Por la gracia de Dios
2018 

6.6
2,559
Drama
Alexandre vive en Lyon con su esposa e hijos. Por casualidad, se entera de que el sacerdote que abusó de él cuando era un boy scout sigue trabajando con niños. Se lanza a un combate al que se unen François y Emmanuel, otras víctimas del sacerdote, con el fin de liberarse de sus sufrimientos a través de la palabra. Pero las repercusiones y consecuencias de sus testimonios no dejarán a nadie indemne. Basada en el caso real de Bernard ... [+]
11 de septiembre de 2020
11 de septiembre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres adultos que en su niñez sufrieron abusos por parte de un sacerdote se deciden a denunciarle ante las autoridades religiosas y la justicia, lo que no será demasiado fácil. François Ozon, uno de los mejores cineastas de la actualidad, acierta al centrarse en las víctimas de estos terribles actos reflejando certeramente su dolor. Seria y honesta, sin concesiones a la sensiblería ni al sensacionalismo, Gracias a Dios es conmovedora y dolorosa. Muy recomendable
1 de diciembre de 2019
1 de diciembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘’Gracias a dios’’ de Francois Ozon puede no presentar ninguna innovación a un tipo de película que narra un suceso que ya hemos visto y oído en demasiadas ocasiones y que parece estar constituyendo un propio genero dentro del cine dramático. Hay numerosos ejemplos de ello. Algunas cintas, como ‘’El club’’, de Pablo Larraín ha dejado el listón muy alto en lo que a crítica mordaz a la institución eclesiástica que cubre los abusos a menores se refiere.
No obstante, la película de Ozon, si supone un planteamiento diferente a lo ya videado por numerosos motivos. A diferencia de otras cintas, abandona las escenas escabrosas para abordar simple y llanamente los hechos acontecidos. En ningún momento, vemos los abusos propiamente dichos. Aunque escuchamos a los personajes narrar lo acontecido veinte o treinta años atrás y nos dejamos guiar por una serie de flashbacks donde se les ve de niños con su violador, el padre Bernard Preynat. La historia, que está basada en hechos reales, está narrada a modo de documental y es abordada con una dignidad, un respeto y una objetividad impresionantes. Se nos muestra a un grupo de hombres maduros que padecieron esos abusos en su infancia, conocemos a sus familias, el ambiente en el que viven y somos participes como un testigo invisible de cómo han afectado estos abusos a su vida diaria y a la interacción que tienen con otras personas.
Algunos como Alexandre o Francois han intentado superar el trauma y han formado grandes familias, con esposas que los apoyan e hijos que comprenden el sufrimiento vivido de un progenitor que no quiere dejar ese legado terrible para sus hijos. Sin embargo, otros como Emmanuel viven una realidad inestable que es afectada en todas sus vertientes. Desde encontrar trabajo, alcanzar cierta estabilidad o tener relaciones de pareja saludables… Y es que un suceso así, destroza la vida del que lo padece. Porque si algo tienen en común todos los personajes que son presentados, es que no han podido olvidar el trauma. Este, sigue presente como un estigma del que no pueden desprenderse. Algo que siempre los acompañara, en cada tramo de su vida.
De esta necesidad de verbalizar en palabras abusos sufridos años atrás surge la premisa de la película. La mayoría de las denuncias se efectúan cuando ha pasado mucho tiempo. Es más, muchas ya han prescrito. La idea de Alexandre de denunciar al sacerdote pederasta que convirtió su infancia en un infierno aparece hablando un día con un amigo. El también sufrió abusos en su infancia cuando estaba en un campamento de boy scouts, al que Alexandre también asistió. Hablar con otra persona que padeció lo mismo que él, le anima a enfrentarse a su pasado y tras su denuncia, poco a poco empiezan a aparecer más voces que quieren encontrar un poco de justicia y frenar los abusos de un hombre poderoso que sigue estando en contacto diario con niños de los que puede abusar fácilmente.
La verdadera denuncia de la cinta no es a la religión o a la iglesia. En el variado repertorio de personajes que se nos presentas encontramos burgueses, laicos, religiosos, ateos…. Y aunque algunos de ellos quieren apostatar, otros han educado a sus hijos en la fe católica. Como dice uno de los personajes de la cinta ‘’Esto no es contra la iglesia, es por la iglesia’’. La denuncia explicita a la iglesia se hace al comprobar que la diócesis de Lyon hizo oídos sordos a las denuncias de las víctimas y permitió al depredador sexual seguir campando a sus anchas, mientras abusaba de cientos de niños. Este amparo a un pederasta es algo aborrecible y despreciable. Es un acto vil y criminal. Quizá mucho más despreciable y violento incluso que el propio abuso. Porque, fue el silencio de los encubridores el que permitió que más víctimas inocentes siguieran sufriendo abusos y que el culpable no fuera duramente juzgado y retirado de su cargo. Esto, desde un cuerpo como es la institución eclesiástica resulta aún mucho más repugnante ya que en cierto sentido predican constantemente sobre la compasión y el amor al prójimo.
No obstante, y como decía antes, la verdadera denuncia no es a la iglesia. Es a los encubridores. Encubridores que puedes encontrar en cualquier ámbito. Puesto que muchos de los padres de los niños también optaron por guardar silencio e ignorar el sufrimiento de sus hijos. Es una denuncia a los que fueron participes de los abusos, a aquellos que pudieron pararlos y por el contrario eligieron no hacer absolutamente nada, apoyando con su silencio a los perpetuadores.
‘’Gracias a dios’’ es una cinta valiente y necesaria que rinde homenaje a todas esas vidas rotas por la indiferencia ajena de un sistema cruel y perverso para el que era más importante un perdón abstracto que una verdadera y real compensación para las víctimas. También es una oda a la solidaridad, al compañerismo, a la unión entre personas diferentes que posiblemente no se habrían encontrado en ningún momento de sus vidas pero que se reúnen y deciden luchar codo con codo para evitar que otros niños puedan sufrir sus dolorosas vivencias….
Mencion especial a la actuación de Melvil Poupaud, Swann Arlaud, Denis Menochet y Bernard Verley que consiguen dotar de realismo y naturalidad las acciones de los personajes que interpretan, penetrando en el papel y regalándonos un retrato fiel y cercano de uno de los sucesos más aberrantes de la historia de Francia.
Está claro que Francois Ozon es un director versátil que puede abordar diferentes géneros dejando tras de sí obras con una emotividad y una sensibilidad desbordante que llegan al corazón y se instalan en la memoria, para no irse más…
No obstante, la película de Ozon, si supone un planteamiento diferente a lo ya videado por numerosos motivos. A diferencia de otras cintas, abandona las escenas escabrosas para abordar simple y llanamente los hechos acontecidos. En ningún momento, vemos los abusos propiamente dichos. Aunque escuchamos a los personajes narrar lo acontecido veinte o treinta años atrás y nos dejamos guiar por una serie de flashbacks donde se les ve de niños con su violador, el padre Bernard Preynat. La historia, que está basada en hechos reales, está narrada a modo de documental y es abordada con una dignidad, un respeto y una objetividad impresionantes. Se nos muestra a un grupo de hombres maduros que padecieron esos abusos en su infancia, conocemos a sus familias, el ambiente en el que viven y somos participes como un testigo invisible de cómo han afectado estos abusos a su vida diaria y a la interacción que tienen con otras personas.
Algunos como Alexandre o Francois han intentado superar el trauma y han formado grandes familias, con esposas que los apoyan e hijos que comprenden el sufrimiento vivido de un progenitor que no quiere dejar ese legado terrible para sus hijos. Sin embargo, otros como Emmanuel viven una realidad inestable que es afectada en todas sus vertientes. Desde encontrar trabajo, alcanzar cierta estabilidad o tener relaciones de pareja saludables… Y es que un suceso así, destroza la vida del que lo padece. Porque si algo tienen en común todos los personajes que son presentados, es que no han podido olvidar el trauma. Este, sigue presente como un estigma del que no pueden desprenderse. Algo que siempre los acompañara, en cada tramo de su vida.
De esta necesidad de verbalizar en palabras abusos sufridos años atrás surge la premisa de la película. La mayoría de las denuncias se efectúan cuando ha pasado mucho tiempo. Es más, muchas ya han prescrito. La idea de Alexandre de denunciar al sacerdote pederasta que convirtió su infancia en un infierno aparece hablando un día con un amigo. El también sufrió abusos en su infancia cuando estaba en un campamento de boy scouts, al que Alexandre también asistió. Hablar con otra persona que padeció lo mismo que él, le anima a enfrentarse a su pasado y tras su denuncia, poco a poco empiezan a aparecer más voces que quieren encontrar un poco de justicia y frenar los abusos de un hombre poderoso que sigue estando en contacto diario con niños de los que puede abusar fácilmente.
La verdadera denuncia de la cinta no es a la religión o a la iglesia. En el variado repertorio de personajes que se nos presentas encontramos burgueses, laicos, religiosos, ateos…. Y aunque algunos de ellos quieren apostatar, otros han educado a sus hijos en la fe católica. Como dice uno de los personajes de la cinta ‘’Esto no es contra la iglesia, es por la iglesia’’. La denuncia explicita a la iglesia se hace al comprobar que la diócesis de Lyon hizo oídos sordos a las denuncias de las víctimas y permitió al depredador sexual seguir campando a sus anchas, mientras abusaba de cientos de niños. Este amparo a un pederasta es algo aborrecible y despreciable. Es un acto vil y criminal. Quizá mucho más despreciable y violento incluso que el propio abuso. Porque, fue el silencio de los encubridores el que permitió que más víctimas inocentes siguieran sufriendo abusos y que el culpable no fuera duramente juzgado y retirado de su cargo. Esto, desde un cuerpo como es la institución eclesiástica resulta aún mucho más repugnante ya que en cierto sentido predican constantemente sobre la compasión y el amor al prójimo.
No obstante, y como decía antes, la verdadera denuncia no es a la iglesia. Es a los encubridores. Encubridores que puedes encontrar en cualquier ámbito. Puesto que muchos de los padres de los niños también optaron por guardar silencio e ignorar el sufrimiento de sus hijos. Es una denuncia a los que fueron participes de los abusos, a aquellos que pudieron pararlos y por el contrario eligieron no hacer absolutamente nada, apoyando con su silencio a los perpetuadores.
‘’Gracias a dios’’ es una cinta valiente y necesaria que rinde homenaje a todas esas vidas rotas por la indiferencia ajena de un sistema cruel y perverso para el que era más importante un perdón abstracto que una verdadera y real compensación para las víctimas. También es una oda a la solidaridad, al compañerismo, a la unión entre personas diferentes que posiblemente no se habrían encontrado en ningún momento de sus vidas pero que se reúnen y deciden luchar codo con codo para evitar que otros niños puedan sufrir sus dolorosas vivencias….
Mencion especial a la actuación de Melvil Poupaud, Swann Arlaud, Denis Menochet y Bernard Verley que consiguen dotar de realismo y naturalidad las acciones de los personajes que interpretan, penetrando en el papel y regalándonos un retrato fiel y cercano de uno de los sucesos más aberrantes de la historia de Francia.
Está claro que Francois Ozon es un director versátil que puede abordar diferentes géneros dejando tras de sí obras con una emotividad y una sensibilidad desbordante que llegan al corazón y se instalan en la memoria, para no irse más…
15 de abril de 2019
15 de abril de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en el caso real de Bernard Prenyat sacerdote de la Diócesis de Lyon, acusado en 2016 de abusar sexualmente de decenas de niños.
Al igual que ocurría en Spotlight donde la prensa sacaba a la luz casos de pedoficia por parte de miembros de la iglesia en Boston, la película de Ozon habla de numerosos casos en Francia pero est vez visto desde la perspectiva de las víctimas, aquí son ellos los que deciden denunciar a la edad adulta las vejaciones que sufrieron siendo niños por un sacerdote de Lyon.
Francois Ozon un de los directores europeos más interesantes de nuestra época (para mí sucesor de Truffaut o Chabrol) y que siempre suele sorprendernos con los temas diferentes que trata en sus films, escribe aquí un guión de investigación sobre el caso Prenyat, convirtiéndose en el caso Barbarin. Contándonos también como el Cardenal de Lyon conocía perfectamente la pedofilia del Padre Preynat, y que lejos de apartarlo de la Iglesia le seguía permitiendo tener contacto con niños en diversas misiones y campamentos.
Es la primera vez que Ozon trata una historia real, aunque haya cambiado los nombres de las víctimas. Para ello ha contado con unos magníficos actores como Denis Menochet, Melvil Poupaud, Swann Arlaud o Bernard Verney. El título de la película "Gracias a Dios"viene derivado de las palabras del Obispo Barbarin refiriéndose a la prescripción de los abusos sexuales.
Las heridas abiertas que sufrieron en la niñez estas personas, quedan muy bien reflejada en el film, incapaces de manejar sus traumas. En resumidas cuentas una película muy comprometida, conmovedora y genial como siempre.
Destino Arrakis.com
Al igual que ocurría en Spotlight donde la prensa sacaba a la luz casos de pedoficia por parte de miembros de la iglesia en Boston, la película de Ozon habla de numerosos casos en Francia pero est vez visto desde la perspectiva de las víctimas, aquí son ellos los que deciden denunciar a la edad adulta las vejaciones que sufrieron siendo niños por un sacerdote de Lyon.
Francois Ozon un de los directores europeos más interesantes de nuestra época (para mí sucesor de Truffaut o Chabrol) y que siempre suele sorprendernos con los temas diferentes que trata en sus films, escribe aquí un guión de investigación sobre el caso Prenyat, convirtiéndose en el caso Barbarin. Contándonos también como el Cardenal de Lyon conocía perfectamente la pedofilia del Padre Preynat, y que lejos de apartarlo de la Iglesia le seguía permitiendo tener contacto con niños en diversas misiones y campamentos.
Es la primera vez que Ozon trata una historia real, aunque haya cambiado los nombres de las víctimas. Para ello ha contado con unos magníficos actores como Denis Menochet, Melvil Poupaud, Swann Arlaud o Bernard Verney. El título de la película "Gracias a Dios"viene derivado de las palabras del Obispo Barbarin refiriéndose a la prescripción de los abusos sexuales.
Las heridas abiertas que sufrieron en la niñez estas personas, quedan muy bien reflejada en el film, incapaces de manejar sus traumas. En resumidas cuentas una película muy comprometida, conmovedora y genial como siempre.
Destino Arrakis.com
11 de octubre de 2020
11 de octubre de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para los que hemos estudiado en un colegio de curas en España esta película de Ozon nos llega muy hondo. La he visto en la plataforma de Filmin y la abordé con ciertos prejuicios pues había leído críticas donde la menospreciaban por ser demasiado lineal y querer enredarse poco en un montaje sofisticado.
Supongo que para los fans de los festivales habrá sido un pecado imperdonable que a esta película de estilo tan sobrio le dieran el gran premio del Jurado en Berlín.
Creo firmemente que el tipo de realización asumido por Ozon es perfecto para el tema abordado de la pederastia de los curas en Francia y más especialmente en la ciudad de Lyon.
La película muestra de una forma rotunda y sin aspavientos lo que es una realidad tapada por la iglesia y las instituciones: Nadie se plantea siquiera enjuiciar a los cientos de altos cargos católicos: obispos, arzobispos, cardenales y los propios papas que durante décadas y décadas (que actuando como una perfecta organización criminal que haría palidecer de envidia a la Mafia siciliana) consintieron, encubrieron y facilitaron estos execrables crimines contra los más indefensos, los niños.
Pero el director da una voz directa a las víctimas de estos abusos y violaciones con una narración objetiva donde son estos hombres los que cuentan que su vida ha sido totalmente traumatizada por los curas pedófilos. Y esa es la gran virtud de esta película que se nos muestre la narración en un tono documentalista y fiel a los sucesos.
El director Ozon refleja que los mismos jerarcas, que acaparan día sí y día también las portadas de todos los medios de comunicación del mundo hablando de los pecados y de la maldad de los demás (divorciados, homosexuales, parejas de hecho, onanistas, ateos, lesbianas, izquierdistas, madres solteras, etc) son los primeros que abusan de los más débiles. No he podido dejar de pensar en toda la película en el pianista James Rhodes.
Supongo que para los fans de los festivales habrá sido un pecado imperdonable que a esta película de estilo tan sobrio le dieran el gran premio del Jurado en Berlín.
Creo firmemente que el tipo de realización asumido por Ozon es perfecto para el tema abordado de la pederastia de los curas en Francia y más especialmente en la ciudad de Lyon.
La película muestra de una forma rotunda y sin aspavientos lo que es una realidad tapada por la iglesia y las instituciones: Nadie se plantea siquiera enjuiciar a los cientos de altos cargos católicos: obispos, arzobispos, cardenales y los propios papas que durante décadas y décadas (que actuando como una perfecta organización criminal que haría palidecer de envidia a la Mafia siciliana) consintieron, encubrieron y facilitaron estos execrables crimines contra los más indefensos, los niños.
Pero el director da una voz directa a las víctimas de estos abusos y violaciones con una narración objetiva donde son estos hombres los que cuentan que su vida ha sido totalmente traumatizada por los curas pedófilos. Y esa es la gran virtud de esta película que se nos muestre la narración en un tono documentalista y fiel a los sucesos.
El director Ozon refleja que los mismos jerarcas, que acaparan día sí y día también las portadas de todos los medios de comunicación del mundo hablando de los pecados y de la maldad de los demás (divorciados, homosexuales, parejas de hecho, onanistas, ateos, lesbianas, izquierdistas, madres solteras, etc) son los primeros que abusan de los más débiles. No he podido dejar de pensar en toda la película en el pianista James Rhodes.
23 de octubre de 2021
23 de octubre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí. Efectivamente. Hubo de ser Fraçois Ozon quien nos entregase la "Spotlight" (Tom McCarthy, 2015) buena en "Gracias a Dios". Gracias a Ozon, diríase mejor. Y para rematar la faena hay un guiño del cineasta francés a Don Quentin Tarantino. Ahora si que ya no necesito nada más.
Cuál es el gran acierto de la película, dentro de su buen puñado de aciertos. Pues, por ejemplo: enfocar el asunto desde un punto de vista que sí interesa. "Gracias a Dios" lo ataja todo desde el prisma de las víctimas de los abusos, las diferentes víctimas de los abusos. Y sin caer en frivolidades, habiendo podido y siendo a veces Ozon dado a ello. Pollas sobrevolando el Vaticano aparte. Ese mostrar la problemática en cuestión desde diferentes puntos de vista le da más gancho a la propuesta, y hasta más altura de miras. Y hace que al final casi ni repares en su probablemente excesivo metraje de dos horas.
En definitiva. Siempre estaré en el barco de François Ozon, hasta haciendo parada en improbables puertos como el de "Gracias a Dios".
Cuál es el gran acierto de la película, dentro de su buen puñado de aciertos. Pues, por ejemplo: enfocar el asunto desde un punto de vista que sí interesa. "Gracias a Dios" lo ataja todo desde el prisma de las víctimas de los abusos, las diferentes víctimas de los abusos. Y sin caer en frivolidades, habiendo podido y siendo a veces Ozon dado a ello. Pollas sobrevolando el Vaticano aparte. Ese mostrar la problemática en cuestión desde diferentes puntos de vista le da más gancho a la propuesta, y hasta más altura de miras. Y hace que al final casi ni repares en su probablemente excesivo metraje de dos horas.
En definitiva. Siempre estaré en el barco de François Ozon, hasta haciendo parada en improbables puertos como el de "Gracias a Dios".
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