Sólo los amantes sobreviven
2013 

6.5
11,848
Fantástico. Drama. Romance
Ambientada en unas Detroit y Tánger románticamente desoladas, Adam, un músico underground profundamente deprimido por la dirección que han tomado los actos de la humanidad, se reúne con su dura y enigmática amante, Eve, quien no tiene problemas en reconocer su condición de vampiro. Su historia de amor ha prevalecido durante varios siglos, pero su libertino idilio pronto es interrumpido por la llegada de Ava, la salvaje e incontrolable ... [+]
10 de octubre de 2014
10 de octubre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El juego con los esquemas de los géneros cinematográficos (carcelario, road movie, western, etc.) es una constante en el cine de Jim Jarmusch, apasionado de la música (actual guitarrista de “SQÜRL”, grupo que firma la banda sonora de esta película), elemento con el que recubre todo lo que filma, creando microcosmos melódicos de corte nostálgico, de reminiscencia poética (no en balde, frustrado poeta) y minimalistas, plagados de referencias culturales, incluso a su propio cine, en un juego de sofisticada pedantería del que no siempre sale triunfante. En su última entrega, se sumerge en el subgénero de vampiros, obteniendo un resultado dispar.
Dividida en dos territorios distantes, tan diferentes entre sí, como son la decadente Detroit y la enigmática Tánger, dos vampiros amantes, Adam y Eve, conviven de diferente manera con el vacío existencial de la eternidad y simbolizan la Humanidad y todo lo que ésta ha vivido y creado, siendo inevitable su sufriendo por el lamentable rumbo que ésta ha tomado, temerosos de verse contaminados por su inmundicia. Tratados siempre con el peculiar humor tibio al que este director acostumbra, se sucede toda una serie de pausados momentos de introspección, decadencia y nihilismo, que casan a la perfección con el ritmo de una película en la que la fachada cobra excesiva relevancia y, si bien exquisita, fagocita las posibilidades de desarrollo de esta historia, plagada de referencias culturales con excesivo afán de protagonismo, que, más que consolidar, entorpecen el relato.
Se trata, pues, de una frustrada reflexión sobre la belleza como Arte, en sus diferentes formas (en este caso, Música y Literatura), sin duda interesante, pero que peca de minimalista y estética, con largas escenas que tratan de huir del vacío hablando del mismo; jugada demasiado complicada para Jarmusch, que se pierde en transiciones musicales tan visualmente magnéticas como intrascendentes, que introduce reflexiones de pretenciosa profundidad en unos personajes que no encuentran motivos para seguir viviendo, pero que son incapaces de dejar de hacerlo, permaneciendo atados a la sangre como su particular droga, una vía de escape a su anodina existencia, en la que, quizás, no todo esté perdido.
Esta, y otras críticas, en http://blogquenuncaestuvoalli.blogspot.com.es/
Dividida en dos territorios distantes, tan diferentes entre sí, como son la decadente Detroit y la enigmática Tánger, dos vampiros amantes, Adam y Eve, conviven de diferente manera con el vacío existencial de la eternidad y simbolizan la Humanidad y todo lo que ésta ha vivido y creado, siendo inevitable su sufriendo por el lamentable rumbo que ésta ha tomado, temerosos de verse contaminados por su inmundicia. Tratados siempre con el peculiar humor tibio al que este director acostumbra, se sucede toda una serie de pausados momentos de introspección, decadencia y nihilismo, que casan a la perfección con el ritmo de una película en la que la fachada cobra excesiva relevancia y, si bien exquisita, fagocita las posibilidades de desarrollo de esta historia, plagada de referencias culturales con excesivo afán de protagonismo, que, más que consolidar, entorpecen el relato.
Se trata, pues, de una frustrada reflexión sobre la belleza como Arte, en sus diferentes formas (en este caso, Música y Literatura), sin duda interesante, pero que peca de minimalista y estética, con largas escenas que tratan de huir del vacío hablando del mismo; jugada demasiado complicada para Jarmusch, que se pierde en transiciones musicales tan visualmente magnéticas como intrascendentes, que introduce reflexiones de pretenciosa profundidad en unos personajes que no encuentran motivos para seguir viviendo, pero que son incapaces de dejar de hacerlo, permaneciendo atados a la sangre como su particular droga, una vía de escape a su anodina existencia, en la que, quizás, no todo esté perdido.
Esta, y otras críticas, en http://blogquenuncaestuvoalli.blogspot.com.es/
19 de junio de 2014
19 de junio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La remodelación vampírica que Jim nos muestra es una forma diferente de enfocar su cine, y como en sus anteriores trabajos el resultado final es incompleto, faltando más gancho y sobrando algo de diálogo.
Aunque la propuesta resulta muy interesante, y la historia está bien narrada a Sólo los amantes sobreviven le falta algo que le haga ser lo especial que debiera, ya que todo en torno a ella, destila calidad, por un lado tenemos una ambientación muy acertada , con una historia interesante , bien acompañada por una buena banda sonora y muy bien interpretada por dos actores de renombre, pero con todo esto a su favor lo cierto es que la película resulta a trozos pesada y algo aburrida, por un lado esto se debe a su gran contenido narrativo que mezcla de forma explícita lo real con lo filosófico y al espectador corriente no logrará captar y por otro lado tenemos esa falta de intensidad que le haga ser un drama más intenso en su forma viva y menos en la literal, se hecha en falta la fuerza desbordadora de sus actores, que aunque están muy bien, sus personajes se estancan en una espiral que cuesta seguir.
Su tramo central es el más pesado y en donde cabe esperar un poco más intensidad, ya que parece que trate de un film nostálgico con tintes negros orientados hacia un drama light. Su recta final es un poco más de lo mismo, todo se vuelve hasta cierto punto previsible y cuesta salir del aturdimiento por pesadez de momentos anteriores.
Como conclusión se puede decir que se trata de una película muy correcta, de la que cabe esperar un poco más, no recomendable para quienes quieran ver en ella un cinta de vampiros a la antigua usanza, ya que la decepción es inminente.
Lo mejor: Tilda y su sentido camaleónico.
Lo peor: Le falta fuerza en toda su estructura.
https://www.facebook.com/groups/523450181107453/
Aunque la propuesta resulta muy interesante, y la historia está bien narrada a Sólo los amantes sobreviven le falta algo que le haga ser lo especial que debiera, ya que todo en torno a ella, destila calidad, por un lado tenemos una ambientación muy acertada , con una historia interesante , bien acompañada por una buena banda sonora y muy bien interpretada por dos actores de renombre, pero con todo esto a su favor lo cierto es que la película resulta a trozos pesada y algo aburrida, por un lado esto se debe a su gran contenido narrativo que mezcla de forma explícita lo real con lo filosófico y al espectador corriente no logrará captar y por otro lado tenemos esa falta de intensidad que le haga ser un drama más intenso en su forma viva y menos en la literal, se hecha en falta la fuerza desbordadora de sus actores, que aunque están muy bien, sus personajes se estancan en una espiral que cuesta seguir.
Su tramo central es el más pesado y en donde cabe esperar un poco más intensidad, ya que parece que trate de un film nostálgico con tintes negros orientados hacia un drama light. Su recta final es un poco más de lo mismo, todo se vuelve hasta cierto punto previsible y cuesta salir del aturdimiento por pesadez de momentos anteriores.
Como conclusión se puede decir que se trata de una película muy correcta, de la que cabe esperar un poco más, no recomendable para quienes quieran ver en ella un cinta de vampiros a la antigua usanza, ya que la decepción es inminente.
Lo mejor: Tilda y su sentido camaleónico.
Lo peor: Le falta fuerza en toda su estructura.
https://www.facebook.com/groups/523450181107453/
26 de junio de 2014
26 de junio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una larga sequía de trabajos del director indie, muchos nos preguntábamos si estaba en espera de una epifanía creativa o simplemente se sumaría a esa larga lista de directores desaparecidos en pos de un trabajo o historia que nunca llegaría.
Pues bien, tras su regreso con este cuento urbano moderno de vampiros se puede hablar de ciertas irregularidades en cuanto a gustos que ha generado indiferencia entre sus seguidores y sorpresa entre los más neófitos.
Que nadie se espere los arquetipos básicos de todo lo visto en cuanto a vampiros (crucifijos, ajos, etc...) puesto que estos están aquí representados como jinetes de la entropía que "viven" la noche ataviados como estrellas malditas del glam rock y portando sempiternas gafas de sol y guantes.
Adam, el músico underground deprimido y siempre hastiado de todo. Eve, la amante dura, realista y con los pies en el suelo. Dos caras de una moneda que se complementan a la perfección como dos piezas de un puzzle hasta que entra como un huracán la figura de la hermana pequeña de Eve, dispuesta a traer frescura dentro de la polvorienta existencia de ambos amantes.
No es la clásica película en la que "pasen cosas" y que pondrá de los nervios al público que busque algo más de una trama peliaguda en la que el suspense se crezca, pero a quien le guste o haya visto cualquier trabajo anterior de Jarmush (Ghost dog, Dead man, Coffee and cigarettes) sabrá a lo que se expone.
La relación única y profunda, entre estos dos amantes es el eje de una película hermosa, elegante y melancólica en la que el vampirismo se usa como metáfora en la que se podría haber prescindido totalmente para captar la esencia de la historia. No obstante, Jarmush no ha perdido la ocasión de jugar con los topicazos, con esa atmósfera pesimista, con ese humor tan especial... pero poco más.
Parte de la gracia está en la inmortalidad de los protagonistas, que llevan vivos demasiado tiempo, que han presenciado toda clase de eventos históricos y han conocido a genios que murieron siglos atrás. Pero esta ¿maldición? tiene un coste: la sangre. Y el problema es que la sangre está tan corrompida como la sociedad…
Destacar por encima de todo el elenco protagonista: Tilda Swinton y Tom Hiddleston, pareja principal que se compenetran a la perfección y la sorpresa, la joven Mia Wasikowska en el papel de Eve más un personaje muy antiguo y con relevancia que no revelaré para destripar un correcto ejercicio de cine (aunque en el trailer podréis verlo si os fijáis bien).
Una banda sonora gris, nocturna y que te lleva a los rincones más ocultos de cualquier cosmópolis gélida de la actualidad. Jarmush da mucha importancia a su música en sus trabajos e imbuye de un espíritu propio a cada película. En este caso, no ha bajado el listón para nada y continúa siendo un gran conocedor del medio.
Un trabajo en general correcto. Correcto sí, pero sigue estando bastante lejano de los mejores trabajos de Jarmush al que considero que sigue buscando esa chispa para ofrecernos un cine independiente de calidad.
Como apunte final, decir que la cinta posee casi de todo: una historia oscura contada desde un punto de vista irónico, mordaz, cínico en el que se mezclan el romanticismo e incluso se saca algo de partido al género fantástico.
Buen provecho.
Lo mejor: El trío protagonista que deja que la historia fluya sola. Una banda sonora que supera el notable en cuanto ambientación. Ese puntillo de humor.
Lo peor: Sigue existiendo esa carencia de una película "revolucionaria" en cuanto a historias de chupasangres. La historia no necesitaba la excusa del vampirismo para esa crítica a la sociedad.
Pues bien, tras su regreso con este cuento urbano moderno de vampiros se puede hablar de ciertas irregularidades en cuanto a gustos que ha generado indiferencia entre sus seguidores y sorpresa entre los más neófitos.
Que nadie se espere los arquetipos básicos de todo lo visto en cuanto a vampiros (crucifijos, ajos, etc...) puesto que estos están aquí representados como jinetes de la entropía que "viven" la noche ataviados como estrellas malditas del glam rock y portando sempiternas gafas de sol y guantes.
Adam, el músico underground deprimido y siempre hastiado de todo. Eve, la amante dura, realista y con los pies en el suelo. Dos caras de una moneda que se complementan a la perfección como dos piezas de un puzzle hasta que entra como un huracán la figura de la hermana pequeña de Eve, dispuesta a traer frescura dentro de la polvorienta existencia de ambos amantes.
No es la clásica película en la que "pasen cosas" y que pondrá de los nervios al público que busque algo más de una trama peliaguda en la que el suspense se crezca, pero a quien le guste o haya visto cualquier trabajo anterior de Jarmush (Ghost dog, Dead man, Coffee and cigarettes) sabrá a lo que se expone.
La relación única y profunda, entre estos dos amantes es el eje de una película hermosa, elegante y melancólica en la que el vampirismo se usa como metáfora en la que se podría haber prescindido totalmente para captar la esencia de la historia. No obstante, Jarmush no ha perdido la ocasión de jugar con los topicazos, con esa atmósfera pesimista, con ese humor tan especial... pero poco más.
Parte de la gracia está en la inmortalidad de los protagonistas, que llevan vivos demasiado tiempo, que han presenciado toda clase de eventos históricos y han conocido a genios que murieron siglos atrás. Pero esta ¿maldición? tiene un coste: la sangre. Y el problema es que la sangre está tan corrompida como la sociedad…
Destacar por encima de todo el elenco protagonista: Tilda Swinton y Tom Hiddleston, pareja principal que se compenetran a la perfección y la sorpresa, la joven Mia Wasikowska en el papel de Eve más un personaje muy antiguo y con relevancia que no revelaré para destripar un correcto ejercicio de cine (aunque en el trailer podréis verlo si os fijáis bien).
Una banda sonora gris, nocturna y que te lleva a los rincones más ocultos de cualquier cosmópolis gélida de la actualidad. Jarmush da mucha importancia a su música en sus trabajos e imbuye de un espíritu propio a cada película. En este caso, no ha bajado el listón para nada y continúa siendo un gran conocedor del medio.
Un trabajo en general correcto. Correcto sí, pero sigue estando bastante lejano de los mejores trabajos de Jarmush al que considero que sigue buscando esa chispa para ofrecernos un cine independiente de calidad.
Como apunte final, decir que la cinta posee casi de todo: una historia oscura contada desde un punto de vista irónico, mordaz, cínico en el que se mezclan el romanticismo e incluso se saca algo de partido al género fantástico.
Buen provecho.
Lo mejor: El trío protagonista que deja que la historia fluya sola. Una banda sonora que supera el notable en cuanto ambientación. Ese puntillo de humor.
Lo peor: Sigue existiendo esa carencia de una película "revolucionaria" en cuanto a historias de chupasangres. La historia no necesitaba la excusa del vampirismo para esa crítica a la sociedad.
7 de julio de 2014
7 de julio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Para qué estamos aquí? Encontrarle un sentido a la existencia es complicado, asfixiante. Sobre todo si eres un ser eterno y, lejos de resolver el enigma, la pregunta te acompaña durante milenios. Adam (Adán) es un vampiro que fantasea con el suicidio. Se encierra en sí mismo, se refugia en sus creaciones musicales como un triste roquero. La vida le pesa como una lápida. La humanidad (a la que llama zombis) cada vez le da más asco, y últimamente solo le salen melodías fúnebres. Vive en Detroit, rodeado de instrumentos musicales y guitarras que son auténticas reliquias. Afortunadamente tiene a Eve (Eva), su mujer, aunque ella está casi al otro lado del mundo. En Tánger. Eve, al contrario que Adam, ama la vida y la naturaleza. Ella lo arrastra y lo fortalece. Después de varios siglos de relación, lo conoce como nadie, y puede oler a kilómetros las rachas depresivas de su marido. Eva es el pilar y la única razón que tiene Adam para seguir sobreviviendo, cuando ni siquiera la música consigue aportarle motivos.
“Solo los amantes sobreviven” tiene un encanto que brota sobre todo de su banda sonora y su estética, que se mueven entre lo romántico, lo roquero y el embrujo árabe. Sin grandes sorpresas o giros abruptos, la película transcurre sutil y misteriosa, como el humo de una varilla de incienso. Sin más, su director Jim Jarmusch (“Dead man”, “Coffee and Cigarettes”, “Flores rotas”), nos muestra el interior de unos personajes que se caracterizan por su longevidad y sabiduría, más que por su naturaleza depredadora, ya que se alimentan sobre todo de la literatura, la ciencia y la música más exquisita. Tilda Swinton, que participa por tercera vez con Jarmusch, interpreta a Eve solo como ella sabe interpretar a los seres fantásticos. Su personaje comparte inquietudes intelectuales con Adam, (Tom Hiddleston), y con Christopher Marlowe (John Hurt), el dramaturgo y poeta inglés del siglo XVI convertido en vampiro, que constantemente prodiga su odio hacia Shakespeare (se dice que éste se apropió de las obras de Marlowe).
La aparición de Ava (Mia Wasikowska), se hace esperar, ya que desde el comienzo los demás protagonistas la nombran, pero cuando aparece no aporta ningún conflicto importante, como en un principio parece intuirse. Wasikowska vuelve a sorprender por su versatilidad. Lejos de parecer lúgubre y reservada como en la película “Stoker”, su pelo alborotado y rubio, y su carácter irritante, hacen que contraste fuertemente con el resto de vampiros.
La banda sonora de “Solo los amantes sobreviven” está compuesta en su mayoría por el grupo SQÜRL, al que pertenece su director, Jim Jarmusch. El vestuario y las localizaciones atrapan visualmente, haciendo que el espectador difícilmente salga de esa atmósfera especial, incluso después de acabar la película. En “Solo los amantes sobreviven” también hay lugar para la denuncia. Y es que, como no puede ser de otro modo, los amantes de la vida sufren por un planeta al que han visto cambiar y al que ven deteriorarse sin remedio. Según estos expertos en vivir, quizás la búsqueda constante de la belleza y la comunión con el entorno, sea la única razón para seguir existiendo.
“Solo los amantes sobreviven” tiene un encanto que brota sobre todo de su banda sonora y su estética, que se mueven entre lo romántico, lo roquero y el embrujo árabe. Sin grandes sorpresas o giros abruptos, la película transcurre sutil y misteriosa, como el humo de una varilla de incienso. Sin más, su director Jim Jarmusch (“Dead man”, “Coffee and Cigarettes”, “Flores rotas”), nos muestra el interior de unos personajes que se caracterizan por su longevidad y sabiduría, más que por su naturaleza depredadora, ya que se alimentan sobre todo de la literatura, la ciencia y la música más exquisita. Tilda Swinton, que participa por tercera vez con Jarmusch, interpreta a Eve solo como ella sabe interpretar a los seres fantásticos. Su personaje comparte inquietudes intelectuales con Adam, (Tom Hiddleston), y con Christopher Marlowe (John Hurt), el dramaturgo y poeta inglés del siglo XVI convertido en vampiro, que constantemente prodiga su odio hacia Shakespeare (se dice que éste se apropió de las obras de Marlowe).
La aparición de Ava (Mia Wasikowska), se hace esperar, ya que desde el comienzo los demás protagonistas la nombran, pero cuando aparece no aporta ningún conflicto importante, como en un principio parece intuirse. Wasikowska vuelve a sorprender por su versatilidad. Lejos de parecer lúgubre y reservada como en la película “Stoker”, su pelo alborotado y rubio, y su carácter irritante, hacen que contraste fuertemente con el resto de vampiros.
La banda sonora de “Solo los amantes sobreviven” está compuesta en su mayoría por el grupo SQÜRL, al que pertenece su director, Jim Jarmusch. El vestuario y las localizaciones atrapan visualmente, haciendo que el espectador difícilmente salga de esa atmósfera especial, incluso después de acabar la película. En “Solo los amantes sobreviven” también hay lugar para la denuncia. Y es que, como no puede ser de otro modo, los amantes de la vida sufren por un planeta al que han visto cambiar y al que ven deteriorarse sin remedio. Según estos expertos en vivir, quizás la búsqueda constante de la belleza y la comunión con el entorno, sea la única razón para seguir existiendo.
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