El día que la tierra se detuvo
2008 

4.6
30,391
Ciencia ficción
Un día la Dr. Helen Benson (Jennifer Connelly) es sacada repentinamente de su casa por la Agencia de Seguridad Nacional, y llevada junto a otros científicos para intentar explicar las causas de un misterioso objeto del espacio que va a chocar de forma inminente contra la isla de Manhattan. Pero la colisión no se produce pues el OVNI, que resulta ser una nave espacial de origen desconocido, aterriza en medio de Central Park. Las ... [+]
22 de abril de 2013
22 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ultimátum a la tierra evocará a los cinéfilos a la mítica película de ciencia ficción, dirigida en el año 1951 por el interesante director Robert Wiise, que tiene alguna que otra obra muy digna de mención como esta misma, “West Side Story” o “Marcado por el Odio”.
Sin embargo el Hollywood actual padece una lacra que va a la par con las expectativas del espectador medio. Los guionistas han abandonado en su mayoría la búsqueda de nuevas ideas que puedan aportar algo a la historia cinematográfica o que contengan algún mínimo de originalidad, sino que se dedican a la simple reutilización de refritos, secuelas y precuelas, y remakes. No toda la culpa se la debemos echar a la producción norteamericana, que al fin y al cabo sólo le da al público lo que este desea. Últimatum a la tierra forma parte pues, de esta serie de películas que apenas aportan algo al cine, no ya sólo por tratarse de una simple recuperación y burda imitación de la película de Wiise, sino porque no aporta ninguna novedad respecto a la antigua (recordemos que la historia del cine ha dado remakes sublimes, como Scarface de Brian de Palma, por poner un ejemplo)
La película se trata de un producto preconcebido con el único objetivo de conseguir cierto éxito de taquilla y listos. Tampoco vamos a ser excesivamente duros con estas intenciones pues no se trata más que otra película palomitera. Lo que más duele es sin duda ver a cierta gente involucrada en este desastroso proyecto que lo único que hace es enturbiar su nombre.
De Keanu Reeves no nos sorprende, pues ya nos tiene acostumbrados (recordemos: Speed, Hardball, juego asesino y un largo etcétera) el pobrico (bueno de pobre nada, se embolsa sus buenos millones por aparecer en bodrios del estilo), y la verdad que su poca cualidad expresiva (cara palo para los amigos) va a la perfección con el poco interés que suscita su personaje. Algo lamentable pues podría resultar de lo más interesante de la película (en el original tampoco se explotaban las posibilidades que podía la compleja personalidad de un ser de otro planeta) pero nuestras expectativas quedan totalmente frustradas. Evidentemente se opta más por las ideas más facilonas que por intentar elaborar algún trazo de creatividad. La cara de insensibilidad de Klatu (y por ende de Reeves) se impone como idea general de la película.
Pero Tú, John Cleese, maestro, miembro de los reyes del absurdo (los Monty Pithon) ¿era necesaria tu intervención? Al pobre Cleese le dan un papel (que también aparecía en la película original, de hecho, la escena en la que aparece es totalmente calcada a la original) menor, pero no deja de ser sonrojante verlo en tan ardua tarea. Y lo mismo podríamos decir de Scott Derrickson, director del que nos ha sorprendido con películas tan interesantes como “Sinister” y “El exorcismo de Emily Rose” pero que en este caso se mete en un berenjenal del que no ha conseguido salir con dignidad alguna.
La película empieza fallidamente desde el momento en que los primeros alienígenas y la cúpula extraterrestre hacen su aparición en la película. El rumbo de la obra se tambalea y no sabemos a dónde vamos. Está claro que el mensaje blando era necesario para que el éxito de la película fuera mayor, pero se simplifica tanto su concepto ecologista que queda en un mero esbozo que no emociona en ningún momento. Ni siquiera el clímax final en el que supuestamente el protagonista empatiza con la humanidad (nota, Keanu Reeves no domina el concepto de Empatizar en su registro expresivo) logra emocionarnos (tema aparte sería la lógica de la secuencia, pero eso lo dejamos como un apéndice aparte). La verdad, es que la simplifación que hace la película de todos sus aspectos acaba lastrando definitivamente a la película. Podemos citar el recurso del niño y sus ansias de guerra o la propia aparición del ejército norteamericano.
Pero claro, también era necesario aportar su grano de acción y thriler a la película y tampoco Derrickson logra salirse del todo con la suya. La salida del personaje de su cautiverio resulta ridícula y el director utiliza unos recursos bastante manidos y desgastados. Igualmente, las conspiraciones y conversaciones entre el personaje de Keanu Reeves y demás seres espaciales resultan anodinas y carecen de cualquier interés.
http://neokunst.wordpress.com/2013/04/22/analisis-filmico-ultimatum-a-la-tierra-2008/
Sin embargo el Hollywood actual padece una lacra que va a la par con las expectativas del espectador medio. Los guionistas han abandonado en su mayoría la búsqueda de nuevas ideas que puedan aportar algo a la historia cinematográfica o que contengan algún mínimo de originalidad, sino que se dedican a la simple reutilización de refritos, secuelas y precuelas, y remakes. No toda la culpa se la debemos echar a la producción norteamericana, que al fin y al cabo sólo le da al público lo que este desea. Últimatum a la tierra forma parte pues, de esta serie de películas que apenas aportan algo al cine, no ya sólo por tratarse de una simple recuperación y burda imitación de la película de Wiise, sino porque no aporta ninguna novedad respecto a la antigua (recordemos que la historia del cine ha dado remakes sublimes, como Scarface de Brian de Palma, por poner un ejemplo)
La película se trata de un producto preconcebido con el único objetivo de conseguir cierto éxito de taquilla y listos. Tampoco vamos a ser excesivamente duros con estas intenciones pues no se trata más que otra película palomitera. Lo que más duele es sin duda ver a cierta gente involucrada en este desastroso proyecto que lo único que hace es enturbiar su nombre.
De Keanu Reeves no nos sorprende, pues ya nos tiene acostumbrados (recordemos: Speed, Hardball, juego asesino y un largo etcétera) el pobrico (bueno de pobre nada, se embolsa sus buenos millones por aparecer en bodrios del estilo), y la verdad que su poca cualidad expresiva (cara palo para los amigos) va a la perfección con el poco interés que suscita su personaje. Algo lamentable pues podría resultar de lo más interesante de la película (en el original tampoco se explotaban las posibilidades que podía la compleja personalidad de un ser de otro planeta) pero nuestras expectativas quedan totalmente frustradas. Evidentemente se opta más por las ideas más facilonas que por intentar elaborar algún trazo de creatividad. La cara de insensibilidad de Klatu (y por ende de Reeves) se impone como idea general de la película.
Pero Tú, John Cleese, maestro, miembro de los reyes del absurdo (los Monty Pithon) ¿era necesaria tu intervención? Al pobre Cleese le dan un papel (que también aparecía en la película original, de hecho, la escena en la que aparece es totalmente calcada a la original) menor, pero no deja de ser sonrojante verlo en tan ardua tarea. Y lo mismo podríamos decir de Scott Derrickson, director del que nos ha sorprendido con películas tan interesantes como “Sinister” y “El exorcismo de Emily Rose” pero que en este caso se mete en un berenjenal del que no ha conseguido salir con dignidad alguna.
La película empieza fallidamente desde el momento en que los primeros alienígenas y la cúpula extraterrestre hacen su aparición en la película. El rumbo de la obra se tambalea y no sabemos a dónde vamos. Está claro que el mensaje blando era necesario para que el éxito de la película fuera mayor, pero se simplifica tanto su concepto ecologista que queda en un mero esbozo que no emociona en ningún momento. Ni siquiera el clímax final en el que supuestamente el protagonista empatiza con la humanidad (nota, Keanu Reeves no domina el concepto de Empatizar en su registro expresivo) logra emocionarnos (tema aparte sería la lógica de la secuencia, pero eso lo dejamos como un apéndice aparte). La verdad, es que la simplifación que hace la película de todos sus aspectos acaba lastrando definitivamente a la película. Podemos citar el recurso del niño y sus ansias de guerra o la propia aparición del ejército norteamericano.
Pero claro, también era necesario aportar su grano de acción y thriler a la película y tampoco Derrickson logra salirse del todo con la suya. La salida del personaje de su cautiverio resulta ridícula y el director utiliza unos recursos bastante manidos y desgastados. Igualmente, las conspiraciones y conversaciones entre el personaje de Keanu Reeves y demás seres espaciales resultan anodinas y carecen de cualquier interés.
http://neokunst.wordpress.com/2013/04/22/analisis-filmico-ultimatum-a-la-tierra-2008/
29 de agosto de 2013
29 de agosto de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Innecesaria revisitación del clásico de la ciencia-ficción dirigido en 1951 por Robert Wise. Partiendo de una premisa bastante endeble –en plena guerra fría, una civilización extraterrestre enviaba un emisario a la Tierra para advertir a sus líderes de que cesaran en sus empeños bélicos o la humanidad sería sistemáticamente exterminada– la obra original consiguió trascender sus limitaciones en base a una construcción imaginativa, cercana a los postulados del cine negro, y a un generoso espíritu humanista. En el remake que nos ocupa, el punto de partida es idéntico (sustituyendo los peligros atómicos por la denuncia ecológica), pero sus resultados finales son mucho menos satisfactorios. Típico blockbuster de temporada, apoyado en un colosal despliegue de efectos visuales, el film de Derrickson se convierte en un espectáculo deslumbrante pero insustancial.
5 de noviembre de 2013
5 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo más lógico para empezar la crítica de esta película, como remake que es, es compararla con el clásico original de Robert Wise de 1951, pero no lo haré por dos razones: primera, porque no he visto la película original (pecado que redimiré en poco tiempo), y segunda, porque aunque la hubiera visto dudo mucho de que aquélla fuera tan vacía y tan poco emocionante como la nueva versión de Scott Derrickson, responsable de la solvente “El exorcismo de Emily Rose” (2005) y de la interesante “Sinister” (2012).
La historia, heredera de los mensajes pacifistas de la ciencia-ficción de los años 50, cuenta cómo la Tierra recibe la visita de Klaatu (un acertadamente inexpresivo Keanu Reeves), un extraterrestre que ha tomado apariencia humana que viene a investigar a la raza humana y a determinar si merece la pena su exterminio, debido al daño irreparable que está provocando al planeta. Su mensaje es claro, un ultimátum a la Humanidad para que cambie su forma de actuar frente al planeta que lo acoge.
El mensaje ecologista del filme es una mera excusa para dejar a Derrickson mano ancha con todo lo demás, y ofrecer un espectáculo más bien vacío pero visualmente efectista. Los efectos especiales, por descontado, son punteros y están maravillosamente ejecutados, destacando en las escenas donde aparece Gor, o Gro, o como demonios se llamara el gigantesco robot humanoide que protege a Klaatu.
Derrickson desarrolla la historia por los cauces ya trillados del cine de género más comercial, creando todo un blockbuster de un clásico de culto. Su guión, bastante predecible, llega a caer en la pedantería de una forma abismal al ver cómo Derrickson soluciona todo el pifostio que ha montado nuestro querido Klaatu Reeves sólo para comprobar que la Humanidad, gracias a Jaden Smith, es mucho más patética y repelente de lo que era antes de llegar la bola OVNI.
El filme sólo es infumable en los aspectos narrativos y en la nula credibilidad argumental, precisamente los aspectos más importantes de cualquier película, pero tiene algunas virtudes: los ya comentados excelentes efectos especiales, unidos a una fotografía oscura de tonos grises azulados, ofrecen una factura visual más que aceptable con cierto toque personal. También podemos salvar a la encantadora Jennifer Connelly, en un papel de poco lucimiento pero suficiente para rendir al espectador con su profunda mirada cándida.
Suficiente, pero muy mejorable.
La historia, heredera de los mensajes pacifistas de la ciencia-ficción de los años 50, cuenta cómo la Tierra recibe la visita de Klaatu (un acertadamente inexpresivo Keanu Reeves), un extraterrestre que ha tomado apariencia humana que viene a investigar a la raza humana y a determinar si merece la pena su exterminio, debido al daño irreparable que está provocando al planeta. Su mensaje es claro, un ultimátum a la Humanidad para que cambie su forma de actuar frente al planeta que lo acoge.
El mensaje ecologista del filme es una mera excusa para dejar a Derrickson mano ancha con todo lo demás, y ofrecer un espectáculo más bien vacío pero visualmente efectista. Los efectos especiales, por descontado, son punteros y están maravillosamente ejecutados, destacando en las escenas donde aparece Gor, o Gro, o como demonios se llamara el gigantesco robot humanoide que protege a Klaatu.
Derrickson desarrolla la historia por los cauces ya trillados del cine de género más comercial, creando todo un blockbuster de un clásico de culto. Su guión, bastante predecible, llega a caer en la pedantería de una forma abismal al ver cómo Derrickson soluciona todo el pifostio que ha montado nuestro querido Klaatu Reeves sólo para comprobar que la Humanidad, gracias a Jaden Smith, es mucho más patética y repelente de lo que era antes de llegar la bola OVNI.
El filme sólo es infumable en los aspectos narrativos y en la nula credibilidad argumental, precisamente los aspectos más importantes de cualquier película, pero tiene algunas virtudes: los ya comentados excelentes efectos especiales, unidos a una fotografía oscura de tonos grises azulados, ofrecen una factura visual más que aceptable con cierto toque personal. También podemos salvar a la encantadora Jennifer Connelly, en un papel de poco lucimiento pero suficiente para rendir al espectador con su profunda mirada cándida.
Suficiente, pero muy mejorable.
8 de abril de 2014
8 de abril de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Innecesario remake de un clásico de ciencia ficción de los años 50. Se trata de obra superficial y con unos mediocres efectos especiales algo que resulta imperdonable teniendo en cuenta su abultado presupuesto. El talento y la originalidad de la versión original brillan por su ausencia en esta vulgar película plagada de publicidad subliminal más descarada que la de las películas de James Bond: Mcdonalds, Honda, LG, etcétera.
En el reparto lo único reseñable es la presencia de la guapa Jennifer Connelly, acompañada de un hierático Keanu Reeves, vestido con su habitual traje negro, una desaprovechada Kathy Bates y un decrépito John Cleese.
En el reparto lo único reseñable es la presencia de la guapa Jennifer Connelly, acompañada de un hierático Keanu Reeves, vestido con su habitual traje negro, una desaprovechada Kathy Bates y un decrépito John Cleese.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Moraleja marciana: Será mejor que nos portemos bien y cuidemos la tierra porque de lo contrario vendrá Klatu y su amigo metálico negro con aspecto de Mazinger Z y nos darán por el culo.
22 de octubre de 2014
22 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era el año 1951, y en todas las salas de EEUU se estrenaba una cinta esperada por los amantes de lo fantástico: “The Day The Earth Stood Still”. Una cinta de ciencia ficción en blanco y negro sobre un extraterrestre de forma humana que llegaba a la Tierra con la misión de “salvarnos” y advertirle a los líderes del mundo sobre los peligros y la autodestrucción que el mismo ser humano día a día provocaba en su entorno. Es 2008, y la película, convertida en un referente del género hasta el día de hoy, se vuelve una víctima más de la maldita era de los remakes, con la aparición de “El Día que la Tierra se Detuvo” (y digo maldita sin arrugarme, pues bastante poco talento le han puesto a las últimas películas re-hechas), versión moderna de la ya mencionada, con todos los efectos y luminarias que esto significa.
Scott Derrickson (“Hellraiser: Inferno”, “El Exorcismo de Emily Rose”) es el director responsable de uno de los estrenos más esperados en este 2008. La Doctora en Biología Helen Benson (Jennifer Connelly) es reclutada por la Seguridad Nacional junto a diversos especialistas en ciencias e ingeniería. Una esfera de grandes proporciones se ha situado en New York, en la avenida principal, representando una real amenaza para la humanidad. De este extraño objeto espacial surge Klaatu (Keanu Reeves), un extraterrestre cuya única intención es advertirnos que seremos eliminados por el bien del planeta. Con la ayuda de la doctora, Klaatu intentará escapar de manos de la seguridad y cumplir su misión de enviado a la Tierra.
Keanu Reeves (“Dracula”, “Matrix”), en un nuevo papel de un impávido semidios de terno y corbata, interpreta de manera perfecta al humanoide, no precisamente por su capacidad actoral, sino más bien por su excesiva falta de expresividad, la que conjuga con precisión a sus extraterrenales poderes. A Jennifer Connelly (“Requiem For a Dream”, “Dark Water”) se le agradece su extraño carisma -que de alguna manera encanta-, y se aplaude la participación del pequeño Jaden Smith, hijo de Will, que hace su segunda aparición en cine mostrando grandes dotes interpretativos. Lo de Kathy Bates, aunque participa bastante, dejémoslo como un cameo, un lamentable cameo, un papel de segunda para una actriz de primera división. Sin duda, lo mejor de la cinta en estos términos es Gort, el arma superpoderosa con forma de robot que pulveriza todo con un rayo que sale de su vista. el director mantuvo la imagen del Gort original, siendo casi una réplica del anterior, con claro sabor a homenaje y respeto.
Mientras la cinta de 1951 manifestaba el descontento a la carrera nuclear de ese entonces, mediante una alusión directa e inevitable, su versión 2008 es una clara crítica al abuso medioambiental (o publicidad gratuita para Al Gore?) y, nuevamente, al igual que innumerables películas, deja por el suelo la eficiencia del cuerpo militar y gubernamental norteamericano. Algo que, al parecer no es tan extraño, luego de ver la super “rapidez” con que actuaron los protectores de Bush ante los zapatazos, en contraposición a lo que se nos acostumbra mostrar en la ficción.
Perdón para quienes no gustan de las comparaciones, pero para quien ose realizar un remake, se somete inmediatamente a ello, ese es el costo, y si bien la banda sonora de Tyler Bates esta a la altura de la cinta, los alucinantes sonidos e interminables preludios de Bernard Herrmann en la versión de 1951, son simplemente inigualables.
Entretenida por lo bajo, en la película abundan las grandes escenas de acción sobre una imagen verdosa, solemne, exponiendo un mensaje casi bíblico, pero carece de un desarrollo potente y no logra resolver los grandes problemas que ella misma se plantea, dejando al espectador exigente con cierto sabor a olvidarla demasiado pronto. Sin duda cumple las expectativas del público en masa y quizás con eso baste. Aunque más contentos estarán en McDonalds, LG, Honda y Microsoft, que con sendos y evidentes avisos publicitarios en muchas escenas, ahora más extraterrestres llegarán a sus oficinas.
---
www.elotrocine.cl
Scott Derrickson (“Hellraiser: Inferno”, “El Exorcismo de Emily Rose”) es el director responsable de uno de los estrenos más esperados en este 2008. La Doctora en Biología Helen Benson (Jennifer Connelly) es reclutada por la Seguridad Nacional junto a diversos especialistas en ciencias e ingeniería. Una esfera de grandes proporciones se ha situado en New York, en la avenida principal, representando una real amenaza para la humanidad. De este extraño objeto espacial surge Klaatu (Keanu Reeves), un extraterrestre cuya única intención es advertirnos que seremos eliminados por el bien del planeta. Con la ayuda de la doctora, Klaatu intentará escapar de manos de la seguridad y cumplir su misión de enviado a la Tierra.
Keanu Reeves (“Dracula”, “Matrix”), en un nuevo papel de un impávido semidios de terno y corbata, interpreta de manera perfecta al humanoide, no precisamente por su capacidad actoral, sino más bien por su excesiva falta de expresividad, la que conjuga con precisión a sus extraterrenales poderes. A Jennifer Connelly (“Requiem For a Dream”, “Dark Water”) se le agradece su extraño carisma -que de alguna manera encanta-, y se aplaude la participación del pequeño Jaden Smith, hijo de Will, que hace su segunda aparición en cine mostrando grandes dotes interpretativos. Lo de Kathy Bates, aunque participa bastante, dejémoslo como un cameo, un lamentable cameo, un papel de segunda para una actriz de primera división. Sin duda, lo mejor de la cinta en estos términos es Gort, el arma superpoderosa con forma de robot que pulveriza todo con un rayo que sale de su vista. el director mantuvo la imagen del Gort original, siendo casi una réplica del anterior, con claro sabor a homenaje y respeto.
Mientras la cinta de 1951 manifestaba el descontento a la carrera nuclear de ese entonces, mediante una alusión directa e inevitable, su versión 2008 es una clara crítica al abuso medioambiental (o publicidad gratuita para Al Gore?) y, nuevamente, al igual que innumerables películas, deja por el suelo la eficiencia del cuerpo militar y gubernamental norteamericano. Algo que, al parecer no es tan extraño, luego de ver la super “rapidez” con que actuaron los protectores de Bush ante los zapatazos, en contraposición a lo que se nos acostumbra mostrar en la ficción.
Perdón para quienes no gustan de las comparaciones, pero para quien ose realizar un remake, se somete inmediatamente a ello, ese es el costo, y si bien la banda sonora de Tyler Bates esta a la altura de la cinta, los alucinantes sonidos e interminables preludios de Bernard Herrmann en la versión de 1951, son simplemente inigualables.
Entretenida por lo bajo, en la película abundan las grandes escenas de acción sobre una imagen verdosa, solemne, exponiendo un mensaje casi bíblico, pero carece de un desarrollo potente y no logra resolver los grandes problemas que ella misma se plantea, dejando al espectador exigente con cierto sabor a olvidarla demasiado pronto. Sin duda cumple las expectativas del público en masa y quizás con eso baste. Aunque más contentos estarán en McDonalds, LG, Honda y Microsoft, que con sendos y evidentes avisos publicitarios en muchas escenas, ahora más extraterrestres llegarán a sus oficinas.
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