Sólo los amantes sobreviven
2013 

6.5
11,849
Fantástico. Drama. Romance
Ambientada en unas Detroit y Tánger románticamente desoladas, Adam, un músico underground profundamente deprimido por la dirección que han tomado los actos de la humanidad, se reúne con su dura y enigmática amante, Eve, quien no tiene problemas en reconocer su condición de vampiro. Su historia de amor ha prevalecido durante varios siglos, pero su libertino idilio pronto es interrumpido por la llegada de Ava, la salvaje e incontrolable ... [+]
25 de marzo de 2022
25 de marzo de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sucesión de escenas de corte pictórico con un desarrollo a rastras alrededor de los vampiros más tediosos de la historia. Adam es un vampiro poser que está depre porque no aguanta a la humanidad, y su novia por siglos Eve corre a consolarlo. Cruzan conversaciones inacabables mientras beben sangre en copitas de xerry.
Tiene alguna buena idea, como ese retrato de vampiros refinados, con siglos de existencia, y profundamente cultos e interesados en las artes y las ciencias. O que su estirpe esté decayendo debido a que la sangre humana ya no sea "potable". Pero todo se pierde en un desvarío intelectualoide a ritmo de pura agonía. Hay que tomarlo más como un experimento estético que como un conjunto de imágenes y diálogos contando una historia.
El litro de laca que luce Hiddelstone en el pelo para que no se le mueva el mechón sobre el ojo, de nota, parece el cantante de un grupo gótico. No extraña tampoco el escenario de Detroit como lugar de residencia de Adam, una de las ciudades más deprimidas de los USA. Pues que se vaya a otra ciudad, si le sobra el dinero para mudarse. Pero prefiere lamentarse y hacer la pose antes que hacer algo por cambiar el signo de su no-vida. Tantas vueltas para hacer lo mismo que si no fuera vampiro. En fin, no le busquen tres pies al gato, ida de olla esteticista para pedantes.
Tiene alguna buena idea, como ese retrato de vampiros refinados, con siglos de existencia, y profundamente cultos e interesados en las artes y las ciencias. O que su estirpe esté decayendo debido a que la sangre humana ya no sea "potable". Pero todo se pierde en un desvarío intelectualoide a ritmo de pura agonía. Hay que tomarlo más como un experimento estético que como un conjunto de imágenes y diálogos contando una historia.
El litro de laca que luce Hiddelstone en el pelo para que no se le mueva el mechón sobre el ojo, de nota, parece el cantante de un grupo gótico. No extraña tampoco el escenario de Detroit como lugar de residencia de Adam, una de las ciudades más deprimidas de los USA. Pues que se vaya a otra ciudad, si le sobra el dinero para mudarse. Pero prefiere lamentarse y hacer la pose antes que hacer algo por cambiar el signo de su no-vida. Tantas vueltas para hacer lo mismo que si no fuera vampiro. En fin, no le busquen tres pies al gato, ida de olla esteticista para pedantes.
23 de junio de 2014
23 de junio de 2014
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película, ante todo, lenta y soporífera. Lo único que merece la pena es ver este Detroit víctima del liberalismo económico y un Tanger decadente lleno de moros. El protagonista apetece abofetearlo, ella es atractiva pero no levanta la película. Alguna fotografía bella en su composición. Todos los actores sufren de sobredosis de laca en el pelo, el bien podria ser un Mario Vaquerizo todavía con menos gracia. El ritmo de la película es lento hasta la cabezada y el bostezo.
Bellas guitarras y dialogos com referencias a artistas anglosajones sobre todo.
La película es lánguida, como la historia que relata. Aviso: tomarse un cafe doble solo antes de verla.
Bellas guitarras y dialogos com referencias a artistas anglosajones sobre todo.
La película es lánguida, como la historia que relata. Aviso: tomarse un cafe doble solo antes de verla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Seran vampiros pero su inmortalidad no ha sido capaz de reafirmar las arrugas del cutis de ella.
19 de marzo de 2021
19 de marzo de 2021
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo que conozco parte de la obra de Jim Jarmusch no esperaba absolutamente nada de esta película, por mucho que se vista de una obra de vampiros que trata de imitar torpemente a "El Ansia" (1983). De hecho, he sido más o menos obligado a verla pese a mi poderoso argumento de "tener pinta de rollo importante". Y así ha sido. Pero es cierto, que como premisa tiene algunas posibilidades que comienzan a desmoronarse con el casting. Esta pareja de un apuesto Tom Hiddleston con una fea y demacrada Tilda Swinton está tan desproporcionada y es tan poco creíble que en mi casa se entendió que era su madre. Y no le faltaba razón en tanto que ella es veinte años mayor que él en la vida real. Más tarde aparece una chica realmente insoportable interpretada por Mia Wasikowska, que parece que va a darle algo de vida a la trama y al final lo único que provoca es un giro muy estúpido (SPOILER).
Sea como fuere, los problemas de "Sólo los amantes sobreviven" son importantes y variados. Uno es que no tiene una trama o esta es tan sutil que tampoco importa. Es todo una pose permanente y muy aburrida, que ni siquiera se molesta en explicar las cosas fundamentales, como por ejemplo qué paso en París hace 87 años o por qué uno vive en Detroit y otra en Tanger, si se quieren tanto. Un segundo fallo es la pedantería de la cinta, que también es dejarse llevar por las fantasías literarias y musicales de su director, con Schubert, Byron, Marlowe o Eddie Cochran. Sin embargo, el fundamental es que la propuesta está vacía, es banal, no dice realmente nada válido. Por ejemplo, nos hablan de la decadencia del mundo y del hombre pero nunca nos expone en qué consistiría el apogeo o "los buenos tiempos". Eso sería mojarse, proponer algo y eso nunca lo hace Jarmusch porque no sabe qué contar.
Sea como fuere, los problemas de "Sólo los amantes sobreviven" son importantes y variados. Uno es que no tiene una trama o esta es tan sutil que tampoco importa. Es todo una pose permanente y muy aburrida, que ni siquiera se molesta en explicar las cosas fundamentales, como por ejemplo qué paso en París hace 87 años o por qué uno vive en Detroit y otra en Tanger, si se quieren tanto. Un segundo fallo es la pedantería de la cinta, que también es dejarse llevar por las fantasías literarias y musicales de su director, con Schubert, Byron, Marlowe o Eddie Cochran. Sin embargo, el fundamental es que la propuesta está vacía, es banal, no dice realmente nada válido. Por ejemplo, nos hablan de la decadencia del mundo y del hombre pero nunca nos expone en qué consistiría el apogeo o "los buenos tiempos". Eso sería mojarse, proponer algo y eso nunca lo hace Jarmusch porque no sabe qué contar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Todos en nuestras casas sabemos que la loca ésa va a matar al humano en cuanto los dejen solos pero ellos es precisamente lo que hacen. Y eso que la conocen bien y que ha asesinado a muchos de esa forma. No se puede ser más tonto.
15 de noviembre de 2015
15 de noviembre de 2015
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Partimos de una premisa interesante, un músico que dada su condición de vampiro ha vivido diferentes épocas, diferentes movimientos sociales y culturales y que tras siglos de vida (más de 800 años creo recordar) decide excluirse en una mansión en los exteriores de la ciudad, en un barrio abandonado tras el cierre de su industria principal. Dicho personaje sólo tiene un par de contactos humanos que le abastecen de lo que necesita y con los que trata lo mínimo indispensable, ya que aborrece en lo que la humanidad se ha convertido, denominando a estos "zombis", ya que están "podridos" y acaban con todo lo que tocan.
Sin embargo ahí queda la cosa, los personajes no se desarrollan, son estereotipados: un músico depresivo cansado de vivir; una amante fiel que ve en el amor el sentido de la vida; un anciano a las puertas de la muerte que mira al pasado con nostalgia; y una joven que esta repleta de deseos de vivir y de disfrutar sin tapujos, ni leyes (¡¡lo nunca visto!!).
La trama se desarrolla exageradamente lenta, sin apenas avanzar, repleta de diálogos vacíos, en los que se recurre sin parar a la exposición de autores, escritores, filósofos y científicos, haciendo ver que gran parte de sus creaciones están de una u otra forma influenciadas por los protagonistas. Se repiten sin parar escenas de transición de entornos en las que se abusa de la cámara lenta. Estos recursos los interpreto como una intención por parte del autor de transmitirnos la atemporabilidad de los personajes, para los que el tiempo no es un factor limitante (se ve por ejemplo en la anacronía de algunas indumentarias), pero creo que podría haberse tratado mejor este aspecto.
En las interpretaciones no encuentro nada que destacar, no me han transmitido nada, ni pasión, ni miedo, ni siquiera tristeza.
Nada más que destacar. Gracias por leerme si has llegado hasta estas líneas y un saludo.
Sin embargo ahí queda la cosa, los personajes no se desarrollan, son estereotipados: un músico depresivo cansado de vivir; una amante fiel que ve en el amor el sentido de la vida; un anciano a las puertas de la muerte que mira al pasado con nostalgia; y una joven que esta repleta de deseos de vivir y de disfrutar sin tapujos, ni leyes (¡¡lo nunca visto!!).
La trama se desarrolla exageradamente lenta, sin apenas avanzar, repleta de diálogos vacíos, en los que se recurre sin parar a la exposición de autores, escritores, filósofos y científicos, haciendo ver que gran parte de sus creaciones están de una u otra forma influenciadas por los protagonistas. Se repiten sin parar escenas de transición de entornos en las que se abusa de la cámara lenta. Estos recursos los interpreto como una intención por parte del autor de transmitirnos la atemporabilidad de los personajes, para los que el tiempo no es un factor limitante (se ve por ejemplo en la anacronía de algunas indumentarias), pero creo que podría haberse tratado mejor este aspecto.
En las interpretaciones no encuentro nada que destacar, no me han transmitido nada, ni pasión, ni miedo, ni siquiera tristeza.
Nada más que destacar. Gracias por leerme si has llegado hasta estas líneas y un saludo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La trama parece que va a despegar cuando aparece el personaje de Mia Wasikowska, lleno de vida (ya que los otros parecen irónicamente muertos, pasivos y sin "sangre", nunca mejor dicho). Pero no es así, la trama no sólo no termina de despegar, sino que se vuelve aun más pesada.
29 de junio de 2014
29 de junio de 2014
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé quién es Jim Jarmusch, ni si esta película es una de sus mejores obras ni si está a la altura de lo que da habitualmente. No he visto ni "El ladrón de orquídeas" ni "Noche en la Tierra", las que se supone que son sus obras más señaladas. Pero creo que le tengo calado.
Adam (Tom Hiddleston) es un vampiro que vive recluido en su casa a las afueras de Detroit y al que le encanta componer música. Está pasando por una crisis existencial que le hace replantearse su vida; está cansado de los humanos y de su habilidad para ir siempre a peor. Por este motivo, Eve (Tilda Swinton), su mujer, que vive en Tánger, le visitará para sacarlo de la depresión en la que se halla sumido.
Es una película en la que no ocurren muchas cosas. La sinopsis cuenta, aproximadamente, el 75% de la trama. Es de esas donde el trasfondo, la ambientación y el sello propio del director priman por encima del contenido. No hay nada más que decir. Fin de la crítica. Bueno, supongo que os estaréis preguntando muchas cosas.
A partir de aquí, algún que otro spoiler.
¿Que si es pomposa? Hasta el infinito y más allá. Jarmusch es un intelectual y se las da de cultureta mostrándonos su amplia gama de conocimientos artísticos y científicos en cada escena. No viene a cuento citar la estrella diamante que palpita en el espacio exterior; se me ocurren cientos de metáforas menos pretenciosas y fuera de lugar donde Jarmusch podría haber transmitido lo que quería decir sin tanta pomposidad. Es harto pedante que los vampiros llamen a las plantas por su nombre taxonómico, por muy centenarios que sean, o que no paren de citar a ilustres científicos y literatos clásicos como si no se hiciera nada bueno en el presente. O que se pongan a hablar de Einstein y sus teorías.
¿Que si te hace reflexionar? Sí, pero no tanto como pueda parecer. No es ni tan honda ni tan trascendental como Jarmusch quiere que creamos. Los vampiros están condenados a ver el mundo arder y a ser testigos de cómo los humanos destruyen todo lo bonito de este mundo. Cómo los humanos reprimen todo aquello que podría hacer avanzar la sociedad o que la haría evolucionar a un nuevo estadío superior y ver cómo los zombies premian la estupidez. Todos nos hemos sentido así en una ocasión u otra, sobre todo cuando uno sintoniza Tele5 o se pone a ver las tertulias de 13tv, pero de ahí a establecer que cualquier momento pasado fue mejor y que el presente y el futuro no deparan nada interesante o digno de disfrute hay un trecho. Me cuesta imaginar a los vampiros pasándoselo en grande durante el medievo o pensando que los años oscuros fue una época llena de posibilidades. La desidia de Adam me parece comprensible, pero la relacionaría más con un cansancio de la vida atribuible a su inmortalidad y creer que nada podrá sorprenderle ya, que de un sentimiento de regresión humana.
¿El ritmo es lento? Sí, pero le va que ni anillo al dedo para lo que se nos está contando. Es necesario recrearse en lo cotidiano para entender la postura de Adam y Eve. La aparición de Ava (Mia Wasikowska) insufla algo de ritmo a una película que se estaba estancando y consigue añadir un giro argumental que empuja a los protagonistas a pasar a la acción. Pero eso no ocurre hasta muy entrada la película y puede llegar a aburrir.
¿Para verla en el cine? Por supuesto. No por sus efectos especiales, sino por esa ambientación tan conseguida, que nos hace creer que el mundo se está yendo al garete y que estamos acabados como especie. Que nada bueno saldrá de nosotros. Podemos estar más o menos de acuerdo, pero la tenebrosidad que se palpa en cada fotograma y la desolación que transpiran las calles de Detroit y de Tánger refuerzan la teoría del vampiro crepuscular que es Adam. ¿Cómo poder disfrutar de una BSO tan magnética y terriblemente bien escogida sino yendo al cine? "The taste of blood" es uno de los mejores temas que he oído en lo que llevo de año y que plasma a la perfección la depresión en la que se halla sumido Adam.
¿Que los protagonistas cargan todo el peso de una historia que en manos de otros hubiera sido un peñazo? También. Tom Hiddelston y Tilda Swinton están increíbles, dos monstruos de la actuación que nos deleitan con sus vampiros decadentes, acompañados por una gran Mia Wasikowska, el siempre acertado John Hurt y el más que solvente Anton Yelchin.
¿Os la recomiendo? Solo si os sentís trascendentales y queréis ver la decadencia del mundo a través de los ojos de unos vampiros filósofos. Si queréis disfrutar de una ambientación brutal, de una BSO increíble y de unas actuaciones muy buenas. Si queréis pasar un rato entretenidos, si buscáis más hondura y reflexiones de más calado, no.
Adam (Tom Hiddleston) es un vampiro que vive recluido en su casa a las afueras de Detroit y al que le encanta componer música. Está pasando por una crisis existencial que le hace replantearse su vida; está cansado de los humanos y de su habilidad para ir siempre a peor. Por este motivo, Eve (Tilda Swinton), su mujer, que vive en Tánger, le visitará para sacarlo de la depresión en la que se halla sumido.
Es una película en la que no ocurren muchas cosas. La sinopsis cuenta, aproximadamente, el 75% de la trama. Es de esas donde el trasfondo, la ambientación y el sello propio del director priman por encima del contenido. No hay nada más que decir. Fin de la crítica. Bueno, supongo que os estaréis preguntando muchas cosas.
A partir de aquí, algún que otro spoiler.
¿Que si es pomposa? Hasta el infinito y más allá. Jarmusch es un intelectual y se las da de cultureta mostrándonos su amplia gama de conocimientos artísticos y científicos en cada escena. No viene a cuento citar la estrella diamante que palpita en el espacio exterior; se me ocurren cientos de metáforas menos pretenciosas y fuera de lugar donde Jarmusch podría haber transmitido lo que quería decir sin tanta pomposidad. Es harto pedante que los vampiros llamen a las plantas por su nombre taxonómico, por muy centenarios que sean, o que no paren de citar a ilustres científicos y literatos clásicos como si no se hiciera nada bueno en el presente. O que se pongan a hablar de Einstein y sus teorías.
¿Que si te hace reflexionar? Sí, pero no tanto como pueda parecer. No es ni tan honda ni tan trascendental como Jarmusch quiere que creamos. Los vampiros están condenados a ver el mundo arder y a ser testigos de cómo los humanos destruyen todo lo bonito de este mundo. Cómo los humanos reprimen todo aquello que podría hacer avanzar la sociedad o que la haría evolucionar a un nuevo estadío superior y ver cómo los zombies premian la estupidez. Todos nos hemos sentido así en una ocasión u otra, sobre todo cuando uno sintoniza Tele5 o se pone a ver las tertulias de 13tv, pero de ahí a establecer que cualquier momento pasado fue mejor y que el presente y el futuro no deparan nada interesante o digno de disfrute hay un trecho. Me cuesta imaginar a los vampiros pasándoselo en grande durante el medievo o pensando que los años oscuros fue una época llena de posibilidades. La desidia de Adam me parece comprensible, pero la relacionaría más con un cansancio de la vida atribuible a su inmortalidad y creer que nada podrá sorprenderle ya, que de un sentimiento de regresión humana.
¿El ritmo es lento? Sí, pero le va que ni anillo al dedo para lo que se nos está contando. Es necesario recrearse en lo cotidiano para entender la postura de Adam y Eve. La aparición de Ava (Mia Wasikowska) insufla algo de ritmo a una película que se estaba estancando y consigue añadir un giro argumental que empuja a los protagonistas a pasar a la acción. Pero eso no ocurre hasta muy entrada la película y puede llegar a aburrir.
¿Para verla en el cine? Por supuesto. No por sus efectos especiales, sino por esa ambientación tan conseguida, que nos hace creer que el mundo se está yendo al garete y que estamos acabados como especie. Que nada bueno saldrá de nosotros. Podemos estar más o menos de acuerdo, pero la tenebrosidad que se palpa en cada fotograma y la desolación que transpiran las calles de Detroit y de Tánger refuerzan la teoría del vampiro crepuscular que es Adam. ¿Cómo poder disfrutar de una BSO tan magnética y terriblemente bien escogida sino yendo al cine? "The taste of blood" es uno de los mejores temas que he oído en lo que llevo de año y que plasma a la perfección la depresión en la que se halla sumido Adam.
¿Que los protagonistas cargan todo el peso de una historia que en manos de otros hubiera sido un peñazo? También. Tom Hiddelston y Tilda Swinton están increíbles, dos monstruos de la actuación que nos deleitan con sus vampiros decadentes, acompañados por una gran Mia Wasikowska, el siempre acertado John Hurt y el más que solvente Anton Yelchin.
¿Os la recomiendo? Solo si os sentís trascendentales y queréis ver la decadencia del mundo a través de los ojos de unos vampiros filósofos. Si queréis disfrutar de una ambientación brutal, de una BSO increíble y de unas actuaciones muy buenas. Si queréis pasar un rato entretenidos, si buscáis más hondura y reflexiones de más calado, no.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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