El último duelo
7.0
25,248
Drama. Intriga
Francia, 1386. Narra el enfrentamiento entre el caballero Jean de Carrouges (Matt Damon) y el escudero Jacques LeGris (Adam Driver), al acusar el primero al segundo de abusar de su esposa, Marguerite de Carrouges (Jodie Comer). El Rey Carlos VI decide que la mejor forma de solucionar el conflicto es un duelo a muerte. El que gane será el poseedor de la verdad y, en caso de que venza LeGris, la esposa del caballero será quemada como castigo por falsas acusaciones. [+]
12 de diciembre de 2021
12 de diciembre de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me ha gustado. Cuando me acerqué a la cartelera del cine me fijé entonces de su duración, 152 minutos (2h y media), y pensé: "bueno, épica medieval... veamos que nos trae esta vez Scott".
Pienso que, en su duración, está bien, y ofrece lo suyo. Quien esté leyendo esto creo suponer ya ha visto la película, y por lo tanto, puedo decir que El último duelo se construye en base a mucho más dialogo, que tres bien rodadas batallas.
La épica se haya en las líneas de guión principalmente, no tanto en sus enfrentamientos, aunque debo decir que el duelo a muerte final deja muy buen sabor de boca.
Todo lo anterior queda armado gracias a la, en un principio, sombra protagónica de Jodie Comer, su peso en el metraje va in crescendo hasta llegar al punto de robar pantalla a los actores de la talla de Matt Damon, Ben Affleck, o, el camaleón de Driver. Y éste último se marca un registro exquisito como "actor de reparto".
Es una buena película, cuando pueda la volveré a ver, y lo haré por algunos detalles minuciosos que se me hayan podido pasar por alto.
He de agradecer el trabajo doble presentado este año por Ridley, sigue con todo su empeño en ofrecer calidad, y por lo que parece en esta recta final de 2021, puedo añadir también la palabra cantidad.
Sigue estando en plena forma teniendo en cuenta el material arrojado durante su gran carrera como cineasta, y debo decir que, la actualización, es siempre necesaria.
Pienso que, en su duración, está bien, y ofrece lo suyo. Quien esté leyendo esto creo suponer ya ha visto la película, y por lo tanto, puedo decir que El último duelo se construye en base a mucho más dialogo, que tres bien rodadas batallas.
La épica se haya en las líneas de guión principalmente, no tanto en sus enfrentamientos, aunque debo decir que el duelo a muerte final deja muy buen sabor de boca.
Todo lo anterior queda armado gracias a la, en un principio, sombra protagónica de Jodie Comer, su peso en el metraje va in crescendo hasta llegar al punto de robar pantalla a los actores de la talla de Matt Damon, Ben Affleck, o, el camaleón de Driver. Y éste último se marca un registro exquisito como "actor de reparto".
Es una buena película, cuando pueda la volveré a ver, y lo haré por algunos detalles minuciosos que se me hayan podido pasar por alto.
He de agradecer el trabajo doble presentado este año por Ridley, sigue con todo su empeño en ofrecer calidad, y por lo que parece en esta recta final de 2021, puedo añadir también la palabra cantidad.
Sigue estando en plena forma teniendo en cuenta el material arrojado durante su gran carrera como cineasta, y debo decir que, la actualización, es siempre necesaria.
23 de diciembre de 2021
23 de diciembre de 2021
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo cuento con algunos pocos buenos recuerdos de películas con la edad media como telón de fondo; una temática por la que nunca me he sentido especialmente atraído: Enrique V de Laurence Olivier (1947), Los Vikingos de Richard Fleischer (1958), El León en invierno de Anthony Harvey (1968), Taras Bulba de Lee Thompson (1962), Ran de Kurosawa (1985) …
No elegí personalmente comenzar a ver la película, y no tenía información previa alguna sobre la misma, de modo que, durante los primeros quince minutos, a pesar de que si pude apreciar la excelente ambientación, y que me costó identificar a Matt Damon y a Ben Affleck debido a las muy logradas y curiosas caracterizaciones que lucían (a posteriori he podido constatar que más fieles a la realidad de lo que en principio pudiera parecer) temí ver cumplidas mis peores expectativas.
Ya sobre la marcha, me fui informando de que el guion se basaba en un episodio auténtico de la historia de Francia, el director era un, al parecer aun en forma, octogenario Ridley Scott; los principales actores, antes mencionados, son también coguionistas y coproductores; y los créditos incluyen a más de seiscientos miembros solo entre escenografía, vestuario, maquillaje, peluquería y trucaje y efectos especiales.
Parecía que había gente que se había tomado aquello muy en serio y decidí hacer yo lo mismo. No me arrepiento de ello.
El episodio que se cuenta, aunque ni mucho menos un caso único (al final me sentí impulsado a documentarme sobre los aledaños sincrónicos al hecho relatado), es interesante por las raras ocasiones en que se vio repetido a lo largo de ese período de la historia, y se lleva a cabo con toda la fidelidad que permiten las fuentes y el propio discurso cinematográfico. Por no hablar del paralelismo con los mismos episodios "medievales" que se siguen produciendo a día de hoy.
Sentimos cercanos y reales a los personajes al haber sido desprendidos de todo estereotipo al uso: ni el feroz y eficaz guerrero es solo un insensible bruto, ni el intrigante y mujeriego advenedizo es solo un adulador petimetre, ni la cautivadora y frágil noble dama es solo una dócil hembra. Y todos consiguen transmitir la impresión de hacer lo mismo que nosotros ahora: tratar de sobrevivir lo mejor que puedes en la época que te ha tocado.
Las escenas de lucha, aunque no son de mi interés, están conseguidas y, como decía, todo lo que atañe a la ambientación es excelente y aparentemente fiel a la historia, aunque resulte en ocasiones chocante; como el mimético peinado de “Dama de Elche” que ostenta la esposa (Jodie Comer), en su primer encuentro con Jacques LeGris (Adam Driver).
La mayor objeción que se le puede hacer es que, tal como está estructurada, al final pareces haber visto la misma película tres veces seguidas. Probablemente hubiera sido mejor cualquier otro planteamiento.
No elegí personalmente comenzar a ver la película, y no tenía información previa alguna sobre la misma, de modo que, durante los primeros quince minutos, a pesar de que si pude apreciar la excelente ambientación, y que me costó identificar a Matt Damon y a Ben Affleck debido a las muy logradas y curiosas caracterizaciones que lucían (a posteriori he podido constatar que más fieles a la realidad de lo que en principio pudiera parecer) temí ver cumplidas mis peores expectativas.
Ya sobre la marcha, me fui informando de que el guion se basaba en un episodio auténtico de la historia de Francia, el director era un, al parecer aun en forma, octogenario Ridley Scott; los principales actores, antes mencionados, son también coguionistas y coproductores; y los créditos incluyen a más de seiscientos miembros solo entre escenografía, vestuario, maquillaje, peluquería y trucaje y efectos especiales.
Parecía que había gente que se había tomado aquello muy en serio y decidí hacer yo lo mismo. No me arrepiento de ello.
El episodio que se cuenta, aunque ni mucho menos un caso único (al final me sentí impulsado a documentarme sobre los aledaños sincrónicos al hecho relatado), es interesante por las raras ocasiones en que se vio repetido a lo largo de ese período de la historia, y se lleva a cabo con toda la fidelidad que permiten las fuentes y el propio discurso cinematográfico. Por no hablar del paralelismo con los mismos episodios "medievales" que se siguen produciendo a día de hoy.
Sentimos cercanos y reales a los personajes al haber sido desprendidos de todo estereotipo al uso: ni el feroz y eficaz guerrero es solo un insensible bruto, ni el intrigante y mujeriego advenedizo es solo un adulador petimetre, ni la cautivadora y frágil noble dama es solo una dócil hembra. Y todos consiguen transmitir la impresión de hacer lo mismo que nosotros ahora: tratar de sobrevivir lo mejor que puedes en la época que te ha tocado.
Las escenas de lucha, aunque no son de mi interés, están conseguidas y, como decía, todo lo que atañe a la ambientación es excelente y aparentemente fiel a la historia, aunque resulte en ocasiones chocante; como el mimético peinado de “Dama de Elche” que ostenta la esposa (Jodie Comer), en su primer encuentro con Jacques LeGris (Adam Driver).
La mayor objeción que se le puede hacer es que, tal como está estructurada, al final pareces haber visto la misma película tres veces seguidas. Probablemente hubiera sido mejor cualquier otro planteamiento.
9 de junio de 2022
9 de junio de 2022
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Épica medieval rodada con empaque y calidad. Una historia en tres visiones. Vibrante y sanguinaria, actual y reflexiva.
Una epopeya apabullante en la que sólo cuenta el poder masculino. Visualmente grandiosa, no tanto narrativamente, siendo repetitiva sin ninguna necesidad. Rashomon en el retrovisor.
En resumen, un blockbuster de época pero inteligente. Apasionante gracias a sus palpitantes y fascinantes batallas, con un duelo final sencillamente brutal.
Una epopeya apabullante en la que sólo cuenta el poder masculino. Visualmente grandiosa, no tanto narrativamente, siendo repetitiva sin ninguna necesidad. Rashomon en el retrovisor.
En resumen, un blockbuster de época pero inteligente. Apasionante gracias a sus palpitantes y fascinantes batallas, con un duelo final sencillamente brutal.
6 de diciembre de 2021
6 de diciembre de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que me parece digno de elogio que a sus 84 años Ridley Scott siga con ganas de dar batalla cuando podría perfectamente, y sería entendible, retirarse a disfrutar de las rentas sin preocuparse nada más que de pasarlo bien el tiempo que le quede. Y no solo que siga dirigiendo con 84 años, sino que dé trabajos de esta talla ya no es solo digno de elogio, sino de reconocimiento.
Y es que Scott sabe de quien rodearse para sacar la mejor película posible, caso que se da aquí con Matt Damon, Ben Affleck, Adam Driver y una cada vez más asentada Jodie Comer, a quien solo recordaba de su aparición en el Episodio IX de $tar War$ (llamado así desde que Disney compró Lucasfilm) con guion a tres manos de los que dos de los autores son los mismos Affleck y Damon, ganadores del Oscar en 1998 a Mejor Guion Original por 'El indomable Will Hunting'.
Además, el realizador inglés ha sabido elegir los tiempos para estrenar esta producción, pues los tiempos del #MeToo, "hermana, yo sí te creo" y demás mantras hacen adecuado la fecha de estreno, solo que esta película no va de creer a las mujeres digan lo que digan, sino de derecho a la defensa en un tiempo en el que la mujer era un cero a la izquierda, siendo el personaje de Comer un referente para levantar su voz. Es decir, un alegato a favor de la mujer, pero sin perder los papeles.
Juzgándolo como filme, no diría que es un nivel excelso el ofrecido por el veterano realizador (esos puestos de honor lo ocupan 'Alien, el octavo pasajero' -mi película favorita- y 'Blade Runner'), aunque sí es un producto más que entretenido donde el apartado visual y técnico y el apartado actoral funcionan viento en popa y la historia que se narra pone también de su parte, pues se mantiene al espectador en vilo para que conozca la resolución de todo el asunto con el tramo resolutorio del duelo.
Con largometrajes como este, desde luego que Ridley Scott no necesita la jubilación.
Y es que Scott sabe de quien rodearse para sacar la mejor película posible, caso que se da aquí con Matt Damon, Ben Affleck, Adam Driver y una cada vez más asentada Jodie Comer, a quien solo recordaba de su aparición en el Episodio IX de $tar War$ (llamado así desde que Disney compró Lucasfilm) con guion a tres manos de los que dos de los autores son los mismos Affleck y Damon, ganadores del Oscar en 1998 a Mejor Guion Original por 'El indomable Will Hunting'.
Además, el realizador inglés ha sabido elegir los tiempos para estrenar esta producción, pues los tiempos del #MeToo, "hermana, yo sí te creo" y demás mantras hacen adecuado la fecha de estreno, solo que esta película no va de creer a las mujeres digan lo que digan, sino de derecho a la defensa en un tiempo en el que la mujer era un cero a la izquierda, siendo el personaje de Comer un referente para levantar su voz. Es decir, un alegato a favor de la mujer, pero sin perder los papeles.
Juzgándolo como filme, no diría que es un nivel excelso el ofrecido por el veterano realizador (esos puestos de honor lo ocupan 'Alien, el octavo pasajero' -mi película favorita- y 'Blade Runner'), aunque sí es un producto más que entretenido donde el apartado visual y técnico y el apartado actoral funcionan viento en popa y la historia que se narra pone también de su parte, pues se mantiene al espectador en vilo para que conozca la resolución de todo el asunto con el tramo resolutorio del duelo.
Con largometrajes como este, desde luego que Ridley Scott no necesita la jubilación.
12 de diciembre de 2021
12 de diciembre de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
412/05(05/21/21) Fallido drama histórico dirigido por el octogenario (84 años) Ridley Scott, el guión es de los protagonistas Matt Damon y Ben Affleck, y Nicole Holofcener (cada uno con un bloque, en el orden puesto) adaptando libremente el libro de 2004 “The Last Duel: A True Story of Trial de Combat in Medieval France” de Eric Jager. Ambientada en la Francia medieval (durante la Guerra de los 100 años), la película está protagonizada por Damon como Jean de Carrouges, caballero que desafía a su antiguo amigo, el escudero Jacques Le Gris (Adam Drive) a un duelo judicial por la esposa de Jean, Marguerite (Jodie Comer), que acusa a Jacques de haberla violado. Los eventos previos al duelo se dividen en tres capítulos distintos, que reflejan las perspectivas de los tres personajes principales, ello con clara influencia de la Obra Maestra de Kurosawa “Rashomon” (1950), pero a diferencia de esta, las tres versiones difieren en detalles mínimos que en realidad no cambian la visión de los hechos (en la memoria de su esposa, Jean se deja crecer una barba que está ausente de sus recuerdos. El frío que trae a casa de una campaña en Escocia varía en severidad, dependiendo de la versión veamos), aquí no hay contradicciones, ni hace nos cuestionemos cada visión, solo es un subrayado sobre otro, redundancia pura y dura, el trio de enfoques no enriquece y da hondura, lo que hace es simple y llanamente más minutaje, cual si esto fuera sinónimo de densidad y profundidad, la cinta nipona, en lo que era una homérica radiografía sobre lo voluble de la verdad, no así en esta, que acaba contando lo mismo en cada tramo, y con ello el ya de por sí desproporcionado metraje se eleva hasta hacerse cansino y tedioso por la reiteración de estar en los mismos hechos en un bucle que poco aporta en sus variaciones en sus más de dos horas y media. Affleck también protagoniza un papel secundario como el conde Pierre d'Alençon.
Un relato que pretende más de lo que consigue, pues para contarnos que la mujer hace 7 siglos era poco más que un objeto que pasaba de ser propiedad del padre a serlo de su esposo, no hacía falta tanto minutaje. Pero por supuesto, lo que anhela es hacer paralelismo con el presente, en lo que se puede ver como un elemento más que añadir al popular hasta feminista #MeToo, en la reivindicación del empoderamiento de la mujer en mundo regido, aunque querer decirnos que el mundo ha avanzado poco en estos 700 años es cuando menos un insulto a la inteligencia, esto me resulta harto simplista e hiriente para los muchos avances. En todo caso esto se podría espetar al mundo cerril del islamismo, en naciones retrógradas donde rige la Sharia. Pero lo que es en occidente lo que hay que pedir es que se cumpla ley.
Enmarca el director la historia en una sociedad gobernada por la testosterona, por la virilidad masculina, por el hetero-patriarcado, donde las guerras las combaten los hombres de modo atávico, donde los hombres negocian entre ellos por mujeres para sus matrimonios con sus padres, donde un simple beso es una ‘invitación’ a sexo aunque diga ella que no (una mujer, desde la visión medievo-machista, cuando dice que no es que se hace la estrecha, y en realidad dice subliminalmente si, y si dice si, pues casi más claro ¿?), donde la mujer es recluida en el castillo para preservar su honor, que cuando es violada no hay crimen por esto en sí, lo es porque es propiedad de un hombre que se siente ultrajado, donde se dice que una mujer si no disfruta del sexo no puede quedar embarazada (ergo si dice haber sido ultrajada y se queda preñada, no es violación ¿?) y donde la verdad de lo que dice una mujer es dirimido por hombres en plan troglodita en un duelo, y si el Hombre no es capaz de defender la ‘verdad’ ella será quemada en la hoguera, pues lógicamente (¿?) es una mentirosa.
El clímax, por supuesto, está en el duelo que da título al film (hecho real acaecido el 29 de diciembre de 1386), que recuerda indefectiblemente a los del gran éxito de Ridley “Gladiator”, con un gran público ávido de sangre, asistiendo a un duelo a muerte presidido por un jerarca. El combate resulta arrollador en su realismo, en su crudeza, en como los golpes en comunión con el sonido te hacen removerte, con justas, caídas de caballos, espadas, dagas, heridas, golpes, patadas, todo esto en una coreografía espectacular, donde la sangre resulta veraz, el dolor te llega, ello gracias en parte en una gran labor de edición de Claire Simpson (“Platoon” o “El clan de los irlandeses”), donde todo queda diáfano; Hay alguna escena más de violencia bélica en un par de secuencias de batallas pero son un tanto coitus interruptus por lo de que aportan y su corta duración, aunque resuenan por su brutalidad.
Matt Damon encarna a De Carrouges, arrogante escudero, un ‘pavo real’ valiente en el campo de batalla, adusto, rudo, pero que esconde un gran complejo de inferioridad, un ser patético y machista, desconsiderado con su esposa a la que trata como una posesión material que solo está ahí para darle hijos, marginado por Pierre d'Alençon que tiene como protegido a su antiguo amigo Le Gris. Damon lo encarna con coraje al hacer, a quien parece será un héroe, un tipo desagradable, un zoquete primitivo sin empatía alguna; La otra cara de la misma moneda del machismo es Le Gris. Tipo afable, amable, educado, culto, seductor, también un oportunista y arribista, con un ego que no le coge en la armadura, se cree el gallo en un gallinero donde todas las mujeres deben caer rendidas a sus pies, ninguna mujer es, según su carácter, de decirle que no. Un hombre tan ‘honorable’ que cree que con Margueritte solo sigue los dictados de su corazón, e incluso se confiesa tras su affaire. Adam Driver lo encarna con gran carisma y elegancia, derrochando simpatía, un rol complejo que a ‘su manera’ hace lo que cree bien;... (sigo en spoiler)
Un relato que pretende más de lo que consigue, pues para contarnos que la mujer hace 7 siglos era poco más que un objeto que pasaba de ser propiedad del padre a serlo de su esposo, no hacía falta tanto minutaje. Pero por supuesto, lo que anhela es hacer paralelismo con el presente, en lo que se puede ver como un elemento más que añadir al popular hasta feminista #MeToo, en la reivindicación del empoderamiento de la mujer en mundo regido, aunque querer decirnos que el mundo ha avanzado poco en estos 700 años es cuando menos un insulto a la inteligencia, esto me resulta harto simplista e hiriente para los muchos avances. En todo caso esto se podría espetar al mundo cerril del islamismo, en naciones retrógradas donde rige la Sharia. Pero lo que es en occidente lo que hay que pedir es que se cumpla ley.
Enmarca el director la historia en una sociedad gobernada por la testosterona, por la virilidad masculina, por el hetero-patriarcado, donde las guerras las combaten los hombres de modo atávico, donde los hombres negocian entre ellos por mujeres para sus matrimonios con sus padres, donde un simple beso es una ‘invitación’ a sexo aunque diga ella que no (una mujer, desde la visión medievo-machista, cuando dice que no es que se hace la estrecha, y en realidad dice subliminalmente si, y si dice si, pues casi más claro ¿?), donde la mujer es recluida en el castillo para preservar su honor, que cuando es violada no hay crimen por esto en sí, lo es porque es propiedad de un hombre que se siente ultrajado, donde se dice que una mujer si no disfruta del sexo no puede quedar embarazada (ergo si dice haber sido ultrajada y se queda preñada, no es violación ¿?) y donde la verdad de lo que dice una mujer es dirimido por hombres en plan troglodita en un duelo, y si el Hombre no es capaz de defender la ‘verdad’ ella será quemada en la hoguera, pues lógicamente (¿?) es una mentirosa.
El clímax, por supuesto, está en el duelo que da título al film (hecho real acaecido el 29 de diciembre de 1386), que recuerda indefectiblemente a los del gran éxito de Ridley “Gladiator”, con un gran público ávido de sangre, asistiendo a un duelo a muerte presidido por un jerarca. El combate resulta arrollador en su realismo, en su crudeza, en como los golpes en comunión con el sonido te hacen removerte, con justas, caídas de caballos, espadas, dagas, heridas, golpes, patadas, todo esto en una coreografía espectacular, donde la sangre resulta veraz, el dolor te llega, ello gracias en parte en una gran labor de edición de Claire Simpson (“Platoon” o “El clan de los irlandeses”), donde todo queda diáfano; Hay alguna escena más de violencia bélica en un par de secuencias de batallas pero son un tanto coitus interruptus por lo de que aportan y su corta duración, aunque resuenan por su brutalidad.
Matt Damon encarna a De Carrouges, arrogante escudero, un ‘pavo real’ valiente en el campo de batalla, adusto, rudo, pero que esconde un gran complejo de inferioridad, un ser patético y machista, desconsiderado con su esposa a la que trata como una posesión material que solo está ahí para darle hijos, marginado por Pierre d'Alençon que tiene como protegido a su antiguo amigo Le Gris. Damon lo encarna con coraje al hacer, a quien parece será un héroe, un tipo desagradable, un zoquete primitivo sin empatía alguna; La otra cara de la misma moneda del machismo es Le Gris. Tipo afable, amable, educado, culto, seductor, también un oportunista y arribista, con un ego que no le coge en la armadura, se cree el gallo en un gallinero donde todas las mujeres deben caer rendidas a sus pies, ninguna mujer es, según su carácter, de decirle que no. Un hombre tan ‘honorable’ que cree que con Margueritte solo sigue los dictados de su corazón, e incluso se confiesa tras su affaire. Adam Driver lo encarna con gran carisma y elegancia, derrochando simpatía, un rol complejo que a ‘su manera’ hace lo que cree bien;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... El tercer vértice es Margueritte, atrapada en un mundo de ‘machos’, tiene sus sentimientos que intenta ocultar bajo la coraza de temple y resignación del tiempo, mero objeto de transacción de su padre, cae en los brazos de un ‘patán’, y debe aceptarlo. Acaba implosionando, y esto a pesar de saber que le acarreará problemas. Jodie Comer le da vida erigiéndose en el alma de la cinta, dotando de brío y fuerza a su rol, intentando transgredir lo esperado para enfrentarse a los hombres, a su violador y al hombre que la trata como una posesión material sin más. Maravillosa su capacidad de expresión, exhibiendo con sutilidad su tristeza, apatía en el sexo, dolor silencioso en la violación, y rabia en su posterior denuncia, teniendo que soportar las humillaciones de la gente, esta actriz es formidable.
Del resto del reparto destacar a Ben Affleck en un papel que aparece sacado de otra película, como bien he leído parece el Macho Alfa en la Mansión playboy, un gañán caricaturesco, al que el actor embiste con sorna, se nota divertirse tanto como su interpretación resulta pasada de vueltas; Alex Lawther da vida al monarca Carlos VI en una actuación melíflua.
Puesta en escena (como es habitual en las superproducciones de Ridley Scott) magnífica, haciéndonos sumergir en este tiempo y lugar, ya desde su gran diseño de producción de Arthur Max (“Gladiator”), con genuinos decorados, paseándonos por parajes helados, donde la nieve para anunciar un invierno sin fin, que emiten aridez, llevándonos por castillos medievales y otros lugares ancestrales europeos majestuosos; Todo esto realzado por la sensacional fotografía del polaco Dariusz Wolski (“Sweeney Todd”), en tomas exteriores gélidas en sus colores grises y azulados que hacen te cale, reflejando la insalubridad, suciedad, colocando a los personajes junto a enormes construcciones, haciendo se empequeñezcan donde son absorbidos por dando un cariz sutilmente diferente a cada segmento, ejemplo notorio es como en la visión de De Carrouges él se ve a sí mismo en tomas desde abajo para ensalzarlo, y para enfatizar su valor en acción se filma en slow, pero en el enfoque de Le Gris aparece enjuto De Carrouges, esto en miscelánea con los esplendidos efectos visuales que se funden con el escenario para crear tomas como las de los cielos de parís donde vemos emerger la construcción de un magno edificio, la Catedral Nôtre-Dame.
Me ha resultado poco realista el modo en que se produce el asalto sexual, pues no me creo que dejaran sola a Margueritte en un gran castillo, sin un solo sirviente, sin un guardia, pero el colmo es como abre la puerta ella, hay un tipo que le dice que están cambiándole las herraduras al caballo y que si mientras lo hacen puede para adentro, pues tiene frío. Me resulta absurdo, estamos en la Edad Media! Porque tiene frio? Y ella abre a un hombre estando sola? Algo no me cuadra. Pero que ella lo denunciara a su esposo me es extraño, muy adelantada a su tiempo, cuando lo esperado de ese tiempo para no pasar vergüenza es se callara. Y que su marido en vez de ir a vengarse de Le Gris lo denunciara me es cuando menos raro; Me ha sido anómalo el modo de rodar al violación en sí, como para todos los públicos, no queriendo herir sensibilidades, aséptico, y creo tocaba ser valiente y hacer del acto lo que es, algo repugnante.
Spoiler:
Film que promete más de lo que da. Si queréis ver el empoderamiento femenino vía Ridley Scott mucho (pero infinitamente) mejor “Alien” (1979) y “Thelma & Louise” (1991). Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/12/el-ultimo-duelo.html
Del resto del reparto destacar a Ben Affleck en un papel que aparece sacado de otra película, como bien he leído parece el Macho Alfa en la Mansión playboy, un gañán caricaturesco, al que el actor embiste con sorna, se nota divertirse tanto como su interpretación resulta pasada de vueltas; Alex Lawther da vida al monarca Carlos VI en una actuación melíflua.
Puesta en escena (como es habitual en las superproducciones de Ridley Scott) magnífica, haciéndonos sumergir en este tiempo y lugar, ya desde su gran diseño de producción de Arthur Max (“Gladiator”), con genuinos decorados, paseándonos por parajes helados, donde la nieve para anunciar un invierno sin fin, que emiten aridez, llevándonos por castillos medievales y otros lugares ancestrales europeos majestuosos; Todo esto realzado por la sensacional fotografía del polaco Dariusz Wolski (“Sweeney Todd”), en tomas exteriores gélidas en sus colores grises y azulados que hacen te cale, reflejando la insalubridad, suciedad, colocando a los personajes junto a enormes construcciones, haciendo se empequeñezcan donde son absorbidos por dando un cariz sutilmente diferente a cada segmento, ejemplo notorio es como en la visión de De Carrouges él se ve a sí mismo en tomas desde abajo para ensalzarlo, y para enfatizar su valor en acción se filma en slow, pero en el enfoque de Le Gris aparece enjuto De Carrouges, esto en miscelánea con los esplendidos efectos visuales que se funden con el escenario para crear tomas como las de los cielos de parís donde vemos emerger la construcción de un magno edificio, la Catedral Nôtre-Dame.
Me ha resultado poco realista el modo en que se produce el asalto sexual, pues no me creo que dejaran sola a Margueritte en un gran castillo, sin un solo sirviente, sin un guardia, pero el colmo es como abre la puerta ella, hay un tipo que le dice que están cambiándole las herraduras al caballo y que si mientras lo hacen puede para adentro, pues tiene frío. Me resulta absurdo, estamos en la Edad Media! Porque tiene frio? Y ella abre a un hombre estando sola? Algo no me cuadra. Pero que ella lo denunciara a su esposo me es extraño, muy adelantada a su tiempo, cuando lo esperado de ese tiempo para no pasar vergüenza es se callara. Y que su marido en vez de ir a vengarse de Le Gris lo denunciara me es cuando menos raro; Me ha sido anómalo el modo de rodar al violación en sí, como para todos los públicos, no queriendo herir sensibilidades, aséptico, y creo tocaba ser valiente y hacer del acto lo que es, algo repugnante.
Spoiler:
Film que promete más de lo que da. Si queréis ver el empoderamiento femenino vía Ridley Scott mucho (pero infinitamente) mejor “Alien” (1979) y “Thelma & Louise” (1991). Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2021/12/el-ultimo-duelo.html
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