Una Eva y dos Adanes
8.3
84,386
Comedia
Época de la Ley Seca (1920-1933). Joe y Jerry son dos músicos del montón que se ven obligados a huir después de ser testigos de un ajuste de cuentas entre dos bandas rivales. Como no encuentran trabajo y la mafia los persigue, deciden vestirse de mujeres y tocar en una orquesta femenina. Joe (Curtis) para conquistar a Sugar Kane (Monroe), la cantante del grupo, finge ser un magnate impotente; mientras tanto, Jerry (Lemmon) es cortejado ... [+]
8 de mayo de 2014
8 de mayo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un trío explosivo compuesto por la seductora Marylin Monroe, el galán Tony Curtis y el cómico Jack Lemmon interpreta una de las mejores comedias románticas de enredo de todos los tiempos. El planteamiento es algo surrealista, pero la puesta en escena y el desarrollo de la historia es sorprendentemente divertido y con unos diálogos descacharrantes. Especialmente el de la conclusión que se ha convertido en uno de los más míticos de la historia del cine.
Existen muchas escenas memorables. Las de humor son protagonizadas por Lemmon que figura como un cascarrabias mientras que su compañero es más paciente y bromista. Las más serias son las románticas y entre ellas hay que destacar la de la sutil seducción de Curtis. En definitiva son dos relaciones las que se plantean en el desarrollo del guión que garantizan risas y sentimentalismo dentro de unas interpretaciones fabulosas.
Existen muchas escenas memorables. Las de humor son protagonizadas por Lemmon que figura como un cascarrabias mientras que su compañero es más paciente y bromista. Las más serias son las románticas y entre ellas hay que destacar la de la sutil seducción de Curtis. En definitiva son dos relaciones las que se plantean en el desarrollo del guión que garantizan risas y sentimentalismo dentro de unas interpretaciones fabulosas.
4 de junio de 2015
4 de junio de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chicago, 1929. Época de la Ley Seca, de las mafias, de redadas, de baudevilles y bares clandestinos. Joe (Tony Curtis) y Jerry (Jack Lemmon), un contrabajo y un saxofonista, piensan que sus apuros económicos son lo peor que les podría pasar hasta que son testigos de una vendetta (Matanza de San Valentín) con Botines Colombo como protagonista.
De ahí a disfrazarse de mujeres, viajar a Florida y tocar con una banda femenina no hay más que un salto a ciegas: huir de los mafiosos que quieren acabar con tan inoportunos testigos. La huida se complica con la aparición de la moza que canta y toca el ukelele (Marilyn Monroe), de quién Joe se encapricha.
Raro es quién no identifique en estos hechos a “Con faldas y a lo loco” (1959) pero es seguramente porque esté pensando en la película original “Ella somos nosotros” (Alemania 1951) pero no, hablamos del fabuloso remake dirigido por Billy Wilder, una comedia divertida e inocente que no defrauda, pasen los años que pasen, solucionando la pregunta que siempre viene a nuestra mente con las películas antiguas ¿ha envejecido bien?.
A día de hoy nadie se extraña, entre exigencias del guión, transexuales y comedias de policías disfrazados, tenemos hombres enmascarados de mujer para dar y tomar, pero tenemos que remontarnos a una época en la que no era tan habitual, con la comicidad que eso produjo porque, reconozcámoslo, es jocoso ver un trasvestido cuando no está perfectamente bien hecho, vamos, que algo se nota. Y es gracioso ver cómo a medida que avanza la trama Joe y Jerry se van volviendo más femeninos en sus actuaciones; es más, los chicos son más femeninos que ellas, se hacen respetar más y son los que llaman la atención en los hombres, ¿quién sabe? quizás porque son más equilibrados.
A mí me resulta más complicado creer que pueda surgir una relación sana partiendo de mentiras como las que se sueltan en la película, pero volvemos a lo mismo, es una comedia, y en la exageración muchas veces se encuentra el equilibrio.
[...]
Fragmento extraído de www.generacionfriki.es
De ahí a disfrazarse de mujeres, viajar a Florida y tocar con una banda femenina no hay más que un salto a ciegas: huir de los mafiosos que quieren acabar con tan inoportunos testigos. La huida se complica con la aparición de la moza que canta y toca el ukelele (Marilyn Monroe), de quién Joe se encapricha.
Raro es quién no identifique en estos hechos a “Con faldas y a lo loco” (1959) pero es seguramente porque esté pensando en la película original “Ella somos nosotros” (Alemania 1951) pero no, hablamos del fabuloso remake dirigido por Billy Wilder, una comedia divertida e inocente que no defrauda, pasen los años que pasen, solucionando la pregunta que siempre viene a nuestra mente con las películas antiguas ¿ha envejecido bien?.
A día de hoy nadie se extraña, entre exigencias del guión, transexuales y comedias de policías disfrazados, tenemos hombres enmascarados de mujer para dar y tomar, pero tenemos que remontarnos a una época en la que no era tan habitual, con la comicidad que eso produjo porque, reconozcámoslo, es jocoso ver un trasvestido cuando no está perfectamente bien hecho, vamos, que algo se nota. Y es gracioso ver cómo a medida que avanza la trama Joe y Jerry se van volviendo más femeninos en sus actuaciones; es más, los chicos son más femeninos que ellas, se hacen respetar más y son los que llaman la atención en los hombres, ¿quién sabe? quizás porque son más equilibrados.
A mí me resulta más complicado creer que pueda surgir una relación sana partiendo de mentiras como las que se sueltan en la película, pero volvemos a lo mismo, es una comedia, y en la exageración muchas veces se encuentra el equilibrio.
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Fragmento extraído de www.generacionfriki.es
22 de agosto de 2015
22 de agosto de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando nos referimos a la película Con faldas y a lo loco (1959) hablamos de la COMEDIA en mayúsculas. Bajo la dirección del reconocidísimo y alabado Billy Wilder, con la interpretación de la musa americana por excelencia del s.XX, Marilyn Monroe y el dúo cómico formado por Jack Lemmon y Tony Curtis, tenemos ante nosotros una mítica joya del humor. Para quien no lo sepa y le haya gustado esta película, Billy Wilder es el responsable de obras tan reconocidas en el mundo del cine como Sabrina (1954), El crepúsculo de los dioses (1950), El gran carnaval (1951) o Testigo de cargo (1957) entre muchas otras más.
Con faldas y a lo loco está plagada de sabrosos contrastes: por un lado el frío de Chicago de los años 20, infestado por la mafia que intentaba cubrir los vicios prohibidos bajo la ley seca que asolaba la legislación en tiempos de modernidad acelerada, por otro lado el calor sofocante de Florida, paraíso a los prófugos de las grandes y endeudadas urbes del interior. Prófugos como Joe y Jerry, obligados a huir tras presenciar una vendetta mafiosa y bajo la identidad travestida de dos músicas de una banda femenina donde conocen a la inocente y simple Sugar, una Marilyn Monroe que tuvo que agradecer a todos los dioses y diosas del universo este papel pues se convirtió en la insignia de su fugaz carrera.
Pero parece ser que la personalidad simplona de Sugar no se quedaba solo en la gran pantalla, pues Billy Wilder tuvo que aguantar carros y carretas en el rodaje a causa de las venidas de la voluptuosa Marilyn, que lo llevaba por la calle de la amargura. Parece ser que a la musa rubia se le olvidaba continuamente el papel. En frases tan cortas como sencillas "Soy yo Sugar" necesitaba la ayuda de pizarras que le ayudaran durante la actuación. Curiosidades que quedarán en la memoria de los allí presentes, como cuando Marilyn, por mucho que repitieran una escena, no se aprendía el nombre de la botella de "Wisky Bourbon" e insistía en que se llamaba "Wisky Bombón". Wilder, para acabar ese absurdo continuo, propuso poner una chuleta con el nombre dentro de un cajón de la habitación donde se rodaba esta escena, pero lo que no se esperaba es que se le olvidaba por completo en que cajón se encontraba. La pesadilla se solucionó forrando todos los cajones con apuntes para que abriera el que abriera pudiera decir con claridad el nombre de la dichosa marca de Wisky.
Wilder tuvo que convencer a Marilyn en que la película debía ser en blanco y negro para suavizar las caras maquilladas de sus compañeros Lemmon y Curtis, yendo en contra de la cláusula de cine a color que la actriz impuso en todos sus contratos (menos en este gracias a las peripecias del director). Pero aun así, el austriaco acudiría de nuevo a la actriz para rodar otra obra de sus obras más reconocidas y populares como es La tentación vive arriba (1955)
Para la elaboración del guión de Con faldas y a lo loco, Billy Wilder y su preciada colaboración con el guionista Izzy Diamons, escribieron un guión perfectamente engrasado donde abrieron la diversidad y la transcontextualización de la comedia. Ya que que "Con faldas y a lo loco", "Some like it hot" en America del Norte o "Una Eva y dos Adanes" en la del Sur, mezcla la comedia, el asesinato y una idea innovadora y transgresora en esa época como es el travestismo para ofrecer al espectador dos horas de diversión y humor, con tintes trágicos y agridulces, para entablar una conversación muy íntima con nosotros consiguiendo que no únicamente riamos a carcajadas, sino que también lo hagamos de manera franca y profunda.
Nos encontramos ante una obra referencia de la comedia, inspiradora para muchos artistas de la gran pantalla y de la pequeña, pero no es 100% original pues esta película es un remake de otra francesa producida un cuarto de siglo antes. Titulada Fanfare d´Amour (1935) derivada esta a su vez de una historia de Robert Thoeren y Michael Logan. Pero que se trate de un remake no quita ni un ápice de genialidad al guión ni a las imágenes tan rocambolescas y divertidas de uno de los tríos de personajes más memorables de la historia del cine. Una película que forma parte de ese cine clásico que nadie debería perderse.
http://12criticossinpiedad.blogspot.com.es/
Con faldas y a lo loco está plagada de sabrosos contrastes: por un lado el frío de Chicago de los años 20, infestado por la mafia que intentaba cubrir los vicios prohibidos bajo la ley seca que asolaba la legislación en tiempos de modernidad acelerada, por otro lado el calor sofocante de Florida, paraíso a los prófugos de las grandes y endeudadas urbes del interior. Prófugos como Joe y Jerry, obligados a huir tras presenciar una vendetta mafiosa y bajo la identidad travestida de dos músicas de una banda femenina donde conocen a la inocente y simple Sugar, una Marilyn Monroe que tuvo que agradecer a todos los dioses y diosas del universo este papel pues se convirtió en la insignia de su fugaz carrera.
Pero parece ser que la personalidad simplona de Sugar no se quedaba solo en la gran pantalla, pues Billy Wilder tuvo que aguantar carros y carretas en el rodaje a causa de las venidas de la voluptuosa Marilyn, que lo llevaba por la calle de la amargura. Parece ser que a la musa rubia se le olvidaba continuamente el papel. En frases tan cortas como sencillas "Soy yo Sugar" necesitaba la ayuda de pizarras que le ayudaran durante la actuación. Curiosidades que quedarán en la memoria de los allí presentes, como cuando Marilyn, por mucho que repitieran una escena, no se aprendía el nombre de la botella de "Wisky Bourbon" e insistía en que se llamaba "Wisky Bombón". Wilder, para acabar ese absurdo continuo, propuso poner una chuleta con el nombre dentro de un cajón de la habitación donde se rodaba esta escena, pero lo que no se esperaba es que se le olvidaba por completo en que cajón se encontraba. La pesadilla se solucionó forrando todos los cajones con apuntes para que abriera el que abriera pudiera decir con claridad el nombre de la dichosa marca de Wisky.
Wilder tuvo que convencer a Marilyn en que la película debía ser en blanco y negro para suavizar las caras maquilladas de sus compañeros Lemmon y Curtis, yendo en contra de la cláusula de cine a color que la actriz impuso en todos sus contratos (menos en este gracias a las peripecias del director). Pero aun así, el austriaco acudiría de nuevo a la actriz para rodar otra obra de sus obras más reconocidas y populares como es La tentación vive arriba (1955)
Para la elaboración del guión de Con faldas y a lo loco, Billy Wilder y su preciada colaboración con el guionista Izzy Diamons, escribieron un guión perfectamente engrasado donde abrieron la diversidad y la transcontextualización de la comedia. Ya que que "Con faldas y a lo loco", "Some like it hot" en America del Norte o "Una Eva y dos Adanes" en la del Sur, mezcla la comedia, el asesinato y una idea innovadora y transgresora en esa época como es el travestismo para ofrecer al espectador dos horas de diversión y humor, con tintes trágicos y agridulces, para entablar una conversación muy íntima con nosotros consiguiendo que no únicamente riamos a carcajadas, sino que también lo hagamos de manera franca y profunda.
Nos encontramos ante una obra referencia de la comedia, inspiradora para muchos artistas de la gran pantalla y de la pequeña, pero no es 100% original pues esta película es un remake de otra francesa producida un cuarto de siglo antes. Titulada Fanfare d´Amour (1935) derivada esta a su vez de una historia de Robert Thoeren y Michael Logan. Pero que se trate de un remake no quita ni un ápice de genialidad al guión ni a las imágenes tan rocambolescas y divertidas de uno de los tríos de personajes más memorables de la historia del cine. Una película que forma parte de ese cine clásico que nadie debería perderse.
http://12criticossinpiedad.blogspot.com.es/
29 de marzo de 2019
29 de marzo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Votada como la mejor comedia de la historia del cine por dos centenares de prestigiosos críticos, la obra de Wilder nos sigue fascinando y divirtiendo como la primera vez después de 60 años desde su estreno. Los trastornos en el rodaje de Marilyn Monroe son legendarios, tanto como su atractivo natural. Tony Curtis, en particular, desarrolló una profunda antipatía por Marilyn ya que las largas sesiones de maquillaje que se pegaban él y Jack Lemmon eran titánicas.
Plagada de escenas inolvidables por Diamond y el propio Wilder, un guion exquisito, donde se recuerda la frase final escrita solo un par de días antes de filmarla cuando estaban a punto de terminar el rodaje. Una de esas escenas clásicas que todo el mundo conoce. En ocasiones, un final de película sí puede ser perfecto. Un cóctel de efectos desenfrenados dejando un sabor agridulce con temas como la sexualidad o la Gran Depresión.
De un argumento simple en apariencia, Wilder dibuja un compendio de situaciones extraordinarias e ingeniosas, unos actores con chispa y de calculado cinismo. El filme es un homenaje a los primeros años del cine, a las películas de gánsteres de Hollywood y a las comedias locas de los años cuarenta. Sexo y dinero, vida y muerte, realidad y apariencia, gánsteres y músicos, hombres y mujeres... con estos ingredientes y sus formidables recursos artísticos, el maestro Wilder elabora una de las grandes películas de la historia.
Plagada de escenas inolvidables por Diamond y el propio Wilder, un guion exquisito, donde se recuerda la frase final escrita solo un par de días antes de filmarla cuando estaban a punto de terminar el rodaje. Una de esas escenas clásicas que todo el mundo conoce. En ocasiones, un final de película sí puede ser perfecto. Un cóctel de efectos desenfrenados dejando un sabor agridulce con temas como la sexualidad o la Gran Depresión.
De un argumento simple en apariencia, Wilder dibuja un compendio de situaciones extraordinarias e ingeniosas, unos actores con chispa y de calculado cinismo. El filme es un homenaje a los primeros años del cine, a las películas de gánsteres de Hollywood y a las comedias locas de los años cuarenta. Sexo y dinero, vida y muerte, realidad y apariencia, gánsteres y músicos, hombres y mujeres... con estos ingredientes y sus formidables recursos artísticos, el maestro Wilder elabora una de las grandes películas de la historia.
3 de octubre de 2019
3 de octubre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ley seca, gangsters, persecuciones, San Valentín, Chicago y Florida; con Marilyn Monroe de por medio y con unos alocados, pícaros, des(afortunados) e imprescindibles Tony Curtis y Jack Lemmon. De la mano del grande de Billy Wilder, liderado por Jerry and Joe (o Dafni y Josephine), embellecido por la diva más grandes de todos los tiempos y repleto de giros argumentales, Con Faldas y a lo loco materializa una de las comedias clásicas más importantes y divertidas hasta la fecha.
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