Hay una cosa que es innegable a Hayao Miyazaki y al estudio Ghibli: saben crear películas mágicas. Los mundos que vemos en sus películas son realmente bellos y llenos de vida y fantasía. El caso de "El castillo ambulante" no es diferente.

Además de una delicia para los ojos, esta obra de Miyazaki en persona cuenta como principal virtud con sus personajes. Es difícil quedarse con uno, porque todos consiguen atrapar al público.

Aún así, la historia que cuenta en esta película Miyazaki es un lío. Está mal contada, está llena de incongruencias y de acontecimientos sin sentido. Es una pena porque empaña un precioso universo nuevamente creado por Ghibli.

De las películas del justamente reputado Miyazaki es esta la más floja de las que yo he visto. Con un argumento, una vez más, barroco, lleno de épica y aventura en una constante subversión de la cotidianiedad real viajando a paralelos mundos fantásticos, se construye una obra tan prolija como, a veces, algo embarullada, por no decir poco comprensible. Miyazaki se quiere adornar demasiado y salvo su arranque y pequeños golpes geniales esta animación para adultos se queda muy en el aire.
"El castillo ambulante" es una fábula mágica envuelta en la complementación de los extremos que tanto gusta al japonés: ancianidad/juventud, Realidad/Fantasía, Cotidianiedad/Surrealismo. En un ambiente bélico, Miyazaki crea un reino tiránico repleto de seres encantados, hechizos, embrujos, pócimas y singulares personajes. Es demasiado abigarrada para seguir una línea argumental de forma apasionada y apasionante y su metáfora final, hermosa, de la prevalencia del corazón de los hombres sobre el alma de las guerras, no la redimen de una latente irregularidad. Para Miyazaki, eso sí y como para tantos de nosotros, la fantasía y la imaginación es la única forma de evasion y de soportar la terrible y cada día más asquerosa realidad que nos envuelve. Basada en la novela de Diana Wynne Jones.

Todos creerán que Cuentos de Terramar es plana, pero para mi esta es la película de todo Ghibli que no tiene ni el más mínimo sentido de donde ir.

Para empezar como esta de que Sophie tiene un hechizo y luego no nota que se vuelve adolescente de nuevo, vean el siguiente punto en los spoilers; el perrito que fue enviado también fue puro relleno para así evitar que la reina tuviera más participación ya que se quedo parte de la película viendo lo que hacían los personajes y Howl dios ni que decir de el.

La he visto por una recomendación, pero desde luego que el anime japonés no es un género que me guste y esta película no fue una excepción.

Dentro de que es una película de dibujos animados y se que todo es ficción esta se excede siendo tremendamente irreal, con una historia que no me convence, no me atrapa y además se me hace excesivamente larga.

No dudo que sea una buena película para quien les guste este género, la música ambienta muy bien la película, pero como he dicho, esto no es para mi.

Lo cierto es que el inicio y la primera mitad de este largometraje de animación japonés son deslumbrantes y te dejan absolutamente apabullado, preguntándote qué hacías tú hasta ahora sin conocer esta maravilla.

Porque menudos fondos, qué cuidado en todos los detalles, qué belleza.Y qué historia más sugerente y más repleta de valores humanos es la que te plantean. Y si bien a partir del viaje de vuelta desde el Palacio Real, el ritmo decae un poco, no es menos cierto que tras la majestuosa grandeza del inicio era muy difícil mantener el listón y que en su tramo final la peli vuelve a ser algo excelso.

Y que es esta una cinta totalmente recomendable, en la que junto a la magistral factura técnica hay muchísima ternura, magia y grandeza. Y es muy bonito, por ejemplo, el detalle de los cambios físicos que experimenta la protagonista en función de lo que le pasa y según va avanzando la aventura.