Mad Max
6.6
66,779
Acción. Ciencia ficción
En un futuro posnuclear, Max Rockatansky, un policía encargado de la vigilancia de una autopista, tendrá que vérselas con unos criminales que actúan como vándalos, sembrando el pánico por las carreteras. Cuando, durante una persecución, Max acaba con Nightrider, el líder del violento grupo, el resto de la banda jura vengar su muerte. (FILMAFFINITY)
3 de junio de 2015
3 de junio de 2015
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el estreno de Mad Max 4 y las maravillas que me han hablado de esta trilogía se me pasó por la cabeza conocer de primera mano las "salvajes" hazañas de Max. Fue un error.
Sin haber visto el resto de entregas diré que esta primera parte resulta muy pobre. Su gran idea de forma se ve destrozada por un deplorable guión lleno de tópicos ochenteros (aunque sea de finales de los 70) dejando solo aprovechable el gran trabajo de dirección (con un enorme mérito debido al bajo presupuesto empleado) y la atmosfera post-apocalíptica que me parece lo único realmente resaltable. La historia más predecible que un semáforo sobre el poli bueno y su inocente familia anula todo lo que pudo ser y al final no fue.
En su defensa diré que es cierto que me esperaba a Mel Gibson matando motoristas bizarros por la carretera mientras la acción post-apocalíptica me resultaba un cóctel de lo más entretenido. A pesar de esto, no es escusa. En lugar de esto nos encontramos a un Gibson tonto moñas que hasta la recta final no se deja ver como el verdadero Mad Max y es entonces cuando se da pie a una próxima entrega apaciguando el agrio sabor que te ha dejado el resto del metraje.
O una fallida película de acción gamberra o el preludio a una saga que mejora entrega a entrega.
Creo que me arriesgaré a comprobarlo solo para disipar mis dudas...
Sin haber visto el resto de entregas diré que esta primera parte resulta muy pobre. Su gran idea de forma se ve destrozada por un deplorable guión lleno de tópicos ochenteros (aunque sea de finales de los 70) dejando solo aprovechable el gran trabajo de dirección (con un enorme mérito debido al bajo presupuesto empleado) y la atmosfera post-apocalíptica que me parece lo único realmente resaltable. La historia más predecible que un semáforo sobre el poli bueno y su inocente familia anula todo lo que pudo ser y al final no fue.
En su defensa diré que es cierto que me esperaba a Mel Gibson matando motoristas bizarros por la carretera mientras la acción post-apocalíptica me resultaba un cóctel de lo más entretenido. A pesar de esto, no es escusa. En lugar de esto nos encontramos a un Gibson tonto moñas que hasta la recta final no se deja ver como el verdadero Mad Max y es entonces cuando se da pie a una próxima entrega apaciguando el agrio sabor que te ha dejado el resto del metraje.
O una fallida película de acción gamberra o el preludio a una saga que mejora entrega a entrega.
Creo que me arriesgaré a comprobarlo solo para disipar mis dudas...
1 de noviembre de 2015
1 de noviembre de 2015
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
178/13(21/10/15) Muy sobrevalorado film de acción enclavado en una distopía, obra que a pesar de sus escaso valor cinematográfico se ha convertido con el tiempo en obra de culto, cinta que mezcla el sabor al spagueti-western, con el creciente subgénero en los setenta de los justicieros vengadores, ello en un panorama supuestamente post-apocalíptico, lo hace con pobres resultados, es más plana que una mesa, con personajes caricaturescos, confusos, pesimamente delineados, tanto que te da igual lo que les pase. En la década de los 80 (en el vintage VHS) vi la trilogía, que ya entonces no me causó huella alguna, pero entonces ha llegado la Apoteósica “Mad Max: Fuery Road”, con el mismo director George Miller, y me he dicho si hubo algo que con mi mentalidad adolescente se me escapó en las tres anteriores (“Mad Max:The Road Warrior” 1981, y, “Mad Max Beyond Thunderdome” ,1985), así que me he propuesto recuperarlas, y en esta primera mi chasco ha sido apocalíptico, me he encontrado con un producto bastante mediocre, muy avejentado, con una puesta en escena muy pobre. Fue una película que cayó en gracia, una producción de bajo presupuesto, unos 3,5 millones $, recaudaron en todo el mundo más de 100, llegando al Libro Guinness de los Récords por la proporción más alta de ganancia en film jamás hecho, marca que conservó hasta que en 1999 “The Blair Witch Project” le superó. Solo destacable a mi modesto entender por lanzar a la fama a un actor, Mel Gibson, que ha sido varias décadas un filón para la taquilla, incluso con grandes trabajos delante y detrás de las cámaras (excepto la hipervalorada “Braveheart”), aunque en esta ocasión su actuación sea insípida (siendo benévolo).
Arranca en un futuro distópico indeterminado, un tipo llamado Crawford "Nightrider" Montazano (Vincent Gil) huye a toda velocidad de la policía por una carretera desierta, se producen varios golpes de autos en la persecución, hasta que entra en la caza el agente Max Rockatansky (Mel Gibson) y su compañero Jim Goose (Steve Bisley), entonces acaba con el incendio y muerte de "Nightrider", este pertenecía a una banda de forajidos moteros liderados por Toecutter en ingles que es traducido Cortadedos, el doblaje en español lo dejó en “Cortauñas” (Hugh Keays-Byrne) y Bubba Zanetti (Geoff Parry), que ansía venganza. Max está casado con Jessie (Joanne Samuel) y tienen un hijo pequeño, su jefe de policía es Fred "Fifi" Macaffee (Roger Sala).
A finales de los setenta surgió en la semidesconocida filmografía australiana una miniola de directores que se dieron a conocer en el panorama internacional como Peter Weir, Bruce Beresford o este George Miller. Miller era doctor en medicina en Sydney (Australia), trabaja en las urgencias del hospital, allí asistió a muchas lesiones y muertes como las que aparecen en el film, esto le marcó. Se reunió con el cineasta amateur Byron Kennedy en la escuela de cine de verano en 1971, dando como fruto que los dos produjeran un cortometraje, “La violencia en el cine. Parte 1”, ganando varios premios en festivales de cine, esto fue el germen para que 8 años después los dos cineastas (Kennedy no acreditado) junto a James McCausland (cameo como el hombre con barba y delantal en la cafetería), escribieron el guión de este largometraje, este último fue el que introdujo el tema de la escasez de combustible, inspirándose en la crisis del petróleo de 1973, Miller fue el que situó el argumento en un futuro distópico, creía sería más creíble la violencia del film. Para recaudar dinero para el proyecto presentaron a productores un diseño gráfico de 40 páginas, también Kennedy y Miller trabajaron en una ambulancia (chófer Miller y enfermero Miller) durante tres meses para sacar más plata para la cinta, también metieron en la producción al hermano de George, Bill Miller (productor asociado). Tan bajo era el presupuesto que los uniformes policiales eran de cuero falso, de vinilo, solo el de Mad Max era real. La mayoría de los de la banda de malhechores moteros eran miembros de clubs auténticos australianos con sus propias motos, otras que aparecen son 14 Kawasaki KZ1000 donadas por el distribuidor local de Kawasaki. El coche de Mad Max de la persecución final es un 1973 Ford Falcon XB GT351, una edición limitada con el techo duro, modificado, sobresaliendo el motor pro el capot, en realidad solo es algo estético.
Es una cinta con un argumento nimio, escaso, débil, con una narración muy lineal, todo rezuma una cándida sencillez, falto de una mínima complejidad, un guión que parece escrito mientras se toma un café, con unos diálogos que van do lo inane a lo ridículo, con situaciones impostadas, forzadas, incomprensibles, con una construcción de personajes endeble (siendo benévolo), un protagonista sin demasiada alma, carente de fuerza, de empatía con el público, nada sabemos de él, con unos malos que resultan unos guiñoles traviesos. Me es un cortometraje estirado sin más, falto de ideas, de recursos narrativos para enganchar al espectador. Esta road-movie ansía emular al western, hace de las desoladas carreteras australianas el desierto USA, un lugar fronterizo, sin ley, donde campan a sus anchas un puñado de forajidos, que en vez de caballos montan en motos, y se enganchan al arquetipo del spagueti con la clásica historia de venganza. Quiere ser un estudio sobre la violencia atávica que anida en todos nosotros, en como somos presa de nuestros instintos básicos de tomarnos la justicia por nuestra cuenta, pues esto le queda contado de un modo muy superficial, no llega a rozarnos.
Su comienzo con una ágil persecución atrae, rodada con trepidante ritmo, presentándosenos a la patrulla policial y al héroe, pero es solo un espejismo, en cuanto acaba esta lo ordinario y su frágil entramado se despliega con una sosa historia de amor, con una exposición de traumas del protagonista chirriante,... (sigue en spoiler)
Arranca en un futuro distópico indeterminado, un tipo llamado Crawford "Nightrider" Montazano (Vincent Gil) huye a toda velocidad de la policía por una carretera desierta, se producen varios golpes de autos en la persecución, hasta que entra en la caza el agente Max Rockatansky (Mel Gibson) y su compañero Jim Goose (Steve Bisley), entonces acaba con el incendio y muerte de "Nightrider", este pertenecía a una banda de forajidos moteros liderados por Toecutter en ingles que es traducido Cortadedos, el doblaje en español lo dejó en “Cortauñas” (Hugh Keays-Byrne) y Bubba Zanetti (Geoff Parry), que ansía venganza. Max está casado con Jessie (Joanne Samuel) y tienen un hijo pequeño, su jefe de policía es Fred "Fifi" Macaffee (Roger Sala).
A finales de los setenta surgió en la semidesconocida filmografía australiana una miniola de directores que se dieron a conocer en el panorama internacional como Peter Weir, Bruce Beresford o este George Miller. Miller era doctor en medicina en Sydney (Australia), trabaja en las urgencias del hospital, allí asistió a muchas lesiones y muertes como las que aparecen en el film, esto le marcó. Se reunió con el cineasta amateur Byron Kennedy en la escuela de cine de verano en 1971, dando como fruto que los dos produjeran un cortometraje, “La violencia en el cine. Parte 1”, ganando varios premios en festivales de cine, esto fue el germen para que 8 años después los dos cineastas (Kennedy no acreditado) junto a James McCausland (cameo como el hombre con barba y delantal en la cafetería), escribieron el guión de este largometraje, este último fue el que introdujo el tema de la escasez de combustible, inspirándose en la crisis del petróleo de 1973, Miller fue el que situó el argumento en un futuro distópico, creía sería más creíble la violencia del film. Para recaudar dinero para el proyecto presentaron a productores un diseño gráfico de 40 páginas, también Kennedy y Miller trabajaron en una ambulancia (chófer Miller y enfermero Miller) durante tres meses para sacar más plata para la cinta, también metieron en la producción al hermano de George, Bill Miller (productor asociado). Tan bajo era el presupuesto que los uniformes policiales eran de cuero falso, de vinilo, solo el de Mad Max era real. La mayoría de los de la banda de malhechores moteros eran miembros de clubs auténticos australianos con sus propias motos, otras que aparecen son 14 Kawasaki KZ1000 donadas por el distribuidor local de Kawasaki. El coche de Mad Max de la persecución final es un 1973 Ford Falcon XB GT351, una edición limitada con el techo duro, modificado, sobresaliendo el motor pro el capot, en realidad solo es algo estético.
Es una cinta con un argumento nimio, escaso, débil, con una narración muy lineal, todo rezuma una cándida sencillez, falto de una mínima complejidad, un guión que parece escrito mientras se toma un café, con unos diálogos que van do lo inane a lo ridículo, con situaciones impostadas, forzadas, incomprensibles, con una construcción de personajes endeble (siendo benévolo), un protagonista sin demasiada alma, carente de fuerza, de empatía con el público, nada sabemos de él, con unos malos que resultan unos guiñoles traviesos. Me es un cortometraje estirado sin más, falto de ideas, de recursos narrativos para enganchar al espectador. Esta road-movie ansía emular al western, hace de las desoladas carreteras australianas el desierto USA, un lugar fronterizo, sin ley, donde campan a sus anchas un puñado de forajidos, que en vez de caballos montan en motos, y se enganchan al arquetipo del spagueti con la clásica historia de venganza. Quiere ser un estudio sobre la violencia atávica que anida en todos nosotros, en como somos presa de nuestros instintos básicos de tomarnos la justicia por nuestra cuenta, pues esto le queda contado de un modo muy superficial, no llega a rozarnos.
Su comienzo con una ágil persecución atrae, rodada con trepidante ritmo, presentándosenos a la patrulla policial y al héroe, pero es solo un espejismo, en cuanto acaba esta lo ordinario y su frágil entramado se despliega con una sosa historia de amor, con una exposición de traumas del protagonista chirriante,... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...con una visita de la malhechora banda de moteros a un pueblo que tiene un sentido zafio, perdiendo el sentido la historia al exhibirnos unos malos malísimos risibles, luego viene las “vacaciones” de Max, el tedio nos asola ya, para desembocar en un tramo final atropellado, apresurado, incluso anticlimático, uno se espera la mejor artillería para la conclusión, y se queda en un duelo muy7 ramplón, donde lo previsible se adueña del espectador, si acaso tiene gracia el descubrir que la idea de un film icónico de la década del 2001, no es tan original como se pudiera pensar spoiler).
Lo del futuro post-apocalíptico que nos referencian al principio es un recurso bastante chirriante, no hay nada que nos sugiera esto, no hay traumas en los personajes, no hablan de que ha pasado, solo que hay escasez de petróleo, lo de la banda de moteros gamberros es algo ya muy manido en cine sin tener que recurrir al futuro, además no tienen ni el buen gusto de ponerles un nombre. Es una cinta con nada que aportar, sin que te sorprenda, con escenas de acción pasables, persecuciones sin originalidad, golpes triviales, haciendo que el film te mueva a ninguna emoción, una historia caótica, a esto se puede sumar una música mal incrustada, demasiado intrusiva. También se puede hablar de las pésiams actuaciones, parecen recién salidos de la “Academia de Interpretación Chuck Norris”.
Curioso es que solo oímos dos veces el nombre del protagonista Max Rockatansky en esta primera entrega, en las tres restantes no se escucha, tampoco se nombra Mad Max (loco) en parte alguna de la saga, aunque si aparece con este alias en los créditos finales.
Momentos recordables, hay dos escenas que sobresalen en este pasable film, una es la recreación a posteriori de la violación de los moteros a la chica, la policía llega al lugar del crimen y encuentran al novio corriendo despavorido, sin rumbo, sin pantalones por el campo, vemos el coche de la pareja destrozado, tardamos en ver a la muchacha, entonces la vemos en posición fetal, aterrorizada y con una cadena al cuello, buena imagen del horror; El otro momento apreciable es el atropello a la mujer e hijo de Mad max, mostrado fuera de plano, donde solo vemos el flash de las motos pasar, y de pronto vemos rodar por la carretera la pelota y un zapato del niño, ingenioso.
La puesta en escena rezuma escasez de medios. Se filmó en Melbourne y poblaciones de alrededor, con la fotografía de David Eggby (“Pitch Black”), bastante luminosa, prácticamente todas las escenas son de día y con mucho sol, con algún buen fuera de plano, con panorámicas correctas, una labor sin dejar marca. La música de Brian May (“Gallipoli”),no es el guitarrista de la banda “Queen”, el director quería algo influenciado por la obra de Bernard Herrmann, sonidos góticos, le sale, como ya he dicho, algo mal colocado, que llega a estorbar por lo intrusivo.
Spoiler:
En la escena final Mad Max esposa a un villano al resto de un coche que está cerca de explotar, cínicamente le deja una sierra y le dice que tardará diez minutos en cortar las esposas y unos cinco en cortarse el pie, la explosión está muy cerca, que elija que prefiere, imposible no acordarse de la popular “Saw” (2.004), con una premisa similar, con lo que queda deslucida la supuesta originalidad de este film de terror.
Ahora voy a por la segunda parte, complicado sea peor que esta. Me resulta difícil de creer que el George Miller de esta sea el mismo de la Impresionante Mad Max de 2015, ha debido ser abducido por otra persona. Fuerza y honor!!!
Lo del futuro post-apocalíptico que nos referencian al principio es un recurso bastante chirriante, no hay nada que nos sugiera esto, no hay traumas en los personajes, no hablan de que ha pasado, solo que hay escasez de petróleo, lo de la banda de moteros gamberros es algo ya muy manido en cine sin tener que recurrir al futuro, además no tienen ni el buen gusto de ponerles un nombre. Es una cinta con nada que aportar, sin que te sorprenda, con escenas de acción pasables, persecuciones sin originalidad, golpes triviales, haciendo que el film te mueva a ninguna emoción, una historia caótica, a esto se puede sumar una música mal incrustada, demasiado intrusiva. También se puede hablar de las pésiams actuaciones, parecen recién salidos de la “Academia de Interpretación Chuck Norris”.
Curioso es que solo oímos dos veces el nombre del protagonista Max Rockatansky en esta primera entrega, en las tres restantes no se escucha, tampoco se nombra Mad Max (loco) en parte alguna de la saga, aunque si aparece con este alias en los créditos finales.
Momentos recordables, hay dos escenas que sobresalen en este pasable film, una es la recreación a posteriori de la violación de los moteros a la chica, la policía llega al lugar del crimen y encuentran al novio corriendo despavorido, sin rumbo, sin pantalones por el campo, vemos el coche de la pareja destrozado, tardamos en ver a la muchacha, entonces la vemos en posición fetal, aterrorizada y con una cadena al cuello, buena imagen del horror; El otro momento apreciable es el atropello a la mujer e hijo de Mad max, mostrado fuera de plano, donde solo vemos el flash de las motos pasar, y de pronto vemos rodar por la carretera la pelota y un zapato del niño, ingenioso.
La puesta en escena rezuma escasez de medios. Se filmó en Melbourne y poblaciones de alrededor, con la fotografía de David Eggby (“Pitch Black”), bastante luminosa, prácticamente todas las escenas son de día y con mucho sol, con algún buen fuera de plano, con panorámicas correctas, una labor sin dejar marca. La música de Brian May (“Gallipoli”),no es el guitarrista de la banda “Queen”, el director quería algo influenciado por la obra de Bernard Herrmann, sonidos góticos, le sale, como ya he dicho, algo mal colocado, que llega a estorbar por lo intrusivo.
Spoiler:
En la escena final Mad Max esposa a un villano al resto de un coche que está cerca de explotar, cínicamente le deja una sierra y le dice que tardará diez minutos en cortar las esposas y unos cinco en cortarse el pie, la explosión está muy cerca, que elija que prefiere, imposible no acordarse de la popular “Saw” (2.004), con una premisa similar, con lo que queda deslucida la supuesta originalidad de este film de terror.
Ahora voy a por la segunda parte, complicado sea peor que esta. Me resulta difícil de creer que el George Miller de esta sea el mismo de la Impresionante Mad Max de 2015, ha debido ser abducido por otra persona. Fuerza y honor!!!
18 de marzo de 2021
18 de marzo de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contiene elementos de películas que en cierto modo sí me gustaron en su día (por la delirante puesta en escena de las secuencias de los antagonistas se pueden establecer paralelismos con filmes como 'Naranja mecánica', 'La última casa a la izquierda', las justicieras de Bronson o la posterior 'Cobra, el brazo fuerte de la ley': en todas ellas estos son brutales, desalmados, con la apariencia de estar drogados e integrar más de un cuadro psíquico de gravedad inamovible) pero esta, al igual que algunas otras personas la he encontrado cutre, aburrida, incoherente (a la mujer de Gibson la atacan y tienen la moral intacta para irse a una escapada como si nada) y rematadamente mala. La ausencia de matices en los colgados agresores confirma lo último, ni siquiera es un espectáculo bizarro con la capacidad de sumergir al espectador. Y como película de acción no se sostiene: la empatía hasta con el propio Gibson es escasa y la película trata de exhibir una apariencia agresiva cuando en realidad solo es eso, un truco para engañar al espectador al que se le ve demasiado el plumero. Pues eso, cutre.
24 de noviembre de 2019
24 de noviembre de 2019
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí es una buena película. Una película que, con economía de medios, narra una historia sencilla y violenta centrada en unos pocos personajes. Una historia contada un poco a la manera del western clásico, cambiando los desiertos del valle de la muerte por las carreteras de Australia y los caballos por coches y motos.
Sin embargo no es necesario ser un entusiasta de las carreras ni de los coches para apreciar esta película. A cualquiera que le hayan gustado películas como "Centauros del desierto" ("The searchers"), "El jinete pálido" o "Grupo Salvaje", probablemente le gustará también ésta.
Sin embargo no es necesario ser un entusiasta de las carreras ni de los coches para apreciar esta película. A cualquiera que le hayan gustado películas como "Centauros del desierto" ("The searchers"), "El jinete pálido" o "Grupo Salvaje", probablemente le gustará también ésta.
2 de mayo de 2025
2 de mayo de 2025
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ser una película de culto, a veces te hace olvidarte de todos los fallos que tiene, puesto que en tu ideario se queda solo lo bueno.
En este caso, Mad Max es eso, una película que en tu imaginario es una maravilla, pero que al verla desde una perspectiva actual, se hace bastante complicada.
No por los aspectos técnicos, que están muy bien logrados y aguantan muy bien el paso del tiempo, se nota mucho la artesanía y no hay nada que realmente cante.
Simplemente, ha sido la sensación de esperar en todo momento lo que todos tenemos en la cabeza, coches por el desierto, y no quedarse saciado y sobrar tantos aspectos que te sacan y te hacen que sea muy lento todo.
Pero bueno, a veces pasa y no pasa nada. Por mi parte he hecho el ejercicio de ver toda la saga del tirón, en 2025, y podría decir que esta queda en cuarta posición.
En este caso, Mad Max es eso, una película que en tu imaginario es una maravilla, pero que al verla desde una perspectiva actual, se hace bastante complicada.
No por los aspectos técnicos, que están muy bien logrados y aguantan muy bien el paso del tiempo, se nota mucho la artesanía y no hay nada que realmente cante.
Simplemente, ha sido la sensación de esperar en todo momento lo que todos tenemos en la cabeza, coches por el desierto, y no quedarse saciado y sobrar tantos aspectos que te sacan y te hacen que sea muy lento todo.
Pero bueno, a veces pasa y no pasa nada. Por mi parte he hecho el ejercicio de ver toda la saga del tirón, en 2025, y podría decir que esta queda en cuarta posición.
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