Los inconquistables
7.0
1,837
Aventuras. Western
En 1763, en el periodo previo a la Guerra de Independencia Americana (1775–1783), una joven inglesa es deportada a las colonias americanas como esclava. En el barco consigue la libertad después de ser comprada por un apuesto aventurero, pero cuando éste se marcha un malvado político decide volver a convertirla en esclava. (FILMAFFINITY)
27 de febrero de 2018
27 de febrero de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siglo XVIII. Una joven convicta (Paulette Goddard) es deportada como esclava a Fort Pitt, en pleno conflicto bélico entre nativos americanos y colonos británicos. Una vez allí, un oficial de la milicia (Gary Cooper) tratará de arrancarla de las zarpas de un político que vende armas a los indios.
Cecil B. DeMille produjo y dirigió este western de aventuras a partir de la novela ‘Inconquistable’ de Neil H. Swanson, filmando en exteriores naturales de Pennsylvania y Oregón. Supuso todo un éxito comercial, dado el innegable talento narrativo y visual del cineasta, y a su vez un fracaso crítico por el ardor nacionalista y la ingenuidad que desprendía. Sólido reparto, donde veremos a Boris Karloff en el rol de jefe de la tribu Seneca.
“Allí donde la libertad eche raíces, estará mi tierra.”
Cecil B. DeMille produjo y dirigió este western de aventuras a partir de la novela ‘Inconquistable’ de Neil H. Swanson, filmando en exteriores naturales de Pennsylvania y Oregón. Supuso todo un éxito comercial, dado el innegable talento narrativo y visual del cineasta, y a su vez un fracaso crítico por el ardor nacionalista y la ingenuidad que desprendía. Sólido reparto, donde veremos a Boris Karloff en el rol de jefe de la tribu Seneca.
“Allí donde la libertad eche raíces, estará mi tierra.”
11 de julio de 2015
11 de julio de 2015
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
“¡Cover up, cover up!”(¡Tapen, tapen!), es una de las frases que nunca ha dejado de gritar la clase política estadounidense a lo largo de su historia… y lo que se ha pretendido siempre con tan preocupado clamor, es cubrir las vergüenzas, los atropellos y las infamias que sus gobernantes e instituciones, van cometiendo con el paso de los años y que todavía resuenan en el cielo. A este propósito, Hollywood ha prestado uno de los más eficientes servicios y los directores mercenarios están siempre listos para hacer la tarea.
Como ‘La rebelión de Pontiac’, fue recordada la respuesta armada que, un gran grupo de tribus americanas, en cabeza del cacique otawa, Pontiac (1720-1769), llevó a cabo a partir de 1763, como respuesta a la ocupación militar (y civil) inglesa de sus territorios que, para los indígenas, significó además toda suerte de afrentas y restricciones que les hacían la vida imposible, pues, la clara intención de los colonizadores, era su arrinconamiento y de ser posible su definitivo exterminio. Tres años duraron los enfrentamientos y los nativos se hicieron sentir hasta que, viendo la situación harto peliaguda, los ingleses se vieron forzados a acudir a la diplomacia y pactaron la paz… hasta nueva orden.
Con el cuento del “¡Tapen, tapen!”, el director Cecil B. De Mille, de sobra conocido por su posición conservadora, vendida a los intereses del sistema, tampoco tuvo escrúpulo alguno en traicionar la verdad histórica, y puesto a su disposición un altísimo presupuesto (5 millones de dólares de 1957), un equipo técnico de primera línea y un reconocido grupo de actores con Gary Cooper y Paulette Goddard a la cabeza, forjó este llamativo filme de aventuras que, sin pudor alguno, convierte a los osados, inescrupulosos e incontenibles colonizadores en “héroes inconquistables que forjaron una gran nación”, mientras que los indios quedan como “los crueles, brutos y salvajes exterminadores que impedían el progreso y el incontenible avance de la insigne raza blanca” (¡Que despliegue de oratoria falaz!)
Hace poco, veía fotografías sin maquillaje de algunas actrices del Hollywood de los últimos años, y siento que así, ¡igualito!, quedaría “LOS INCONQUISTABLES”, si se consiguiera separar su preciosismo visual y su lujoso vestuario, de su banal historia. ¡Pura fachada! Da grima ver al capitán, Christopher Holden, luchando por la libertad de Abigail (sólo porque le resulta bella) y totalmente indiferente ante la esclavitud de un alto número de hombres y mujeres del pueblo que, acusados de cualquier delito, al Estado le sirve como excusa para obtener con ellos mano de obra barata.
Como ocurre con otras tantas películas hollywoodenses, se necesita “gozar” de la ignorancia histórica para poder solazarse con esta necia aventura que, en su momento, también recibió sus buenos palos de parte de la crítica objetiva, mientras que no faltaron los "habitosos" (1) con su canastilla de elogios: “Uno de sus filmes más ridículos, pero bastante divertido”, “Clásico incontestable”, “Si hubiese que elegir una sola película americana, esa sería Los inconquistables, y puede prescindirse de las demás”… (¡!!!!¡)
El primer concepto -de Leonard Maltin- me parece el más justo, porque el filme también tiene dos o tres buenos chistes; la señora Goddard luce tan auténticamente aterrorizada en las escenas de peligro que, de manera frecuente, tuvo agarrones con el director por ponerla en tales situaciones. ¿Y no es “admirable” verla perfectamente maquillada hasta en los momentos más inexplicables? Además, puede añadirse que, algunos diálogos, resultan realmente atinados en sus propósitos mordaces.
Y bueno fue ver en el rol de Hannah a Katherine De Mille -la hija adoptiva del director-, en una oportunidad que éste quiso brindarle, después de haberle dado la espalda por muchos años por haberse casado con el actor mexicano Anthony Quinn… ¡Un medio-indio con sangre azteca!
Las cosas que más odias te perseguirán como la sombra al caminante.
(1) Con esta palabra aludo a las personas dispuestas siempre a vender su alma aunque terminen haciendo el oso.
Como ‘La rebelión de Pontiac’, fue recordada la respuesta armada que, un gran grupo de tribus americanas, en cabeza del cacique otawa, Pontiac (1720-1769), llevó a cabo a partir de 1763, como respuesta a la ocupación militar (y civil) inglesa de sus territorios que, para los indígenas, significó además toda suerte de afrentas y restricciones que les hacían la vida imposible, pues, la clara intención de los colonizadores, era su arrinconamiento y de ser posible su definitivo exterminio. Tres años duraron los enfrentamientos y los nativos se hicieron sentir hasta que, viendo la situación harto peliaguda, los ingleses se vieron forzados a acudir a la diplomacia y pactaron la paz… hasta nueva orden.
Con el cuento del “¡Tapen, tapen!”, el director Cecil B. De Mille, de sobra conocido por su posición conservadora, vendida a los intereses del sistema, tampoco tuvo escrúpulo alguno en traicionar la verdad histórica, y puesto a su disposición un altísimo presupuesto (5 millones de dólares de 1957), un equipo técnico de primera línea y un reconocido grupo de actores con Gary Cooper y Paulette Goddard a la cabeza, forjó este llamativo filme de aventuras que, sin pudor alguno, convierte a los osados, inescrupulosos e incontenibles colonizadores en “héroes inconquistables que forjaron una gran nación”, mientras que los indios quedan como “los crueles, brutos y salvajes exterminadores que impedían el progreso y el incontenible avance de la insigne raza blanca” (¡Que despliegue de oratoria falaz!)
Hace poco, veía fotografías sin maquillaje de algunas actrices del Hollywood de los últimos años, y siento que así, ¡igualito!, quedaría “LOS INCONQUISTABLES”, si se consiguiera separar su preciosismo visual y su lujoso vestuario, de su banal historia. ¡Pura fachada! Da grima ver al capitán, Christopher Holden, luchando por la libertad de Abigail (sólo porque le resulta bella) y totalmente indiferente ante la esclavitud de un alto número de hombres y mujeres del pueblo que, acusados de cualquier delito, al Estado le sirve como excusa para obtener con ellos mano de obra barata.
Como ocurre con otras tantas películas hollywoodenses, se necesita “gozar” de la ignorancia histórica para poder solazarse con esta necia aventura que, en su momento, también recibió sus buenos palos de parte de la crítica objetiva, mientras que no faltaron los "habitosos" (1) con su canastilla de elogios: “Uno de sus filmes más ridículos, pero bastante divertido”, “Clásico incontestable”, “Si hubiese que elegir una sola película americana, esa sería Los inconquistables, y puede prescindirse de las demás”… (¡!!!!¡)
El primer concepto -de Leonard Maltin- me parece el más justo, porque el filme también tiene dos o tres buenos chistes; la señora Goddard luce tan auténticamente aterrorizada en las escenas de peligro que, de manera frecuente, tuvo agarrones con el director por ponerla en tales situaciones. ¿Y no es “admirable” verla perfectamente maquillada hasta en los momentos más inexplicables? Además, puede añadirse que, algunos diálogos, resultan realmente atinados en sus propósitos mordaces.
Y bueno fue ver en el rol de Hannah a Katherine De Mille -la hija adoptiva del director-, en una oportunidad que éste quiso brindarle, después de haberle dado la espalda por muchos años por haberse casado con el actor mexicano Anthony Quinn… ¡Un medio-indio con sangre azteca!
Las cosas que más odias te perseguirán como la sombra al caminante.
(1) Con esta palabra aludo a las personas dispuestas siempre a vender su alma aunque terminen haciendo el oso.
5 de febrero de 2019
5 de febrero de 2019
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adoro el cine clásico pero no pretendo no ser realista ante mi pasión. Que yo aguantase con 10 años un pase televisivo de esta película plagado de cortes publicitarios un sábado por la tarde atraído por el color y las aventuras añejas, siendo niño no me impide ver la verdad al revisitar la película.
Cecil B. De Mille, es un director mastodóntico un dinosaurio cuya filmografía extensa se cimentaba en el cine mudo. Tiene mucho de teatral y de espactáculo de entonces, pero no tiene ritmo.Carece de pulso.La narración se sucede en escena tras escena sin montar apenas. El color de la película es memorable, ver el pelo a Paulette Godard o las escenas de los indios y el bosque no tiene parangón. Pero el discurso simplista y lo liviano del guión no da para aconsejar a nadie que pase tanto tiempo delante. Esto no quiere decir que De Mille no sea un maestro y que pese lo ampuloso otras obras son más destacables.
Christopher Holden (Gary Cooper) es un capitán que en Londres compra a una esclava Martha Hale (P. Godard) que había sido condenada a colonias americanas. Estamos antes de la guerra de la Independencia. Las rivalidades por los territorios del norte con franceses, nos lleva a los bosques y entorno natural de los Grandes Lagos. Se nos habla del nacimiento de Pittsbourgh (la gran ciudad del carbón, hierro y el acero) y de Fort Pitt. Algunos colonos ( como el malvado Garzh, encarnado por Howard da Silva venden armas a los indios pieles rojas, además de objetos y de alcohol. Su jefe es Pontiac (un Boris Karloff, un poco ridículo) que llega a poner en jaque.
Gary Cooper es el héroe individual por excelencia, independiente lucha contra viento y marea por rescatar a su amada durante todo el metraje. Es el más listo de todos y los indios bastante torpes.
Bosques,lagos, uniformes rojos, exotismo en una fotografía esplendida, para mí es lo mejor.
Larga, larguísima, infumable, solo para los que estén muy por la labor cinéfila.
Cecil B. De Mille, es un director mastodóntico un dinosaurio cuya filmografía extensa se cimentaba en el cine mudo. Tiene mucho de teatral y de espactáculo de entonces, pero no tiene ritmo.Carece de pulso.La narración se sucede en escena tras escena sin montar apenas. El color de la película es memorable, ver el pelo a Paulette Godard o las escenas de los indios y el bosque no tiene parangón. Pero el discurso simplista y lo liviano del guión no da para aconsejar a nadie que pase tanto tiempo delante. Esto no quiere decir que De Mille no sea un maestro y que pese lo ampuloso otras obras son más destacables.
Christopher Holden (Gary Cooper) es un capitán que en Londres compra a una esclava Martha Hale (P. Godard) que había sido condenada a colonias americanas. Estamos antes de la guerra de la Independencia. Las rivalidades por los territorios del norte con franceses, nos lleva a los bosques y entorno natural de los Grandes Lagos. Se nos habla del nacimiento de Pittsbourgh (la gran ciudad del carbón, hierro y el acero) y de Fort Pitt. Algunos colonos ( como el malvado Garzh, encarnado por Howard da Silva venden armas a los indios pieles rojas, además de objetos y de alcohol. Su jefe es Pontiac (un Boris Karloff, un poco ridículo) que llega a poner en jaque.
Gary Cooper es el héroe individual por excelencia, independiente lucha contra viento y marea por rescatar a su amada durante todo el metraje. Es el más listo de todos y los indios bastante torpes.
Bosques,lagos, uniformes rojos, exotismo en una fotografía esplendida, para mí es lo mejor.
Larga, larguísima, infumable, solo para los que estén muy por la labor cinéfila.
18 de julio de 2021
18 de julio de 2021
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película nace de una novela, que a su vez nace de un texto de uno de los Holdens de Virginia donde relataba que su bisabuela había sido vendida como esclava. Una joven de 17 años que le pasó lo mismo que en la película: sentenciada a morir en Londres o ser esclava en América. Hasta ahí podría decirse que la única verdad de la película.
El resto, son los como los labios de Goddard, que siempre están muy bien pintados y con un rojo pasión impresionante, hasta dándose un baño con jabón.
DeMille ha querido dejar de un lado la verdad histórica, para centrarse en el personaje que interpreta Paulette, y donde hay una historia de amor. Luego quería mucha violencia y acción y puso a los indios como aliados de ess odio.
Tal fue así que incluso los mismísimos Cooper y Goddard no estuvieron contentos con algunos diálogos y para más inri, Cooper se negó a decir 2 discursos que le propusieron, a saber que lo dirían esos discursos...
La puntuación es por esa manipulación a ese pueblo indio que más bien fue al revés, donde los colonos masacraron a toda una población. Me parece muy hipócrita todo el discurso que aún existe a día de hoy sobre la colonización.
A parte de todo esto, una película rodada en color, con muchos escenarios fabricados y efectos especiales, fue una de las películas más costosas de la fecha. Más de 4 millones de dólares (de la época) y aunque fue una de las películas más taquillera de su año, no recuperó la inversión. Aunque años más tarde sí que lo hiciere.
No sé porque Cecil me recuera bastante a Griffith, por su racismo.
El resto, son los como los labios de Goddard, que siempre están muy bien pintados y con un rojo pasión impresionante, hasta dándose un baño con jabón.
DeMille ha querido dejar de un lado la verdad histórica, para centrarse en el personaje que interpreta Paulette, y donde hay una historia de amor. Luego quería mucha violencia y acción y puso a los indios como aliados de ess odio.
Tal fue así que incluso los mismísimos Cooper y Goddard no estuvieron contentos con algunos diálogos y para más inri, Cooper se negó a decir 2 discursos que le propusieron, a saber que lo dirían esos discursos...
La puntuación es por esa manipulación a ese pueblo indio que más bien fue al revés, donde los colonos masacraron a toda una población. Me parece muy hipócrita todo el discurso que aún existe a día de hoy sobre la colonización.
A parte de todo esto, una película rodada en color, con muchos escenarios fabricados y efectos especiales, fue una de las películas más costosas de la fecha. Más de 4 millones de dólares (de la época) y aunque fue una de las películas más taquillera de su año, no recuperó la inversión. Aunque años más tarde sí que lo hiciere.
No sé porque Cecil me recuera bastante a Griffith, por su racismo.
27 de diciembre de 2020
27 de diciembre de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abby (Paulette Goddard) es una joven convicta inglesa que en 1763 es enviada a las colonias para ser vendida como esclava.
En el viaje que la lleva a Norteamérica coincide con un apuesto capitán, Christopher Holden (Gary Cooper) un inglés nacido en las colonias que siente lástima de la joven y decide comprarla para así devolverle la libertad.
Pero el vendedor de esclavos no solo no le da la libertad sino que la vende a Garth (Howard da Silva) un comerciante sin escrúpulos muy interesado en la política y que en secreto vende armas a los indios.
El que no conozca la historia americana es que no ve cine americano y para muestra esta película que narra cómo era la vida en Norteamérica mientras eran colonia inglesa. Se cuenta un hecho que yo desconocía hasta que vi la película, que los ingleses al nuevo Mundo enviaban convictos como esclavos, luego leí un poco y me entere que también enviaban irlandeses y que los enviaban en cantidades importantes pues un esclavo blanco era mucho más barato que uno de color.(Después de la independencia de Norteamérica los enviaron a Australia).
La película esta dirigida por Cecil B. DeMille y tampoco es que sea un canto contra la esclavitud, pues el tema de la esclavitud de la gente de color no la da como mal vista, pero si pone el énfasis en que los ingleses no veían Norteamérica como un nuevo país, sino como un lugar donde llenar sus arcas, razón por la cual los ingleses nacidos en aquel lugar al que amaban como su patria se fueron alzando para lograr su independencia (bueno eso llegaría unos años más tarde).
La película es una gran superproducción que cuenta con una bella chica como nuestra heroína (Paulette Goddard) que se enamora de un apuesto capitán (Gary Cooper) todo un “Gentleman” nacido en las colonias y un malo despreciable (Howard da Silva) que solo piensa en lucrarse.
Luchas con los indios que se dedican a matar colonos .También existe un amigo del protagonista (Ward Bond) un hombre fuerte y rudo pero totalmente íntegro que daría la vida por su amigo.
Es una parte de la historia americana rodada por americanos así que son los que mejor quedan, además el director era más bien conservador, así que los colonos también son los que mejor van a quedar.
No obstante la película técnicamente es impecable, muy buena fotografía y música. Los diálogos bastante buenos. La historia de amor perfectamente integrada, ágil en la narración, no te aburres, no tiene tiempos muertos ni ritmo pausado vamos que no se te hace pesada, mientras asistimos al germen de la futura nación Norteamericana.
Y en cuanto a las actuaciones de altura Paulette Goddard encantadora, Gary Cooper, muy Gary Cooper, de diez, Howard da Silva repulsivo, Ward Bond en su estilo y el resto de secundarios encajan muy bien en la historia con pinceladas de humor, amor, odio, lucha, supervivencia, superación y patriotismo.
Yo ya la había visto de pequeña y la verdad es que me encantaba, es que es muy historia de amor de los años cuarenta, y es muy de Gary Cooper. Ahora la veo y no la tengo tan idealizada, pero la verdad está muy bien dirigida, aunque como ya he dicho antes es la versión de los colonos.
En el viaje que la lleva a Norteamérica coincide con un apuesto capitán, Christopher Holden (Gary Cooper) un inglés nacido en las colonias que siente lástima de la joven y decide comprarla para así devolverle la libertad.
Pero el vendedor de esclavos no solo no le da la libertad sino que la vende a Garth (Howard da Silva) un comerciante sin escrúpulos muy interesado en la política y que en secreto vende armas a los indios.
El que no conozca la historia americana es que no ve cine americano y para muestra esta película que narra cómo era la vida en Norteamérica mientras eran colonia inglesa. Se cuenta un hecho que yo desconocía hasta que vi la película, que los ingleses al nuevo Mundo enviaban convictos como esclavos, luego leí un poco y me entere que también enviaban irlandeses y que los enviaban en cantidades importantes pues un esclavo blanco era mucho más barato que uno de color.(Después de la independencia de Norteamérica los enviaron a Australia).
La película esta dirigida por Cecil B. DeMille y tampoco es que sea un canto contra la esclavitud, pues el tema de la esclavitud de la gente de color no la da como mal vista, pero si pone el énfasis en que los ingleses no veían Norteamérica como un nuevo país, sino como un lugar donde llenar sus arcas, razón por la cual los ingleses nacidos en aquel lugar al que amaban como su patria se fueron alzando para lograr su independencia (bueno eso llegaría unos años más tarde).
La película es una gran superproducción que cuenta con una bella chica como nuestra heroína (Paulette Goddard) que se enamora de un apuesto capitán (Gary Cooper) todo un “Gentleman” nacido en las colonias y un malo despreciable (Howard da Silva) que solo piensa en lucrarse.
Luchas con los indios que se dedican a matar colonos .También existe un amigo del protagonista (Ward Bond) un hombre fuerte y rudo pero totalmente íntegro que daría la vida por su amigo.
Es una parte de la historia americana rodada por americanos así que son los que mejor quedan, además el director era más bien conservador, así que los colonos también son los que mejor van a quedar.
No obstante la película técnicamente es impecable, muy buena fotografía y música. Los diálogos bastante buenos. La historia de amor perfectamente integrada, ágil en la narración, no te aburres, no tiene tiempos muertos ni ritmo pausado vamos que no se te hace pesada, mientras asistimos al germen de la futura nación Norteamericana.
Y en cuanto a las actuaciones de altura Paulette Goddard encantadora, Gary Cooper, muy Gary Cooper, de diez, Howard da Silva repulsivo, Ward Bond en su estilo y el resto de secundarios encajan muy bien en la historia con pinceladas de humor, amor, odio, lucha, supervivencia, superación y patriotismo.
Yo ya la había visto de pequeña y la verdad es que me encantaba, es que es muy historia de amor de los años cuarenta, y es muy de Gary Cooper. Ahora la veo y no la tengo tan idealizada, pero la verdad está muy bien dirigida, aunque como ya he dicho antes es la versión de los colonos.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here