4 meses, 3 semanas, 2 días
Drama
Rumanía, 1987: el país se encuentra bajo el férreo régimen comunista de Ceaușescu. Otilia y Gabita son estudiantes y comparten habitación en una residencia. Gabita está embarazada, pero no quiere tenerlo. Las jóvenes acuerdan un encuentro con un tal Mr. Bebe para que le practique un aborto ilegal en la habitación de un hotel. (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2012
11 de mayo de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durísima película sobre una joven embarazada que tan sólo desea librarse de la carga. Sin embargo, se encuentra en Rumanía bajo poder comunista, y tal tarea no será fácil... sin pagar su precio.
Una acertada Laura Vasiliu encarna a la afectada, pero es Anamaria Marinca quien lleva la carga de este film mordaz en el que el miedo se apodera de los personajes... y los espectadores. Ella es quién más sufre por ayudar a su amiga a poner solución a su problema, sin comprender lo cerca que está ella misma de la autodestrucción. Como espectadores, seguimos a Marinca sin dudarlo, nos metemos en su piel... y nos sentimos tan acorralados como ella.
Mungiu ofrece poderosos planos, siendo aquellos en los que aparentemente nada sucede los que más rebelan sobre los personajes. Si algo consigue el director es un abrumador realismo, tanto en las escenas más oscuras como en las más cotidianas, para las que todo el reparto se encuentra absolutamente perfecto.
El aborto se convierte en la meta de las protagonistas, quienes, ocupadas por ir superando las dificultades, apenas tienen tiempo para reflexionar sobre lo que están haciendo. Pero, tarde o temprano, los remordimientos han de aparecer, y nada como "4 meses, 3 semanas y 2 días" para reflejarlos en todas su profundidad mediante un sencillo primer plano.
Una acertada Laura Vasiliu encarna a la afectada, pero es Anamaria Marinca quien lleva la carga de este film mordaz en el que el miedo se apodera de los personajes... y los espectadores. Ella es quién más sufre por ayudar a su amiga a poner solución a su problema, sin comprender lo cerca que está ella misma de la autodestrucción. Como espectadores, seguimos a Marinca sin dudarlo, nos metemos en su piel... y nos sentimos tan acorralados como ella.
Mungiu ofrece poderosos planos, siendo aquellos en los que aparentemente nada sucede los que más rebelan sobre los personajes. Si algo consigue el director es un abrumador realismo, tanto en las escenas más oscuras como en las más cotidianas, para las que todo el reparto se encuentra absolutamente perfecto.
El aborto se convierte en la meta de las protagonistas, quienes, ocupadas por ir superando las dificultades, apenas tienen tiempo para reflexionar sobre lo que están haciendo. Pero, tarde o temprano, los remordimientos han de aparecer, y nada como "4 meses, 3 semanas y 2 días" para reflejarlos en todas su profundidad mediante un sencillo primer plano.
6 de enero de 2015
6 de enero de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
1987. Últimos años del comunismo de Ceaucescu en Rumanía. Gabita (Vasiliu) está embarazada y ha decidido abortar. Para ello cuenta con Otilia (Marinca) y así, quedan en un hotel barato con Mr.Bebe (Ivanov) para que ejecute el aborto... Fue Palma de Oro en Cannes y, sin duda, es una de las grandes películas/sorpresas de ese año. El parco cine rumano tiene con esta obra un ejemplo sobresaliente: es cine realista puro. Desnudo, sobrio, minimalista, dentro de un ambiente deprimente. Mungiu logra una obra maestra auténtica de cine dramático, en su más alta opción: tensión, nada de emoción, nada de música, inexpresividad, descripción. Cruda. Logra una honda y grave sobriedad tatuada en ese paisaje/paisanaje tan minimalista como explosivamente certero. El tema del aborto, dentro de tan difícil contexto, es tratado con crudeza, libertad y sinceridad, como símbolo de una nación anestesiada, retraída y con la censura vigilante como leit-motiv. Hay que tener en cuenta que en Rumanía morían muchas mujeres cada año debido a clandestinas prácticas abortivas.
Mungiu acierta plenamente por su descarnada sencillez, jamás simpleza: casi diríase contada en tiempo real (empleo fabuloso de la elipsis). Es, a la vez, tierna y desgarrada, tristísima y esperanzada, atroz e inteligente, lacónica y verborreica, dolorosa y tensa, amarga y lúcida. Sus diálogos son precisos, certeros, elucubradores. Las interpretaciones son de una contención expresiva espléndida.
Es una obra maestra, nada juiciosa sobre un tema tan manoseado/manipulable y un ejemplo básico de contraponer la austeridad áspera a un barroquismo cinematográfico que aunque parece inexistente resulta por su constante presencia, aún más extraordinario, de la que Kaurismaki firmaría ya mismo.
Mungiu acierta plenamente por su descarnada sencillez, jamás simpleza: casi diríase contada en tiempo real (empleo fabuloso de la elipsis). Es, a la vez, tierna y desgarrada, tristísima y esperanzada, atroz e inteligente, lacónica y verborreica, dolorosa y tensa, amarga y lúcida. Sus diálogos son precisos, certeros, elucubradores. Las interpretaciones son de una contención expresiva espléndida.
Es una obra maestra, nada juiciosa sobre un tema tan manoseado/manipulable y un ejemplo básico de contraponer la austeridad áspera a un barroquismo cinematográfico que aunque parece inexistente resulta por su constante presencia, aún más extraordinario, de la que Kaurismaki firmaría ya mismo.
26 de abril de 2016
26 de abril de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La naturaleza humana es empujada por esas dos fuerzas, muy potentes y presentes en todos, que pueden estar latentes, silentes, pero, por alguna razón , salir impetuosamente.
Nuestra protagonista, ante la debilidad y problemas de su amiga, y delante del acantilado, decide de forma impulsiva lanzarse en su ayuda, una vez dado el salto ya no la pueden parar, le arrastra una fuerza muy poderosa, la determinación.
Y claro, hay mucha maldad, y las personas se aprovechan, son egoístas, en ese gesto altruista está sola, es una decisión de ella, está dispuesta a todo.
Nuestra protagonista, ante la debilidad y problemas de su amiga, y delante del acantilado, decide de forma impulsiva lanzarse en su ayuda, una vez dado el salto ya no la pueden parar, le arrastra una fuerza muy poderosa, la determinación.
Y claro, hay mucha maldad, y las personas se aprovechan, son egoístas, en ese gesto altruista está sola, es una decisión de ella, está dispuesta a todo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Eso sí, al final , una vez resuelto el problema, hay que pasar página, no pensar más en ello, no hablar nunca más al respecto.
20 de marzo de 2020
20 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película dura, angustiosa, cruel y veraz sobre dos chicas que devienen en una situación injusta y despiadada, y que pone en cuestión la ilegalidad del aborto y las condiciones en las que tienen que vivir dos jóvenes que precisamente están estudiando para labrarse un futuro mejor.
Este drama social de Cristian Mungiu expone las condiciones clandestinas que se generan a raíz de que el aborto sea ilegal. Y las pone encima de la mesa con una sobriedad y brutalidad que abruma. El realismo acentuado por la falta de música y la sobredimensión de los sonidos genera un ambiente de angustia y desesperación muy fuertes que acaban por convertir a esta cinta en un gran ejemplo de denuncia social.
Gabita representa la irresponsabilidad. Todas sus decisiones evocan miedo e incertidumbre, además de inconsciencia. Otilia, sin embargo, se hace responsable de todos los errores que su amiga comete y representa la madurez y la resignación. Mr. Bebe es un personaje consecuencia de un sistema opresor. Es agresivo, violento y utiliza su posición de poder para aprovecharse de las dos jóvenes.
Otro aspecto a tener en cuenta es la relación entre Otilia y su novio, la cual esta llena de incertidumbre y permanece imbuida en un contexto en el que el amor y la ternura brillan por su ausencia. En este sentido la película también nos muestra un relato desesperanzador sobre la relación de dos jóvenes que vienen de familias totalmente diferentes.
Técnicamente, destaco la sobria y oscura fotografía y la ausencia de banda sonora. Además en ocasiones Mungiu se sirve de planos secuencia en los que la cámara no se mueve para mostrar como la vida ocurre, siendo el espectador o espectadora un testigo silencioso de la misma. El guión es sólido y las interpretaciones también, especialmente la de Anamaria Marinca.
Película absolutamente recomendable.
Este drama social de Cristian Mungiu expone las condiciones clandestinas que se generan a raíz de que el aborto sea ilegal. Y las pone encima de la mesa con una sobriedad y brutalidad que abruma. El realismo acentuado por la falta de música y la sobredimensión de los sonidos genera un ambiente de angustia y desesperación muy fuertes que acaban por convertir a esta cinta en un gran ejemplo de denuncia social.
Gabita representa la irresponsabilidad. Todas sus decisiones evocan miedo e incertidumbre, además de inconsciencia. Otilia, sin embargo, se hace responsable de todos los errores que su amiga comete y representa la madurez y la resignación. Mr. Bebe es un personaje consecuencia de un sistema opresor. Es agresivo, violento y utiliza su posición de poder para aprovecharse de las dos jóvenes.
Otro aspecto a tener en cuenta es la relación entre Otilia y su novio, la cual esta llena de incertidumbre y permanece imbuida en un contexto en el que el amor y la ternura brillan por su ausencia. En este sentido la película también nos muestra un relato desesperanzador sobre la relación de dos jóvenes que vienen de familias totalmente diferentes.
Técnicamente, destaco la sobria y oscura fotografía y la ausencia de banda sonora. Además en ocasiones Mungiu se sirve de planos secuencia en los que la cámara no se mueve para mostrar como la vida ocurre, siendo el espectador o espectadora un testigo silencioso de la misma. El guión es sólido y las interpretaciones también, especialmente la de Anamaria Marinca.
Película absolutamente recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La escena de la cena de Otilia y su novio con la familia de este es técnicamente brillante. La cámara se queda fija enfocando a la pareja mientras lxs demás debaten, despotrican y vilipendian a una juventud rumana carente de futuro y por supuesto de presente.
8 de enero de 2021
8 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos amigas buscan que una de ellas pueda abortar de forma ilegal, en la Rumania de 1987. El hecho se convierte en la excusa para ofrecer un retrato de los años ochenta bajo la dictadura declinante de Ceausescu.
Todo alrededor de la historia principal es muy tenebroso y oscuro, los personajes van y vienen en su propia contradicción.
Narrativamente me parece muy original como van sucediendo los hechos, me parece más interesante las historias alrededor que el aborto en sí.
Si no os va el cine social, ni la veáis.
Lo mejor: La escena final que tiene mucho humor negro con ese plato que le sirven en el restaurante.
Lo peor: Ese primer plano del aborto innecesario.
Todo alrededor de la historia principal es muy tenebroso y oscuro, los personajes van y vienen en su propia contradicción.
Narrativamente me parece muy original como van sucediendo los hechos, me parece más interesante las historias alrededor que el aborto en sí.
Si no os va el cine social, ni la veáis.
Lo mejor: La escena final que tiene mucho humor negro con ese plato que le sirven en el restaurante.
Lo peor: Ese primer plano del aborto innecesario.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here