Alcarràs
6.7
14,830
3 de mayo de 2022
3 de mayo de 2022
21 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carla Simón sorprendió a propios y a extraños hace ya cinco años con su "Estiu 1993", película que la colocó en la mayoría de listas de directoras jóvenes, con muchísimo talento, a las que seguir la pista dentro del panorama nacional.
Ahora nos trae su nueva película, Alcarràs, donde creo que demuestra que la jovencísima directora catalana es una completa realidad ya a día de hoy y que está más que lista para traspasar todas las fronteras que se le pongan por delante (como bien demuestra el oso de Berlín que acaba de ganar, dicho sea de paso).
En mi opinión, Alcarràs es la demostración del perfeccionamiento de la misma fórmula que ya usó en Estiu 1993 elevándola a la enésima potencia. Carla, que escribe y dirige, vuelve a contarnos una historia con claro aroma a recuerdo de su infancia (Apostaría que su alter ego dentro de la cinta es Mariona) y cuya historia versa sobre ese mundo rural que está condenado a desaparecer para caer en las manos de las grandes multinacionales que no van a dudar en apretar y aprovecharse de cualquier resquicio legal para controlar todo lo que aún no está bajo su red.
La película es un retrato sobre la dignidad de esa gente que no quiso conformarse y rendirse sin luchar; y que siguió trabajando duro, día tras día, buscando una salida. Con una perseverancia tremenda.
La cámara refleja todo esto con una naturalidad y un realismo aterrador. Da la sensación que es como si te trasladara a esa casa de "pagesos" y estuviéramos viviendo allí con ellos, como uno más en la mesa. Y, por si esto no fuese poco, todo lo lleva a cabo contando con un montón de actores no profesionales que uno se pregunta cómo es posible que no sean profesionales haciéndolo tan absolutamente bien. Te crees que forman parte de la misma familia desde el primer momento. Las rencillas internas, el amor que se desprende de las miradas, y las formas cómo van interactuando e interrelacionándose están tan llenas de verdad que me cuesta creer que no tengan ningún tipo de parentesco.
Por otra parte, además de ese retrato de la "pagesia", Carla Simón nos entrega una preciosa carta de amor a la infancia. Y no una infancia idealizada, sino una con claros visos de realismo. El guion nos habla de esos niños que aún son ajenos a todo lo que ocurre y que solo piensan en divertirse y ser felices. Es tal el amor que muestra la realizadora catalana en sus planos que es imposible no caer rendido ante esos críos y acabar por reírse con ellos viendo sus ocurrencias. Ese retrato tan certero sobre cómo la ingenuidad de la infancia tapa casi cualquier cosa (o la convierte en un juego) es, simplemente, precioso.
Poco más que añadir; si os gustó Estiu 1993 ya sabéis a qué venís aquí y creo que os vais a enamorar de nuevo del cine de Carla Simón. Si no la habéis visto debéis saber que estamos hablando de dos películas muy centradas en el realismo. De ritmo claramente contemplativo y pausado. Por muy buenas que sean las notas medias y las críticas tened en cuenta que este tipo de películas son esas que igual que amas, puedes odiar. No dejan mucho espacio al término medio. Pero, en cualquier caso, si os gusta este tipo de cine.... solo puedo deciros que esta película es maravillosa.
Ahora nos trae su nueva película, Alcarràs, donde creo que demuestra que la jovencísima directora catalana es una completa realidad ya a día de hoy y que está más que lista para traspasar todas las fronteras que se le pongan por delante (como bien demuestra el oso de Berlín que acaba de ganar, dicho sea de paso).
En mi opinión, Alcarràs es la demostración del perfeccionamiento de la misma fórmula que ya usó en Estiu 1993 elevándola a la enésima potencia. Carla, que escribe y dirige, vuelve a contarnos una historia con claro aroma a recuerdo de su infancia (Apostaría que su alter ego dentro de la cinta es Mariona) y cuya historia versa sobre ese mundo rural que está condenado a desaparecer para caer en las manos de las grandes multinacionales que no van a dudar en apretar y aprovecharse de cualquier resquicio legal para controlar todo lo que aún no está bajo su red.
La película es un retrato sobre la dignidad de esa gente que no quiso conformarse y rendirse sin luchar; y que siguió trabajando duro, día tras día, buscando una salida. Con una perseverancia tremenda.
La cámara refleja todo esto con una naturalidad y un realismo aterrador. Da la sensación que es como si te trasladara a esa casa de "pagesos" y estuviéramos viviendo allí con ellos, como uno más en la mesa. Y, por si esto no fuese poco, todo lo lleva a cabo contando con un montón de actores no profesionales que uno se pregunta cómo es posible que no sean profesionales haciéndolo tan absolutamente bien. Te crees que forman parte de la misma familia desde el primer momento. Las rencillas internas, el amor que se desprende de las miradas, y las formas cómo van interactuando e interrelacionándose están tan llenas de verdad que me cuesta creer que no tengan ningún tipo de parentesco.
Por otra parte, además de ese retrato de la "pagesia", Carla Simón nos entrega una preciosa carta de amor a la infancia. Y no una infancia idealizada, sino una con claros visos de realismo. El guion nos habla de esos niños que aún son ajenos a todo lo que ocurre y que solo piensan en divertirse y ser felices. Es tal el amor que muestra la realizadora catalana en sus planos que es imposible no caer rendido ante esos críos y acabar por reírse con ellos viendo sus ocurrencias. Ese retrato tan certero sobre cómo la ingenuidad de la infancia tapa casi cualquier cosa (o la convierte en un juego) es, simplemente, precioso.
Poco más que añadir; si os gustó Estiu 1993 ya sabéis a qué venís aquí y creo que os vais a enamorar de nuevo del cine de Carla Simón. Si no la habéis visto debéis saber que estamos hablando de dos películas muy centradas en el realismo. De ritmo claramente contemplativo y pausado. Por muy buenas que sean las notas medias y las críticas tened en cuenta que este tipo de películas son esas que igual que amas, puedes odiar. No dejan mucho espacio al término medio. Pero, en cualquier caso, si os gusta este tipo de cine.... solo puedo deciros que esta película es maravillosa.
29 de abril de 2022
29 de abril de 2022
8 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Carla Simón ya demostró su talento en su primer largometraje, "Verano 1993 (2017)" en donde la joven cineasta española, que estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona, nos presentó una historia familiar dramática muy bien filmada y que logró emocionar a muchos espectadores por la sencillez y naturalidad con la que se movían sus personajes, en especial la niña protagonista. Tenía muchas expectativas en poder ver su segundo largometraje, y hemos tenido que esperar más tiempo del deseado por culpa, entre otras cosas, de la pandemia, pero también de que la cineasta catalana se toma las cosas con calma, cuidando al máximo todos los detalles, para que el resultado final sea apreciado por los que buscamos un cine diferente, cercano al cine de autor.
"Alcarrás" se presentó en la pasada edición del Festival de cine de Berlín, en donde logró el Oso de oro a la mejor película, en lo que supone un logro para el cine español 39 años después de que "La colmena (1982)" de Mario Camus ganara ese mismo galardón. Posteriormente la película se proyectó fuera de concurso en el Festival de Málaga, en el mismo escenario en donde se dio a conocer su ópera prima hace 5 años, y también se ha podido ver en el D´A de Barcelona un día antes de su estreno en las salas comerciales españolas.
La película, que vuelve a tener un tono autobiográfico al igual que la ópera prima de Carla Simón, tiene como punto de partida un prólogo con dos escenas, la primera que tiene como protagonistas a una niña y dos niños que se encuentran en el interior de un coche y otra que se desarrolla en el interior de la casa familiar en donde Rogelio es agobiado por sus progenitores para que encuentre unos documentos antiguos relacionados con las tierras.
A partir de aquí la historia, que se desarrolla de manera lineal y en un corto espacio temporal, nos cuenta el día a día de los diferentes miembros de esa familia, con personas de diferentes generaciones e inquietudes, que viven de las tierras y la agricultura, sin centrarse en uno en concreto, sino dando el tiempo necesario a cada uno de ellos que nos permita conocer cuál es su vida diaria y el posicionamiento, y todo ello en un caluroso verano en la localidad leridana que da título al proyecto.
El proyecto consigue mantener el interés en sus dos horas de duración gracias a diferentes factores. El primero es que hay un avance en las diferentes tramas, y ese desarrollo argumental se hace de manera natural sin necesidad de acudir a grandes giros ni a situaciones de difícil credibilidad, con un guion bastante bien trabajado, y que consigue hacer ameno un tema que a priori puede resultar aburrido.
El segundo aspecto positivo es la dirección de Carla Simón, que sabe presentar cada una de las escenas de manera brillante, con un estilo propio que entiendo pueda tener sus detractores, pero que a nivel personal me convence esa sencillez y naturalidad en cada de uno de los movimientos de los personajes pese a que dedica tiempo a filmar cada escena (lo que parece una contradicción, pero en esta película son cosas compatibles).
Por último, me gustaría destacar el gran trabajo en la dirección de fotografía por parte de Daniela Cajías, ganadora del Goya por "Las niñas (2020)", que retrata muy bien la esencia de esa zona rural, logrando captar muy bien la luz natural de Alcarrás y sus alrededores.
También me parece un acierto la ausencia casi total de música, y cuenta con un excelente trabajo de los técnicos de sonido responsables de que escuchemos los sonidos de la naturaleza de ese lugar.
Dejo para el final a las interpretaciones, lo que no quiere decir que sean malas, sino que no me parece lo más destacado de la película. Hay un gran trabajo del equipo de casting, a la hora de seleccionar esos intérpretes no profesionales, que están creíbles y encajan muy bien en el tipo de historia que nos quiere contar Carla Simón. Si hay uno que destaca por encima del resto ese es Jordi Pujol Dolcet, que interpreta a Quimet, en un gran trabajo dramático que bien podría optar a la nominación al Goya 2023 en la categoría de actor revelación.
La directora ha puesto Alcarrás en el mapa, gracias en parte al éxito en Berlín de la película, con un número de salas superior al habitual en una película que en principio se supone va dirigida a un público minoritario aficionado a esas películas familiares que se desarrollan a un ritmo lento. Ojalá todo ello sirva para que este proyecto atraiga a las salas a un público diferente al habitual, y creo que pueden salir satisfechos teniendo en cuenta que aborda un tema de actualidad con el que mucha gente se puede sentir identificados, que hay muchos personajes entrañables, en especial los de Rogelio y su hijo Quimet, y que tiene las dosis de humor necesaria para mantener la atención del espectador.
LO MEJOR: La sencillez de la historia y naturalidad con la que se mueven los personajes gracias al trabajo de Carla Simón. La dirección de fotografía de Daniela Cajías.
LO PEOR: La pérdida de protagonismo del personaje de Rogelio en la segunda mitad.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en http://www.filmdreams.net
"Alcarrás" se presentó en la pasada edición del Festival de cine de Berlín, en donde logró el Oso de oro a la mejor película, en lo que supone un logro para el cine español 39 años después de que "La colmena (1982)" de Mario Camus ganara ese mismo galardón. Posteriormente la película se proyectó fuera de concurso en el Festival de Málaga, en el mismo escenario en donde se dio a conocer su ópera prima hace 5 años, y también se ha podido ver en el D´A de Barcelona un día antes de su estreno en las salas comerciales españolas.
La película, que vuelve a tener un tono autobiográfico al igual que la ópera prima de Carla Simón, tiene como punto de partida un prólogo con dos escenas, la primera que tiene como protagonistas a una niña y dos niños que se encuentran en el interior de un coche y otra que se desarrolla en el interior de la casa familiar en donde Rogelio es agobiado por sus progenitores para que encuentre unos documentos antiguos relacionados con las tierras.
A partir de aquí la historia, que se desarrolla de manera lineal y en un corto espacio temporal, nos cuenta el día a día de los diferentes miembros de esa familia, con personas de diferentes generaciones e inquietudes, que viven de las tierras y la agricultura, sin centrarse en uno en concreto, sino dando el tiempo necesario a cada uno de ellos que nos permita conocer cuál es su vida diaria y el posicionamiento, y todo ello en un caluroso verano en la localidad leridana que da título al proyecto.
El proyecto consigue mantener el interés en sus dos horas de duración gracias a diferentes factores. El primero es que hay un avance en las diferentes tramas, y ese desarrollo argumental se hace de manera natural sin necesidad de acudir a grandes giros ni a situaciones de difícil credibilidad, con un guion bastante bien trabajado, y que consigue hacer ameno un tema que a priori puede resultar aburrido.
El segundo aspecto positivo es la dirección de Carla Simón, que sabe presentar cada una de las escenas de manera brillante, con un estilo propio que entiendo pueda tener sus detractores, pero que a nivel personal me convence esa sencillez y naturalidad en cada de uno de los movimientos de los personajes pese a que dedica tiempo a filmar cada escena (lo que parece una contradicción, pero en esta película son cosas compatibles).
Por último, me gustaría destacar el gran trabajo en la dirección de fotografía por parte de Daniela Cajías, ganadora del Goya por "Las niñas (2020)", que retrata muy bien la esencia de esa zona rural, logrando captar muy bien la luz natural de Alcarrás y sus alrededores.
También me parece un acierto la ausencia casi total de música, y cuenta con un excelente trabajo de los técnicos de sonido responsables de que escuchemos los sonidos de la naturaleza de ese lugar.
Dejo para el final a las interpretaciones, lo que no quiere decir que sean malas, sino que no me parece lo más destacado de la película. Hay un gran trabajo del equipo de casting, a la hora de seleccionar esos intérpretes no profesionales, que están creíbles y encajan muy bien en el tipo de historia que nos quiere contar Carla Simón. Si hay uno que destaca por encima del resto ese es Jordi Pujol Dolcet, que interpreta a Quimet, en un gran trabajo dramático que bien podría optar a la nominación al Goya 2023 en la categoría de actor revelación.
La directora ha puesto Alcarrás en el mapa, gracias en parte al éxito en Berlín de la película, con un número de salas superior al habitual en una película que en principio se supone va dirigida a un público minoritario aficionado a esas películas familiares que se desarrollan a un ritmo lento. Ojalá todo ello sirva para que este proyecto atraiga a las salas a un público diferente al habitual, y creo que pueden salir satisfechos teniendo en cuenta que aborda un tema de actualidad con el que mucha gente se puede sentir identificados, que hay muchos personajes entrañables, en especial los de Rogelio y su hijo Quimet, y que tiene las dosis de humor necesaria para mantener la atención del espectador.
LO MEJOR: La sencillez de la historia y naturalidad con la que se mueven los personajes gracias al trabajo de Carla Simón. La dirección de fotografía de Daniela Cajías.
LO PEOR: La pérdida de protagonismo del personaje de Rogelio en la segunda mitad.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en http://www.filmdreams.net
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película es un drama, pero está salpimentada de unos toques de humor que funcionan bastante bien, y que nos ayudan a llevar mejor esas disputas familiares, la vida diaria de los más pequeños que disfrutan de sus vacaciones de verano, o ese adolescente luchador y con principios que es quizás el personaje mejor desarrollado. La película introduce poco a poco esas reivindicaciones de los trabajadores del campo, que cada vez tienen más difícil vivir de ello, en un tema que está de ardiente actualidad como el de unos precios más justos por su duro trabajo (suben los costes de la producción y las maquinarias y cada vez les pagan menos por lo recogido en sus tierras, y ese asunto se aborda de manera progresiva pasando a ser uno de los puntos fuertes de la película en la parte final, y se hace sin entrar en partidismo sino exponiendo la realidad actual, con la familia Solé como espejo en el que se pueden mirar muchas personas que malviven en la llamada España vaciada.
1 de mayo de 2022
1 de mayo de 2022
7 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alcarràs está dirigida por Carla Simón y se sitúa en el pueblo de Lleida, donde la familia Solé planta una gran extensión de melocotoneros. Por desgracia, será su última cosecha, pues no había nada firmado en sus tierras. Los seguiremos a todos ellos, desde el padre y la madre (Jordi Pujol Dolcet y Anna Otín), hasta sus hijos (Albert Bosch, Xenia Roset y Ainet Jounou). Con ellos caminaremos, sufriremos y veremos cómo se desmoronan ante el inminente cambio que se avecina. El abuelo, la abuela, los tíos, los primos, todos ellos cosechan allí desde hace 80 años, por lo que la pérdida, la memoria y los nervios están a flor de piel. Sobre todo en el padre, quien se niega a adaptarse a los nuevos tiempos (placas solares, etc) y se aferra a la cosecha.
ALCARRÀS no es una película para amantes de la acción ni de ritmos frenéticos. Narra la vida de toda una familia, de una situación social, de la dureza de la cosecha y de las aspiraciones de una serie de personas que asisten a su último año juntos. Por ende, las situaciones que se dan son muy cuotidianas, en ocasiones disfrutando de la felicidad de la juventud, de su adolescencia, de cómo ven los problemas de los mayores. A su vez, también sufrimos por sus padres y abuelos, quiene han de lidiar con traiciones y el advenimiento de un futuro al que se resisten. Todo ello condensado en dos horas de buen cine que, lógicamente, no muchos serán capaces de disfrutar.
En definitiva, ALCARRÀS es una joyita del cine español que no ha pasado desapercibido y ha logrado un Oso de Oro nada desdeñable. Carla Simón tiene licencia para dirigir lo que quiera a estas alturas y no defrauda en absoluto. Cine en mayúsculas, el que muestra, el que retrata la vida de una familia con una naturalidad implacable. Blockbusterianos, alejaos de ella; el resto de amantes del cine de calidad, no os la perdáis.
ALCARRÀS no es una película para amantes de la acción ni de ritmos frenéticos. Narra la vida de toda una familia, de una situación social, de la dureza de la cosecha y de las aspiraciones de una serie de personas que asisten a su último año juntos. Por ende, las situaciones que se dan son muy cuotidianas, en ocasiones disfrutando de la felicidad de la juventud, de su adolescencia, de cómo ven los problemas de los mayores. A su vez, también sufrimos por sus padres y abuelos, quiene han de lidiar con traiciones y el advenimiento de un futuro al que se resisten. Todo ello condensado en dos horas de buen cine que, lógicamente, no muchos serán capaces de disfrutar.
En definitiva, ALCARRÀS es una joyita del cine español que no ha pasado desapercibido y ha logrado un Oso de Oro nada desdeñable. Carla Simón tiene licencia para dirigir lo que quiera a estas alturas y no defrauda en absoluto. Cine en mayúsculas, el que muestra, el que retrata la vida de una familia con una naturalidad implacable. Blockbusterianos, alejaos de ella; el resto de amantes del cine de calidad, no os la perdáis.
4 de mayo de 2022
4 de mayo de 2022
7 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película realizada por Carla Simón, que narra una historia universal que se puede degustar en cualquier parte del mundo, no en vano habla de problemas consustanciales con el ser humano, la tierra donde vive y de la que se nutre y de aspectos humanos tan importantes como el sentido de la pertenencia, la lealtad, la dignidad, el amor familiar, los cambios derivados del "Progreso"...
Todo ello mostrado de forma, primero, muy entretenida, segundo interesante y tercero formativa.
Simón dirige a sus intérpretes, ¡ojo! ninguno profesional, de forma magnífica, logrando que algo tan necesario como "la verdad",transmitiéndonosla de forma clara, inteligible, sin aristas filosóficas ni surrealistas, sino siempre sustentadas por una realidad inmisericorde, no exenta de momentos de sano humor, con algunos diálogos chispeantes que hacer relucir la sonrisa del espectador, resultando por ello en todo momento creíble.
Une a la perfección los momentos íntimos familiares con los más dinámicos como la manifestación, las fiestas del pueblo, la sala de baile...
Luminosa, siempre bella, con un magnífico sonido, una dirección pulcra y sentida, logra involucrar al espectador en un mundo digno, donde se muestra el denodado esfuerzo por vivir en paz con la tierra que se pisa, mostrando una honestidad a prueba de balas.
Una vez finalizada su hipnótica visión, nos quedarán para siempre escenas tiernas como los juegos de los niños y el esfuerzo y dolor de los mayores por conservar un mundo que se les escapa.
Para mi gusto, portentosa en su difícil sencillez, me ha convencido en todas sus propuestas.
https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Todo ello mostrado de forma, primero, muy entretenida, segundo interesante y tercero formativa.
Simón dirige a sus intérpretes, ¡ojo! ninguno profesional, de forma magnífica, logrando que algo tan necesario como "la verdad",transmitiéndonosla de forma clara, inteligible, sin aristas filosóficas ni surrealistas, sino siempre sustentadas por una realidad inmisericorde, no exenta de momentos de sano humor, con algunos diálogos chispeantes que hacer relucir la sonrisa del espectador, resultando por ello en todo momento creíble.
Une a la perfección los momentos íntimos familiares con los más dinámicos como la manifestación, las fiestas del pueblo, la sala de baile...
Luminosa, siempre bella, con un magnífico sonido, una dirección pulcra y sentida, logra involucrar al espectador en un mundo digno, donde se muestra el denodado esfuerzo por vivir en paz con la tierra que se pisa, mostrando una honestidad a prueba de balas.
Una vez finalizada su hipnótica visión, nos quedarán para siempre escenas tiernas como los juegos de los niños y el esfuerzo y dolor de los mayores por conservar un mundo que se les escapa.
Para mi gusto, portentosa en su difícil sencillez, me ha convencido en todas sus propuestas.
https://filmsencajatonta.blogspot.com/
5 de mayo de 2022
5 de mayo de 2022
7 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ciertamente que la película ha generado muchas expectativas. Y de ella se podrá decir muchas cosas: emocionante, naturalidad, singularidad.... Yo quisiera hacer hincapié en el hecho de que se nos cuenta una historia con las imágenes.
Nadie nos explica lo que está pasando, más allá de lo imprescindible (el contrato firmado). Como auténticos "voyeurs" nos colamos en can Solé y vamos viendo a la familia y vamos entendiendo lo que pasa y cómo lo pasan. Como un rompecabezas vamos colocando las piezas en el puzzle de imágenes que la directora nos sirve.
Los actores son un elemento imprescindible en la historia puesto que son parte de la misma tierra y de la misma historia. En su elección también hay una parte de genialidad de la directora de la película.
Hay que saber mucho de algún cine para conseguir tanta historia con tan pocas palabras y tanta emoción.
La recomiendo para disfrutar del cine y descubrir otras maneras de vivir la vida, a pesar de todo.
Nadie nos explica lo que está pasando, más allá de lo imprescindible (el contrato firmado). Como auténticos "voyeurs" nos colamos en can Solé y vamos viendo a la familia y vamos entendiendo lo que pasa y cómo lo pasan. Como un rompecabezas vamos colocando las piezas en el puzzle de imágenes que la directora nos sirve.
Los actores son un elemento imprescindible en la historia puesto que son parte de la misma tierra y de la misma historia. En su elección también hay una parte de genialidad de la directora de la película.
Hay que saber mucho de algún cine para conseguir tanta historia con tan pocas palabras y tanta emoción.
La recomiendo para disfrutar del cine y descubrir otras maneras de vivir la vida, a pesar de todo.
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