Esos escenarios torcidos, y esas interpretaciones exageradas, obra cumbre del expresionismo alemán son simplemente geniales. Además la narración en forma de flash back es brutalmente innovadora.

La película tiene 100 añosy me parece una maravilla.

Película más representante del movimiento conocido como expresionismo alemán, presentando escenarios deformados, actuaciones exageradas, variedad de los colores mostrados dependiendo del momento del día, una música inquietante que no cesa en ningún momento, etc. La película, a pesar de tener poco más de un siglo a sus espaldas, en muchas escenas consigue generar tensión y miedo en el espectador a través del gran personaje de Cesare e incluso del doctor Caligari, acompañados perfectamente por una espectacular y inquietante música que acompaña perfectamente al film. Como ya he mencionado, las actuaciones aquí son exageradas, pero son sorprendentemente buenas, el doctor Caligari y su ayudante Cesare son personajes que infunden intriga, terror, y algo más importante que el miedo, el desconocimiento. Los decorados llaman mucho la atención por sus increíbles estructuras, y a pesar del surrealismo de los escenarios, hacen que queden estéticamente bien a lo largo de la película. El único pero que se le puede poner son los diálogos, muchos están durante una cantidad excesiva de tiempo en pantalla y en ciertos momentos puede cortar un poco la tensión del momento, pero eso es lo único destacable como malo. Por lo demás, es una obra maestra y una joya del cine alemán.

Ver la película fue ser espectador de una forma de hacer cine diferente, la estética me "impactó" aunque el guión llega a un desenlace que para la época era una vuelta de tuerca.

Los personajes son bien interpretados y aunque se trata de una película sin diálogos sonoros, es desde lo gestual donde se capta la atención del espectador, como una especie de antecedente de la mímica.

Si todo lo que ves no te sacude y no viste la película, es una buena oportunidad para ser espectador de una estética que atrapa.

Visto hoy, el cine mudo nos resulta de lo más curioso e incluso puede que un tanto cómico, con esos textos y esas actuaciones tan exageradas.
Sin embargo, no se puede pasar por alto lo novedosa que fue El gabinete del Doctor Caligari en su momento, y su aún vigente calidad como máxima exponente del expresionismo alemán y como una de las películas más originales y llamativas de la historia del cine. Aún hoy sacude y sorprende al espectador con su técnica, sus personajes y su concepción del horror, tan avanzada para su época y para cualquier época.
Hay que verla. Imprescindible para el que se quiera llamar cinéfilo.

A un pueblo alemán en fiestas llega Caligari y su espectáculo, el misterioso y sonámbulo Cesare, una especie de golem/muerto viviente que solo despierta durante el espectáculo para predecir la muerte de los asistentes gracias a su supuesta capacidad para ver pasado y futuro.

Cuando las predicciones de Cesare se van cumpliendo, Francis, nuestro caballeroso protagonista se pondrá en marcha para confirmar si Caligari y su criatura tienen algo que ver.

Es sorprendente el ritmo y capacidad de la película para mantener nuestro interés en todo momento. Muchas películas antiguas se recomiendan para disfrutar de planos de vanguardia en su momento, decorados, actuaciones, música... aunque su visionado resulte aburrido, añejo y poco satisfactorio en su totalidad, no es el caso de este film. Sí, puede verse la película como uno de esos exponentes del expresionismo alemán, disfrutar de sus decorados y ambientación... pero no solo de eso, sino de la historia y del guion como si de una película actual se tratara. Queremos saber quien es el asesino que alimenta las pesadillas del pueblo en un guion redondo que no llega a 80 minutos de ritmo y arte.

¿Francis por el amor de una mujer y que ha encontrado la oportunidad de encontrar un chivo expiatorio? ¿Caligari utilizando a un Cesare sin voluntad? ¿Cesare escapando de la mirada controladora de su dueño? ¿Algún otro desconocido natural del pueblo que tiene la oportunidad de desviar la atención a esos extraños monstruos de feria extranjeros?

Y entonces llegamos al final, una genialidad impropia de 1920 y adelantada a su época varias décadas. Pura historia del cine.