Maravillosa joya del cine fantástico que pude ver en el cine Mola de Zaragoza con siete años de edad, y que me dejó marcado para siempre. Revisada ahora se nota la simpleza del argumento, pero dicha visión demuestra que el cine debe verse con los ojos de cada época, y sobre todo valorar el esfuerzo de los que hacían aquellas magníficas cintas con medios artesanales y con auténticas ganas de emocionar.
Si tuviera que elegir a la mujer más bella de la historia del cine, confieso que elegiría a Caroline Munro, cosas del subconsciente de cada uno. Y si tuviera que valorar los efectos especiales a lo largo de la historia del Séptimo arte, la Diosa de los Seis Brazos fue algo que siempre me fascinó, y por lo tanto le otorgaría la más alta puntuación.
Rodada en España, demuestra sin ningún género de dudas que el cine de antaño superaba sin duda alguna al actual, por su honestidad, por su artesanía y por la emoción que nos transmitía de un modo simple pero directo.
Cine para niños, cine para adolescentes, y por supuesto cine para adultos que deseen rememorar su infancia en los años Setenta, y que tengan el valor para ensalzar a aquellos cineastas y denostar a los actuales. auténticos vendedores de crecepelo.

Estupenda película clásica de aventuras: los buenos son muy buenos, los malos son muy malos, exotismo oriental, bichos feos a los que derrotar, una chica mona y un tesoro. ¡Ah, y salvar al mundo o al reino o lo que sea...!

Lo mejor, su sabor entrañable, sano, de pura diversión y su estilo ajustado a los canones de las películas clásicas de aventuras.
Interpretaciones correctas, ¡tampoco tienen ningún desafío artístico! Una dirección buena, con el ritmo de la aventura clásica y el respeto por los tópicos del cine de aventuras.

Y lo segundo mejor, sus efectos especiales. ¡De verdad! Está claro que no pueden competir con los actuales pero es que este film es de 1973. Efectos bien hechos, artesanales, profesionales y con una sensación de realismo muy digna. No dudo de que en su momento debieron impresionar.

A mejorar el papel de mujer florero que dejan a Caroline Munro. Además, el tatuaje que lleva en la mano con el ojo ofrecía algún tipo de protagonismo o un poco de desarrollo a su papel. En fin, eran otros tiempos y aquí no cuentan mucho con la pobre. Aparte de para lucir palmito con modelitos hiperajustados que recuerdan mucho a los que llevaba por la misma época Raquel Welch en sus películas.

Una película para disfrutar con sencillez y maravillarse por el viaje de aventuras, ¡hay que dejar sitio a veces a nuestro niño interior!

Tras haber hecho un gran trabajo en The 7th Voyage Of Sinbad, Ray Harryhausen ofrece más sobre este personaje en esta segunda película. Aunque tiene un par de errores y está un poco por debajo de su predecesora, la película no decepciona en ofrecer un estupendo relato de fantasía que involucra peleas, magia y monstruos. Las criaturas fantásticas no tienen tanta relevancia en gran parte de la película como en la anterior, pero logran ser asombrosas. Los efectos especiales de Harryhausen siempre fueron el gran fuerte de este tipo de películas por lo novedoso que eran en aquella época. Los efectos digitales que se usan en la actualidad hacen que los efectos especiales de Harryhausen luzcan algo obsoletos, pero siguen manteniendo su encanto. La batalla del centauro contra el grifo y la lucha contra la diosa Kali son momentos imposibles de olvidar en esta película. La historia es bastante buena a pesar de su simplicidad. No se puede pedir mucho de una película que solo busca ofrecer una historia fantástica que asombre. Actualmente, no asombra tanto como antes, pero sigue siendo una linda película que forma parte esencial de la evolución de los efectos especiales en el mundo del cine. The Golden Voyage Of Sinbad es una clásica historia de aventura a la antigua adecuada para los que disfrutan de este tipo de películas y de los trabajos de Ray Harryhausen. Mi calificación para esta película es un 8/10.

Soy cinéfilo, un apasionado del Fantástico y escritor de novelas. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: PASABLE.
Los rudimentarios efectos de Harryhausen están aquí un poquitín más lucidos, quizás por la atmósfera que rodea al mundo de Simbad. Sin restar importancia a uno de los grandes maestros de los efectos especiales, tal y como no me canso de repetir, la cinta cuenta con un sinfín de efectos pasados de moda. Con la llegada de los grandes saurios de la mano de Spielberg, así como del resto de genios en el mundo imparable de los efectos especiales, los de esta película quedan anticuados a pesar de su encanto. Queda la magia de la aventura oriental, la exuberacia de Caroline Munro, la partitura de Miklos Rozsa. Como suelo argumentar con cierta insistencia, esta decadencia suele ocurrir cuando la valía de una cinta se basa en sus efectos especiales. Con el paso del tiempo, éste las convertirá en polvo. Película para nostálgicos impenitentes como yo.

Los efectos especiales se han quedado tan anticuados, que la película sólo puede ser contemplada con una sonrisa de indulgencia.

Por lo demás se trata de un típico cuento. Resulta entretenida siempre que te dejes llevar por un sentimiento infantil.

Los personajes elementales, las situaciones facilonas, las actuaciones sin pena ni gloria. Pero el ritmo está bien llevado.