El pianista
2002 

8.2
155,522
Drama
Wladyslaw Szpilman, un brillante pianista polaco de origen judío, vive con su familia en el ghetto de Varsovia. Cuando, en 1939, los alemanes invaden Polonia, consigue evitar la deportación gracias a la ayuda de algunos amigos. Pero tendrá que vivir escondido y completamente aislado durante mucho tiempo, y para sobrevivir tendrá que afrontar constantes peligros. (FILMAFFINITY)
6 de marzo de 2008
6 de marzo de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un papel para lucirse.....la historia real ofrece como un ser humano, lucha por la supervivencia, emocionante y desgarrador relato muy bien plasmado, que no deja indiferente a nadie... notable actuación de Brody.....
21 de mayo de 2008
21 de mayo de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta película se muestra con toda su crudeza el abominable trato que dieron los nazis a los civiles, especialmente a los judíos. Nos muestra como se vive la guerra desde los pueblos conquistados, desde la población que la padece y la sufre, especialmente desde los mas indefensos que en esta caso, fue los judíos. Una película capaz de acongojarnos y capaz de hacernos transmitir lo duro que puede ser la supervivencia en tiempos de guerra, sobretodo para los perseguidos.
Es una de esas películas que te dejan pensativo intentando entender como algo así puedo suceder.
Es una de esas películas que te dejan pensativo intentando entender como algo así puedo suceder.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hay varias escenas donde se muestra lo realmente horrendo que fue vivir en un tiempo así siendo judío, especialmente una escena en la que el protagonista ve como entran en el edificio de enfrente casa por casa arrasando, y al llegar a una y encender la luz aparece una familia sentada cenando. Los alemanes les ordenan que se levanten, orden que cumplen todos menos el abuelo en silla de ruedas. Por no obedecer, tiran al anciano por la ventana desde el balcón de la casa y en presencia de la familia... MUY DURO.
13 de octubre de 2010
13 de octubre de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El holocausto nazi fue representado de manera atroz, estremecedora, sublime, por un maestro de la comunicación narrativa como es Spielberg. Una obra, narrada con maestría, de inmensurable poderío y realismo visual. Polanski tuvo la oportunidad de dirigir esa impresionante historia sobre el exterminio de los judíos, pero la rechazó.
Ahora, nueve años más tarde, se atreve a realizar esta fascinante obra sobre la invasión alemana en 1939 de Varsovia. Para ello se basa en una autobiografía de Wladyslaw Szpilman, un pianista judío que se vio obligado a exiliar junto a su familia. La música y la barbarie se funden en un armonioso retrato del gueto judío, dotado de una refinada hermosura y crudeza. En esa especie de corral, infrahumano e indecente, los judíos eran tratados como a ganado, se les encerraba en cuantía y se les marcaba con su símbolo religioso. Aquellos que no obedecían las órdenes eran ejecutados. La maravillosa narración de Polanski, nos introduce de lleno en la vida de un hombre bohemio que no parece pertenecer a ese asolado mundo. Adrien Brody se pone en la piel de ese hombre con una laboriosa y absorbente interpretación que te deja impresionado. La búsqueda de un refugio en la más recóndita clandestinidad, alejado de esos míseros lugares que son los guetos. Donde escasea la comida, el agua y donde las enfermedades se manifiestan con el más mínimo síntoma de debilidad. Las primeras sublevaciones judías se dieron como muestra de una muerte digna, antes de morir fusilados por un soldado nazi. Una escena que resume las consecuencias de la guerra alemana en una sola imagen, es en la que Szpilman camina entre los escombros de una ciudad completamente arrasada y desierta. Otra escena de indudable interés, por su extraordinaria capacidad de asombro y de persuasión, es en la que el pianista toca ante la imponente presencia de un soldado alemán. Pero mi preferida, por su comicidad implícita, es en la que Szpilman es confundido por un soldado alemán. Sin duda Polanski realiza su mejor obra, de indispensable visualización. Excelente banda sonora de Wojciech Kilar.
Ahora, nueve años más tarde, se atreve a realizar esta fascinante obra sobre la invasión alemana en 1939 de Varsovia. Para ello se basa en una autobiografía de Wladyslaw Szpilman, un pianista judío que se vio obligado a exiliar junto a su familia. La música y la barbarie se funden en un armonioso retrato del gueto judío, dotado de una refinada hermosura y crudeza. En esa especie de corral, infrahumano e indecente, los judíos eran tratados como a ganado, se les encerraba en cuantía y se les marcaba con su símbolo religioso. Aquellos que no obedecían las órdenes eran ejecutados. La maravillosa narración de Polanski, nos introduce de lleno en la vida de un hombre bohemio que no parece pertenecer a ese asolado mundo. Adrien Brody se pone en la piel de ese hombre con una laboriosa y absorbente interpretación que te deja impresionado. La búsqueda de un refugio en la más recóndita clandestinidad, alejado de esos míseros lugares que son los guetos. Donde escasea la comida, el agua y donde las enfermedades se manifiestan con el más mínimo síntoma de debilidad. Las primeras sublevaciones judías se dieron como muestra de una muerte digna, antes de morir fusilados por un soldado nazi. Una escena que resume las consecuencias de la guerra alemana en una sola imagen, es en la que Szpilman camina entre los escombros de una ciudad completamente arrasada y desierta. Otra escena de indudable interés, por su extraordinaria capacidad de asombro y de persuasión, es en la que el pianista toca ante la imponente presencia de un soldado alemán. Pero mi preferida, por su comicidad implícita, es en la que Szpilman es confundido por un soldado alemán. Sin duda Polanski realiza su mejor obra, de indispensable visualización. Excelente banda sonora de Wojciech Kilar.
28 de noviembre de 2008
28 de noviembre de 2008
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atrás quedaron Spielberg, Lucas y compañía, creadores de los héroes de mi infancia, se apartan discretamente para dar paso a Roman Polanski, director que se ha convertido con meritos propios en uno de mis directores de cine preferidos de mi época adulta, El cuchillo en el agua, El quimérico Inquilino, La semilla del diablo o Repulsión.
De esta, su última obra maestra solo diré una cosa, he llorado en dos ocasiones viendo la hermosa y emocionante escena final del piano, muy pocas escenas poseen tanta carga emocional como esta a lo largo de la historia del cine.
De esta, su última obra maestra solo diré una cosa, he llorado en dos ocasiones viendo la hermosa y emocionante escena final del piano, muy pocas escenas poseen tanta carga emocional como esta a lo largo de la historia del cine.
5 de enero de 2009
5 de enero de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la tercera fue la vencida. Sí, porque fueron tres veces las que intenté verla. No sé, si porque mi estado de ánimo no era el ídoneo, o simplemtente, porque me fue imposible verla terminar en las dos primeras ocasiones.
Ya había visto la lista de Shindler, y me había costado muchísimo llegar hasta el final. De hecho dije que no volvería a ver nínguna película tan dura, pero me hablaron tan bien de "El pianista", y de la inmejorable interpretación de Adrien Brody, que al final tuve que claudicar y verla. La primera vez dejé la película después de que lanzaran al vacio al pobre señor por la ventana. La segunda vez adelanté la cinta hasta que pasó dicha escena y la tuve que dejar cuando le dan la paliza al pobre crío a través de un muro, en el que que se queda atrapado. Y la última y definitiva, pués me armé de valor y la ví. Me gustó mucho, pero hay ciertas películas que pueden conmigo, me dejan hecha polvo y estas suelen ser las que están basadas en hechos reales, y tan cruentos. Y me propuse, por segunda vez no volver a ver nínguna película sobre el holocausto judío..... ¿Lo lograré?
Ya había visto la lista de Shindler, y me había costado muchísimo llegar hasta el final. De hecho dije que no volvería a ver nínguna película tan dura, pero me hablaron tan bien de "El pianista", y de la inmejorable interpretación de Adrien Brody, que al final tuve que claudicar y verla. La primera vez dejé la película después de que lanzaran al vacio al pobre señor por la ventana. La segunda vez adelanté la cinta hasta que pasó dicha escena y la tuve que dejar cuando le dan la paliza al pobre crío a través de un muro, en el que que se queda atrapado. Y la última y definitiva, pués me armé de valor y la ví. Me gustó mucho, pero hay ciertas películas que pueden conmigo, me dejan hecha polvo y estas suelen ser las que están basadas en hechos reales, y tan cruentos. Y me propuse, por segunda vez no volver a ver nínguna película sobre el holocausto judío..... ¿Lo lograré?
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