12 horas para sobrevivir
2014 

5.7
21,572
Thriller. Terror. Acción
El crimen hace estragos en Estados Unidos y las cárceles están llenas. El gobierno decide que una noche al año, durante doce horas, cualquier actividad criminal, incluso el asesinato, será legal. No se puede llamar a la policía, los hospitales no admiten pacientes, los ciudadanos deben arreglárselas solos porque cometer un delito no está castigado. Durante esa noche plagada de peligros, 5 personas que se han quedado fuera de sus casas ... [+]
15 de noviembre de 2016
15 de noviembre de 2016
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supera a la primera parte con creces y aquí si que esta tratado el tema de La Purga en su vertiente social, urbana y clasista. Porque es una buena película de acción y a parte creo que nos hace reflexionar sobre como es esta sociedad y donde estamos llegando.
¿Que harías tu en La Purga? ¿Lo ves bien o mal? ¿Que clase de políticos idearían algo así o que clase de sociedad crearía esos políticos? El debate esta ahí y esta película lo refleja creo que bastante bien. Salvo algún fallo y alguna licencia me parece que la película entretiene y nos asalta con una idea que da para un debate bastante rico.
Interpretaciones bastante correctas
¿Que harías tu en La Purga? ¿Lo ves bien o mal? ¿Que clase de políticos idearían algo así o que clase de sociedad crearía esos políticos? El debate esta ahí y esta película lo refleja creo que bastante bien. Salvo algún fallo y alguna licencia me parece que la película entretiene y nos asalta con una idea que da para un debate bastante rico.
Interpretaciones bastante correctas
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Lo bueno
-Sacar a la calle La purga. Ves como actúa la gente que si que sale. Una fauna que esta esperando todo el año, preparando sus armas, afilando sus cuchillos, sacando todo el odio reprimido.
-La muerte del padre/abuelo y la fiesta del sorteo. Esta claro que todos los ricos no harían eso y todos los pobres no se quedarían en casa.¿Por qué lo hacen? Porque pueden.
-Dos escenas en concreto: la que Diego pasa a casa de ellas y cuando van a casa de la compañera de trabajo. En esta ultima la tensión se masca, se respira pero no sabes muy bien por donde explotará. La otra empieza sin concesiones.
En las dos queda claro que la gente que mata siempre se acoge a lo mismo: “ los Padres Fundadores me han dado este derecho y voy a utilizarlo"
-La limpieza gubernamental. Es que la gente no lo hace lo bastante rápido y en doce horas pues que no están contentos con el resultado. El camión y su “limpiador” trasero es espeluznante.
-El mensaje en la tele y la posterior sirena que da por empezada la purga. Aterrador
Lo malo(o notas discordantes)
-La parejita a punto de separarse. Si no estuvieran tampoco pasaría nada. ¿Queda una hora para La Purga y te pones a comprar gominolas? En fin
-Los pandilleros con mascaras y caras pintadas. Al final no matan solo capturan. No se no se
-La ricachona del sorteo. Con que ganas le pegabas un tiro. Creo que tendría que haberle hecho algo
-El perdón al que mata a su hijo.¿Por que no sales antes de La Purga y te quedas en la puerta y cuando toque la sirena ya estas allí? Esta claro que si no no hay película pero bueno.
-Sacar a la calle La purga. Ves como actúa la gente que si que sale. Una fauna que esta esperando todo el año, preparando sus armas, afilando sus cuchillos, sacando todo el odio reprimido.
-La muerte del padre/abuelo y la fiesta del sorteo. Esta claro que todos los ricos no harían eso y todos los pobres no se quedarían en casa.¿Por qué lo hacen? Porque pueden.
-Dos escenas en concreto: la que Diego pasa a casa de ellas y cuando van a casa de la compañera de trabajo. En esta ultima la tensión se masca, se respira pero no sabes muy bien por donde explotará. La otra empieza sin concesiones.
En las dos queda claro que la gente que mata siempre se acoge a lo mismo: “ los Padres Fundadores me han dado este derecho y voy a utilizarlo"
-La limpieza gubernamental. Es que la gente no lo hace lo bastante rápido y en doce horas pues que no están contentos con el resultado. El camión y su “limpiador” trasero es espeluznante.
-El mensaje en la tele y la posterior sirena que da por empezada la purga. Aterrador
Lo malo(o notas discordantes)
-La parejita a punto de separarse. Si no estuvieran tampoco pasaría nada. ¿Queda una hora para La Purga y te pones a comprar gominolas? En fin
-Los pandilleros con mascaras y caras pintadas. Al final no matan solo capturan. No se no se
-La ricachona del sorteo. Con que ganas le pegabas un tiro. Creo que tendría que haberle hecho algo
-El perdón al que mata a su hijo.¿Por que no sales antes de La Purga y te quedas en la puerta y cuando toque la sirena ya estas allí? Esta claro que si no no hay película pero bueno.
23 de julio de 2021
23 de julio de 2021
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenemos el mismo problema fundamental que en la primera película: la idea inicial es muy buena pero la construcción de personajes es muy deficiente. Hay muchas películas que enfrentan a un grupo de personas dispersas contra una amenaza global que los une, luego el director podría haber tomado ejemplo de las ocasiones en que se hace bien. Yo habría escogido a personajes más anti heroicos o con contextos que provocaran situaciones de conflicto más interesantes. Quizás faltaría algo de humor negro...no lo sé, pero creo que hay muchas opciones para no generar una película de desarrollo tan aburrido y a veces casi irritante. El mensaje general de la cinta, a mi modo de ver, es bueno y representa una suerte de crítica a la cultura de las armas o el auge de la extrema derecha en EE UU. Eso sí podría ser destacable, pero, de nuevo, hay otras obras más clásicas que han hecho esto mucho mejor y de modo más inteligente.
29 de julio de 2014
29 de julio de 2014
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La joven Daenerys Targaryen ya dejaba ver atisbos del dragón en que se iba a convertir, no obstante, a la pobre criaturita se le atragantaban los primeros pasos en ese mundo cruel. El horror la vio nacer y crecer, pero nunca se le había acercado tanto; nunca su amenaza había sido tan peligrosa. Cuando quiso darse cuenta, se le habían pasado los efectos embriagadores de la conquista, pues se topó de bruces con la naturaleza animal del hombre: destructora, sanguinaria, caótica... terrible. Por suerte, a su lado había un hombre que haría por ella lo que hiciera falta. Para empezar, y no era poco, compartir un poco de su sabiduría, adquirida por una muy venerable combinación entre edad y kilometraje. ''Hay una bestia salvaje en el interior de cada hombre, Khaleesi.'', dijo Jorah Mormont, ''Cuando pones en su mano una espada o una lanza y lo mandas a la guerra, la bestia asoma.'' Así de fácil.
Porque no hace falta ser un ándalo exiliado para darse cuenta de que el ser humano, ya sea de Westeros, de Europa o, faltaría más, de Estados Unidos, es una criatura potencialmente capaz de lo peor y que, de hecho, en demasiadas ocasiones parece que sólo esté interesada en demostrarlo. Es, para entendernos, la tentación de un lado oscuro omnipresente. La culpa no es nuestra, sino de que el mundo en el que vivimos es, simplemente, una mierda, y lo que más le gusta al conjunto de seres infames con los que compartimos oxígeno es inflarnos a más no poder las partes más sensibles. En un futuro no demasiado lejano, en los Estados Unidos de América, es decir, en la mejor nación que haya existido jamás en el planeta Tierra, el aire llega a estar tan cargado, y los genitales de sus ciudadanos tan hinchados, que tiene que hacerse borrón y cuenta nueva. ''Esto es un jodido desastre, señores'', piensan los Nuevos Padres Fundadores (si los primeros ya fueron tela marinera, esperen a éstos). ''Lo que se necesita aquí es un buen paquete de medidas drásticas.'' Dicho y hecho.
Así nació, hará más o menos un año (en el calendario real), ''La Purga'', ó lo más cerca que hemos estado los mortales de poder recrear las bacanales de Silvio Berlusconi. Todo permitido. Todo. Impunidad máxima, ya que durante doce horas, las fuerzas del orden harán como si aquí no pasara nada. El resultado, tan calamitoso como delicioso: ríos de sangre corriendo por las calles de una América renacida que, ahora sí, respira más tranquila. De acuerdo, quizás no hacía falta ir a visitar al imbécil del vecino con un machete, pero por una noche que se nos vaya el asunto de las manos, tampoco montaremos un escándalo... y lo más importante: lo a gusto que nos hemos quedado todos. Y así, con la bestia liberada y el rencor y la ira purgados, a tragar con otro asco de año, a empezar una nueva lista negra y sacarle brillo a las armas. Dios bendiga a los Estados Unidos y a los Nuevos Padres Fundadores.
Para ponerles nombre: James DeMonaco y Michael Bay. El primero ejecutando las voluntades oscuras del segundo. Ambos forrándose, por cierto. Las cifras del pseudo-sleeper 'The Purge: La noche de las bestias' cuadraron a la perfección. El índice de criminalidad bajó en la ficción, mientras en la opulentísima realidad la recaudación en taquilla trazaba un recorrido inversamente proporcional. Estaba escrito, igual que la llegada de una secuela que no se ha hecho esperar. En este sentido, el planteamiento de 'Anarchy: La noche de las bestias' es modélico. Como segunda parte que es, habla de lo mismo que la primera, pero desde una perspectiva diferente, como si de hecho hasta se hubiera atrevido a cambiar sus premisas más fundamentales... solo que no. En definitiva, que ni caso a los tráilers: es un más de lo mismo (ningún problema con esto) pícaramente recubierto de novedad (ídem).
''Complementariedad'' sería el término más adecuado, pues si uno de los principales alicientes de la antecesora era la asfixia yankee-bunkerizada del home invasion, ahora lo es la agorafobia, fruto de un entorno urbano extremadamente abierto, abocado a un frenesí guerrillero que viene a demostrarnos que, más de ocho décadas después de aquella visita a la isla del Malvado Zaroff, pocas cosas hay tan morbosas (cinematográficamente hablando, claro) que la caza humana. A nivel de contenido, la metáfora socio-política presente en 'The Purge: La noche de las bestias' adquiere más fuerza (que no consistencia), al coger el relevo del protagonismo una clase baja en pleno redescubrimiento de la conciencia ''We Are the 99%''. La lucha de clases, en su sentido más sangrientamente literal, servida en bandeja de plata. Lástima que el resultado final, a pesar de ostentar los siguientes calificativos, en realidad no sea ni tan inteligente ni tan salvaje como suena.
En caso de duda, consulte con los Nuevos Padres Fundadores, infinitamente sabios en su olfato divino por el negocio, pero irremediablemente humanos en su incapacidad a la hora de evitar tropezar dos veces con la misma piedra. Y es que a pesar de que los resultados de 'Anarchy: La noche de las bestias' sean satisfactorios (sobre todo teniendo en cuenta la serie B en la que juega), persiste aquel sabor semi-amargo de la primera entrega, causado por una dirección demasiado temblorosa, y una producción valiente... pero no lo suficiente. No olvidarlo bajo ningún concepto: sólo existe un dios, y se llama Box Office. El que afloja las pasta, como no podía ser de otra manera, lo tiene en mente, con que a pesar de que se divierta trasteando con un material potencialmente -muy- incómodo, no menos cierto es que está siempre al tanto de que la calificación por edades no se entrometa en los sagrados ritos recaudatorios. La bestia que tiene en propiedad es una pasada, pero conviene mantenerla amordazada.
Porque no hace falta ser un ándalo exiliado para darse cuenta de que el ser humano, ya sea de Westeros, de Europa o, faltaría más, de Estados Unidos, es una criatura potencialmente capaz de lo peor y que, de hecho, en demasiadas ocasiones parece que sólo esté interesada en demostrarlo. Es, para entendernos, la tentación de un lado oscuro omnipresente. La culpa no es nuestra, sino de que el mundo en el que vivimos es, simplemente, una mierda, y lo que más le gusta al conjunto de seres infames con los que compartimos oxígeno es inflarnos a más no poder las partes más sensibles. En un futuro no demasiado lejano, en los Estados Unidos de América, es decir, en la mejor nación que haya existido jamás en el planeta Tierra, el aire llega a estar tan cargado, y los genitales de sus ciudadanos tan hinchados, que tiene que hacerse borrón y cuenta nueva. ''Esto es un jodido desastre, señores'', piensan los Nuevos Padres Fundadores (si los primeros ya fueron tela marinera, esperen a éstos). ''Lo que se necesita aquí es un buen paquete de medidas drásticas.'' Dicho y hecho.
Así nació, hará más o menos un año (en el calendario real), ''La Purga'', ó lo más cerca que hemos estado los mortales de poder recrear las bacanales de Silvio Berlusconi. Todo permitido. Todo. Impunidad máxima, ya que durante doce horas, las fuerzas del orden harán como si aquí no pasara nada. El resultado, tan calamitoso como delicioso: ríos de sangre corriendo por las calles de una América renacida que, ahora sí, respira más tranquila. De acuerdo, quizás no hacía falta ir a visitar al imbécil del vecino con un machete, pero por una noche que se nos vaya el asunto de las manos, tampoco montaremos un escándalo... y lo más importante: lo a gusto que nos hemos quedado todos. Y así, con la bestia liberada y el rencor y la ira purgados, a tragar con otro asco de año, a empezar una nueva lista negra y sacarle brillo a las armas. Dios bendiga a los Estados Unidos y a los Nuevos Padres Fundadores.
Para ponerles nombre: James DeMonaco y Michael Bay. El primero ejecutando las voluntades oscuras del segundo. Ambos forrándose, por cierto. Las cifras del pseudo-sleeper 'The Purge: La noche de las bestias' cuadraron a la perfección. El índice de criminalidad bajó en la ficción, mientras en la opulentísima realidad la recaudación en taquilla trazaba un recorrido inversamente proporcional. Estaba escrito, igual que la llegada de una secuela que no se ha hecho esperar. En este sentido, el planteamiento de 'Anarchy: La noche de las bestias' es modélico. Como segunda parte que es, habla de lo mismo que la primera, pero desde una perspectiva diferente, como si de hecho hasta se hubiera atrevido a cambiar sus premisas más fundamentales... solo que no. En definitiva, que ni caso a los tráilers: es un más de lo mismo (ningún problema con esto) pícaramente recubierto de novedad (ídem).
''Complementariedad'' sería el término más adecuado, pues si uno de los principales alicientes de la antecesora era la asfixia yankee-bunkerizada del home invasion, ahora lo es la agorafobia, fruto de un entorno urbano extremadamente abierto, abocado a un frenesí guerrillero que viene a demostrarnos que, más de ocho décadas después de aquella visita a la isla del Malvado Zaroff, pocas cosas hay tan morbosas (cinematográficamente hablando, claro) que la caza humana. A nivel de contenido, la metáfora socio-política presente en 'The Purge: La noche de las bestias' adquiere más fuerza (que no consistencia), al coger el relevo del protagonismo una clase baja en pleno redescubrimiento de la conciencia ''We Are the 99%''. La lucha de clases, en su sentido más sangrientamente literal, servida en bandeja de plata. Lástima que el resultado final, a pesar de ostentar los siguientes calificativos, en realidad no sea ni tan inteligente ni tan salvaje como suena.
En caso de duda, consulte con los Nuevos Padres Fundadores, infinitamente sabios en su olfato divino por el negocio, pero irremediablemente humanos en su incapacidad a la hora de evitar tropezar dos veces con la misma piedra. Y es que a pesar de que los resultados de 'Anarchy: La noche de las bestias' sean satisfactorios (sobre todo teniendo en cuenta la serie B en la que juega), persiste aquel sabor semi-amargo de la primera entrega, causado por una dirección demasiado temblorosa, y una producción valiente... pero no lo suficiente. No olvidarlo bajo ningún concepto: sólo existe un dios, y se llama Box Office. El que afloja las pasta, como no podía ser de otra manera, lo tiene en mente, con que a pesar de que se divierta trasteando con un material potencialmente -muy- incómodo, no menos cierto es que está siempre al tanto de que la calificación por edades no se entrometa en los sagrados ritos recaudatorios. La bestia que tiene en propiedad es una pasada, pero conviene mantenerla amordazada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Total, que llegada la hora de la verdad, no se sabe si Bay se echa para atrás (por lo que pueda pasar) o si DeMonaco simplemente no es capaz de cumplir con todas las expectativas. Lo bueno es que la duda puñetera, que se queda en el limbo de la irresolución (los precedentes de ambos no ayudan a esclarecerla), también se silencia por obra y gracia de unos fuegos artificiales bien racionados y, a la postre, correctamente explotados. Vale, la mayoría de balas disparadas son de fogueo y las armas cortantes llegan romas a la cita. Sería imperdonable... de no ser por ese encanto cutrele de Frank Grillo, o por la buena basculación inicial entre los distintos frentes, o por la alegre estupidez con la que se manosea la moraleja del cuento, o por cómo lucen las hordas del mal. Precisamente en el baile de máscaras fantasmagóricas y tatuajes imposibles se encuentre tal vez lo más parecido a una respuesta: Se reduce casi todo a unas apariencias tan cuidadas que hasta son capaces de tapar la práctica totalidad de carencias de las que adolece el producto. Y cuela, porque a pesar de todo, el resultado de la operación nos habla de un oscuro survival entretenido en su racanería; en su tontilla rabieta contra el ''1%''. De modo que, a prepararse para la siguiente Purga anual, porque las injusticias sociales siguen llamando a las armas... y la sed de sangre de las productoras es insaciable.
26 de julio de 2014
26 de julio de 2014
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El éxito en 2013 de la cinta “La noche de las bestias” resultó sin duda sorprendente, ya que con un presupuesto de tres millones de dólares fue capaz de recaudar más de sesenta y cuatro tan sólo en EE.UU. Se trataba de una cinta de terror destinada a entretener a los aficionados al género, pero también abordaba determinados temas éticos y jurídicos y, sobre todo, reflejaba la condición humana en su doble vertiente racional e irracional. El punto de partida era la necesidad de permitir una noche al año la comisión de cualquier delito, por violento que fuera, en la convicción de que dicho desahogo diera salida al animal que cada individuo alberga en su interior. De ese modo, se garantizaba un índice insignificante de delincuencia durante los trescientos sesenta y cuatro días restantes.
Como la enorme rentabilidad del largometraje hacía previsible su segunda parte, la continuación de la historia acaba de llegar a las carteleras. Y, pese a que se ha triplicado la inversión, sigue resultando muy baja en comparación con las cifras que se manejan en el mercado anglosajón para estas producciones. En esta ocasión, la respuesta del público ha vuelto a acompañar al proyecto, ya que han bastado tres días de exhibición en las salas norteamericanas para alcanzar los treinta millones de dólares.
Sin embargo, el factor sorpresa de su predecesora se ha perdido completamente. La originalidad de la trama ya no existe y la rotundidad con que la violencia se plasmaba en imágenes no coge desprevenido a un público que sabe perfectamente lo que le espera, poniéndose de manifiesto esa imposibilidad de desconcertarle. Aun así, el film cumple con las expectativas de quienes buscan la vena más sanguinaria del terror, posee un buen ritmo narrativo, la tensión se mantiene constante y los rasgos esenciales del género -como la cruel recreación de la inmediatez de la muerte- no faltan. No obstante, se nota en exceso que no cuenta nada nuevo y que se limita a intentar reproducir el éxito de la primera entrega con el fin de hacer caja una vez más. En otras palabras, la creatividad del original se convierte en reiteración en la copia y, en general, el clímax de la acción se alcanza a base de tópicos. Por todas esas razones, me quedo con “La noche de las bestias”, aunque esta secuela esté mejor realizada desde el punto de vista técnico. La absoluta carencia de innovación es un defecto demasiado relevante como para obviarlo, por más que los responsables traten de maquillar ese vacío. Porque “Anarchy” no nace de la idea de un guionista ni del sueño de un cineasta por contar una historia. Nace del afán de un productor que, deslumbrado por unos beneficios económicos inesperados, aspira a repetirlos doce meses después. Para colmo, el deslumbrado no es otro que el popular Michael Bay, cuya pésima filmografía provoca en mí una antipatía que se extiende a sus otras facetas, además de a la de director. En ese sentido, prometo que no acudiré a ver la cuarta entrega de “Transformers” a partir del ocho de agosto, después de haber sufrido las tres anteriores y tras el anuncio a bombo y platillo de una quinta.
Entre los actores más bien desconocidos que forman el reparto se encuentra Frank Grillo, a quien hemos podido ver en “Capitán América: El soldado de invierno”, “La noche más oscura” y “Al límite”.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
Como la enorme rentabilidad del largometraje hacía previsible su segunda parte, la continuación de la historia acaba de llegar a las carteleras. Y, pese a que se ha triplicado la inversión, sigue resultando muy baja en comparación con las cifras que se manejan en el mercado anglosajón para estas producciones. En esta ocasión, la respuesta del público ha vuelto a acompañar al proyecto, ya que han bastado tres días de exhibición en las salas norteamericanas para alcanzar los treinta millones de dólares.
Sin embargo, el factor sorpresa de su predecesora se ha perdido completamente. La originalidad de la trama ya no existe y la rotundidad con que la violencia se plasmaba en imágenes no coge desprevenido a un público que sabe perfectamente lo que le espera, poniéndose de manifiesto esa imposibilidad de desconcertarle. Aun así, el film cumple con las expectativas de quienes buscan la vena más sanguinaria del terror, posee un buen ritmo narrativo, la tensión se mantiene constante y los rasgos esenciales del género -como la cruel recreación de la inmediatez de la muerte- no faltan. No obstante, se nota en exceso que no cuenta nada nuevo y que se limita a intentar reproducir el éxito de la primera entrega con el fin de hacer caja una vez más. En otras palabras, la creatividad del original se convierte en reiteración en la copia y, en general, el clímax de la acción se alcanza a base de tópicos. Por todas esas razones, me quedo con “La noche de las bestias”, aunque esta secuela esté mejor realizada desde el punto de vista técnico. La absoluta carencia de innovación es un defecto demasiado relevante como para obviarlo, por más que los responsables traten de maquillar ese vacío. Porque “Anarchy” no nace de la idea de un guionista ni del sueño de un cineasta por contar una historia. Nace del afán de un productor que, deslumbrado por unos beneficios económicos inesperados, aspira a repetirlos doce meses después. Para colmo, el deslumbrado no es otro que el popular Michael Bay, cuya pésima filmografía provoca en mí una antipatía que se extiende a sus otras facetas, además de a la de director. En ese sentido, prometo que no acudiré a ver la cuarta entrega de “Transformers” a partir del ocho de agosto, después de haber sufrido las tres anteriores y tras el anuncio a bombo y platillo de una quinta.
Entre los actores más bien desconocidos que forman el reparto se encuentra Frank Grillo, a quien hemos podido ver en “Capitán América: El soldado de invierno”, “La noche más oscura” y “Al límite”.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
12 de junio de 2016
12 de junio de 2016
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Purge: Anarchy es una película potente que supera de una manera espléndida a su también buena predecesora.
Esta película regresa con su trama traumante y escalofriante, aunque esta vez se desarrolla en la calle, donde se puede ver un espectáculo feroz que resulta lleno de adrenalina, acción y con gran grado de intensidad a la hora de momentos de pánico. Sin dudas este film logra ser mucho mejor que su anterior película (que también fue muy buena) abarcando temas bastante interesantes e inteligentes, con una realización satisfactoria manteniendo en su historia esa potencia con toques de sorpresa que ayudan a este largometraje a ser más atractivo de lo que es, dejando que este film es una película que contiene una atmósfera intrépida, impulsiva y totalmente entretenida.
Esta película regresa con su trama traumante y escalofriante, aunque esta vez se desarrolla en la calle, donde se puede ver un espectáculo feroz que resulta lleno de adrenalina, acción y con gran grado de intensidad a la hora de momentos de pánico. Sin dudas este film logra ser mucho mejor que su anterior película (que también fue muy buena) abarcando temas bastante interesantes e inteligentes, con una realización satisfactoria manteniendo en su historia esa potencia con toques de sorpresa que ayudan a este largometraje a ser más atractivo de lo que es, dejando que este film es una película que contiene una atmósfera intrépida, impulsiva y totalmente entretenida.
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