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6.7
5,387
5
25 de febrero de 2022
25 de febrero de 2022
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que incondicionalmente resultan al menos interesantes para la mayoría y otras que según el día; esta es una de esas últimas.
Si no te abstraes y la ves con absuelta benevolencia, solo te parece una pieza reiterativa y abundante en el mismo tema de filosofía barata y un tanto cursi.
Los cuatro actores están demasiado contenidos. Se ha desaprovechado ese actuar espontaneo de los niños hasta llevarlos a la ridícula situación de niños imitando a adultos. Las escenas en las que se supone que se están divirtiendo, se adivinan falaces y las risas y gestos se aprecian muy forzados.
Solo dura un poco más que un medio-metraje y aun sobran minutos. Un buen corto hubiera bastado para “descubrirnos” que los mayores también una vez fuimos pequeños y viceversa.
Si no te abstraes y la ves con absuelta benevolencia, solo te parece una pieza reiterativa y abundante en el mismo tema de filosofía barata y un tanto cursi.
Los cuatro actores están demasiado contenidos. Se ha desaprovechado ese actuar espontaneo de los niños hasta llevarlos a la ridícula situación de niños imitando a adultos. Las escenas en las que se supone que se están divirtiendo, se adivinan falaces y las risas y gestos se aprecian muy forzados.
Solo dura un poco más que un medio-metraje y aun sobran minutos. Un buen corto hubiera bastado para “descubrirnos” que los mayores también una vez fuimos pequeños y viceversa.

6.3
6,187
3
11 de diciembre de 2021
11 de diciembre de 2021
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me decidí a ver la película en FILMIN, tras haber tenido la oportunidad de disfrutar de lo que me pareció una excelente banda sonora a la que accedí por casualidad.
Tras un conseguido “intro”, que me hizo pensar que había acertado, todo fue de mal en peor: parecía como si las imágenes y el sonido fueran cada uno por su cuenta.
Había comenzado a ver la película doblada en castellano y cambié a VO con la esperanza de que ese fuera el problema, pero no...
Ya no pude dejarme llevar; meterme en la historia, y empecé a mosquearme con el argumento pretenciosamente metafórico pero en realidad ridículo, estereotipado y mal contado.
En resumen: Carax y su equipo parecían haberse confabulado para estropear una más que digna banda sonora.
Puedo estar de acuerdo con las críticas favorables de otros usuarios en cuanto al interesante mensaje revulsivo que el autor pretende transmitirnos, y lo revolucionario de la puesta en escena. Pero, en un musical que se precie, la historia; las imágenes, deben de estar en principio subordinadas a la música o muy bien conjuntadas con ésta, y eso no ocurre ni de lejos aquí.
Si se quiere disfrutar de esa banda sonora, aconsejo hacerlo prescindiendo del visionado de la película: con la música a otra parte.
Tras un conseguido “intro”, que me hizo pensar que había acertado, todo fue de mal en peor: parecía como si las imágenes y el sonido fueran cada uno por su cuenta.
Había comenzado a ver la película doblada en castellano y cambié a VO con la esperanza de que ese fuera el problema, pero no...
Ya no pude dejarme llevar; meterme en la historia, y empecé a mosquearme con el argumento pretenciosamente metafórico pero en realidad ridículo, estereotipado y mal contado.
En resumen: Carax y su equipo parecían haberse confabulado para estropear una más que digna banda sonora.
Puedo estar de acuerdo con las críticas favorables de otros usuarios en cuanto al interesante mensaje revulsivo que el autor pretende transmitirnos, y lo revolucionario de la puesta en escena. Pero, en un musical que se precie, la historia; las imágenes, deben de estar en principio subordinadas a la música o muy bien conjuntadas con ésta, y eso no ocurre ni de lejos aquí.
Si se quiere disfrutar de esa banda sonora, aconsejo hacerlo prescindiendo del visionado de la película: con la música a otra parte.

6.6
3,280
7
14 de abril de 2022
14 de abril de 2022
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es cuestión de imaginación: algunos la han comparado con la trilogía de “Antes de…” de Linklater, supongo que también por lo ferroviario.
Cambia viaje en vagón de tercera por crucero de lujo, cambia un ruso borrachuzo (no más que los demás rusos que aparecen en la película) más basto que un arado, pero de buen corazón, por pintor que no vende un cuadro y ejerce de gigoló, pero de buen corazón.
En esta hay confusión de sexos y en aquella ambos están comprometidos con sendos braguetazos en ciernes. En esta el faro-guía son los petroglifos de Murmansk y en aquella el Empire State Building.
Incluso en ambas hay vieja-sorpresa que aleja de ella toda sospecha acerca de la falta de honestidad de él. En ambas hay diversos enredos y, en ambas, hay un imaginativo final feliz.
Según unos ciertos cánones establecidos, a los tíos machos como yo deberían encantarnos películas como “El Padrino” (ya dejé clara mi aversión a semejante bodrio) y huir como alma que lleva el diablo de historias hiperrománticas como “Tú y Yo”.
Aquella no deja de gustarme, aunque se dejan notar sus sesenta y cinco años de existencia y, por motivos parecidos, me ha gustado esta: un a modo de recreación de aquella en los tiempos que corren.
No tengo más que añadir; de la fotografía los actores, la música, el paisaje, etc. ya se ha dicho todo.
He mentido: añadiré que se echa de menos el odorama, porqué el tufillo de los personajes, tras 48 horas fumando y bebiendo, sin mudarse de ropa y, al parecer, sin una mala ducha, en los escasos metros cúbicos del mismo compartimento, hubiera supuesto una interesante nota olfativa de romanticismo.
Cambia viaje en vagón de tercera por crucero de lujo, cambia un ruso borrachuzo (no más que los demás rusos que aparecen en la película) más basto que un arado, pero de buen corazón, por pintor que no vende un cuadro y ejerce de gigoló, pero de buen corazón.
En esta hay confusión de sexos y en aquella ambos están comprometidos con sendos braguetazos en ciernes. En esta el faro-guía son los petroglifos de Murmansk y en aquella el Empire State Building.
Incluso en ambas hay vieja-sorpresa que aleja de ella toda sospecha acerca de la falta de honestidad de él. En ambas hay diversos enredos y, en ambas, hay un imaginativo final feliz.
Según unos ciertos cánones establecidos, a los tíos machos como yo deberían encantarnos películas como “El Padrino” (ya dejé clara mi aversión a semejante bodrio) y huir como alma que lleva el diablo de historias hiperrománticas como “Tú y Yo”.
Aquella no deja de gustarme, aunque se dejan notar sus sesenta y cinco años de existencia y, por motivos parecidos, me ha gustado esta: un a modo de recreación de aquella en los tiempos que corren.
No tengo más que añadir; de la fotografía los actores, la música, el paisaje, etc. ya se ha dicho todo.
He mentido: añadiré que se echa de menos el odorama, porqué el tufillo de los personajes, tras 48 horas fumando y bebiendo, sin mudarse de ropa y, al parecer, sin una mala ducha, en los escasos metros cúbicos del mismo compartimento, hubiera supuesto una interesante nota olfativa de romanticismo.

6.2
5,027
8
18 de abril de 2022
18 de abril de 2022
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pica es un relativamente extraño desorden de la conducta alimentaria conocido desde hace tiempo, pero mal definido en cuanto a causas y evolución. El nombre procede por similitud al comportamiento alimentario de la urraca (nombre científico: Pica pica).
El director apuesta fuerte al tratar de explicar en la pantalla lo que de por si resulta difícil de explicar a la propia ciencia. Por más absurda que parezca la historia, casos como este son reales; de hecho, el guion está inspirado en el que afectó a una abuela del propio director.
La película cobra verosimilitud porque la protagonista tiene el perfil del individuo en quien con mayor frecuencia puede aparecer este desorden: antecedente de trastorno o trauma psíquico y embarazo.
Ella es el fruto de un acto de violación y por ello es más que probable que padezca la impronta de un ser no deseado; rechazado. Su padre biológico acabó en prisión y el único motivo para que su madre no abortara es el ser "una tarada religiosa de derechas"; dice su propia hija.
Está embarazada y hay una escena en la que ella muestra un rostro de grave preocupación en contraste con la alegría desbordante del marido.
El marido y la familia de éste son unos capullos y no hacen una a derechas, pero ella tampoco es que se lo ponga muy fácil. Aunque es verdad que no sabe por qué hace lo que hace, solo que la hace sentir que controla, pero también está claro que cada vez es más peligroso.
Tal como sucede en los casos reales, la pica en el embarazo parece responder al impulso biológico a ingerir sustancias que convencionalmente no son alimentos ante algún tipo de carencia nutricional; normalmente hierro y/o zinc. Pero esa práctica, llegados a cierto punto puede ser ambiguamente tan perjudicial como beneficiosa.
Todo este planteamiento con sus pormenores y peculiaridades queda bien expuesto al entendimiento, si bien es verdad que se entiende mejor tras haberse documentado mínimamente sobre la pica y sus circunstancias.
En resumen: 93 minutos de una buena puesta en escena, con muy oportunos insertos, que Haley Bennett consigue que para nada se me hayan hecho largos ni pesados, y las escenas que se repiten, lo hacen en la justa medida para crear el ambiente del progreso del trastorno.
Sigo en spoiler.
El director apuesta fuerte al tratar de explicar en la pantalla lo que de por si resulta difícil de explicar a la propia ciencia. Por más absurda que parezca la historia, casos como este son reales; de hecho, el guion está inspirado en el que afectó a una abuela del propio director.
La película cobra verosimilitud porque la protagonista tiene el perfil del individuo en quien con mayor frecuencia puede aparecer este desorden: antecedente de trastorno o trauma psíquico y embarazo.
Ella es el fruto de un acto de violación y por ello es más que probable que padezca la impronta de un ser no deseado; rechazado. Su padre biológico acabó en prisión y el único motivo para que su madre no abortara es el ser "una tarada religiosa de derechas"; dice su propia hija.
Está embarazada y hay una escena en la que ella muestra un rostro de grave preocupación en contraste con la alegría desbordante del marido.
El marido y la familia de éste son unos capullos y no hacen una a derechas, pero ella tampoco es que se lo ponga muy fácil. Aunque es verdad que no sabe por qué hace lo que hace, solo que la hace sentir que controla, pero también está claro que cada vez es más peligroso.
Tal como sucede en los casos reales, la pica en el embarazo parece responder al impulso biológico a ingerir sustancias que convencionalmente no son alimentos ante algún tipo de carencia nutricional; normalmente hierro y/o zinc. Pero esa práctica, llegados a cierto punto puede ser ambiguamente tan perjudicial como beneficiosa.
Todo este planteamiento con sus pormenores y peculiaridades queda bien expuesto al entendimiento, si bien es verdad que se entiende mejor tras haberse documentado mínimamente sobre la pica y sus circunstancias.
En resumen: 93 minutos de una buena puesta en escena, con muy oportunos insertos, que Haley Bennett consigue que para nada se me hayan hecho largos ni pesados, y las escenas que se repiten, lo hacen en la justa medida para crear el ambiente del progreso del trastorno.
Sigo en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En determinado momento ni nosotros ni ella misma sabemos si su conducta responde a una protección o a un rechazo de su embarazo y la familia política tiene la feliz idea de internarla. Ella, por supuesto, se escapa.
Hace una llamada telefónica a su madre en busca de ayuda, que sirve para corroborar que es una tarada, y tiene un encuentro con su padre biológico, que aclara que cometió la violación porque le hacía sentir poderoso; que controlaba (de tal palo...) luego tiene la delicadeza de exonerarla de toda culpa y desechar el temor de ella de haber salido a su padre.
Esa llamada y ese encuentro hacen que se replantee su vida para controlar aún más: cambia la dieta de chatarra y mantillo por unas patatas paja con ketchup para ingerir unos comprimidos bajo prescripción facultativa, que no son precisamente psicofármacos sino más bien un abortivo.
La película termina con un plano fijo en uno de los feudos femeninos por excelencia: El W.C. de señoras. Allí donde unas van a hacer pipí, otras a asearse o retocarse y otras a abortar.
La historia de un episodio de una extraña dolencia crudamente presentada; tal cual, pero de eso a que este sea un ejemplo de vindicación feminista...
Hace una llamada telefónica a su madre en busca de ayuda, que sirve para corroborar que es una tarada, y tiene un encuentro con su padre biológico, que aclara que cometió la violación porque le hacía sentir poderoso; que controlaba (de tal palo...) luego tiene la delicadeza de exonerarla de toda culpa y desechar el temor de ella de haber salido a su padre.
Esa llamada y ese encuentro hacen que se replantee su vida para controlar aún más: cambia la dieta de chatarra y mantillo por unas patatas paja con ketchup para ingerir unos comprimidos bajo prescripción facultativa, que no son precisamente psicofármacos sino más bien un abortivo.
La película termina con un plano fijo en uno de los feudos femeninos por excelencia: El W.C. de señoras. Allí donde unas van a hacer pipí, otras a asearse o retocarse y otras a abortar.
La historia de un episodio de una extraña dolencia crudamente presentada; tal cual, pero de eso a que este sea un ejemplo de vindicación feminista...
28 de enero de 2025
28 de enero de 2025
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos acostumbrados a que los títulos de las películas, ya sea por intereses legítimos o por incompetencia desde el origen o por una torpe traducción, no se correspondan con el contenido de las mismas. En este caso el título se corresponde a la traducción correcta del inglés y aparentaba ser fielmente descriptivo de lo que nos esperaba. Por dicho motivo enfrenté el visionado con torva mirada de desconfianza.
Durante los primeros 30 minutos llegué a convencerme de que mis temores eran infundados. Se trataba de una típica familia china afincada en USA. Dominio claramente matriarcal por una mujer con malencarado pragmatismo y un marido felizmente adaptativo, una hija gay y un padre al borde de la demencia, acuciados por las deudas de la mala administración de su lavandería y su restaurante, se enfrentan a una socarrona funcionaria de hacienda (genialmente interpretada por Jamie Lee Curtis).
Luego se establece un sorprendente giro argumental que dota a la historia de mayor dinamismo y acentúa la vis cómica que ya se insinuaba desde las primeras escenas. A partir de aquí la trama y los diálogos se vuelven exponencialmente más explícitos y prolijos y, por ende, prolongan el metraje hasta el aburrimiento. Me recuerda la sensación que se experimenta en esas películas de Hitchcock, en las que al final el psiquiatra o el comisario de turno da un explicación de lo sucedido, se supone que dirigida al corto entendimiento del espectador medio de entonces. Pues ese explicativo final ocupa casi la última hora de la proyección.
Es lamentable porque la puesta en escena esta bien, los personajes más que aceptables (con una incombustible Michelle Yeoh a sus 60 años) y la historia tiene mensaje: una cariz predominante nihilista con un foco de esperanza en el amor y la resiliencia. La calidad de la banda sonora se aprecia mejor en los créditos finales.
En fin, no es de lo peor que he visto pero resulta chocante el éxito obtenido. Ya sabemos el poder que ejerce el buen marketing y sospechamos de las espurias motivaciones de algunos críticos.
LO MEJOR:
Algunas locuras como los dedos salchichas, meterse un trofeo por el culo, el todopoderoso meñique... Y algunas frases geniales como "la única forma de hacerse un corte con un papel es sin querer" o "tu eres capaz de cualquier cosa porque eres realmente mala en todo" o "en otra vida me hubiera gustado mucho lavar ropa y pagar los impuestos contigo". Habernos dado a conocer la pintura "Perro peleando con garza" de Abraham Hondius.
LO PEOR:
La falta de elipsis argumental y la consiguiente innecesaria reiteración de escenas y extensión en el tiempo.
Seamos justos: no es más que otro exponente de todo lo que hay a la vez en todas partes.
Durante los primeros 30 minutos llegué a convencerme de que mis temores eran infundados. Se trataba de una típica familia china afincada en USA. Dominio claramente matriarcal por una mujer con malencarado pragmatismo y un marido felizmente adaptativo, una hija gay y un padre al borde de la demencia, acuciados por las deudas de la mala administración de su lavandería y su restaurante, se enfrentan a una socarrona funcionaria de hacienda (genialmente interpretada por Jamie Lee Curtis).
Luego se establece un sorprendente giro argumental que dota a la historia de mayor dinamismo y acentúa la vis cómica que ya se insinuaba desde las primeras escenas. A partir de aquí la trama y los diálogos se vuelven exponencialmente más explícitos y prolijos y, por ende, prolongan el metraje hasta el aburrimiento. Me recuerda la sensación que se experimenta en esas películas de Hitchcock, en las que al final el psiquiatra o el comisario de turno da un explicación de lo sucedido, se supone que dirigida al corto entendimiento del espectador medio de entonces. Pues ese explicativo final ocupa casi la última hora de la proyección.
Es lamentable porque la puesta en escena esta bien, los personajes más que aceptables (con una incombustible Michelle Yeoh a sus 60 años) y la historia tiene mensaje: una cariz predominante nihilista con un foco de esperanza en el amor y la resiliencia. La calidad de la banda sonora se aprecia mejor en los créditos finales.
En fin, no es de lo peor que he visto pero resulta chocante el éxito obtenido. Ya sabemos el poder que ejerce el buen marketing y sospechamos de las espurias motivaciones de algunos críticos.
LO MEJOR:
Algunas locuras como los dedos salchichas, meterse un trofeo por el culo, el todopoderoso meñique... Y algunas frases geniales como "la única forma de hacerse un corte con un papel es sin querer" o "tu eres capaz de cualquier cosa porque eres realmente mala en todo" o "en otra vida me hubiera gustado mucho lavar ropa y pagar los impuestos contigo". Habernos dado a conocer la pintura "Perro peleando con garza" de Abraham Hondius.
LO PEOR:
La falta de elipsis argumental y la consiguiente innecesaria reiteración de escenas y extensión en el tiempo.
Seamos justos: no es más que otro exponente de todo lo que hay a la vez en todas partes.
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