores expresan el amor y el deseo de una forma tan veraz… Son escenas de una intimidad y una belleza insólitas.
Normal People plasma las dificultades de dos jóvenes para conectar con su entorno. Marianne y Connell pertenecen a la «gente normal» de un mundo que rebosa pretenciosidad y carece de sentido común. Únicamente se encuentran cómodos en compañía del otro, y cuando no pueden acceder a ese refugio, el vacío que sienten es abrumador. La manera de capturar la soledad de los personajes es realmente hermosa y recuerda mucho a Lost in Translation (2003).
Problemas familiares, miedo a afrontar nuevas etapas de la vida, pérdida de las amistades de la infancia, impotencia ante el paso del tiempo o añoranza de determinados momentos vitales en los que todo era más fácil. La serie ofrece una reflexión melancólica sobre la juventud y el crecimiento que, en última instancia, se revela como una de las razones más valiosas para verla.
Por último, la cinematografía y la música. Preciosas. Desde imágenes resplandecientes en una discoteca al silencio de un gélido y hermoso cielo de Suecia, en uno de los momentos más solemnes de la serie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Episodio 3:
Lorraine: What exactly is the arrangement? Marianne comes over to our house, you have sex with her, and then she’s not allowed to tell anyone. Is that it?
Connell: What does that mean, “allowed”?
L: Do you talk to her in school? In front of your friends, are you nice to her? Do you talk to her? Or just say “hello” to her, even?
C: I doubt she cares if I say hello to her—
L: You’re fucking her!
C: Mum, can you stop saying that?
L: You’re fucking her, and you wouldn’t even say hello to her in public.
C: It’s not like that, you’re twisting it now.
L: What are you afraid of? What people would think of you if they find out you liked her? I’ll say you what I think of you. I think you’re a disgrace. And I’m ashamed of you.
Episodio 5:
Connell: What upsets me is this… is that I… barely know what to say half the time, like… Like outside of this, outside of work. Like… Like they don’t have to go around and pretend, or… be anything other than themselves. You know? And I feel like I’m… walking around and trying on a hundred different versions of myself. It’s just not working, or…
Marianne: It doesn’t seem like that. From the outside, I mean.
C: Then I think about… home… school, and fuck, I just… I can’t connect this life and… and that life. It just… just doesn’t fit.
Lorraine: What exactly is the arrangement? Marianne comes over to our house, you have sex with her, and then she’s not allowed to tell anyone. Is that it?
Connell: What does that mean, “allowed”?
L: Do you talk to her in school? In front of your friends, are you nice to her? Do you talk to her? Or just say “hello” to her, even?
C: I doubt she cares if I say hello to her—
L: You’re fucking her!
C: Mum, can you stop saying that?
L: You’re fucking her, and you wouldn’t even say hello to her in public.
C: It’s not like that, you’re twisting it now.
L: What are you afraid of? What people would think of you if they find out you liked her? I’ll say you what I think of you. I think you’re a disgrace. And I’m ashamed of you.
Episodio 5:
Connell: What upsets me is this… is that I… barely know what to say half the time, like… Like outside of this, outside of work. Like… Like they don’t have to go around and pretend, or… be anything other than themselves. You know? And I feel like I’m… walking around and trying on a hundred different versions of myself. It’s just not working, or…
Marianne: It doesn’t seem like that. From the outside, I mean.
C: Then I think about… home… school, and fuck, I just… I can’t connect this life and… and that life. It just… just doesn’t fit.
16 de enero de 2024
16 de enero de 2024
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Normal People es una serie que me entró mal en los primeros 3-4 capítulos porque no la comprendía. Venía con ciertas expectativas de ver una serie sobre una relación amorosa y aunque el envoltorio pueda vender eso, la realidad es mucho más compleja. Es como una cebolla, pero en este caso de esas cebollas que por fuera parece que están bien, pero por dentro están podridas. Por fuera vemos sexo a raudales y caras bonitas, éxitos académicos, brillantez y lo que aparentemente es una relación bonita, pero por dentro todo va mal.
No es una serie romántica, al menos no al uso. Para mí su tesis principal es que el amor pleno y duradero no es posible cuando los involucrados llevan traumas de base. Así que la serie, para mí, lo que pretende es darte un punto de partida romántico para luego desentrañar qué pasa aquí para que esto no termine de funcionar. Y lo que pasa son ellos, nada más. Quizá de manera reiterativa, esto podría incluso haberse resuelto en una película de dos horas con menos escenas de sexo, Normal People penetra a fondo en la psicología de los dos personajes.
Y... sabéis qué? Al final me queda la sensación de que dos de los personajes principales son justo los que no salen en ningún momento y apenas son nombrados. Desarrollo en spoiler.
No es una serie romántica, al menos no al uso. Para mí su tesis principal es que el amor pleno y duradero no es posible cuando los involucrados llevan traumas de base. Así que la serie, para mí, lo que pretende es darte un punto de partida romántico para luego desentrañar qué pasa aquí para que esto no termine de funcionar. Y lo que pasa son ellos, nada más. Quizá de manera reiterativa, esto podría incluso haberse resuelto en una película de dos horas con menos escenas de sexo, Normal People penetra a fondo en la psicología de los dos personajes.
Y... sabéis qué? Al final me queda la sensación de que dos de los personajes principales son justo los que no salen en ningún momento y apenas son nombrados. Desarrollo en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tenemos a dos personajes principales con problemas psicológicos de base, resumiendo:
- Connell: aparentemente seguro de sí mismo, pero es solo una fachada que se ha puesto para esconder su principal problema, la autoestima. La serie hasta nos lo explicita cuando va a la psicóloga y está rellenando un test, porque es justo la pregunta que le hacen. Connell creció en una familia sin padre, del que no sabemos nada, pero por la juventud de la madre suponemos que fue un embarazo no deseado. Su casa y su vida son modestas, vive presionado por el estatus social y esta presión la traslada a los estudios y sus relaciones personales. Le acompleja que su madre trabaje para la madre de Marianne. Le acompleja la casa de Marianne en Dublín. Tiene tantos complejos y la autoestima tan baja que prefiere romper con su aparentemente idílica relación que pedirle a Marianne que le acoja en su casa cuando pierde el trabajo. No soporta una relación en la que él no parezca tener el control aparente de todo. En esto aparece Helen, la parte que menos se nos cuenta en la serie y que más echo de menos. En la parte final de la serie termina llevando mejor la relación con Marianne cuando ella está desvalida sin familia y él puede adoptar un rol paternal con ella.
- Marianne: su caso creo que es mucho más cristalino. Vive en el trauma perenne desde la cuna. Su padre, se nos cuenta, pegaba a su madre. Su hermano ha copiado el rol y su madre sigue sin reaccionar permitiendo el maltrato dentro de su casa, primero verbal y finalmente físico. Cuando un niño vive un contexto de violencia queda traumado, a veces de por vida. Marianne no ha resuelto nada y navega a la deriva. Acepta una relación totalmente desequilibrada y abusiva por parte de Connell en el instituto hasta que la humillación es absoluta. Porque ella es inteligente y brillante y lo demuestra al llegar a Dublín, cuando irradia seguridad en sí misma y es popular. Pero el trauma nunca perdona y vuelve y vuelve y vuelve. Bullying, maltratos... no son cosas que se superan con una mudanza. La nueva decepción con Connell la lleva a una espiral de daño autoinflingido a través de un novio maltratador y una nueva vuelta de tuerca la lleva al sadomaso. Termina nuevamente con Connell con un papel totalmente disminuido, en construcción. En ese momento llega el final, lo más intrigante para mí de la serie. No sé si ella se ha percatado de lo que no funciona y quiere empezar de cero. No lo tengo claro.
Normal People nos cuenta que nuestra crianza determina la forma en la que afrontamos las relaciones sociales y amorosas y que nada es gratis en este sentido. No tener padre (ni nombrarlo) o tener un padre maltratador son cosas que hay que resolver internamente si no queremos entrar en una espiral de relaciones desequilibradas. Si llegamos a una relación amorosa con un déficit de autoestima por X razones, buscaremos compensar en la pareja, "completarnos" con ella, tapar las heridas con ella. Y esto es garantía de dependencias que lastrarán la relación, que sujeta con palillos irá a la deriva o naufragará antes o después.
Es decir, la relación de Connell y Marianne no es una relación sana, bajo ningún prisma lo es. Está abocada al fracaso porque ambos tienen muchas cosas que resolver. Marianne busca un padre amoroso en Connell, pero que además sea duro con ella, mientras que Connell busca alguien que no le amenace su floja autoestima. Se entienden en muchos niveles, pero fracasan una y otra vez. Tampoco tienen éxito fuera, porque el problema no es el otro, es uno mismo.
Así que, bueno, se puede decir que Normal People es una historia de amor, aunque más bien diría que es una historia de cómo nuestra psicología afecta a cómo nos amamos (bien o, como en esta serie, mal).
- Connell: aparentemente seguro de sí mismo, pero es solo una fachada que se ha puesto para esconder su principal problema, la autoestima. La serie hasta nos lo explicita cuando va a la psicóloga y está rellenando un test, porque es justo la pregunta que le hacen. Connell creció en una familia sin padre, del que no sabemos nada, pero por la juventud de la madre suponemos que fue un embarazo no deseado. Su casa y su vida son modestas, vive presionado por el estatus social y esta presión la traslada a los estudios y sus relaciones personales. Le acompleja que su madre trabaje para la madre de Marianne. Le acompleja la casa de Marianne en Dublín. Tiene tantos complejos y la autoestima tan baja que prefiere romper con su aparentemente idílica relación que pedirle a Marianne que le acoja en su casa cuando pierde el trabajo. No soporta una relación en la que él no parezca tener el control aparente de todo. En esto aparece Helen, la parte que menos se nos cuenta en la serie y que más echo de menos. En la parte final de la serie termina llevando mejor la relación con Marianne cuando ella está desvalida sin familia y él puede adoptar un rol paternal con ella.
- Marianne: su caso creo que es mucho más cristalino. Vive en el trauma perenne desde la cuna. Su padre, se nos cuenta, pegaba a su madre. Su hermano ha copiado el rol y su madre sigue sin reaccionar permitiendo el maltrato dentro de su casa, primero verbal y finalmente físico. Cuando un niño vive un contexto de violencia queda traumado, a veces de por vida. Marianne no ha resuelto nada y navega a la deriva. Acepta una relación totalmente desequilibrada y abusiva por parte de Connell en el instituto hasta que la humillación es absoluta. Porque ella es inteligente y brillante y lo demuestra al llegar a Dublín, cuando irradia seguridad en sí misma y es popular. Pero el trauma nunca perdona y vuelve y vuelve y vuelve. Bullying, maltratos... no son cosas que se superan con una mudanza. La nueva decepción con Connell la lleva a una espiral de daño autoinflingido a través de un novio maltratador y una nueva vuelta de tuerca la lleva al sadomaso. Termina nuevamente con Connell con un papel totalmente disminuido, en construcción. En ese momento llega el final, lo más intrigante para mí de la serie. No sé si ella se ha percatado de lo que no funciona y quiere empezar de cero. No lo tengo claro.
Normal People nos cuenta que nuestra crianza determina la forma en la que afrontamos las relaciones sociales y amorosas y que nada es gratis en este sentido. No tener padre (ni nombrarlo) o tener un padre maltratador son cosas que hay que resolver internamente si no queremos entrar en una espiral de relaciones desequilibradas. Si llegamos a una relación amorosa con un déficit de autoestima por X razones, buscaremos compensar en la pareja, "completarnos" con ella, tapar las heridas con ella. Y esto es garantía de dependencias que lastrarán la relación, que sujeta con palillos irá a la deriva o naufragará antes o después.
Es decir, la relación de Connell y Marianne no es una relación sana, bajo ningún prisma lo es. Está abocada al fracaso porque ambos tienen muchas cosas que resolver. Marianne busca un padre amoroso en Connell, pero que además sea duro con ella, mientras que Connell busca alguien que no le amenace su floja autoestima. Se entienden en muchos niveles, pero fracasan una y otra vez. Tampoco tienen éxito fuera, porque el problema no es el otro, es uno mismo.
Así que, bueno, se puede decir que Normal People es una historia de amor, aunque más bien diría que es una historia de cómo nuestra psicología afecta a cómo nos amamos (bien o, como en esta serie, mal).
29 de octubre de 2024
29 de octubre de 2024
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primero me leí el libro y, al igual que con "The Perks of Being a Wallflower", ya no se va a mover de mi mesita de noche, lo voy a leer hasta que lo conozca mejor que a mí mismo. Ambos libros han llegado a mí en momentos un poco raros de mi vida y me han alegrado bastante, no al 100%, pero me identifico bastante con los personajes de ambas historias.
Después he visto la serie que adapta la novela de Sally Rooney y...
¡GUAU!
Mira que el libro de Sally Rooney es BUENO, MUY BUENO pero la serie ¡CUIDAO'! Qué MARAVILLA, de verdad.
Y todo gracias a una GRANDIOSA Daisy Edgar-Jones y a un MAGNÍFICO Paul Mescal, vaya dos fieras, tú. Que bien trabajan ambos, qué buena química transmiten, un gustazo.
A Edgar-Jones la he descubierto este año gracias a "Twisters" pero ojalá haberla descubierto primero gracias a esta miniserie, aquí demuestra todo el talento que tiene, y no es poco la verdad. Además, es hipnótica, no puedes dejar de mirarla, solo la ves a ella. Vamos, que me he terminado de enamorar de ella.
A Paul Mescal lo descubrí en "All of Us Strangers" (2023), vaya peli rara, tú... Pero aquí he visto el potencial que maneja el chaval, y vamos a ver que tal lo hace en "Gladiator II", menudo reto que se ha propuesto. Tengo pendiente ver "Aftersun" (2022), ya veré si cuando la vea hago reseña o no.
El resto del elenco orbita alrededor de estos dos talentazos, pero quiero destacar a Sarah Greene como Lorraine, la madre de Connell, que hace un trabajo bastante fino e interpreta a un agradable personaje.
A los que ponen a caer en burro esta gran miniserie os digo: me da a mí que no la habéis entendido, deberíais leer el libro, a lo mejor así pilláis mejor de que va todo. Además, está el hecho de que a lo mejor no pertenecéis a la generación a la que va destinada la serie, eso o que nunca habéis sido jóvenes, digo más: jóvenes y diferentes, no un borreguito más. En fin, la hipotenusa.
Pero a mí me encantaría conocer a mi Marianne y tener a un Connell de amigo, sería genial. Con un Connell podría hablar de libros, de escribir, de sentimientos. Y si mi Marianne anda por aquí: POR FAVOR, ESCRÍBEME.
Mi recomendación: Leed primero la novela y después ved la miniserie, pero de verdad os digo que este es ya un clásico imprescindible, tanto la novela como la miniserie, no os la perdáis, por favor. Y perdonadme tan pobre reseña, sé que no le hago justicia a una historia TAN buena.
Después he visto la serie que adapta la novela de Sally Rooney y...
¡GUAU!
Mira que el libro de Sally Rooney es BUENO, MUY BUENO pero la serie ¡CUIDAO'! Qué MARAVILLA, de verdad.
Y todo gracias a una GRANDIOSA Daisy Edgar-Jones y a un MAGNÍFICO Paul Mescal, vaya dos fieras, tú. Que bien trabajan ambos, qué buena química transmiten, un gustazo.
A Edgar-Jones la he descubierto este año gracias a "Twisters" pero ojalá haberla descubierto primero gracias a esta miniserie, aquí demuestra todo el talento que tiene, y no es poco la verdad. Además, es hipnótica, no puedes dejar de mirarla, solo la ves a ella. Vamos, que me he terminado de enamorar de ella.
A Paul Mescal lo descubrí en "All of Us Strangers" (2023), vaya peli rara, tú... Pero aquí he visto el potencial que maneja el chaval, y vamos a ver que tal lo hace en "Gladiator II", menudo reto que se ha propuesto. Tengo pendiente ver "Aftersun" (2022), ya veré si cuando la vea hago reseña o no.
El resto del elenco orbita alrededor de estos dos talentazos, pero quiero destacar a Sarah Greene como Lorraine, la madre de Connell, que hace un trabajo bastante fino e interpreta a un agradable personaje.
A los que ponen a caer en burro esta gran miniserie os digo: me da a mí que no la habéis entendido, deberíais leer el libro, a lo mejor así pilláis mejor de que va todo. Además, está el hecho de que a lo mejor no pertenecéis a la generación a la que va destinada la serie, eso o que nunca habéis sido jóvenes, digo más: jóvenes y diferentes, no un borreguito más. En fin, la hipotenusa.
Pero a mí me encantaría conocer a mi Marianne y tener a un Connell de amigo, sería genial. Con un Connell podría hablar de libros, de escribir, de sentimientos. Y si mi Marianne anda por aquí: POR FAVOR, ESCRÍBEME.
Mi recomendación: Leed primero la novela y después ved la miniserie, pero de verdad os digo que este es ya un clásico imprescindible, tanto la novela como la miniserie, no os la perdáis, por favor. Y perdonadme tan pobre reseña, sé que no le hago justicia a una historia TAN buena.
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