Es preferible morir de pie que vivir de rodillas.

Esperaba que las mataran a tiros, en primera instancia, o que se rindieran. Pero no que se tiraran al Cañón del Colorado. Dejando el fin abierto, se salvaron o no.

El dramatismo que inunda la mayor parte de la cinta no me infunde empatía, lo encuentro absurdo, teatral en el sentido de que es impostado y por incurrir en la pornografía emocional. Se puede narrar hechos tristes con sobriedad o bien forzando una reacción del espectador, deslizando de paso algún mensaje reivindicativo. El hecho de que sus giros se vean venir desde bien lejos tampoco ayuda. El resto de los personajes cumplen: al que hace de marido de Geena Davis le habrán pedido que haga de tarugo y el hombre da el pego sin aparentar un esfuerzo encomiable y a Keitel, aunque se le ve bien, le pegan más los roles en los transgrede la ley (véase 'Teniente corrupto' o a su sempiterno Señor Lobo). Tan solo la escena del intento de violación inicial me inspiró angustia y tensión.

El final. Yo lo odié, y los veinte minutos que lo preceden en los que las dos se repiten las mismas cursiladas y gilipolleces en bucle, también. Igual dentro de cinco años tenga una opinión completamente opuesta, pero a día de hoy no comparto esa 'ansia de libertad', además yo pienso que sin contar el atraco a la gasolinera podrían salir absueltas, y que el tinglado final a lo 'Un mundo perfecto' me pareció exagerado, pues no se trataba de asesinos profesionales. Pero también hay que tener en cuenta de que no todo el mundo tiene una forma de ser o va a actuar de la manera que a ti te gustaría, y que por ello tú no los puedes despreciar. Dicho esto no estoy de acuerdo con su elección y opinó que lo hicieron porque en verdad no hallaron sosiego y placer en este mundo, más allá de su compañía. La vida para ellas sencillamente no tenía ni sentido ni valor de ninguna otra forma.