Troya
6.6
85,785
Aventuras. Acción. Romance
En el año 1193 A.C. el joven Paris (Orlando Bloom), hijo de Príamo y príncipe de Troya, rapta a su amada Helena (Diane Kruger), esposa de Menelao, el rey de Esparta, lo que desencadena la Guerra de Troya, en la que se enfrentan griegos y troyanos. Comienza entonces el asedio de la ciudad de Troya por parte del ejército griego, que duraría más de diez años. Aquiles (Brad Pitt) era el gran héroe de los griegos, mientras Héctor (Eric ... [+]
3 de enero de 2008
3 de enero de 2008
10 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película de Wolfgang Petersen se benefició de tantas circunstancias favorables como desventajas a la hora de ponerla en práctica, por un lado el efecto “Gladiador” ofreció la posibilidad de ampliar horizontes comerciales hacia un cine que parecía desaparecido, por otro el resultado económico debería estar acorde a la inversión y por lo tanto estaba obligada a obtener unos buenos beneficios. La mano del director supo aunar espectáculo al lado de una interesante historia, noble y sin endulzar, razonando las causas y motivaciones de sus personajes, tomándose su tiempo y dando grandes dosis de genialidad artística. Si para entonces ya estábamos acostumbrados a las batallas (Braveheart, Gladiador) “Troya” nos envolvió dentro de los límites épicos de la leyenda por lo que Petersen tuvo tiempo para tomarse sus licencias personales basadas en la “Illiada” de Homero. “Troya” regresó recientemente con una nueva versión que incluía 30 minutos más de metraje, que si bien no cambiaban la historia de manera radical, sí que la acentuaba en sus aspectos más violentos, enardeciendo y dando más cuerpo a las historias de sus principales protagonistas. Nos queda así un film de estudio meticulosamente trazado en el que no falta el espectáculo como arma principal. Sus bazas fundamentales, están no obstante cimentadas sobre los papeles de Brad Pitt (Aquiles) y Eric Bana (Hector), oscureciendo y pasando por encima de la historia entre Helena y Paris que es sin embargo el hilo que da argumento al objeto de lo sucedido. A pesar de todo es la personalidad y el choque interpretativo entre Pitt y Bana lo que mejor funciona en el film. Con una música muy criticada y que a mi se me asemeja a los grandes clásicos con una mezcla moderna, bastante más apropiada de lo que se ha criticado. Un gran film de aventuras que propone toda serie alicientes propios del género.
9 de julio de 2007
9 de julio de 2007
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal como digo antes, la película en sí está bien. Se basa en una de las leyendas épicas más famosas de todos los tiempos: la caída de Troya. Pero, como suele pasar, el enfoque que le dan no es el más acertado para convertirla en obra maestra.
Para empezar, tenemos a un Orlando Bloom desempeñando un papel que roza lo patético, al que le queda demasiado grande toda esta historia. Y el papel de Helena está muy desaprovechado. Te los ponen como una parejita feliz y demasiado ingenua (no sé por qué, no terminan de cuajar) que montan todo el pollo de una forma penosa.
Luego, ese Menelao (el marido de Helena), rey de Esparta, y Agamenón, hermano del rey, puajjjj... No me puedo creer que Helena, una chica tan joven, guapa y fina, conviviera con ese tipo repugnante sin morirse de asco. No pegan ni con cola.
Por supuesto, Aquiles (Brad Pitt) tenía que ser el personaje estrella, tan cachas, un soldado mercenario que va al sol que más calienta y que hace lo que le sale del alma pasando fríamente de todo el mundo. Va cantando demasiado a los cuatro vientos "pero mirad qué buenorro estoy, soy superinteresante con ese aire de tipo duro y pasota que tengo". Va y viene por la película en clarísimo plan de lucimiento y de enseñar sus pétreos y bien torneados músculos y a mí me daba la impresión de que no tenía otra función que la de servir como reclamo.
Ninguno de los actores hace una interpretación memorable. Sólo se salvan Eric Bana haciendo de Héctor, el hermano de Paris, y Peter O'Toole como Príamo, el rey de Troya.
Por otra parte, las batallas están bien recreadas, pero no hay quien se trague que Troya supuestamente ha sufrido más de diez años de asedio.
Total, que le han pegado veinte mil patadas a la leyenda original y la han transformado en un espectáculo muy vistoso y llamativo, pero bastante hueco y estropeado por el afán de lucimiento.
Para empezar, tenemos a un Orlando Bloom desempeñando un papel que roza lo patético, al que le queda demasiado grande toda esta historia. Y el papel de Helena está muy desaprovechado. Te los ponen como una parejita feliz y demasiado ingenua (no sé por qué, no terminan de cuajar) que montan todo el pollo de una forma penosa.
Luego, ese Menelao (el marido de Helena), rey de Esparta, y Agamenón, hermano del rey, puajjjj... No me puedo creer que Helena, una chica tan joven, guapa y fina, conviviera con ese tipo repugnante sin morirse de asco. No pegan ni con cola.
Por supuesto, Aquiles (Brad Pitt) tenía que ser el personaje estrella, tan cachas, un soldado mercenario que va al sol que más calienta y que hace lo que le sale del alma pasando fríamente de todo el mundo. Va cantando demasiado a los cuatro vientos "pero mirad qué buenorro estoy, soy superinteresante con ese aire de tipo duro y pasota que tengo". Va y viene por la película en clarísimo plan de lucimiento y de enseñar sus pétreos y bien torneados músculos y a mí me daba la impresión de que no tenía otra función que la de servir como reclamo.
Ninguno de los actores hace una interpretación memorable. Sólo se salvan Eric Bana haciendo de Héctor, el hermano de Paris, y Peter O'Toole como Príamo, el rey de Troya.
Por otra parte, las batallas están bien recreadas, pero no hay quien se trague que Troya supuestamente ha sufrido más de diez años de asedio.
Total, que le han pegado veinte mil patadas a la leyenda original y la han transformado en un espectáculo muy vistoso y llamativo, pero bastante hueco y estropeado por el afán de lucimiento.
29 de agosto de 2007
29 de agosto de 2007
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un Aquiles (Pitt) rubio, cachas y por supuesto, guapísimo, eso es de las primeras observaciones que podemos ver en Troya… luego seguimos con unos bondadosos troyanos liderados por Príamo (O’Toole), Héctor (Bana) y Paris (Bloom) y por supuesto unos malísimos griegos liderados por Menelao (Cox).
Otra de las observaciones que podemos ver en los diez primeros minutos de Troya es que Petersen se ha tomado algunas licencias respecto a la obra de Homero, algunas bastantes diría yo… pero siendo realistas, esta película no tiene como fin relatarnos fielmente la obra del autor griego, sino su fin es simplemente entretenernos, mostrarnos un grandioso espectáculo envuelto en épicas batallas para entretenernos durante 2 horas y media, y sin duda lo hace, cumple su fin con creces.
Para ver y no pensar.
Otra de las observaciones que podemos ver en los diez primeros minutos de Troya es que Petersen se ha tomado algunas licencias respecto a la obra de Homero, algunas bastantes diría yo… pero siendo realistas, esta película no tiene como fin relatarnos fielmente la obra del autor griego, sino su fin es simplemente entretenernos, mostrarnos un grandioso espectáculo envuelto en épicas batallas para entretenernos durante 2 horas y media, y sin duda lo hace, cumple su fin con creces.
Para ver y no pensar.
8 de noviembre de 2006
8 de noviembre de 2006
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escribo estas líneas no para quejarme de que Troya sea una película aburrida, que no lo es para nada. Tampoco para negar que no sea un espectáculo grandilocuente, excesivo e impresionante, pues es las tres cosas. Y ni mucho menos pretendo menospreciar el incuestionable buen oficio de Wolfgang Petersen, apoyado por un trabajo técnico mil veces visto, pero no por ello menos cuidado y correcto.
Lo que a mí me molesta de Troya es que se invente literalmente la historia, o mejor dicho, la reinvente a su gusto. ¿Qué es eso de que Aquiles y Patroclo son primos?¿ Por qué la guerra sólo dura dos semanas? Hombre, sé que no podían reflejar los nueve años de contienda, pero seguro que algo podrían haber hecho para indicarnos que transcurre un buen tiempo. ¿Y Briseida, desde cuando es prima de Paris y Héctor?¿Por qué este último no reconoce a Eneas al final de la cinta, si era su cuñado? Puede que haya gente a la que estas cosas le den igual, pero a mi no, sobre todo si luego en los créditos tienen la desvergüenza de poner que la película se basa en el poema de Homero. Todo esto, por supuesto, es así porque sus responsables no se atrevieron a proponer al público una película épica que les deje a su aire, sin llevarles de la manita por lo que ya conocen, cosa que Oliver Stone sí se atrevió a hacer con su Alejandro Magno.
Por otra parte, el trabajo actoral deja bastante que desear, sobre todo en los casos de Brad Pitt y Orlando Bloom. Al final quien sale mejor parado es un correctísimo Eric Bana, cuyo Héctor es el único personaje masculino que inspira lástima y compasión por parte del espectador.
Lo mejor: Brian Cox, Brendan Gleeson, Eric Bana y Sean Bean.
Lo peor: Brad Pitt (incapaz de otorgar dramatismo y humanidad al personaje de Aquiles), Orlando Bloom (muy necesitado aquí de clases de interpretación) y la evidente "hollywoodización" de la historia (si se me permite utilizar este término).
Lo que a mí me molesta de Troya es que se invente literalmente la historia, o mejor dicho, la reinvente a su gusto. ¿Qué es eso de que Aquiles y Patroclo son primos?¿ Por qué la guerra sólo dura dos semanas? Hombre, sé que no podían reflejar los nueve años de contienda, pero seguro que algo podrían haber hecho para indicarnos que transcurre un buen tiempo. ¿Y Briseida, desde cuando es prima de Paris y Héctor?¿Por qué este último no reconoce a Eneas al final de la cinta, si era su cuñado? Puede que haya gente a la que estas cosas le den igual, pero a mi no, sobre todo si luego en los créditos tienen la desvergüenza de poner que la película se basa en el poema de Homero. Todo esto, por supuesto, es así porque sus responsables no se atrevieron a proponer al público una película épica que les deje a su aire, sin llevarles de la manita por lo que ya conocen, cosa que Oliver Stone sí se atrevió a hacer con su Alejandro Magno.
Por otra parte, el trabajo actoral deja bastante que desear, sobre todo en los casos de Brad Pitt y Orlando Bloom. Al final quien sale mejor parado es un correctísimo Eric Bana, cuyo Héctor es el único personaje masculino que inspira lástima y compasión por parte del espectador.
Lo mejor: Brian Cox, Brendan Gleeson, Eric Bana y Sean Bean.
Lo peor: Brad Pitt (incapaz de otorgar dramatismo y humanidad al personaje de Aquiles), Orlando Bloom (muy necesitado aquí de clases de interpretación) y la evidente "hollywoodización" de la historia (si se me permite utilizar este término).
2 de junio de 2014
2 de junio de 2014
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El gran fallo de esta superproducción hollywoodiense no es tanto el enorme descosido que hacen con lo narrado por Homero en la "Iliada" como el sentido de tales cambios. En lo primero, para no dar un soponcio a nadie, ni desvelar el destino de estos héroes, buscad como acaban la mayor parte de ellos. Aquí los que en realidad sobreviven, mueren, los que fallecen, se salvan, se tragan infinidad de sucesos, acortan los muchos años de la guerra de Troya en unos días, trastocan a los personajes o dan vacaciones a los dioses. Entiendo que esto último es para hacer la historia más realista si bien ciertas intervenciones sobrenaturales son de una riqueza tal que se echan necesariamente en falta. Por ejemplo, ¿dónde queda la invulnerabilidad de Aquiles (Brad Pitt) y su famoso punto débil, el talón? La película se sostiene por sus batallas, sus efectos visuales, sus actores o algunos de sus protagonistas. El mejor es Héctor (Eric Bana) pero me duele que Casandra, la más interesante en el original, ni se nombre.
En esta ensalada de variaciones el que se lleva la palma precisamente es Aquiles. Wolfgang Petersen ha querido tomarse una licencia fundamental con el famoso griego transformándolo, de brutal guerrero a héroe atormentado y trágico. Pero si los personajes actúan según una psicología y ahora la cambias, las acciones aparecen como incoherentes. Al final los hechos no casan con los personajes. Por ejemplo, si Aquiles está cansado de la lucha, de ser un soldado-asesino, ¿porque escoge cuando está con su madre la opción de seguir una vida gloriosa pero breve en vez de tranquila, larga y feliz pero oscura? ¿Por qué devuelve a Briseida (Rose Byrne) si la quiere y puede morir en la ciudad? Aquiles aparece como un ser caótico, pasional e ilógico, a veces orgulloso, otras cabizbajo. Combate pero sin ganas, busca la fama pero no le satisface, desprecia la muerte pero se duele cuando le toca, se enamora pero sin saber por qué. En realidad, asiste a los acontecimientos con una apatía distante. Que de una vez se aclare.
En esta ensalada de variaciones el que se lleva la palma precisamente es Aquiles. Wolfgang Petersen ha querido tomarse una licencia fundamental con el famoso griego transformándolo, de brutal guerrero a héroe atormentado y trágico. Pero si los personajes actúan según una psicología y ahora la cambias, las acciones aparecen como incoherentes. Al final los hechos no casan con los personajes. Por ejemplo, si Aquiles está cansado de la lucha, de ser un soldado-asesino, ¿porque escoge cuando está con su madre la opción de seguir una vida gloriosa pero breve en vez de tranquila, larga y feliz pero oscura? ¿Por qué devuelve a Briseida (Rose Byrne) si la quiere y puede morir en la ciudad? Aquiles aparece como un ser caótico, pasional e ilógico, a veces orgulloso, otras cabizbajo. Combate pero sin ganas, busca la fama pero no le satisface, desprecia la muerte pero se duele cuando le toca, se enamora pero sin saber por qué. En realidad, asiste a los acontecimientos con una apatía distante. Que de una vez se aclare.
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