Barbie
5.8
39,698
Comedia. Fantástico
Barbie (Margot Robbie) lleva una vida ideal en Barbieland, allí todo es perfecto, con chupi fiestas llenas de música y color, y todos los días son el mejor día. Claro que Barbie se hace algunas preguntas, cuestiones bastante incómodas que no encajan con el mundo idílico en el que ella y las demás Barbies viven. Cuando Barbie se dé cuenta de que es capaz de apoyar los talones en el suelo, y tener los pies planos, decidirá calzarse unos ... [+]
16 de septiembre de 2023
16 de septiembre de 2023
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Duele ver a gente puntuando esta película con altas puntuaciones. La película es lamentable. No hay vuelta de hoja. Podemos discutir su mensaje, pero como ejercicio cinematográfico es nefasta. Aburre hasta la extenuación. En resumen: no hay por donde cogerla.
17 de septiembre de 2023
17 de septiembre de 2023
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1806 se estrenaba en Madrid 'El sí de las niñas', obra teatral escrita por F. Moratín. De corte neoclásico, pretendía mostrar sobre las tablas cómo debía ser el comportamiento ejemplar en un tema delicado para la época en una España atrasada 100 años respecto a Europa: el casamiento obligado de las 'niñas' con hombres de mayor edad con intención de conseguir una mejor posición económica y social.
La obra no estuvo exenta de polémica y llegó incluso a ser prohibida por la inquisición. Lejos quedaron los experimentos formales de Lope como máximo exponente del teatro español del Siglo de Oro. El ánimo didáctico aristotélico se impone mediante la razón en el periodo ilustrado, y dará lugar a unas décadas de rigidez estilística en las tablas, que llegará hasta donde empieza el controvertido y oscuro teatro romántico. 'El sí de las niñas' quedará como ejemplo paradigmático del pobre teatro neoclásico, cuyos otros muchos textos son desconocidos para casi todos los que no sean expertos en la materia.
Estoy seguro de que o bien hoy habéis aprendido algo o lo habéis recordado al leerme. ¿Y qué tiene que ver todo esto con Barbie? Pues todo. Repitan conmigo: Las obras maestras muestran cómo son las cosas. Las obras menores cómo deberían ser. Leo en múltiples críticas la palabra 'panfleto', leo la palabra 'ideología', leo la palabra 'feminista'. Leo en prensa la necesidad de la película y el buen trabajo de los actores y el guion. Y después de verla, sin entrar a valorar si es buena, mala, o todo lo contrario, me quedo con la sensación de haber entrado de nuevo en un periodo neoclásico, ilustrado, donde en las salas de cine nos dicen qué es lo correcto, cómo debemos actuar, sentir y pensar respecto a un tema en particular. Exactamente igual que en 'El sí de las niñas'.
La crisis existencial de Barbie es la crisis de la estética post - posmodernista, que no encuentra nuevos requiebros estilísticos que abordar y vuelve la mirada hacia el exterior. Después del caos que nos dejaron Picasso y compañía con el arte abstracto, hay que volver al orden, las líneas rectas, el equilibrio, la simetría. Y como tenemos tantos trastos por medio y no sabemos bien si tirarlos a la basura o venderlos en Wallapop, vivimos con la perspectiva y el ánimo perdidos entre las ganas de olvidar y el olvido. El mismo péndulo que integró a las vanguardias en la tradición destruyó el reino de la experimentación artística, el neoplatonismo, y nos lleva de forma irremisible a un espacio donde crear debe tener un objetivo, una enseñanza.
Y ojo, querido Sancho, porque por más que caminamos en el cine, Netflix, Disney+ o HBO no topamos con la iglesia y el corsé moral está roto y semienterrado en el cauce de algún río seco de la cuenca mediterránea. Así, estamos a merced de la dopamina de los colores chillones y el placer vacuo y divino de las copas de domingo por la tarde; sin defensas ideológicas o morales ante los panfletos cutres y vacíos que arrastran al cine a todos los nostálgicos que crecimos con Barbie como uno de los referentes de la cultura pop más destacados. El cebo - el anzuelo - el pez. El sí de las Barbies, y el sí del público que llena las salas.
Repitan de nuevo conmigo: Las obras maestras muestran las cosas cómo son. Las menores cómo deberían ser.
La obra no estuvo exenta de polémica y llegó incluso a ser prohibida por la inquisición. Lejos quedaron los experimentos formales de Lope como máximo exponente del teatro español del Siglo de Oro. El ánimo didáctico aristotélico se impone mediante la razón en el periodo ilustrado, y dará lugar a unas décadas de rigidez estilística en las tablas, que llegará hasta donde empieza el controvertido y oscuro teatro romántico. 'El sí de las niñas' quedará como ejemplo paradigmático del pobre teatro neoclásico, cuyos otros muchos textos son desconocidos para casi todos los que no sean expertos en la materia.
Estoy seguro de que o bien hoy habéis aprendido algo o lo habéis recordado al leerme. ¿Y qué tiene que ver todo esto con Barbie? Pues todo. Repitan conmigo: Las obras maestras muestran cómo son las cosas. Las obras menores cómo deberían ser. Leo en múltiples críticas la palabra 'panfleto', leo la palabra 'ideología', leo la palabra 'feminista'. Leo en prensa la necesidad de la película y el buen trabajo de los actores y el guion. Y después de verla, sin entrar a valorar si es buena, mala, o todo lo contrario, me quedo con la sensación de haber entrado de nuevo en un periodo neoclásico, ilustrado, donde en las salas de cine nos dicen qué es lo correcto, cómo debemos actuar, sentir y pensar respecto a un tema en particular. Exactamente igual que en 'El sí de las niñas'.
La crisis existencial de Barbie es la crisis de la estética post - posmodernista, que no encuentra nuevos requiebros estilísticos que abordar y vuelve la mirada hacia el exterior. Después del caos que nos dejaron Picasso y compañía con el arte abstracto, hay que volver al orden, las líneas rectas, el equilibrio, la simetría. Y como tenemos tantos trastos por medio y no sabemos bien si tirarlos a la basura o venderlos en Wallapop, vivimos con la perspectiva y el ánimo perdidos entre las ganas de olvidar y el olvido. El mismo péndulo que integró a las vanguardias en la tradición destruyó el reino de la experimentación artística, el neoplatonismo, y nos lleva de forma irremisible a un espacio donde crear debe tener un objetivo, una enseñanza.
Y ojo, querido Sancho, porque por más que caminamos en el cine, Netflix, Disney+ o HBO no topamos con la iglesia y el corsé moral está roto y semienterrado en el cauce de algún río seco de la cuenca mediterránea. Así, estamos a merced de la dopamina de los colores chillones y el placer vacuo y divino de las copas de domingo por la tarde; sin defensas ideológicas o morales ante los panfletos cutres y vacíos que arrastran al cine a todos los nostálgicos que crecimos con Barbie como uno de los referentes de la cultura pop más destacados. El cebo - el anzuelo - el pez. El sí de las Barbies, y el sí del público que llena las salas.
Repitan de nuevo conmigo: Las obras maestras muestran las cosas cómo son. Las menores cómo deberían ser.
20 de diciembre de 2023
20 de diciembre de 2023
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partimos de una contradicción. Juré no ir a ver “Barbie” al cine por esa rara sensación de que algo malo podía pasar. Pero me la sacan en HBO (plataforma a la que estoy suscrito) y no me resisto a verla.
Hay poco espacio de tiempo entre el estreno en cine y su proyección en TV lo que me da que pensar que su explotación en salas no ha ido todo lo bien que se pensaba y que las cifras de recaudación (exorbitantes) se encuentran un pelín mediatizadas (o maquilladas en rosa).
También es cierto que su coincidencia con el estreno de “Oppenheimer” no me dejó lugar a elucubraciones excesivas. Aclaro que me tocó disfrutar de ésta última al mismo tiempo que estrenaban la primera y las salas de los mismos multicines rebosaban de familias con pequeñas “barbies” babeando rosa en la sala contigua, así que una buena taquilla si que haría en su semana de estreno.
En fin ……….. al grano. Me acabo de tragar los peores 115 minutos (incluidos los créditos) de “terror” malísimo de los últimos 50 años. Algo de lo que no suelo disfrutar, afortunadamente. Y digo "malísimo" porque la película es horrible en cualquiera de los sentidos que la quieras explicar. Pero sobre todo en el más estricto y profundo de los análisis teóricos que le apliques.
En lo técnico no tiene ningún misterio: la dirección de Greta Gerwig mediocre sin paliativos; la producción no demuestra su presupuesto; el guion es patético; la fotografía es lastimosamente cargante; la música …... bueno …... "música"; la coreografía ………. ¡ah, que no es un musical! Pues hay un número que me recuerda otro de un película de Bob Fosse (quizás me he pasado con la analogía); la escenografía es simplemente HORTERA (aunque algo tendrá que ver el argumento). En fin, menos mal que solo han sido 115 minutos.
Por cierto, creo obligado reprocharle a productora y directora la absoluta falta de respeto por el verdadero cine al comenzar este comercial propagandístico de “MATEL” con una perversión de una de las escenas más icónicas del cine de todos los tiempos. Los que hayan visto la película (por afición o por devoción) sabrán a que me refiero. Kubrick se revolverá en su tumba.
En lo referente a su mensaje social ……….. no me considero un experto en temas feministas ni empoderadores ni patriarcales ni igualitarios pero me ha quedado la sensación de que si uno de los objetivos era incentivar la visión feminista o igualitaria de la sociedad, les ha salido el tiro por la culata.
Y si pretendían imbuir a l@s niñ@s (que no son adolescentes aún) de estímulos sociales más acordes al momento evolutivo que vive la humanidad, el lenguaje escogido no es precisamente el más adecuado para ese rango demográfico. Gran parte de los diálogos se les habrá escapado a la inmensa mayoría de los/las críos/crías que han llevado sus progenitores, contemporáneos de las muñecas, a ver esto con ánimo didáctico. Y a ellos también.
Y menos mal que Will Ferrel no aparece mucho metraje.
Hay poco espacio de tiempo entre el estreno en cine y su proyección en TV lo que me da que pensar que su explotación en salas no ha ido todo lo bien que se pensaba y que las cifras de recaudación (exorbitantes) se encuentran un pelín mediatizadas (o maquilladas en rosa).
También es cierto que su coincidencia con el estreno de “Oppenheimer” no me dejó lugar a elucubraciones excesivas. Aclaro que me tocó disfrutar de ésta última al mismo tiempo que estrenaban la primera y las salas de los mismos multicines rebosaban de familias con pequeñas “barbies” babeando rosa en la sala contigua, así que una buena taquilla si que haría en su semana de estreno.
En fin ……….. al grano. Me acabo de tragar los peores 115 minutos (incluidos los créditos) de “terror” malísimo de los últimos 50 años. Algo de lo que no suelo disfrutar, afortunadamente. Y digo "malísimo" porque la película es horrible en cualquiera de los sentidos que la quieras explicar. Pero sobre todo en el más estricto y profundo de los análisis teóricos que le apliques.
En lo técnico no tiene ningún misterio: la dirección de Greta Gerwig mediocre sin paliativos; la producción no demuestra su presupuesto; el guion es patético; la fotografía es lastimosamente cargante; la música …... bueno …... "música"; la coreografía ………. ¡ah, que no es un musical! Pues hay un número que me recuerda otro de un película de Bob Fosse (quizás me he pasado con la analogía); la escenografía es simplemente HORTERA (aunque algo tendrá que ver el argumento). En fin, menos mal que solo han sido 115 minutos.
Por cierto, creo obligado reprocharle a productora y directora la absoluta falta de respeto por el verdadero cine al comenzar este comercial propagandístico de “MATEL” con una perversión de una de las escenas más icónicas del cine de todos los tiempos. Los que hayan visto la película (por afición o por devoción) sabrán a que me refiero. Kubrick se revolverá en su tumba.
En lo referente a su mensaje social ……….. no me considero un experto en temas feministas ni empoderadores ni patriarcales ni igualitarios pero me ha quedado la sensación de que si uno de los objetivos era incentivar la visión feminista o igualitaria de la sociedad, les ha salido el tiro por la culata.
Y si pretendían imbuir a l@s niñ@s (que no son adolescentes aún) de estímulos sociales más acordes al momento evolutivo que vive la humanidad, el lenguaje escogido no es precisamente el más adecuado para ese rango demográfico. Gran parte de los diálogos se les habrá escapado a la inmensa mayoría de los/las críos/crías que han llevado sus progenitores, contemporáneos de las muñecas, a ver esto con ánimo didáctico. Y a ellos también.
Y menos mal que Will Ferrel no aparece mucho metraje.
21 de julio de 2023
21 de julio de 2023
33 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Barbie la película es una decepción que no hace justicia a la muñeca más icónica de la historia. Dirigida por Greta Gerwig y protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling, la película nos presenta a una Barbie que se escapa de Barbie Land y se enfrenta al mundo real, lleno de machismo, desigualdad y consumismo. Allí aprenderá lecciones sobre su identidad, su género y su libertad.
La película es una sátira superficial y forzada que pretende ser subversiva y feminista, pero que en realidad es una propaganda de la marca Mattel y una burla a los hombres. Con un guión inconsistente, una estética cursi y unas actuaciones exageradas, Barbie la película es una propuesta aburrida y predecible que no invita a reflexionar sobre nada. Una película que no solo aburre, sino que también ofende.
Aparte de esto, no esta dirigida ni ahí para un público muy joven, intenta inculcar algo en mentes jóvenes que no tienen aún una capacidad propia de opinion y termina impactando para toda su vida, parece mas una lavada de cerebro a personas muy jóvenes que aun no tienen capacidad de opinion y autopercepción de las cosas.
La película es una sátira superficial y forzada que pretende ser subversiva y feminista, pero que en realidad es una propaganda de la marca Mattel y una burla a los hombres. Con un guión inconsistente, una estética cursi y unas actuaciones exageradas, Barbie la película es una propuesta aburrida y predecible que no invita a reflexionar sobre nada. Una película que no solo aburre, sino que también ofende.
Aparte de esto, no esta dirigida ni ahí para un público muy joven, intenta inculcar algo en mentes jóvenes que no tienen aún una capacidad propia de opinion y termina impactando para toda su vida, parece mas una lavada de cerebro a personas muy jóvenes que aun no tienen capacidad de opinion y autopercepción de las cosas.
22 de julio de 2023
22 de julio de 2023
26 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Greta Gerwig, siguiendo la estela que dejaron propuestas sobre juguetes como La LEGO película, ha logrado llevar a otro nivel su film sobre la muñeca de Mattel. Con él, Barbie se ha convertido en un fenómeno mundial que ha teñido las calles de rosa y ha serigrafiado su nombre en múltiples objetos. Y es que la cineasta ha construido un fascinante escenario apabullantemente artificial y ha colocado en él un sublime reparto que maravilla con sus interpretaciones.
Sorprende y deslumbra la fidelidad a los productos originales y el cuidado del detalle –también en la narración de la historia de la compañía–. Pero más allá de la artística puesta en escena, Gerwig, junto a Noah Baumbach, hila un inteligente guion que combina equilibradamente el humor (tanto sutil como una cadena de chistes verbales interminables), la perspicacia, escenas conmovedoras y momentos tontos. Consiguen así una película dulce y ácida a la vez que cuenta con instantes estelares.
La directora logra plasmar de manera divertida todas las contradicciones que ha supuesto esta famosa marca. Y lo hace de modo que llegue por igual tanto a quienes han jugado con Barbie como a quienes no. Cierra así un título feminista que es gracioso y muy entretenido, en el que, sin duda, deben de haberlo pasado bastante bien.
www.contraste.info
Sorprende y deslumbra la fidelidad a los productos originales y el cuidado del detalle –también en la narración de la historia de la compañía–. Pero más allá de la artística puesta en escena, Gerwig, junto a Noah Baumbach, hila un inteligente guion que combina equilibradamente el humor (tanto sutil como una cadena de chistes verbales interminables), la perspicacia, escenas conmovedoras y momentos tontos. Consiguen así una película dulce y ácida a la vez que cuenta con instantes estelares.
La directora logra plasmar de manera divertida todas las contradicciones que ha supuesto esta famosa marca. Y lo hace de modo que llegue por igual tanto a quienes han jugado con Barbie como a quienes no. Cierra así un título feminista que es gracioso y muy entretenido, en el que, sin duda, deben de haberlo pasado bastante bien.
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