No hacía más que oir alabanzas y buenas palabras sobre “Paddington” y, sin embargo, ni el trailer ni el tono o la firma de las reseñas me despertaron nunca feeling alguno hacia ella. Ni positivo, ni negativo, simplemente era un producto del que todo mi instinto me advertía que me iba a dejar indiferente, como así fue. Visto en retrospectiva, la película me parece más que aceptable y correcta para ciertos públicos, entre los que no me incluyo, pero también creo que ha sido objeto de una sobrevaloración por parte de sectores de crítica y público anglosajones para quienes Paddington puede haber sido personaje fundamental en su infancia (una especie de Espinete o Mortadelo británicos), que no es mi caso.

Por lo que se refiere a lo que es estrictamente el film, es verdad que un osito hecho por ordenador que se integra muy bien en la acción real y en la interacción con humanos, pero no constituye ningún desafío tecnológico ni ofrece una calidad que no hayamos visto en cientos de producciones previas. Meter un personaje CGI a esas alturas del siglo XXI no era ningún reto. Tampoco se puede negar que el tal Paddington promueve valores positivos y amables con los que es difícil polemizar o estar en desacuerdo, pero tampoco revoluciona o da un nuevo significado a conceptos como amistad, amor o respeto por la naturaleza. He oído comentar que la adaptación es respetuosa con el original pero, en este caso, no es algo que me aporte o deje de aportar valor.

Pero si bien es impecable en lo técnico o en el trabajo de adaptación, no logro conectar con la película. O, mejor dicho, cada vez que consigo conectar, la película hace todo lo posible para echarme. Es como si la película quisiera contentar o atraer a públicos de todas las edades dividiendo el metraje en segmentos orientados a ciertos targets, en lugar de pensar tramas con elementos destinados a los diferentes públicos. Así, hay momentos muy infantiles a los que sólo puedes encontrar el sentido o la gracia activando tu modo mental de siete años. Vale, lo activo y sintonizo con el humor de la escena. Pero, inmediatamente a continuación, la siguiente secuencia es un flashback al Perú de principios de siglo con referencias culturales medias/avanzadas o guiños a Indiana Jones con la que no puedo empatizar hasta no desactivar el filtro preescolar y sintonizar el modo adulto. Y así todo el rato. Y, de nuevo, siempre con la sensación de que me pierdo algo, de que la escena sólo cobra pleno sentido si vienes con los deberes hechos y te has leído la colección de libros de Paddington.

Es de esas películas que, de verdad, no sé qué decir. Todo me dice que es una buena película, no se me ocurren muchos reproches objetivos que echarle en cara y, de hecho, me quiere gustar… pero me deja algo frío.

Tenía entendido que esta película no era la típica película infantil sosa y sin gracia, sino que gustaba a niños y adultos por igual debido a su humor. Pues va a ser que no mucho, eh. Tiene momentos graciosos y pequeñas excentricidades que le dan un toque personal y distintivo, pero en lo demás repite la fórmula de muchas otras cintas del estilo, y no es que sean fórmulas buenas. Tiene momentos simpáticos, pero también muchos muy tontos. Lo más destacable (y lo que la salva de la quema, diría) es la dirección; muy bien manejada la cámara, con originales y cuidados planos. Además, la fotografía no está nada mal. El resto, olvidable. Me quedo con otras comedias "infantiles".

Muy entretenida de principio a fin y sí he dicho para TODA la familia, que no sólo es para los niños, caramba.

Ya desde el principio te encariñas con el osito Paddington, como le llaman los humanos o "Uaaaauuuuuuuuaaaa" (o algo así) como se llaman entre ellos.

Todos los actores magníficos y mención especial, claro está, para Nicole Kidman, que aquí hace de mala; ¡Qué lástima que no hiciera películas como ésta y no los bodrios que hace!

En fin muy recomendada para TODOS LOS PÚBLICO. Vale la pena gastarse la entrada del cine para reír un poco, que en esta vida miserable bien nos hace falta.

A mis hijos le ha encantado y a mi no me ha aburrido.
Paddington realmente es un personaje entrañable. El prólogo es excelente y contiene suficientes dosis de ingenio como para estar completamente atento a la pantalla en un mentraje ajustado.
En algunos momentos me pregunté qué hubiese hecho Tim Burton con unos ingredientes como éste. Me imagino que en sus momentos de inspiración hubiese podido alcanzar cotas magistrales, pero también reconozco que un poco más de su personalidad algunos momentos de esta trama hubiesen podido hacerla fracasar. De hecho la intensidad de gran guiñol provocados por la mala de la historia, Nicole Kidman, están al límite de lo que yo soporto.
La ambientación Londinense, los decorados, sobretodo la casa de los protagonistas, y la composición de práctimente todos los personajes, a excepción de la mala, demasiado enfatizada, están a un buen nivel, y estoy seguro que esto nos conducirá irremediablemente a una saga que dudo alcance las mismas cotas que ésta.

He tenido la suerte de ver esta película que es realmente maravillosa. Es el cuento de un osito perdido en Londres y narrado de una manera distinta y de forma magistral, con unas imágenes y planos preciosos, con un colorido que te hace soñar, con un vestuario realmente fastuoso y con una poesía encantadora que te transportará al país de los sueños más deseados.
Nadie que ame las películas exquisitas y de calidad, puede perderse este film familiar. Lo recomiendo y no les defraudará, un 7 merecido.