Samurai XSerieAnimación
1996 

Animación
7.7
9,526
Serie de TV. Animación. Acción. Fantástico. Comedia. Drama
Serie de TV (1996-1999). 3 temporadas. 95 episodios. A mediados del siglo XIX, la Revolución Meji significó el final del Shogunato y el principio de una nueva era para Japón. La victoria del bando reformista no hubiera sido posible sin la espada de un joven e implacable asesino apodado Hitokiri Battosai que tras el final del conflicto desapareció sin dejar rastro... Diez años después, el legendario Hitokiri Battosai ha reaparecido en ... [+]
17 de diciembre de 2010
17 de diciembre de 2010
26 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, has leído bien. Si eres uno de esos críos de menos de 20 años que ha crecido viendo "Bleach", "Naruto", "One Piece" y demás basura superficial del siglo XXI, ponte el babero, porque te falta mucho por ver en cuanto a este género. Yo en tu lugar antes de decir que esas series son mejores que "Rurouni-Kenshin", pasaría de ver los primero capítulos, pues llevan a engaño al no estar basados en el cómic original de Nobuhiro Watsuki; en otras palabras, no son más que morralla comercial para alargar la serie de televisión, y que nada tienen que ver con la historia original. Y es que la serie de animación no empieza a ser buena hasta que llega a la saga de Kyoto, es decir, justo en el momento en que aparece Hajime Saitoh. A pesar de que en la saga de Kyoto metieron también paja para aumentar el número de capítulos, es cierto que metieron mucho menos que en la primera saga, la de Tokyo, donde se cebaron a base de bien; hasta el punto de que quien empiece a ver la serie desde ahí, corre el riesgo de pensar que no vale la pena y dejar de verla, perdiendose lo mejor, que viene mucho después.
Pienso personalmente que la animación japonesa alcanzó el cénit con esta serie. En ella se tratan temas como la muerte vs la vida, el asesinato vs la salvación de la vida ajena, la maldad vs la bondad, la ambición y el egoísmo vs la amabilidad, la falta de principios morales vs pensar por uno mismo, el lavado de cerebro y la debilidad mental vs la fuerza interior, el grupismo vs el individualismo, y un larguísimo etcétera. Todo ello oculto tras unos personajes y algunas escenas y "gags" dirigidos para un público adolescente. Son cosas que no contienen series posteriores como "Bleach", que copian claramente el estilo visual de esta serie, pero que carecen de lo espiritual, en definitiva de su esencia. Por eso creo que la animación japonesa está cayendo en picado desde que se hizo "Rurouni-Kenshin". Tendríamos pues, tal como yo lo veo, una gráfica en forma de parábola que empezó a subir en los 60, siguió subiendo en los 70 y en los 80, y que en 1996 alcanzó con esta serie el punto más alto, para empezar a caer poco a poco hasta nuestros dias.
Sigo en el "spoiler"...
Pienso personalmente que la animación japonesa alcanzó el cénit con esta serie. En ella se tratan temas como la muerte vs la vida, el asesinato vs la salvación de la vida ajena, la maldad vs la bondad, la ambición y el egoísmo vs la amabilidad, la falta de principios morales vs pensar por uno mismo, el lavado de cerebro y la debilidad mental vs la fuerza interior, el grupismo vs el individualismo, y un larguísimo etcétera. Todo ello oculto tras unos personajes y algunas escenas y "gags" dirigidos para un público adolescente. Son cosas que no contienen series posteriores como "Bleach", que copian claramente el estilo visual de esta serie, pero que carecen de lo espiritual, en definitiva de su esencia. Por eso creo que la animación japonesa está cayendo en picado desde que se hizo "Rurouni-Kenshin". Tendríamos pues, tal como yo lo veo, una gráfica en forma de parábola que empezó a subir en los 60, siguió subiendo en los 70 y en los 80, y que en 1996 alcanzó con esta serie el punto más alto, para empezar a caer poco a poco hasta nuestros dias.
Sigo en el "spoiler"...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Ahora me dirijo directamente otra vez a ti, crío de menos de 20 años que crees que "Bleach" o "Naruto" son lo más de la animación japonesa, y que todo lo que se hizo en los 80 y los 90 es basura. Párate a pensar y RESPETA a los padres de lo que tu ves ahora. Puesto que sin "Saint Seiya", "Dragon Ball", "Rurouni-Kenshin", etc... tus alabadas series no habrían existido jamás.
"Rurouni-Kenshin" y su protagonista, que lleva una espada invertida que en lugar de matar sirve para proteger la vida, es una magnífica apología de la no-violencia y del razonamiento contra el fanatismo ciego y los más bajos instintos; Watsuki coge un samurai para tirar por tierra los valores retrógrados de los samurai (la cultura de la muerte, la opresión de unas clases sociales sobre otras, las injusticias, la desigualdad, la obediencia ciega, etc...), ahí es donde reside el mayor encanto. El autor rompe con los moldes del samurai que mata y muere por fines políticos para ofrecernos un samurai en plena era Meiji (época de grandes cambios en Japón), que se da cuenta de que ese no es el camino y decide seguir el suyo propio. Es una apología al individualismo, la importancia de la vida, la paz y la razón en detrimento del fanatismo ciego, la muerte, la violencia, y los instintos más bajos. Y es esto lo que no se va a encontrar en series posteriores como "Bleach" o "Naruto", que sí, tienen muchas "peleas" y sus personajes "molan mucho" (al menos para adolescentes en plena revolución hormonal) pero carecen de mensaje, de espíritu y de carga emocional.
He visto muchas veces el combate de Sanosuke contra Anji, el de Saitoh contra Usui, el de Kenshin contra Aoshi (me refiero a su segundo combate), Kenshin contra Sohjiroh, Kenshin contra Shishio, y siempre me quedo fascinado escuchando cada una de las frases que en medio se dicen. Y es que ahí está lo magnífico del protagonista de esta serie, el no mata a los enemigos, los re-educa, los cambia, los libra de su dolor. Aquí no se nos ponen unos buenos-buenísimos contra unos malos-malísimos, el bueno mata al malo y fin de la historia. Aquí se nos desgrana la psicología de buenos y malos, y luego se nos muestra el choque de esas psicologías en forma de combate. Eso es lo que hará que esta serie esté siempre a años luz de las posteriores brozas comerciales como "Bleach" y "Naruto", donde los personajes no son creíbles, y donde solamente se ven hostias y cortes entremezclados entre palabrotas y una insultante superficialidad.
Los adolescentes de los 90 teníamos abundante contenido en series como "Rurouni-Kenshin", nos hacían pensar, sentir, necesitábamos una mente activa para disfrutar de ellas; lo siento por los que os habéis dejado engañar por la basura de "anime" comercial y absurdo que se hace en el siglo XXI, donde no hay contenido, sólo violencia gratuíta, sexo y belleza externa (según algunos, claro está). Y lo siento, porque siendo influenciados por esa ola de superficialidad os estáis volviendo gilipollas.
"Rurouni-Kenshin" y su protagonista, que lleva una espada invertida que en lugar de matar sirve para proteger la vida, es una magnífica apología de la no-violencia y del razonamiento contra el fanatismo ciego y los más bajos instintos; Watsuki coge un samurai para tirar por tierra los valores retrógrados de los samurai (la cultura de la muerte, la opresión de unas clases sociales sobre otras, las injusticias, la desigualdad, la obediencia ciega, etc...), ahí es donde reside el mayor encanto. El autor rompe con los moldes del samurai que mata y muere por fines políticos para ofrecernos un samurai en plena era Meiji (época de grandes cambios en Japón), que se da cuenta de que ese no es el camino y decide seguir el suyo propio. Es una apología al individualismo, la importancia de la vida, la paz y la razón en detrimento del fanatismo ciego, la muerte, la violencia, y los instintos más bajos. Y es esto lo que no se va a encontrar en series posteriores como "Bleach" o "Naruto", que sí, tienen muchas "peleas" y sus personajes "molan mucho" (al menos para adolescentes en plena revolución hormonal) pero carecen de mensaje, de espíritu y de carga emocional.
He visto muchas veces el combate de Sanosuke contra Anji, el de Saitoh contra Usui, el de Kenshin contra Aoshi (me refiero a su segundo combate), Kenshin contra Sohjiroh, Kenshin contra Shishio, y siempre me quedo fascinado escuchando cada una de las frases que en medio se dicen. Y es que ahí está lo magnífico del protagonista de esta serie, el no mata a los enemigos, los re-educa, los cambia, los libra de su dolor. Aquí no se nos ponen unos buenos-buenísimos contra unos malos-malísimos, el bueno mata al malo y fin de la historia. Aquí se nos desgrana la psicología de buenos y malos, y luego se nos muestra el choque de esas psicologías en forma de combate. Eso es lo que hará que esta serie esté siempre a años luz de las posteriores brozas comerciales como "Bleach" y "Naruto", donde los personajes no son creíbles, y donde solamente se ven hostias y cortes entremezclados entre palabrotas y una insultante superficialidad.
Los adolescentes de los 90 teníamos abundante contenido en series como "Rurouni-Kenshin", nos hacían pensar, sentir, necesitábamos una mente activa para disfrutar de ellas; lo siento por los que os habéis dejado engañar por la basura de "anime" comercial y absurdo que se hace en el siglo XXI, donde no hay contenido, sólo violencia gratuíta, sexo y belleza externa (según algunos, claro está). Y lo siento, porque siendo influenciados por esa ola de superficialidad os estáis volviendo gilipollas.
27 de mayo de 2018
27 de mayo de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fíjate por dónde que yo tenía este anime ahí medio apartado porque después de haber visto «Recuerdos» la serie me parecía, por lo poco que conocía de ella, que no le hacía justicia. Pero este no es el momento de hablar de las precuelas y secuelas de «El guerrero samurái».
Estamos ante uno de los manga/animes más famosos de Japón y quizá también ante uno de los más reconocidos de los noventa en España. Esta historia, de entrada, la miro con mucho cariño precisamente porque conozco al personaje y sé lo que hay detrás de esa cicatriz en forma de cruz en su mejilla y de su catana de filo invertido. El anime lo tiene todo a primera vista para que sea estupendo, pero por mucho esfuerzo y cariño que le pongamos la serie no funciona del todo. A mí si hay algo que de verdad me descoloca es esa capacidad sorprendente de reinsertarse que tienen los distintos personajes; es decir, que ya puedes ser el asesino más mercenario y sádico que existe, que después de combatir con nuestro Kenshin te volverás un santo. A ver, seamos un poquito serios. Los antagónicos ambiguos, complejos, con una historia sólida, son maravillosos y dan mucho juego en la calidad de una trama; pero todo tiene un límite y a mí no me resulta creíble, ni adecuado, ni siquiera bonito, que un criminal que presume de matar gente o que demuestra tener menos sentimientos y escrúpulos que una piedra, se haga nuestro amiguito y aquí no ha pasado nada.
Es que encima las historias personales, excepto la de Sojiro, son incomprensibles, teatreras. Aoshi, sin ir más lejos, tiene una rayada mental que no comprendo, y eso que es un personaje que podía haber sido de los más interesantes, pero al final se queda en nada. De Saito ni te cuento, desaparecido. El mejor es el maestro Hiko, el superhombre, y por supuesto Kenshin, cuyo estilo de lucha con la catana tiene unas posibilidades espectaculares que, sin embargo, no se aprovechan.
Algunos capítulos sueltos sí tienen muchísima calidad, como los que inician la trama de Shishio, pero no es más que un espejismo. Un anime excesivamente valorado, pero necesario para ver «Recuerdos» y el capítulo final. A por ellos voy.
Estamos ante uno de los manga/animes más famosos de Japón y quizá también ante uno de los más reconocidos de los noventa en España. Esta historia, de entrada, la miro con mucho cariño precisamente porque conozco al personaje y sé lo que hay detrás de esa cicatriz en forma de cruz en su mejilla y de su catana de filo invertido. El anime lo tiene todo a primera vista para que sea estupendo, pero por mucho esfuerzo y cariño que le pongamos la serie no funciona del todo. A mí si hay algo que de verdad me descoloca es esa capacidad sorprendente de reinsertarse que tienen los distintos personajes; es decir, que ya puedes ser el asesino más mercenario y sádico que existe, que después de combatir con nuestro Kenshin te volverás un santo. A ver, seamos un poquito serios. Los antagónicos ambiguos, complejos, con una historia sólida, son maravillosos y dan mucho juego en la calidad de una trama; pero todo tiene un límite y a mí no me resulta creíble, ni adecuado, ni siquiera bonito, que un criminal que presume de matar gente o que demuestra tener menos sentimientos y escrúpulos que una piedra, se haga nuestro amiguito y aquí no ha pasado nada.
Es que encima las historias personales, excepto la de Sojiro, son incomprensibles, teatreras. Aoshi, sin ir más lejos, tiene una rayada mental que no comprendo, y eso que es un personaje que podía haber sido de los más interesantes, pero al final se queda en nada. De Saito ni te cuento, desaparecido. El mejor es el maestro Hiko, el superhombre, y por supuesto Kenshin, cuyo estilo de lucha con la catana tiene unas posibilidades espectaculares que, sin embargo, no se aprovechan.
Algunos capítulos sueltos sí tienen muchísima calidad, como los que inician la trama de Shishio, pero no es más que un espejismo. Un anime excesivamente valorado, pero necesario para ver «Recuerdos» y el capítulo final. A por ellos voy.
1 de diciembre de 2021
1 de diciembre de 2021
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¿Es posible que mi anime favorito no tenga un 10? Bueno, es una serie buenísima en su primer acto, absolutamente brillante en el segundo y bastante flojo en el tercero.
A esta serie le debo mi acercamiento al Japón más tradicional. Desde aquí mi interés por el país del sol naciente no hizo más que crecer. Esta obra, más allá de su impresionante trabajo artístico, sus personajes carismáticos y su excepcional banda sonora, te cuenta (entre pinceladas de ficción) parte de la historia de Japón. De cómo eran las sociedades entre la era Tokugawa y la era Meiji, y de cómo cambió dicho país con este momento tan importante en su historia.
Se sitúa justo en el período de restauración, un ajuste drástico para los ciudadanos nipones, y la serie marca los vestigios de los muchos habitantes que no podían dejar atrás su pasado.
Tiene además uno de los mejores villanos que ha dado el audiovisual, Makoto Shishio. A través de su mirada podemos entender lo rápido y mal que se hicieron muchas cosas durante la restauración y en favor de la misma.
Y posee también a uno de los mejores protagonistas, Kenshin Himura (Shinta). Contraparte absoluta de Shishio. Ambos mucho más profundos que simplemente decir <<esto está bien y esto está mal, yo lucho por el mal y yo por el bien>>. Kenshin, tras renegar de su turbio pasado, entiende que Japón necesita cambiar y abrirse al mundo, modernizarse y progresar. Y estará dispuesto a luchar por ello sabiendo que aquellos a los que favorece son, en su mayoría, corruptos.
Pudieron hacer todo más simple, pero optaron por hacer esto y más. Esta serie es maravillosa, recomendada a todo el mundo.
A esta serie le debo mi acercamiento al Japón más tradicional. Desde aquí mi interés por el país del sol naciente no hizo más que crecer. Esta obra, más allá de su impresionante trabajo artístico, sus personajes carismáticos y su excepcional banda sonora, te cuenta (entre pinceladas de ficción) parte de la historia de Japón. De cómo eran las sociedades entre la era Tokugawa y la era Meiji, y de cómo cambió dicho país con este momento tan importante en su historia.
Se sitúa justo en el período de restauración, un ajuste drástico para los ciudadanos nipones, y la serie marca los vestigios de los muchos habitantes que no podían dejar atrás su pasado.
Tiene además uno de los mejores villanos que ha dado el audiovisual, Makoto Shishio. A través de su mirada podemos entender lo rápido y mal que se hicieron muchas cosas durante la restauración y en favor de la misma.
Y posee también a uno de los mejores protagonistas, Kenshin Himura (Shinta). Contraparte absoluta de Shishio. Ambos mucho más profundos que simplemente decir <<esto está bien y esto está mal, yo lucho por el mal y yo por el bien>>. Kenshin, tras renegar de su turbio pasado, entiende que Japón necesita cambiar y abrirse al mundo, modernizarse y progresar. Y estará dispuesto a luchar por ello sabiendo que aquellos a los que favorece son, en su mayoría, corruptos.
Pudieron hacer todo más simple, pero optaron por hacer esto y más. Esta serie es maravillosa, recomendada a todo el mundo.
15 de mayo de 2018
15 de mayo de 2018
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía así un recuerdo como muy vaporoso, gracias a algún OVA que vi suelto muchos años atrás, de que estos dibujos animados eran muy serios y sin embargo, nada más comenzar me llevé una sorpresa cuando los descubrí bastantes más ligeros de lo que esperaba. Adaptación del manga de "Rurouni Kenshin" de Nobuhiro Watsuki, que aunque no se diga realmente se detiene en el capítulo 62 pues hasta el 95, que son los que tiene este anime, son episodios que no siguen la trama de Watsuki, entre otras cosas, porque aún no había escrito y dibujado los mangas correspondientes, y había que inventárselos.
"Kenshin, El Guerrero Samurái" está ambientado en los primeros años de la restauración Meiji, hacia 1876-1878 en concreto, y narra la vida del famoso luchador Kenshin Himura, convertido en vagabundo que ha prometido no volver a matar. O mejor dicho, no la vida de Kenshin sino lo que le sucede a partir del encuentro con Kaoru Kamiya, la dueña de un dojo de kendo, y una chica muy maja, con mucho carácter y pésima cocinera. A partir de aquí se van añadiendo nuevos personajes hasta un formar un grupito de amigos que lo mismo sirve para una peligrosa misión que para compartir un opíparo banquete.
La serie no es que esté mal aunque tiene sus fallos. En el lado positivo los personajes gustan, la animación es pasables y hay la suficiente acción, comedia y romance como para no salir defraudados. Sin embargo es un anime que podría estar muy, muy bien pero se queda en un aprobado justo por diversas limitaciones. Además de algunos puntos mal tratados, hay personajes cuyas motivaciones no entendemos, como Aoshi; situaciones mal resueltas, en concreto las salidas en algunos combates; o un romance que inexplicablemente nunca arranca; por encima de todo hay tres errores que paso a exponeros.
El primero, es que no termina de encontrar un tono. A veces es dramático, otras cómico, a menudo es más bien ligero, la mayor parte del tiempo es simple aventura, en ocasiones nos sale con un encendido amor... que desaparece durante capítulos y capítulos. Segundo, es demasiado infantil y tercero, la decisión de no matar es un gravísimo fallo que lo vuelve muy poco serio y perder intensidad a chorros. De hecho, el pretender poder salir airoso ante tanto asesino sin tener que matar ya en sí es de un infantilismo agudo. Y si encima se acaban haciendo "buenos" y pelillos a la mar, más aún.
En algunos pasajes te recuerda a "Cowboy Bebop" (1998) y en los diálogos en los combates, a "Los caballeros del zodiaco" (1986-1989). Aunque por supuesto, es sólo un espejismo, porque "Kenshin, El Guerrero Samurái" se emascula a sí mismo para evitar meterse en cualquier berenjenal especialmente dramático y porque está lejos de la grandeza de estos dibujos citados. Dicho lo cual, se deja ver, además de por lo dicho por algunos regalitos extras: el capítulo 55, que es el mejor de todos; las nietas del doctor Genzai, Ayane y Suzume, son monísimas; y Misanagi, la jefa ninja, es muy sexy y atractiva.
"Kenshin, El Guerrero Samurái" está ambientado en los primeros años de la restauración Meiji, hacia 1876-1878 en concreto, y narra la vida del famoso luchador Kenshin Himura, convertido en vagabundo que ha prometido no volver a matar. O mejor dicho, no la vida de Kenshin sino lo que le sucede a partir del encuentro con Kaoru Kamiya, la dueña de un dojo de kendo, y una chica muy maja, con mucho carácter y pésima cocinera. A partir de aquí se van añadiendo nuevos personajes hasta un formar un grupito de amigos que lo mismo sirve para una peligrosa misión que para compartir un opíparo banquete.
La serie no es que esté mal aunque tiene sus fallos. En el lado positivo los personajes gustan, la animación es pasables y hay la suficiente acción, comedia y romance como para no salir defraudados. Sin embargo es un anime que podría estar muy, muy bien pero se queda en un aprobado justo por diversas limitaciones. Además de algunos puntos mal tratados, hay personajes cuyas motivaciones no entendemos, como Aoshi; situaciones mal resueltas, en concreto las salidas en algunos combates; o un romance que inexplicablemente nunca arranca; por encima de todo hay tres errores que paso a exponeros.
El primero, es que no termina de encontrar un tono. A veces es dramático, otras cómico, a menudo es más bien ligero, la mayor parte del tiempo es simple aventura, en ocasiones nos sale con un encendido amor... que desaparece durante capítulos y capítulos. Segundo, es demasiado infantil y tercero, la decisión de no matar es un gravísimo fallo que lo vuelve muy poco serio y perder intensidad a chorros. De hecho, el pretender poder salir airoso ante tanto asesino sin tener que matar ya en sí es de un infantilismo agudo. Y si encima se acaban haciendo "buenos" y pelillos a la mar, más aún.
En algunos pasajes te recuerda a "Cowboy Bebop" (1998) y en los diálogos en los combates, a "Los caballeros del zodiaco" (1986-1989). Aunque por supuesto, es sólo un espejismo, porque "Kenshin, El Guerrero Samurái" se emascula a sí mismo para evitar meterse en cualquier berenjenal especialmente dramático y porque está lejos de la grandeza de estos dibujos citados. Dicho lo cual, se deja ver, además de por lo dicho por algunos regalitos extras: el capítulo 55, que es el mejor de todos; las nietas del doctor Genzai, Ayane y Suzume, son monísimas; y Misanagi, la jefa ninja, es muy sexy y atractiva.
1 de enero de 2010
1 de enero de 2010
12 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
A todos nos hace gracia la serie 'Campeones', la de Oliver y Benji de toda la vida, en la que el New Team ganaba el 99,9% de sus partidos, los partidos se jugaban en el planeta de El Principito, por la forma esférica del campo, y usaban técnicas como la catapulta infernal, o el tiro del tigre, del halcón, del manatí, del gorila beringei, del lince ibérico, etc.
Pues bien, esta serie, al igual que todas las de los 90, es una progresión de Campeones. Todas son iguales, incluso mi favorita "Dragon Ball". Innovan y copian, y en ello se basan para sacarlas. Por eso mis favoritas son las de los años 2000 para arriba, porque entre innovación y copia, salieron las series que yo llamo de "nueva generación" (‘Naruto’, ‘One piece’, ‘Bleach’...), que si bien se parecen en que siempre gana el prota, al menos el argumento es muy cambiante. Me explico: Oliver y Benji, partido, se les complica, y al final ganan. El siguiente capítulo era lo mismo solo que contra otro equipo. A nuestro colega Kenshin le pasa lo mismo: Viene un malo malísimo, se lo carga sin matarlo, y o aprende la lección o a la cárcel. Siguiente capítulo, lo mismo solo que el malo en vez de una espada gigante tendrá estrellas ninjas o cualquier otro chisme mortífero. Kenshin sólo tendrá que darle un sólo sablazo al ritmo que grita su mítico "técnica Hiken Mitsorugui" o algo asi, y vuelta a empezar. Algún capítulo varía, y sale algún secundario, pero más de lo mismo, porque son unos inútiles (como un Brus cualquiera de Oliver y Benji).
El punto fuerte está en el contenido histórico y muy japonés que le saben sacar entre tanto de lo mismo, y por eso la aguanté unos 30 capítulos, pero viendo que no prosperaba, me rendí al encanto de 'Bleach', lo siento mucho. Mi consejo: Ver los primeros 20 capítulos y dejarla ahí, visto eso, visto todo. Eso sí, si os queréis tragar los 90 episodios, debo deciros que entretener, entretienen, pero viendo las series que hay por ahí se debe pedir algo más.
Pues bien, esta serie, al igual que todas las de los 90, es una progresión de Campeones. Todas son iguales, incluso mi favorita "Dragon Ball". Innovan y copian, y en ello se basan para sacarlas. Por eso mis favoritas son las de los años 2000 para arriba, porque entre innovación y copia, salieron las series que yo llamo de "nueva generación" (‘Naruto’, ‘One piece’, ‘Bleach’...), que si bien se parecen en que siempre gana el prota, al menos el argumento es muy cambiante. Me explico: Oliver y Benji, partido, se les complica, y al final ganan. El siguiente capítulo era lo mismo solo que contra otro equipo. A nuestro colega Kenshin le pasa lo mismo: Viene un malo malísimo, se lo carga sin matarlo, y o aprende la lección o a la cárcel. Siguiente capítulo, lo mismo solo que el malo en vez de una espada gigante tendrá estrellas ninjas o cualquier otro chisme mortífero. Kenshin sólo tendrá que darle un sólo sablazo al ritmo que grita su mítico "técnica Hiken Mitsorugui" o algo asi, y vuelta a empezar. Algún capítulo varía, y sale algún secundario, pero más de lo mismo, porque son unos inútiles (como un Brus cualquiera de Oliver y Benji).
El punto fuerte está en el contenido histórico y muy japonés que le saben sacar entre tanto de lo mismo, y por eso la aguanté unos 30 capítulos, pero viendo que no prosperaba, me rendí al encanto de 'Bleach', lo siento mucho. Mi consejo: Ver los primeros 20 capítulos y dejarla ahí, visto eso, visto todo. Eso sí, si os queréis tragar los 90 episodios, debo deciros que entretener, entretienen, pero viendo las series que hay por ahí se debe pedir algo más.
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