El Francotirador
1978 

8.0
51,449
Drama. Bélico
Tres amigos, amantes de la caza y que trabajan como obreros en una fábrica de fundición de acero de Pennsylvania, pasan juntos las últimas horas antes de despedirse para ir a luchar como voluntarios a la guerra de Vietnam, un conflicto bélico que les cambiará a todos la vida para siempre. (FILMAFFINITY)
9 de junio de 2013
9 de junio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1.978, yo tenía catorce años. Parecía algo mayor y pude entrar en el cine con uno de mis hermanos. En aquella época pedían el carnet de identidad para comprobar si habías cumplido los dieciocho años, pero hubo suerte. El hombre de la entrada miró con la ceja levantada al cortar nuestras entradas. Sólo eso.
Ese día descubrí a Robert De Niro, a Christopher Walken, a una jovencísima y bella Meryl Streep, a John Savage con el que repetiría en Hair poco después. Descubrí el cine de un tal Michael Cimino y la música de un tal Stanley Myers. Descubrí la guerra de Vietnam, lo que supone entrar en combate, las consecuencias de hacerlo, cómo el mundo cambia para todos (los que van al frente y los que no). Pero no terminé de entender bien la película. Aquellas situaciones tan extraordinarias me cegaron lo suficiente como para que no me enterara bien de lo que me contaban. Las escenas en la selva mientras los tres amigos están detenidos y obligados a jugar a la ruleta rusa son demoledoras, la caída desde el helicóptero de Michael y Steven (esas piernas destrozadas de Steven) es espeluznante, la última parte de la película en una ciudad destrozada de la que todo el mundo quiere huir y a la que llega Michael para rescatar a su amigo es angustiosa y una de las más emotivas y tristes de la historia del cine. El horror. El verdadero horror. Salí del cine pensando que había visto una película bélica con una introducción muy larga, que lo importante eran los helicópteros, los vietnamitas acribillados a balazos, la amistad entre jóvenes, una historia de amor. Y no. Pero con catorce años creo que es normal ver así las cosas.
El Cazador narra una historia muy sencilla. Sólo puede cumplir una promesa el que conserva sus principios intactos, el que no renuncia a sí mismo ni por amor, ni por dinero, ni por su propia vida. El Cazador es la historia de una promesa por cumplir. Cuando Michael (ya de regreso a casa) comprueba que lo que dejó atrás al marchar a la guerra seguirá siendo absurdo si no viaja para hacer que vuelva su amigo, que sólo siendo ese cazador que siente ser puede librar de la muerte a Nick, cuando siente eso, no se lo piensa dos veces. Regresa a Vietnam para cumplir la promesa que le hizo a su amigo. Pero Nick, drogadicto y completamente tarado, se levanta la tapa de los sesos recordando a su amigo que morir bien es morir de un solo disparo en la cabeza. Y el mundo se queda sin esperanza. Michael pierde a su amigo, a la que podría haber sido su esposa, a sus amigos. Nada queda intacto. Ni siquiera él pensando en si está bien lo que hizo o no.
Ya sé que debería hablar de cine, pero de esta película ya han hablado (con más o menos suerte) cientos de personas. Se pueden encontrar en la red miles de páginas sobre ella. Así que prefiero hablar de mí. Ustedes me lo van a saber perdonar.
Cada vez que me acerco a la estantería y elijo esta película para ver, siento un escalofrío. Sé que voy a sufrir, que voy a ver en la pantalla muchas cosas que ya me han pasado a mí (sin guerra de por medio), que las escenas se me van a quedar dando vueltas por la cabeza los días siguientes. Novias que no pudieron ser, amigos que no pudieron ser, actos de valor que no podrán ser nunca, mil promesas sin cumplir por esto o por aquello (siempre excusas idiotas), la muerte y lo que arrastra con ella, la vida y lo que embalsa de bueno o de malo. El Cazador somos muchos, pero no podríamos hacer esa película porque nos quedaríamos a medio camino (hasta que llega lo malo, lo difícil). Llegado el momento, nos convertiríamos en lo que realmente hemos querido ser. En todo menos en protagonistas de bellas historias envueltas en terror.
Siempre me ha gustado verme reflejado en los héroes de las películas (como a todo hijo de vecino). Casi siempre lo he conseguido aunque fuera inventando una vida lejana. En este caso no he sido capaz nunca salvo cuando tuve catorce años. Cuando creía ver otra cosa que no estaba. Por eso debe ser que esta película es una de mis tres preferidas.
Si quieren saber algo sobre la película busquen en libros o en la red. Esta vez, aquí sólo me encontrarán a mí. Una pérdida de tiempo total.
inventodeldemonio.es/blog
Ese día descubrí a Robert De Niro, a Christopher Walken, a una jovencísima y bella Meryl Streep, a John Savage con el que repetiría en Hair poco después. Descubrí el cine de un tal Michael Cimino y la música de un tal Stanley Myers. Descubrí la guerra de Vietnam, lo que supone entrar en combate, las consecuencias de hacerlo, cómo el mundo cambia para todos (los que van al frente y los que no). Pero no terminé de entender bien la película. Aquellas situaciones tan extraordinarias me cegaron lo suficiente como para que no me enterara bien de lo que me contaban. Las escenas en la selva mientras los tres amigos están detenidos y obligados a jugar a la ruleta rusa son demoledoras, la caída desde el helicóptero de Michael y Steven (esas piernas destrozadas de Steven) es espeluznante, la última parte de la película en una ciudad destrozada de la que todo el mundo quiere huir y a la que llega Michael para rescatar a su amigo es angustiosa y una de las más emotivas y tristes de la historia del cine. El horror. El verdadero horror. Salí del cine pensando que había visto una película bélica con una introducción muy larga, que lo importante eran los helicópteros, los vietnamitas acribillados a balazos, la amistad entre jóvenes, una historia de amor. Y no. Pero con catorce años creo que es normal ver así las cosas.
El Cazador narra una historia muy sencilla. Sólo puede cumplir una promesa el que conserva sus principios intactos, el que no renuncia a sí mismo ni por amor, ni por dinero, ni por su propia vida. El Cazador es la historia de una promesa por cumplir. Cuando Michael (ya de regreso a casa) comprueba que lo que dejó atrás al marchar a la guerra seguirá siendo absurdo si no viaja para hacer que vuelva su amigo, que sólo siendo ese cazador que siente ser puede librar de la muerte a Nick, cuando siente eso, no se lo piensa dos veces. Regresa a Vietnam para cumplir la promesa que le hizo a su amigo. Pero Nick, drogadicto y completamente tarado, se levanta la tapa de los sesos recordando a su amigo que morir bien es morir de un solo disparo en la cabeza. Y el mundo se queda sin esperanza. Michael pierde a su amigo, a la que podría haber sido su esposa, a sus amigos. Nada queda intacto. Ni siquiera él pensando en si está bien lo que hizo o no.
Ya sé que debería hablar de cine, pero de esta película ya han hablado (con más o menos suerte) cientos de personas. Se pueden encontrar en la red miles de páginas sobre ella. Así que prefiero hablar de mí. Ustedes me lo van a saber perdonar.
Cada vez que me acerco a la estantería y elijo esta película para ver, siento un escalofrío. Sé que voy a sufrir, que voy a ver en la pantalla muchas cosas que ya me han pasado a mí (sin guerra de por medio), que las escenas se me van a quedar dando vueltas por la cabeza los días siguientes. Novias que no pudieron ser, amigos que no pudieron ser, actos de valor que no podrán ser nunca, mil promesas sin cumplir por esto o por aquello (siempre excusas idiotas), la muerte y lo que arrastra con ella, la vida y lo que embalsa de bueno o de malo. El Cazador somos muchos, pero no podríamos hacer esa película porque nos quedaríamos a medio camino (hasta que llega lo malo, lo difícil). Llegado el momento, nos convertiríamos en lo que realmente hemos querido ser. En todo menos en protagonistas de bellas historias envueltas en terror.
Siempre me ha gustado verme reflejado en los héroes de las películas (como a todo hijo de vecino). Casi siempre lo he conseguido aunque fuera inventando una vida lejana. En este caso no he sido capaz nunca salvo cuando tuve catorce años. Cuando creía ver otra cosa que no estaba. Por eso debe ser que esta película es una de mis tres preferidas.
Si quieren saber algo sobre la película busquen en libros o en la red. Esta vez, aquí sólo me encontrarán a mí. Una pérdida de tiempo total.
inventodeldemonio.es/blog
25 de octubre de 2013
25 de octubre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablando de películas grandiosas, El cazador lo es, no por el film en sí, ni por su trama, si no por la delicadeza que hay detrás de la cinta.
Toca la vena sensible terminar el film y darte cuenta de como algo puede cambiarlo todo, de como la vida que tanto amamos puede desaparecer, increíble Michael Cimino en este aspecto, que sin hacer un film espectacular, creó una referencia en el género dramático.
Y qué decir de Robert De Niro, brillante, pero si hay alguien que de verdad me gusta en el film es John Cazale, que demuestra ser un gran actor que no sólo sabe hacer de Fredo Corleone.
Si quieres pasar un rato difícil pero que valga la pena, debes ver El cazador, no te arrepentirás.
-Lo mejor: La belleza de la historia y las emociones que destapa.
-Lo peor: Que puede llegar a ser aburrida en algunas escenas, entre otras cosas por su larga duración.
Toca la vena sensible terminar el film y darte cuenta de como algo puede cambiarlo todo, de como la vida que tanto amamos puede desaparecer, increíble Michael Cimino en este aspecto, que sin hacer un film espectacular, creó una referencia en el género dramático.
Y qué decir de Robert De Niro, brillante, pero si hay alguien que de verdad me gusta en el film es John Cazale, que demuestra ser un gran actor que no sólo sabe hacer de Fredo Corleone.
Si quieres pasar un rato difícil pero que valga la pena, debes ver El cazador, no te arrepentirás.
-Lo mejor: La belleza de la historia y las emociones que destapa.
-Lo peor: Que puede llegar a ser aburrida en algunas escenas, entre otras cosas por su larga duración.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Increíble la última escena, en la que un grupo de amigos vuelve a reunirse y la imagen se congela justo después de un: ''Por Nick.". Emocionante.
21 de noviembre de 2013
21 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la película, tres amigos aficionados a la caza y trabajadores metalúrgicos en Pennsylvania, celebran sus últimas horas antes de despedirse para ir a la guerra de Vietnam. El conflicto les cambiará la vida de forma definitiva.
Vi esta película en su estreno y la volví a ver ayer en TV y me siguió pareciendo un prodigio de obra en mucjos aspectos. Un prodigio de película gracias a la gran dirección de Michael Cimino (Oscar a la mejor película de 1978 y conco Oscars en total), a la enorme fotografía de Vilmos Zsigmond, a la genial música de Stanley Myers y al montaje, y por supuesto a las inconmensurables interpretaciones de Robert de Niro, Christopher Walken (Oscar en 1978 actor de reparto) o Meryl Streep, entre los más destacados. Por otra parte es un prodigio de análisis y crítica al horror de la guerra, sobre cómo destruye la vida de las personas y siembra la angustia y la desesperación en tantos jóvenes, sin contar con la omnipresente muerte que conlleva toda intervención armada, muerte y odio y locura. Es por lo tanto una película que impresiona por el enorme trasfondote angustia que transpira por doquier. No hay más que recordar las escalofriantes escenas de los personajes jugando a la “ruleta rusa” en un alarde suicidal y de pulsión de muerte.
Es también una película sobre la pérdida de la inocencia, de cómo a la vuelta de una contienda las cosas ya no vuelven a ser iguales. En este sentido, y aún tomando otro film bien distinto, me trae a la memoria los versos que dan título a la película de Kazan “Esplendor en la hierba”: “"Aunque ya nada pueda devolvernos la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores…”. Y cómo a pesar de tanta crueldad y tanta tragedia vivida, hay que seguir transitando la existencia. En este sentido es un canto a la supervivencia. Ojalá este tipo de películas sirvan para convertir la guerra en un tabú social cuya línea roja nadie ose traspasar nunca más (aún a riesgo de parecer ingenuo).
Vi esta película en su estreno y la volví a ver ayer en TV y me siguió pareciendo un prodigio de obra en mucjos aspectos. Un prodigio de película gracias a la gran dirección de Michael Cimino (Oscar a la mejor película de 1978 y conco Oscars en total), a la enorme fotografía de Vilmos Zsigmond, a la genial música de Stanley Myers y al montaje, y por supuesto a las inconmensurables interpretaciones de Robert de Niro, Christopher Walken (Oscar en 1978 actor de reparto) o Meryl Streep, entre los más destacados. Por otra parte es un prodigio de análisis y crítica al horror de la guerra, sobre cómo destruye la vida de las personas y siembra la angustia y la desesperación en tantos jóvenes, sin contar con la omnipresente muerte que conlleva toda intervención armada, muerte y odio y locura. Es por lo tanto una película que impresiona por el enorme trasfondote angustia que transpira por doquier. No hay más que recordar las escalofriantes escenas de los personajes jugando a la “ruleta rusa” en un alarde suicidal y de pulsión de muerte.
Es también una película sobre la pérdida de la inocencia, de cómo a la vuelta de una contienda las cosas ya no vuelven a ser iguales. En este sentido, y aún tomando otro film bien distinto, me trae a la memoria los versos que dan título a la película de Kazan “Esplendor en la hierba”: “"Aunque ya nada pueda devolvernos la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores…”. Y cómo a pesar de tanta crueldad y tanta tragedia vivida, hay que seguir transitando la existencia. En este sentido es un canto a la supervivencia. Ojalá este tipo de películas sirvan para convertir la guerra en un tabú social cuya línea roja nadie ose traspasar nunca más (aún a riesgo de parecer ingenuo).
13 de enero de 2014
13 de enero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cazador de Michael Cimino, es un drama bélico basado en la amistad y en la guerra de Vietnam. Dirigida con un ritmo tranquilo y en ocasiones premioso, es algo enredada y desordenada por los saltos temporales y físicos que da, los cuales hacen perder algo al espectador. Pero también es una cinta diferente y particular, con toques incitadores y violentos que captan la total atención del espectador, y la convierten en una cinta provocadora y única.
La fotografía es oscura y sombría, además de evocadora al momento y lugar, con imágenes impactantes y sobrecogedoras que estimulan al público por su crueldad asfixiante y emotiva. Y la música, es variada y profunda, con sonidos intensos que acompañan notablemente el film para dar más inquietud, y otros melódicos y agraciados en los momentos de calma, por lo que es muy acertada por usarse cuando es debido.
Las actuaciones, son magníficas y soberbias por parte de todo un elenco de caras conocidas. Con Robert De Niro con carácter y determinación y Christopher Walken reluciente y oportuno en un oscarizado papel. También son brillantes y señaladas las interpretaciones de Meryl Streep, John Cazale y John Savage. Los cuales llevan vestuarios y caracterizaciones sugerentes y apropiados en cada momento de la historia.
El guion, sacado de una historia del mismo director junto con Deric Washburne, está dividido en 2 partes, que son la presentación de los personajes en su pueblo, entorno y sus costumbres, y el resto en Vietnam. Siendo absorbente y turbador, argumentado con un dramatismo penetrante que es espeluznante por momentos y desde luego inquietante y amenazador por su belicismo gratuito. Y emplean para ello, unos diálogos característicos de amigos, que son dinámicos, irónicos y burlones al principio, y más sobrios y secos al final.
Para finalizar, cabe destacar también el trabajado montaje, que es lineal, narrativo e ideológico, además de estar dividido en 2 partes bien diferenciadas. Unos planos y movimientos de cámara panorámicos, reconocimiento, cámara en mano y planos generales sobrios y bien trabajados. Y unos efectos estremecedores y llamativos, que asombran por ser usados para exaltar la sangre y la violencia en determinados momentos.
En conclusión, la considero una obra inolvidable por su provocación y dramatismo, con gran emotividad y profundidad como pocas cintas tienen, y con 5 oscars entre ellos el de mejor película que avalan su notable resultado. Recomendable por su dirección, montaje, actuaciones, guion, efectos y sonidos, que hacen de ella una cinta que, aunque algo larga, es de gran calidad cinematográfica, y muy indicada para los que busquen cintas violentas, crudas y que expongan los hechos sin florituras ni paños calientes.
La fotografía es oscura y sombría, además de evocadora al momento y lugar, con imágenes impactantes y sobrecogedoras que estimulan al público por su crueldad asfixiante y emotiva. Y la música, es variada y profunda, con sonidos intensos que acompañan notablemente el film para dar más inquietud, y otros melódicos y agraciados en los momentos de calma, por lo que es muy acertada por usarse cuando es debido.
Las actuaciones, son magníficas y soberbias por parte de todo un elenco de caras conocidas. Con Robert De Niro con carácter y determinación y Christopher Walken reluciente y oportuno en un oscarizado papel. También son brillantes y señaladas las interpretaciones de Meryl Streep, John Cazale y John Savage. Los cuales llevan vestuarios y caracterizaciones sugerentes y apropiados en cada momento de la historia.
El guion, sacado de una historia del mismo director junto con Deric Washburne, está dividido en 2 partes, que son la presentación de los personajes en su pueblo, entorno y sus costumbres, y el resto en Vietnam. Siendo absorbente y turbador, argumentado con un dramatismo penetrante que es espeluznante por momentos y desde luego inquietante y amenazador por su belicismo gratuito. Y emplean para ello, unos diálogos característicos de amigos, que son dinámicos, irónicos y burlones al principio, y más sobrios y secos al final.
Para finalizar, cabe destacar también el trabajado montaje, que es lineal, narrativo e ideológico, además de estar dividido en 2 partes bien diferenciadas. Unos planos y movimientos de cámara panorámicos, reconocimiento, cámara en mano y planos generales sobrios y bien trabajados. Y unos efectos estremecedores y llamativos, que asombran por ser usados para exaltar la sangre y la violencia en determinados momentos.
En conclusión, la considero una obra inolvidable por su provocación y dramatismo, con gran emotividad y profundidad como pocas cintas tienen, y con 5 oscars entre ellos el de mejor película que avalan su notable resultado. Recomendable por su dirección, montaje, actuaciones, guion, efectos y sonidos, que hacen de ella una cinta que, aunque algo larga, es de gran calidad cinematográfica, y muy indicada para los que busquen cintas violentas, crudas y que expongan los hechos sin florituras ni paños calientes.
16 de julio de 2016
16 de julio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
120/03/06/07/16) La obra cumbre de Michael Cimino, su segundo film supuso un éxito rotundo de crítica y público, una épica que radiografía la amistad puesta a prueba por el Jinete de la Guerra, de sus consecuencias dramáticas en la gente que la vive en primera mano y en la que pasiva e inquieta espera a los combatientes. Con este film Cimino parecía sería el comienzo de una exitosa filmografía en Hollywood, pero tras este triunfal film el realizador se emborrachó de éxito, y la United Artists le concedió un cheque en blanco para su siguiente obra, “La puerta del cielo” (1980), un ampuloso western en que el presupuesto (quintuplicándolo)se le fue de las manos de modo estrepitoso, siendo la tumba para la compañía, provocando una ola de miedo en la Meca del Cine, que pasó a mermar de modo sensible el poder de los realizadores que habían estado en auge en los 70, derivando en que Cimino pasó a ser un director maldito, solo dirigiría 4 films más en su decadente carrera. El guión de “El cazador” de Deric Washburn (“Naves misteriosas”), y M. Cimino, inspirado en la novela “Three Comrades” (1937), de José María Remarque, se basa en parte en un guión no producido llamado “El hombre que vino a jugar” de Louis Garfinkle y Quinn K. Redeker, sobre Las Vegas y la ruleta rusa, el productor Michael Deeley , compró este guión por $ 19.000, Cimino con Washburn reescribieron el guión, manteniendo central el elemento de la ruleta rusa y colocándolo en la Guerra Vietnam. Nominado a 8 Oscar, gana 5 (película, director, actor reparto [C. Walken], sonido y montaje).
De la primeras superproducciones de Hollywood que tratan la Guerra del Vietnam tras haber perdido la contienda, se hace además desde un punto de vista crítico, sin triunfalismos, ni heroicidades, intenta hacerlo desde la neutralidad, sin mojarse en la razones y motivaciones de los contendientes. De hecho es el Vietnam, como podría haber sido Corea u otro lugar en belicismo, el escenario se entiende como una excusa para mostrarnos la deshumanización de las personas metidas en el infierno de la guerra. Se trata todo desde un lado humanista, acercándonos al lado íntimo de los personajes, mostrándonos en su primer tramo la personalidad de los protagonistas en su hábitat natural, sus miedos, sus ilusiones, sus anhelos. En el segundo tramo es la catarsis, la máquina desgarradora de almas que es la guerra los tritura y despedaza física y psíquicamente, en la tercera volvemos al lugar de origen donde vemos las consecuencias del conflicto, como los ha roto, destrozado, las heridas de la guerra cuestan en cicatrizar. Y hay en epílogo triste y hay un epílogo triste y desolador.
Cinta rica en matices, personajes bien delineados, profundos, con sus aristas y grietas emocionales, se interrelaciona de modo fresco, con mucha naturalidad, con diálogos fluidos, mordaces, divertidos, sentidos, en lo que es una oda a la amistad, a la camaradería, a aprovechar el momento como si fuera el último, en una evolución fragmentada en cuatro, partida en elipsis elegantes. Cimino se sirve de la caza como recurso alegórico de cómo nos tomamos las armas como un juego, el tramo de caza se puede entender de cómo las personas “juegan” de siempre a “matar”, y esto es un reverso de la Guerra y como “cazar” consiste en asesinar a personas. Maneja varios elementos metafóricos que dotan de inquietud al espectador, o como es la ruleta rusa (elemento contextualmente inventado, spoiler), elemento de varias sublecturas, puede ser vista como el azar que supone sobrevivir a la guerra, o el uso ciego que hacen los estadounidenses de las armas y como estas “matan”, este juego es el símbolo de la “locura” que es la guerra, su sentido del sin sentido, matar por diversión, la violencia más salvaje, la amoralidad por bandera, un descenso al purgatorio, donde vivir o morir es cuestión de suerte,
Relato sobre el fin de la inocencia, sobre el peso del tiempo, drama sórdido, con dosis de romance, de acción, e incluso de humor desengrasante que sirve para entender la relación entre los amigos, brutal alegato contra la guerra, contra las armas, contra su poder destructivo, de cómo el uso de estas saca el lado irracional del ser humano, lo convierte en bestia capaz de las peores barbaries. De cómo personas se autodestruyen retroalimentadas por la violencia, provoca además en las personas que les esperan en casa la desolación anímica.
El elenco actoral realiza unas formidables interpretaciones. Robert De Niro está radiante en una encarnación que desborda carisma, mundo interior, desplegando con mesura toda una gama fenomenal de emociones, con una mirada que es el espejo de su Mike, ejemplo los momentos de caza, un Titán que es el alma del film, apoteósico en su magnetismo. Christopher Walken compone con contención y gran personalidad al mejor amigo de Mike, su arco de desarrollo es tremendo, del principio cuando lo vemos ilusionado al final demente, extraordinario el modo en que hace sintamos su desorientación. Meryl Streep está maravillosa como el espejo de los que esperan en casa a que vuelva “el guerrero”, transmite dulzura, compasión, lástima, soberbia en el manejo mesurado del lenguaje físico y gestual, rol recomendado a los productores por De Niro, pero curiosamente aceptó el papel solo para estar cerca del actor John Cazale durante el rodaje (era su pareja sentimental), este había sido diagnosticado con cáncer de pulmón; John Cazale en su última actuación, murió (12-03-1978) sin ver estrenado el film, intervino en solo cinco películas en los 70, por todas obtuvo una nominación al Oscar a actor de reparto, (no ganó premio alguno), actor que derrocha personalidad, complejidad, ambigüedad, Magnífico broche a su carrera, tuvo que rodar todas sus escenas juntas en primer lugar por la enfermedad. John Savage es un gran complemento, expone el arco de ser un tipo dinámico, simpático, feliz, a sentirse un inútil físico, excelente sin tener que acudir a sentimentalismos lloriqueos.
De la primeras superproducciones de Hollywood que tratan la Guerra del Vietnam tras haber perdido la contienda, se hace además desde un punto de vista crítico, sin triunfalismos, ni heroicidades, intenta hacerlo desde la neutralidad, sin mojarse en la razones y motivaciones de los contendientes. De hecho es el Vietnam, como podría haber sido Corea u otro lugar en belicismo, el escenario se entiende como una excusa para mostrarnos la deshumanización de las personas metidas en el infierno de la guerra. Se trata todo desde un lado humanista, acercándonos al lado íntimo de los personajes, mostrándonos en su primer tramo la personalidad de los protagonistas en su hábitat natural, sus miedos, sus ilusiones, sus anhelos. En el segundo tramo es la catarsis, la máquina desgarradora de almas que es la guerra los tritura y despedaza física y psíquicamente, en la tercera volvemos al lugar de origen donde vemos las consecuencias del conflicto, como los ha roto, destrozado, las heridas de la guerra cuestan en cicatrizar. Y hay en epílogo triste y hay un epílogo triste y desolador.
Cinta rica en matices, personajes bien delineados, profundos, con sus aristas y grietas emocionales, se interrelaciona de modo fresco, con mucha naturalidad, con diálogos fluidos, mordaces, divertidos, sentidos, en lo que es una oda a la amistad, a la camaradería, a aprovechar el momento como si fuera el último, en una evolución fragmentada en cuatro, partida en elipsis elegantes. Cimino se sirve de la caza como recurso alegórico de cómo nos tomamos las armas como un juego, el tramo de caza se puede entender de cómo las personas “juegan” de siempre a “matar”, y esto es un reverso de la Guerra y como “cazar” consiste en asesinar a personas. Maneja varios elementos metafóricos que dotan de inquietud al espectador, o como es la ruleta rusa (elemento contextualmente inventado, spoiler), elemento de varias sublecturas, puede ser vista como el azar que supone sobrevivir a la guerra, o el uso ciego que hacen los estadounidenses de las armas y como estas “matan”, este juego es el símbolo de la “locura” que es la guerra, su sentido del sin sentido, matar por diversión, la violencia más salvaje, la amoralidad por bandera, un descenso al purgatorio, donde vivir o morir es cuestión de suerte,
Relato sobre el fin de la inocencia, sobre el peso del tiempo, drama sórdido, con dosis de romance, de acción, e incluso de humor desengrasante que sirve para entender la relación entre los amigos, brutal alegato contra la guerra, contra las armas, contra su poder destructivo, de cómo el uso de estas saca el lado irracional del ser humano, lo convierte en bestia capaz de las peores barbaries. De cómo personas se autodestruyen retroalimentadas por la violencia, provoca además en las personas que les esperan en casa la desolación anímica.
El elenco actoral realiza unas formidables interpretaciones. Robert De Niro está radiante en una encarnación que desborda carisma, mundo interior, desplegando con mesura toda una gama fenomenal de emociones, con una mirada que es el espejo de su Mike, ejemplo los momentos de caza, un Titán que es el alma del film, apoteósico en su magnetismo. Christopher Walken compone con contención y gran personalidad al mejor amigo de Mike, su arco de desarrollo es tremendo, del principio cuando lo vemos ilusionado al final demente, extraordinario el modo en que hace sintamos su desorientación. Meryl Streep está maravillosa como el espejo de los que esperan en casa a que vuelva “el guerrero”, transmite dulzura, compasión, lástima, soberbia en el manejo mesurado del lenguaje físico y gestual, rol recomendado a los productores por De Niro, pero curiosamente aceptó el papel solo para estar cerca del actor John Cazale durante el rodaje (era su pareja sentimental), este había sido diagnosticado con cáncer de pulmón; John Cazale en su última actuación, murió (12-03-1978) sin ver estrenado el film, intervino en solo cinco películas en los 70, por todas obtuvo una nominación al Oscar a actor de reparto, (no ganó premio alguno), actor que derrocha personalidad, complejidad, ambigüedad, Magnífico broche a su carrera, tuvo que rodar todas sus escenas juntas en primer lugar por la enfermedad. John Savage es un gran complemento, expone el arco de ser un tipo dinámico, simpático, feliz, a sentirse un inútil físico, excelente sin tener que acudir a sentimentalismos lloriqueos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Espectacular puesta en escena, muy cuidada para transmitir emociones veraces, con una brillante dirección artística de Ron Hobbs (“Cazador a sueldo”) y Kim Swados (“Terror en Amytiville”), todo en escenarios naturales, sin estudios, escenas de apertura en los hornos es el US Steel Hornos centrales en Cleveland (Ohio), Clairton compuestas por 8 ciudades diferentes en cuatro estados: West Virginia, Pennsylvania, Washington, Ohio. La boda rodada en la Catedral ortodoxa rusa de St. Teodosio en el barrio de Tremont en Cleveland, la celebración en el Lemko Hall de la misma ciudad, para el tramo de la cacería es filmado en Parque Nacional de las Cascadas del Norte (Washington), Vietnam es recreado en Tailandia, en el río Kwai el campo de prisioneros, y Bangkok y Katchanburi para hacer de Saigón. Todo esto potenciado por la fotografía del húngaro, Vilmos Zsigmond (“Encuentros en la tercera fase”) en color (tehnicolor) y scope, con bellas imágenes panorámicas, planos generales y primeros planos intimistas, muy expresivos, con postales de gran beldad costumbrista, el trabajo en los hornos, como la boda y la celebración, de un fulgor radiante en el tramo de la caza, creando preciosos cuasi-lienzos, con tomas gran valor naturalista cuando la cámara baja de la Iglesia ortodoxa al industrial pueblo, con cielos grises encapotados, otorgando un halo de melancolía envolvente a la ambientación. Se suma un score de Stanley Myers (“Ábrete de orejas”), que canaliza emociones de modo intenso emotivo, como el solo de guitarra, “Sarabande”, se añaden temas tradicionales rusos como el "Vechnaya Pamyat" se oye durante el funeral y significa "memoria eterna", canciones populares estadounidenses, “Can’t Take My Eyes of You” (glorioso el momento en que los cantan los amigos en el bar antes de...) o “God Bless America”, o clásica como el nocturno de Chopin, pero la música más recordada del film es el tema de amor “Cavatina”, tomado de la cinta “The walking stick” (1970), interpretado de modo sublime por el guitarrista John Williams, emitiendo toda una trémula gama de emociones nostálgicas.
Spoiler:
Curiosa la estructura circular de la historia, comienza con una boda, símbolo de todo lo buena, de la esperanza, de ilusión, de reunión de amigos, y termina en un funeral de uno de los amigos.
La revisiones del film hacen relucir sus taras que le hacen bajar de la excelencia, la mayor la susodicha del exceso de metraje, que hace que muchas situaciones se antojen superficiales, regurgitadas, cayendo en altibajos de ritmo que alejan de vez en cuando al espectador. No suma que para un film que quiere ser realista se inventen el McGuffin de la ruleta rusa utilizada por los Vietcong, resta veracidad, no hubo casos documentados de ruleta rusa en la guerra Vietnam. El plan de Mike para escapar de los vietcong resulta bueno, sumar más balas a la ruleta rusa para disparar con ellas a sus captores, pero pierde todo el sentido cuando en vez de dispararle a las primeras, decide Mike primero echarse una partidita de despiste, inverosímil, lo más lógico era que se hubiera volado la tapa de los sesos, hay que suspender la lógica para aceptarlo. Cuando Mike regresa a Saigón para traerse a su pueblo a Nick, Mike debe pagar un pastón para entrar en una partida de ruleta rusa, lo acepto, pero cuando va a tener un duelo con Nick, porque leches debe pagar? Si los que participan aquí ganan dinerales? Que mínimo sentido tiene? No resulta creíble que Nick lleve meses participando en estas ruletas y llegue frente a Mike y si suerte acabe. Tampoco se especifica en el film si son llamados a filas o son voluntarios, esto para mi es importante, da un enfoque distinto dependiendo de una cosa u otra. Y es que los tres que van a Vietnam son muy mayores para ir a filas.
Recomendable a todo cinéfilo que se precie. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2016/07/michael-cimino.html
Spoiler:
Curiosa la estructura circular de la historia, comienza con una boda, símbolo de todo lo buena, de la esperanza, de ilusión, de reunión de amigos, y termina en un funeral de uno de los amigos.
La revisiones del film hacen relucir sus taras que le hacen bajar de la excelencia, la mayor la susodicha del exceso de metraje, que hace que muchas situaciones se antojen superficiales, regurgitadas, cayendo en altibajos de ritmo que alejan de vez en cuando al espectador. No suma que para un film que quiere ser realista se inventen el McGuffin de la ruleta rusa utilizada por los Vietcong, resta veracidad, no hubo casos documentados de ruleta rusa en la guerra Vietnam. El plan de Mike para escapar de los vietcong resulta bueno, sumar más balas a la ruleta rusa para disparar con ellas a sus captores, pero pierde todo el sentido cuando en vez de dispararle a las primeras, decide Mike primero echarse una partidita de despiste, inverosímil, lo más lógico era que se hubiera volado la tapa de los sesos, hay que suspender la lógica para aceptarlo. Cuando Mike regresa a Saigón para traerse a su pueblo a Nick, Mike debe pagar un pastón para entrar en una partida de ruleta rusa, lo acepto, pero cuando va a tener un duelo con Nick, porque leches debe pagar? Si los que participan aquí ganan dinerales? Que mínimo sentido tiene? No resulta creíble que Nick lleve meses participando en estas ruletas y llegue frente a Mike y si suerte acabe. Tampoco se especifica en el film si son llamados a filas o son voluntarios, esto para mi es importante, da un enfoque distinto dependiendo de una cosa u otra. Y es que los tres que van a Vietnam son muy mayores para ir a filas.
Recomendable a todo cinéfilo que se precie. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2016/07/michael-cimino.html
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