Brooklyn
6.6
13,518
Drama. Romance
En los años 50, la joven irlandesa Eilis Lacey decide abandonar Irlanda y viajar a los Estados Unidos, concretamente a Nueva York, donde conoce a Tony, un chico italiano con el que comienza a salir y del que se enamora. Pero, un día, a Eilis le llegan noticias de una triste noticia familiar y tendrá que decidir entre quedarse en su nuevo país o volver a su tierra natal. (FILMAFFINITY)
4 de marzo de 2016
4 de marzo de 2016
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John Crowley es un director desconocido todavía para el gran público, pese a contar ya con cinco largometrajes y participar en algunos episodios de series televisivas de fama mundial -como “True Detective”-. Es ahora cuando, gracias a su trabajo en “Brooklyn”, su nombre comienza a sonar con fuerza. En 2008 había alcanzado cierta repercusión mediática con el telefilm “Boy A”, que en España pasó completamente desapercibido pero que le reportó un BAFTA a su director, además de otros galardones en festivales tan prestigiosos como el de Berlín. Sin embargo, con este último estreno ha recibido un verdadero aluvión de reconocimientos, desde el BAFTA a la mejor película británica del año a tres nominaciones a los Oscar (película, actriz y guión adaptado), pasando por diversas candidaturas a los Globos de Oro y a otros certámenes internacionales.
Con “Brooklyn” nos ofrece un relato bello y entrañable a modo de homenaje edulcorado a los miles de emigrantes irlandeses a Norteamérica. Se trata de una cinta correctamente filmada, con una notable ambientación y que responde al formato de melodrama clásico por excelencia, es decir, una suma de tragedia, amor, sufrimiento y final feliz. Sustentado en un guión bienintencionado del gran escritor y cada vez más prolífico guionista Nick Hornby (responsable de guiones tan recomendables como los de “An Education”, “Un niño grande” o “Alta fidelidad”, y de interesantes libros como “Juliet, desnuda” o “Fiebre en las gradas”), respeta la tradicional fórmula del cine de antaño. Por lo tanto, agradará mucho a un público de mediana edad que guste de rememorar épocas pasadas y desee reencontrarse con aquel estilo cinematográfico propio de otros tiempos.
Cuenta la historia de Eilis Lacey, una joven irlandesa de pueblo que decide escapar de un futuro sin expectativas por culpa del ambiente encorsetado de su localidad y trasladarse a la gran ciudad de Nueva York. Nada más llegar, se instala en una casa de huéspedes del popular barrio de Brooklyn, donde también viven otras de sus compatriotas que han emigrado antes que ella. A partir de entonces, comenzará a trabajar como dependienta en unos grandes almacenes, a la par que iniciará estudios de Contabilidad en horario nocturno. Con el tiempo, conocerá a un chico italiano de familia humilde del que se enamorará pero, justo cuando su nueva vida comienza a cobrar sentido, una circunstancia desafortunada la reclamará desde Irlanda y deberá retornar a sus orígenes.
Tal vez el principal inconveniente de esta producción radique en su pretensión de desarrollar la trama sobre un constante tono edulcorado y tierno, demasiado propenso a la lágrima fácil, despojando a la narración de otros elementos que modifiquen un ápice ese toque casto y puro. Aun así, la destacada fotografía, la eficaz banda sonora, el cuidado vestuario y, sobre todo, la impecable interpretación de su protagonista, harán sin duda las delicias de aquellos espectadores más proclives a las crónicas costumbristas. Indudablemente, la cinta, que desprende bondad por los cuatro costados, es una loa al sacrificio como forma de prosperar en la vida.
Pese a haber obtenido una modesta recaudación en taquilla (apenas treinta y cinco millones de dólares en Estados Unidos), el film ha logrado estar en boca de todos los aficionados al cine y colarse en cada una de las listas que recogen los mejores trabajos de 2015.
Dentro de su reparto coral, destaca sobremanera la actriz Saoirse Ronan, que, siendo todavía una niña, asombró a crítica y público con su magnífica interpretación en la intensa “Expiación” (2007) y que, posteriormente, continuó demostrando versatilidad y oficio en largometrajes como “The Lovely Bones” y “Hanna”. A sus veintidós años cuenta ya con el envidiable currículum de dos nominaciones a los Oscar, otras dos a los Globos de Oro y tres a los BAFTA. Le acompañan de modo eficaz el veterano Jim Broadbent (ganador de la estatuilla dorada al mejor actor de reparto en 2001 por “Iris”) y la también curtida en la profesión Julie Walters (aspirante por partida doble al premio de la Academia de Hollywood por “Educando a Rita” y “Billy Elliot”).
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
Con “Brooklyn” nos ofrece un relato bello y entrañable a modo de homenaje edulcorado a los miles de emigrantes irlandeses a Norteamérica. Se trata de una cinta correctamente filmada, con una notable ambientación y que responde al formato de melodrama clásico por excelencia, es decir, una suma de tragedia, amor, sufrimiento y final feliz. Sustentado en un guión bienintencionado del gran escritor y cada vez más prolífico guionista Nick Hornby (responsable de guiones tan recomendables como los de “An Education”, “Un niño grande” o “Alta fidelidad”, y de interesantes libros como “Juliet, desnuda” o “Fiebre en las gradas”), respeta la tradicional fórmula del cine de antaño. Por lo tanto, agradará mucho a un público de mediana edad que guste de rememorar épocas pasadas y desee reencontrarse con aquel estilo cinematográfico propio de otros tiempos.
Cuenta la historia de Eilis Lacey, una joven irlandesa de pueblo que decide escapar de un futuro sin expectativas por culpa del ambiente encorsetado de su localidad y trasladarse a la gran ciudad de Nueva York. Nada más llegar, se instala en una casa de huéspedes del popular barrio de Brooklyn, donde también viven otras de sus compatriotas que han emigrado antes que ella. A partir de entonces, comenzará a trabajar como dependienta en unos grandes almacenes, a la par que iniciará estudios de Contabilidad en horario nocturno. Con el tiempo, conocerá a un chico italiano de familia humilde del que se enamorará pero, justo cuando su nueva vida comienza a cobrar sentido, una circunstancia desafortunada la reclamará desde Irlanda y deberá retornar a sus orígenes.
Tal vez el principal inconveniente de esta producción radique en su pretensión de desarrollar la trama sobre un constante tono edulcorado y tierno, demasiado propenso a la lágrima fácil, despojando a la narración de otros elementos que modifiquen un ápice ese toque casto y puro. Aun así, la destacada fotografía, la eficaz banda sonora, el cuidado vestuario y, sobre todo, la impecable interpretación de su protagonista, harán sin duda las delicias de aquellos espectadores más proclives a las crónicas costumbristas. Indudablemente, la cinta, que desprende bondad por los cuatro costados, es una loa al sacrificio como forma de prosperar en la vida.
Pese a haber obtenido una modesta recaudación en taquilla (apenas treinta y cinco millones de dólares en Estados Unidos), el film ha logrado estar en boca de todos los aficionados al cine y colarse en cada una de las listas que recogen los mejores trabajos de 2015.
Dentro de su reparto coral, destaca sobremanera la actriz Saoirse Ronan, que, siendo todavía una niña, asombró a crítica y público con su magnífica interpretación en la intensa “Expiación” (2007) y que, posteriormente, continuó demostrando versatilidad y oficio en largometrajes como “The Lovely Bones” y “Hanna”. A sus veintidós años cuenta ya con el envidiable currículum de dos nominaciones a los Oscar, otras dos a los Globos de Oro y tres a los BAFTA. Le acompañan de modo eficaz el veterano Jim Broadbent (ganador de la estatuilla dorada al mejor actor de reparto en 2001 por “Iris”) y la también curtida en la profesión Julie Walters (aspirante por partida doble al premio de la Academia de Hollywood por “Educando a Rita” y “Billy Elliot”).
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@gerardo_perez_s
3 de abril de 2016
3 de abril de 2016
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Esta cinta irlandesa ha sido sin duda una de las sorpresas del año. Su inesperada aparición en los Oscar no esconde ningún otro secreto que el de una película que, a pesar de su sencillez, asombra al público en general. Y es que el tema central no es sólo el amor, sino la nostalgia, nostalgia que permanece durante todo el film y que termina por transmitirse al propio espectador.
Basada en la novela de Colm Troibin, Brooklyn cuenta la historia de Eilis, una joven irlandesa que toma la difícil decisión de abandonar su hogar y a su familia para viajar a Nueva York. Al principio se muestra reticente a adoptar los modales de allí, pero tras conocer a un chico empezará a integrarse en la sociedad estadounidense. Es entonces cuando Eilis recibe una noticia que trastoca su mundo, por lo que tendrá que tomar una difícil decisión: permanecer en Brooklyn o volver a Irlanda.
Saoirse Ronan es sin duda el foco principal de Brooklyn y la principal razón para ver esta película. La joven actriz, que con esta película obtenía su segunda nominación al Oscar, nos deleita con una sensacional actuación. Saoirse consigue que empaticemos con el personaje y podamos ver la tremenda evolución de Eilis desde que llega a Nueva York hasta el final de la película. El resto de actuaciones no se quedan atrás, pues en Brooklyn también destacan las brillantes interpretaciones de los secundarios, desde el joven italiano que seduce a Eilis, hasta la madre y su incorregible carácter, pasando por un tímido Domnhall Gleeson que le da a Eilis otra perspectiva de la vida y le hace replantearse muchas cosas.
Son varios los temas que propone el film a través de sus elocuentes e inspiradores diálogos (destacando la triste verdad que le descubre una compañera de piso a Eilis en una discusión cotidiana). El amor es siempre un tema atrayente, pero como decía antes, la nostalgia juega un papel muy relevante en esta película. Otra idea a destacar es la confrontación de la vida fácil y sencilla con la de una vida ardua y llena de responsabilidades. Eilis sufre varias veces la tentación de cambiar de vida y buscar lo más fácil, pero al final apela a su corazón y éste le ayuda a tomar las decisiones correctas. Es interesante señalar que, aunque la historia tenga lugar hace más de 60 años, las cuestiones planteadas son perfectamente aplicables a la sociedad actual. Eilis fue una de las pioneras, de aquellas mujeres que en los años 50 se armaron de valor y decidieron emigrar y buscar un trabajo sin importarles las dificultades, las cuales eran dobles por el hecho de ser inmigrante y, sobre todo, mujer. Eilis sufre una evolución, pero su talento lo conserva desde el principio y lo único que tiene que hacer es demostrar lo que vale. Experimenta el cambio de pasar totalmente desapercibida a ser valorada en su propia casa donde tanto se la desprestigió.
En conclusión, Brooklyn no intenta parecer más de lo que es, no ostenta al igual que no lo hacen sus personajes. Que éstos sean tan sencillos y naturales es precisamente lo que hace que el espectador sienta tanta empatía por ellos. A simple vista, puede parecer un drama amoroso más, pero Brooklyn es una película de gran magnitud tanto por sus interpretaciones como por su capacidad para transmitir las emociones de sus personajes y las elecciones que estos toman, porque en el amor “siempre hay que elegir”.
Basada en la novela de Colm Troibin, Brooklyn cuenta la historia de Eilis, una joven irlandesa que toma la difícil decisión de abandonar su hogar y a su familia para viajar a Nueva York. Al principio se muestra reticente a adoptar los modales de allí, pero tras conocer a un chico empezará a integrarse en la sociedad estadounidense. Es entonces cuando Eilis recibe una noticia que trastoca su mundo, por lo que tendrá que tomar una difícil decisión: permanecer en Brooklyn o volver a Irlanda.
Saoirse Ronan es sin duda el foco principal de Brooklyn y la principal razón para ver esta película. La joven actriz, que con esta película obtenía su segunda nominación al Oscar, nos deleita con una sensacional actuación. Saoirse consigue que empaticemos con el personaje y podamos ver la tremenda evolución de Eilis desde que llega a Nueva York hasta el final de la película. El resto de actuaciones no se quedan atrás, pues en Brooklyn también destacan las brillantes interpretaciones de los secundarios, desde el joven italiano que seduce a Eilis, hasta la madre y su incorregible carácter, pasando por un tímido Domnhall Gleeson que le da a Eilis otra perspectiva de la vida y le hace replantearse muchas cosas.
Son varios los temas que propone el film a través de sus elocuentes e inspiradores diálogos (destacando la triste verdad que le descubre una compañera de piso a Eilis en una discusión cotidiana). El amor es siempre un tema atrayente, pero como decía antes, la nostalgia juega un papel muy relevante en esta película. Otra idea a destacar es la confrontación de la vida fácil y sencilla con la de una vida ardua y llena de responsabilidades. Eilis sufre varias veces la tentación de cambiar de vida y buscar lo más fácil, pero al final apela a su corazón y éste le ayuda a tomar las decisiones correctas. Es interesante señalar que, aunque la historia tenga lugar hace más de 60 años, las cuestiones planteadas son perfectamente aplicables a la sociedad actual. Eilis fue una de las pioneras, de aquellas mujeres que en los años 50 se armaron de valor y decidieron emigrar y buscar un trabajo sin importarles las dificultades, las cuales eran dobles por el hecho de ser inmigrante y, sobre todo, mujer. Eilis sufre una evolución, pero su talento lo conserva desde el principio y lo único que tiene que hacer es demostrar lo que vale. Experimenta el cambio de pasar totalmente desapercibida a ser valorada en su propia casa donde tanto se la desprestigió.
En conclusión, Brooklyn no intenta parecer más de lo que es, no ostenta al igual que no lo hacen sus personajes. Que éstos sean tan sencillos y naturales es precisamente lo que hace que el espectador sienta tanta empatía por ellos. A simple vista, puede parecer un drama amoroso más, pero Brooklyn es una película de gran magnitud tanto por sus interpretaciones como por su capacidad para transmitir las emociones de sus personajes y las elecciones que estos toman, porque en el amor “siempre hay que elegir”.
27 de junio de 2016
27 de junio de 2016
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Saoirse Ronan esta magnífica, ilumina la pantalla, se nota como crece como persona, como se convierte en mujer adulta, independiente, orgullosa y realizada. El descubrimiento del primer amor, lo que puedes llegar a hacer y las consecuencias que ello puede traer, el pensar que no puedes ser mas feliz (y que pasaría si con otra persona y tu como persona ya realizada puedes ser mas feliz) de esto trata esta película.
Pelicula muy bien realizada, muy bien ambientada, todo plasmado con una historia romántica. Película de las de antes. Muy recomendable para románticos empedernidos. Buen drama. Un placer.
Pelicula muy bien realizada, muy bien ambientada, todo plasmado con una historia romántica. Película de las de antes. Muy recomendable para románticos empedernidos. Buen drama. Un placer.
27 de junio de 2016
27 de junio de 2016
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Que “Brooklyn” es una película amable deduce prácticamente desde que uno ve su cartel promocional. Su luminosidad y presencia de la protagonista no augura tiempos peores, y el guión lo cumple casi desde el primer fotograma.
Ese tono agradable acompaña a la historia durante toda su duración , una historia que narra la aventura de una joven irlandesa que, como tantos otros, emigra a Nueva York con la esperanza de encontrar las oportunidades que su pueblo no le brinda. Podemos imaginar desde el principio que su transición será tranquila, lejos de las tristes imágenes de los refugiados que vemos en cualquier telediario actual. Y es que en esta película todo es tan previsible como blanco, con un guion que es incapaz de crear un reto que superar. Esta falta de dificultades se nota especialmente en momentos en los que el argumento es más plano, y hubiera sido cuando menos estimulante que la protagonista hubiera tenido problemas de algún tipo, sobre todo al llegar.
Por supuesto la joven no sufre más allá de lo normal, incluso menos, y en todo momento se siente respaldada y cuidada en extremo. Y no sólo eso, sino que conseguirá todo lo que esperaba e imaginaba: un trabajo, compañeras de pensión (más desdichadas que ella, claro) y, cómo no, un novio. Al menos se podría haber encontrado algún obstáculo, pero todo es como lo había planificado. Tampoco ese giro del guión por el que debe replantearse su futuro es suficiente como para cambiar algo.
Ante tanta tranquilidad, baza que como vemos la película explota de principio a fin sin pensarlo dos veces, Ronan brilla por su buen hacer. Ella es la absoluta protagonista, y la película está concebida como vehículo para su lucimiento. Ella no lo desaprovecha cosechando por el camino un puñado de buenas críticas. Si a esto le añadimos su buena puesta en escena, tenemos una buena película apta para todos los públicos.
Ese tono agradable acompaña a la historia durante toda su duración , una historia que narra la aventura de una joven irlandesa que, como tantos otros, emigra a Nueva York con la esperanza de encontrar las oportunidades que su pueblo no le brinda. Podemos imaginar desde el principio que su transición será tranquila, lejos de las tristes imágenes de los refugiados que vemos en cualquier telediario actual. Y es que en esta película todo es tan previsible como blanco, con un guion que es incapaz de crear un reto que superar. Esta falta de dificultades se nota especialmente en momentos en los que el argumento es más plano, y hubiera sido cuando menos estimulante que la protagonista hubiera tenido problemas de algún tipo, sobre todo al llegar.
Por supuesto la joven no sufre más allá de lo normal, incluso menos, y en todo momento se siente respaldada y cuidada en extremo. Y no sólo eso, sino que conseguirá todo lo que esperaba e imaginaba: un trabajo, compañeras de pensión (más desdichadas que ella, claro) y, cómo no, un novio. Al menos se podría haber encontrado algún obstáculo, pero todo es como lo había planificado. Tampoco ese giro del guión por el que debe replantearse su futuro es suficiente como para cambiar algo.
Ante tanta tranquilidad, baza que como vemos la película explota de principio a fin sin pensarlo dos veces, Ronan brilla por su buen hacer. Ella es la absoluta protagonista, y la película está concebida como vehículo para su lucimiento. Ella no lo desaprovecha cosechando por el camino un puñado de buenas críticas. Si a esto le añadimos su buena puesta en escena, tenemos una buena película apta para todos los públicos.
4 de julio de 2016
4 de julio de 2016
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Drama romántico que aborda el tema del Sueño Americano como refugio de las miserias de un país, entonces tan gris y condicionado, como fue en Irlanda durante los años cincuenta. El sueño de la protagonista, Eilis (Saoirse Ronan) ya cumplido gracias a la ayuda de su hermana Rose (Fiona Glascott), es de viajar a Estados Unidos y comenzar una nueva vida. Desde su punto de vista, la chica encontrará techo, un trabajo y un futuro prometido (Emory Cohen), hijo de italianos, en el distrito de Brooklyn, donde se encuentra parte de la población irlandesa.
La película tiene especial fijación en los sentimientos de añoranza de la protagonista hacia su tierra natal y su conflicto interno en si su decisión de viajar a América ha sido la adecuada dadas las circunstancias en que vivía anteriormente: una monótona vida de empleada en una tienda de comestibles condicionada también por un entorno social en husmear en los asuntos de los demás. Brooklyn será el nuevo escenario en que todo cambia para ella pero que también la ayudará a convivir tan lejos o tan cerca de una comunidad ya asentada décadas atrás huyendo de hambrunas y de alguna guerra.
John Crowley, autor de ese disparate tan gamberro como simpático que es “Intermission” (2003), concibió ésta película como una versión más amable y edulcorada de “Las Cenizas de Ángela” (Angela´s Ashes,) celebrado drama que Alan Parker dirigió en 1999. Salvando distancias porque también se toca cierto elemento romántico cuya decisión de su protagonista femenina es clave a lo largo del transcurso del film.
La película tiene especial fijación en los sentimientos de añoranza de la protagonista hacia su tierra natal y su conflicto interno en si su decisión de viajar a América ha sido la adecuada dadas las circunstancias en que vivía anteriormente: una monótona vida de empleada en una tienda de comestibles condicionada también por un entorno social en husmear en los asuntos de los demás. Brooklyn será el nuevo escenario en que todo cambia para ella pero que también la ayudará a convivir tan lejos o tan cerca de una comunidad ya asentada décadas atrás huyendo de hambrunas y de alguna guerra.
John Crowley, autor de ese disparate tan gamberro como simpático que es “Intermission” (2003), concibió ésta película como una versión más amable y edulcorada de “Las Cenizas de Ángela” (Angela´s Ashes,) celebrado drama que Alan Parker dirigió en 1999. Salvando distancias porque también se toca cierto elemento romántico cuya decisión de su protagonista femenina es clave a lo largo del transcurso del film.
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