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El último tango en París

Drama. Romance Una mañana de invierno un maduro norteamericano y una joven muchacha parisina se encuentran casualmente mientras visitan un piso de alquiler en París. La pasión se apodera de ellos y mantienen relaciones sexuales en el piso vacío. Cuando abandonan el edificio, ambos se ponen de acuerdo para volver a encontrarse allí, en soledad, sin preguntarse ni siquiera sus nombres. (FILMAFFINITY)
Críticas 124
Críticas ordenadas por utilidad
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1
1 de febrero de 2010
69 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Ey, Paco. Este fin de semana estrenan "El último tango en París". Así que ya sabes, toca carretera y manta destino Perpignan.
- Desde luego Pepe, mira que nos joroban con esto de la censura ¿eh? Vivimos en un país atrasado, ¡no hay derecho! Bueno, esta tarde llevo a hacer la revisión del coche. ¿Qué excusa le damos esta vez a nuestras mujeres?
- No sé, la mía va a Valladolid a ver a su madre, así que yo no tengo problemas.
- Bueno, ya me inventaré alguna reunión interdepartamental. Así que el viernes a las cinco ¿vale?


- Si vú plé, due entradé.
- Dix-huit francs.
- ¿Qué dice este buen hombre?
- Yo qué sé Paco, si no me hablan en cristiano no entiendo ni jota. Algo de Franco igual.
- Jaja, qué cachondo. Aquí si que se respira libertad. Tome la cartera buen hombre, y sírvase usted mismo.


- Ostras, esto está lleno.
- Calla, calla y disimula Pepe. que por ahí veo al... ¡subdirector general!


Les Productions Artistes Associes présente "Ultimo tango a Parigi". Avec Marlon Brando et Maria Schneider.
- Ya empieza, ya empieza.
- Shhh, silencio que hay que las obras de arte hay que contemplarlas, no comentarlas.
- ...
- ...
- zzz
- ...
- zzzzzzzz
- ...
- zzzzzzzzzzzzz
- zzz
- zzzzzzzzzzzzzzzzzz

FINE

- Eh, eh... ah sí... ¡bravo! ¡bravo!
- zzz
- Eo Pepe, ¡despierta coño! ¡Parece mentira!
- Ay perdona Paco, es que anoche dormí poco.
- Pues te has perdido un peliculón. ¡Qué interpretaciones! ¡Marlon Brando genial como nunca!
- Ah, ¿Brando era ése que soltaba esos incomprensibles monólogos? Joder, sí que ha cambiado.
- Desde luego Pepe, tú nunca aprenderás de estas cosas. Esto te pasa porque culturalmente estás adocentado por el régimen. Bueno, te has perdido hasta la escena de la mantequilla y todo.
- Mira Paco, es posible que tengas razón. Pero tiene gracia que me lo digas tú siendo ministro. ¡Anda vete a tomar por culo!
- Venga, venga, no te enfades que no hay para tanto. Oye, ¿nos vamos de putas?
- Si invitas tú, vale.
8
12 de marzo de 2008
42 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo Brando importa en esta película,todo nace y muere con el y de el, Maria Schneider ya ha sido olvidada (era una actriz mediocre) porque es solo un instrumento que toca el concertista, Leaud está perdido, solo es un relleno, incluso la trama es una excusa, no hay film solo Brando derruido, un hombre que es un paisaje moral desolador en su lucidez abisal, el extranjero definitivo. No es una interpretación, no hay personaje solo Brando arrastrandose hasta el más puro final a los acordes de Gato Barbieri en un Paris gris y opaco.La película es el adorno porque ver a una persona mostrandose en todo su miserable esplendor es demasiado para tragarlo sin algo dulce. Cuidado con esta película si la miras demasiado te devolverá la mirada.
9
11 de septiembre de 2009
29 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hábil reflexion sobre la condición humana y sus costumbres. El liberal Bertolucci nos toca la fibra sensible (y no me refiero a llorar) con esta película cargada de erotismo y, si, romanticismo, a su manera. Hay quien en su día no vio aquí más que una perversión obscena del realizador italiano, calificando y tachando el filme de pornografía al estilo de Emmanuelle. A ver, no nos equivoquemos. Una cosa es lo que hacen gente como Vicente Aranda y Bigas luna (que alguien les compre un cine porno rápido, por favor) y otra cosa es esta película. Embriagada de una sensualidad y un salvajismo sobrecogedor, la película nos cuenta las andanzas de dos almas perdidas que encuentran en el sexo su punto de unión y casi de expresión. No hay nada en el metraje que sobre si nos referimos a escenas de sexo. Sin embargo, uno de sus puntos débiles es la historia de Schneider con Leaud. Una historia floja, prácticamente intrascendente que cuenta muy poquito de la protagonista no solo a primera vista sino indirectamente también.

Con una realización clásica y pausada, pero deudora de los encuadres fijos de Bergman, sus largas escenas aportan un realismo necesario para comprender a estos dos personajes tan complejos. Es en estas escenas cuando admiramos la fotografía de Storaro y la interpretación de Brando en todo su esplendor. Entre la dura y dramática realización de Bertolucci y la fotografía del director de fotografía de Apocalypse Now se forma un collage en el que solo podría encajar Brando, en una de sus 3 mejores interpretaciones (El padrino, La ley del silencio, nunca sé como ordenar estas interpretaciones).

Brando coge al personaje, lo hace suyo, lo destroza, lo crea, lo revive, lo vuelve a echar al pozo, lo vomita y lo saca a la luz como una buena nueva. No tiene nombre lo que el intérprete de La jauría humana hizo en esta película. Los momentos en los que no aparece la película se resiente. Me recordó a la misión. En aquella película todo estaba muy bien pero uno sentía que la película respiraba cuando sonaba Morricone, parecía una película dirigida por el compositor de la banda sonora, algo que no he vuelto a sentir. Hasta que Marlon Brando parece dirigir la película con cada una de sus caras. Porque es un personaje con muchas caras. Bueno, malo, enamorado, traidor, vividor, lo tiene todo.

Algo que sacamos en claro de la película es que después de haber visto todo lo que hemos visto, dentro de todo su mensaje es conservador, opuesto a todo lo que muestra. Los últimos minutos son la redención del clasicismo y el libertinaje cae en desgracia. Una crítica encubierta (y no tanto) a una forma de vida que ni alguien como Brando es capaz de aguantar.
4
2 de marzo de 2007
36 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
En efecto, ¿Por qué seguir la corriente?, el que sea Bertolocci no implica que todos demos la categoría de obra maestra, y me sumo a los de opinión que cuestiona la grandeza de este trabajo; Passolini la definió al parecer como basura (exagerado), pero en definitivo es regular y el cine erótico parece un sinónimo de tedio, ya que no hay por donde puedan engancharnos.

Leí otra crítica en donde se generaliza, “Comprendo que resulte una película aburrida para aquellos que están acostumbrados a las trepidantes historias (made in USA)", y lamento el contradecir, pero habemos quienes somos afines a la variedad de género, tema, nacionalidad, actores y todos aquellos factores que componen un filme.

El presente trabajo no logra conmover, las interpretaciones son planas en monologo, la reflexión la puedo encontrar en otros filmes de mayor relevancia (desde mi punto de vista) y te comunican con eficacia. Cuando la vi, esperaba encontrarme con calidad desmedida, y la sorpresa fue: ¡Oh! Decepción, mediocre.
4
20 de mayo de 2008
39 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, una película de sentimientos de verdad, ¿quién de vosotros nunca ha usado la mantequilla para sodomizar a una rodaja de pan?
Esta es mi opinión sobre el tema que expone Bertolucci, coincidimos bastante: La sodomía es el primer paso de la catarsis, esta casi siempre deriva en la necesidad de la sumisión, propia o inflingida a otro. La sumisión responde a la primera necesidad del asocial o del apartado de la sociedad. Los miedos vuelan, Bertolucci rueda una película.
Las relaciones humanas no son como las muestra "El último tango en París", ni siquiera echándole imaginación al asunto. Y al no ser una exacerbación de la realidad, no vale eso de que explota sentimientos invisibles pero que "haberlos haylos".
Pediría a FA que la pusiese en la categoría de "Fantástica". Os explico, los dos personajes se encuentran por casualidad mirando un piso, se miran un poco, y, de repente, os explico 150 minutos: "¿dónde está la mantequilla?" Pregunta inquisitivo el bueno de Marlon. "¿Dónde va a estar, Marlon? Dónde la dejaste después del desayuno continental de esta mañana; en el frigorífico, marlon, arriba, al lado de los huevos y la leche, como te gusta, todos los productos lácteos juntos." El marlon se inquieta y responde acelerado: "pero, querida, los huevos no son un producto lácteo. Es triste tu error, inquieta la satisfacción humana por la división y reglamentación de la realidad, sería único vivir en un conglomerado finito, pero mutable, de libertad y de posibilidades infinitas, donde la leche, los yogures y los huevos aceptaran a la mantequilla sin repudiarla".

Esta película, como tantas otras de supuesta profundidad intrínseca, es la idónea para que los que se aburren viéndola, pero que detestan reconocerlo porque tienen la personalidad untada en mantequilla, se inventen tramas y subtramas subyacentes a la aparente simplicidad de la obra, porque algo tienen que decir cuando acabe la película y los catorce ojos gafapastas de sus siete amigos le miren y le excruten un pensamiento a la altura de Rockdeluxe, al menos.

Una emoción compleja y sincera no tiene porque ser, de hecho casi nunca lo es, tan rocambolesca como la que plantea el paletón de Bertolucci. La tristeza y desesperación suele desembocar en la debilidad, y la debilidad es el estado que más nos simplifica, nos vulnera, nos hace minúsculos. Y Bertolucci lo ha conseguido con “El último tango”, nos ha adentrado en su búsqueda de la catarsis, nos ha purificado y nos ha hecho reflexionar sobre la soledad, la crueldad y el sometimiento, o sea, que nos ha dado por el culo sin mantequilla si quiera, y sí, se acaba de confirmar, la sangre brota de nuevo por nuestro ano. No pasaba desde hacía años, desde que decidimos ver Crash, La Dolce Vita o La Noche del cazador, una desgracia amigos, una desgracia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
No destaco nada o casi nada de la peli, a lo mejor algún destello de buena dirección de actores, pero "Last Tango in Paris" es un tostón insufrible. Patética, aburrida, en serio, y no miento, me llamo "Paul Haggis"

PS: Y que le guste a Boyero no deja de significar otra cosa que la película es simple de solemnidad.
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