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Interestelar

Ciencia ficción. Drama. Aventuras Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores dirigidos por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) emprende una misión que puede ser la más importante de la historia de la humanidad: viajar más allá de nuestra galaxia para descubrir algún planeta en otra que pueda garantizar el futuro de la raza humana. (FILMAFFINITY)
Críticas 896
Críticas ordenadas por utilidad
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6
8 de noviembre de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepción. Esa es la sensación que tenía en ciertos tramos de la tan esperada Interstellar. Y es que, a parte de la ya de por si altísima expectación creada en las últimas semanas alrededor de la última película de Nolan, para mí, admirador total de dicho director, de las últimas actuaciones de McConaughey (¿quién no?), y estudiante de física con un gran interés y curiosidad por la astrofísica, Interstellar se me presentaba como la gran película de 2014.

Interstellar ha sido víctima del ya mencionado hype. Por supuesto que no es una mala película, de hecho la recomiendo a todo el mundo porque para nada se hace aburrida pese a sus casi 3h de duración y a que el ritmo no es excesivamente rápido; entretiene en todo momento (mención especial al genial uso de efectos especiales e increíble fotografía). Las correctas interpretaciones (sobresaliendo quizás McConaughey y Chastain) contribuyen también, a que Interstellar sea interesante y llevadera en todo momento.

Sin embargo, no es sólo entretenimiento lo que seguramente muchos pensábamos encontrar en Interstellar. Buscábamos un guión sólido, sin fisuras, cuando menos carente de incoherencias... Y no solo ahí falla Interstellar: diálogos quizá pobres, giros argumentales precipitados y, en mi opinión, un excesivo uso de la música hacen que la película no esté a la altura de lo que muchos esperábamos de este director. Por otra parte, vuelve a quedar patente la necesidad de Nolan de darnos una explicación de cada detalle como ya ocurriera en Origen (con mejor resultado que en Interstellar).

He de recalcar que un segundo visionado de la película podría hacerme cambiar de opinión (ya sea para bien o para mal), debido en parte al extremadamente complicado ejercicio que supone asimilar tanto concepto (causado mayormente por la ya citada sobreexplicación de la que hace uso Nolan). Estábamos mal acostumbrados.
6
9 de noviembre de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno sabe que cuando va a ver una película de Christopher Nolan, espera dos cosas: primero, ver una película de Christopher Nolan, y segundo, encontrarse con esa experiencia única, ese momento en el que nos perdemos en su universo psicológico y narrativo, y simplemente, dejarnos llevar por su invento, su creación, su obra que resuma todo aquello que buscamos ver en este director: el espectáculo inteligente. Nolan hizo uno de los mejores thrillers, una de las mejores películas de acción y una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos años, llamadas Memento, The Dark Knight e Inception. Pero Interstellar resulta, prácticamente, olvidable.
El nuevo prodigio del británico me cayó muy frío, muy lejos de conectar con algo. Me pierdo en su lenguaje tecnicista, son discutibles las trampillas que a Nolan siempre le resultan eficaces y me sentí muy lejos de la historia. Me aburrió en gran parte de su metraje, me fue indiferente, vacía y para nada humana, filosófica o metafísica –algo que en Inception si se había logrado con creces-. No es redonda, no me deja satisfecho. Voy a ser claro: no me da el orgasmo que Nolan me daba con sus anteriores cintas. El paso del tiempo fue un gigantesco entrevero, en donde si alguien me explicara que tiene que hacer la gravedad con la elasticidad de los lapsos cronólogicos, lo agradecería, porque todo me resultó tan vacío que ni entenderlo pude. Y si, lo reconozco, no me gustó, no la entendí y me molestó. Aparte, son discutibles muchos recursos del guión, como presentar personajes tan planos como el de Matt Damon –único generador de un conflicto absurdo-. Sin alma, sin digamos… plenitud emocional.
En fin, no me van, quizás, las películas de ciencia ficción transcurridas en el espacio. Será por eso que nunca me interesó ver ninguna de las Star Wars, me aburrieron los remakes de Star Trek o Gravity me pareció básica. Seré yo, entonces, el que tiene problemas de gusto, sobre todo porque Interstellar me pareció, en gran parte de su metraje, una película impenetrable conceptualmente e insignificante.
Perdón Nolan, te espero en la próxima con las mismas ganas.
5
20 de noviembre de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas (van 354 críticas) poco más podré añadir. Así que les presento un pequeño ensayo (crítico) sobre las películas intelectuales de ciencia-ficción, como es ésta.

MANUAL PARA CREAR UNA PELÍCULA SESUDA DE CIENCIA-FICCIÓN

A este tipo de películas pertenece Interstellar, pero también 2001 una odisea del espacio, Solaris (las 2 versiones), Contact, Stalker, Naves misteriosas o incluso Europa One ¿qué tienen en común?:

-1) Su ritmo lento y cansino. La antítesis de una película de acción. Conviene separarse de todo aquello que recuerde a Star Wars.

-2) Su pretenciosidad.

-3) Estar, en general, dirigidas, por grandes popes de la cinematografía, no cualquier mindundi: tenemos a Kubrick, a Tarkovski y a Soderberg. Y ahora a Nolan.

-4) Su pretensión de rigurosidad científica. Efectivamente, en estas películas no hay sonido en el espacio. Todo es jerga científica, que puede ser igual de irreal que las conversaciones del puente de la Enterprise. Están llenas de aparatitos presuntamente creíbles. Aunque sean joysticks.

-5) Los diálogos de los protagonistas son sesudos. No hablan de la superbowl, ni de la vecina del quinto. Todas sus conversaciones son profundas, quasi metafísicas, hasta la señora de la limpieza reflexiona en profundidad sobre el destino de la humanidad.

-6) Finales rarunos. Fundamental un tipo de final que te haga falta un manual o que resulte surrealista y que se encuentra en el límite entre el ridículo y lo original. Habitaciones raras, fetos volantes, bibliotecas en el multiverso, ... ¿que más se puede pedir?

-7) Los alienígenas, si es que los hay, no son ni hombrecillos grises ni ET, son algo "más serio". Corren el riesgo de pasar de película rigurosa a Men in Black y, claro, no se lo puede permitir su reputación. Así tenemos monolitos, reflejos y demás morfologías físicas alejadas de los alienígenas de Star Trek o Babylon 5.

-8) Naves originales. Nada de cruceros estelares, sino naves rotatorias o estaciones espaciales en planetas misteriosos.

-9) Gran creatividad con el diseño de robots, desde los magníficos ayudantes de Naves Misteriosas a esta especie de prismas de la película de Nolan.

-10) Planetas rarillos. Nada de Flash Gordon. Inhóspitos y desagradables. Ni una planta. La vida se desarrolla a saber donde de estos sitios.

-11) Su metraje. Es necesario notar el asiento del cine. Todo conocimiento metafísico debe adquirirse con el sufrimiento. Como mínimo, el sufrimiento de las posaderas.

Como se puede observar, la película de Nolan cumple los 11 requisitos descritos. Es pretenciosa, algo pedante, lenta, larga, dirigida por un divo, presuntamente rigurosa, de diálogos profundos y metafísicos, con un final original, ambientación y vestuario, asi como diseño de cachivaches aparentemente realista.

A mí no me disgustan este tipo de películas. Tampoco las otras. Sin embargo, reconozco que tienen, en general, una fama ganada desde los periódicos y los gafapastas, que por sus propios méritos cinematográficos. La película de Kubrick bebe del gran trabajo de Douglas Trumbull, más que de la metafísica. Y de escenas gloriosas. Si la comparan con Avatar o Star Wars, las antítesis de este tipo de películas, se aprecian con claridad las diferencias. Es cuestión de gustos el disfrutarla o padecerla.

De la película de Nolan, por último, cabe destacar el gran trabajo de McConaughey- quién le ha visto y quién le ve-al igual que la Bullock en Gravity. Este hombre se sale. Literalmente.

PD. ¿Alguien sabe porqué McConaughey es naranja?¿algún mensaje subliminal y sesudo?
4
23 de noviembre de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos días fui obligada (bueno, no, pero en cierta manera sí), a ver esta película, por la cual no daba ni un duro. Y no daba ni un duro porque a mí Nolan me cae mal. Me cayó mal cuando vi Batman Begins y su manera de reformular a Batman (yo siempre seré del Batman de Burton. Además, la peli de Nolan era un poco tostón). Y me sigue cayendo mal.

Con El Caballero Oscuro, pues no es que me cayese mejor, pero bue, la película tenía un pase y se dejaba ver (y seguramente por la actuación de Heath Ledger). Y bueno, me cayó gordo de remate con La leyenda renace. No encuentro a nadie, quitando a la amiga que me acompañó en el cine, que se descojonase con la escena del campo de fútbol. Yo sí lo hice.

Luego, por un lado, está Origen, que fue la segunda que vi de Nolan, y bue, no está mal, pero tampoco es que salte de alegría cada vez que me acuerdo de ella, y por el otro lado, El truco final, un descojone absoluto (y qué mala leche me entra cada vez que me acuerdo de ella).

Y por último Memento, la única de Nolan que me gusta y que merece para mí, el calificativo de "película". Me falta por ver Insomnio, que espero que me guste, porque creo que ahí está el auténtico Nolan antes de fumarse un canuto de 5 kilos de carga.

En fin, esa es mi relación con Nolan. Y no, no cambia con Interstellar, porque adolece de los mismos defectos que La leyenda renace y El truco final: La pasión de Nolan por fliparse con la pirotecnia en la última hora o media hora.

La película no es... mala. Tiene sus efectos especiales chulos, sus actores chulos. Quizá quien más me chirríe es Michael Cane, y bueno, el malo malísimo, pero... bah, es que ni me lo tomo en serio, es que el papel fue una coña. Ahí fue cuando pensé: "Ahí, ahí, Nolan, en tu línea".

En fin, a lo que iba. Las dos primeras horas de Interstellar están bien. No consiguen despertar ningún sentimiento en mí, pero es un "bue,... no está mal". Más o menos en la línea de Origen: Entretenida, sin más. Y la banda sonora de Hans Zimmer por una vez (de todas las películas que he visto con Nolan), me ha gustado mucho.

Pero como dije antes, parece que a Nolan lo de ir tranquilo no es lo suyo y tiró de la pirotecnia. Tenía que de alguna manera hacer que la gente se removiese de sus asientos y... conmigo ese estilo no funciona. Es como si Nolan durante toda la peli me cogiese de la mano, como diciéndome que me va a enseñar una cosa de la hostia y llega al final y lo que hace luego es tirarme a un charco de barro mientras me grita: "¡A que mola!". Pues no, no me mola, es un puto charco de barro y me has ensuciado.

Pues eso, 40 minutos donde Nolan se alucina en colores y donde la caga hasta decir basta. Y yo preguntándome por qué no me había gustado El truco final...

En fin, poco más que decir (la traca final en el spoiler). Si te mola la pirotecnia, los fuegos artificiales y el PORQUE SÍ, esta es tu película. Si es al revés, si necesitas de algo más para llorar de emoción con su "fin" y los créditos finales... Directamente, Nolan no es tu director.

Crítica escrita en filmaffinity.mforos.com/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
- Lo de Matt Damon no tiene nombre. Además que a la película no le hacía falta ese personaje. Lo pintan como el gran Mann y llegas a la peli y es un pequeño hombre que falsea sus datos a ver si alguien lo rescata. Y digo yo, ¿cuándo lo rescatan? ¿como Matthew McConaughey 80-100 años después que aparece por arte de magia en ese punto, y curiosamente están los de la Cruz Roja para rescatarlo? Y si llegase a conseguir la manera de escapar (que esa es otra), ¿qué hacía cuando llegase a la tierra sabe dios cuántos años después? ¿Repoblar la especie humana? ¿Esperar que un meteorito le rompa la cabeza? ¿Que los otros (fuesen quienes fuesen los de la Nasa) le diesen unas palmaditas en la cabeza después de descubrir que dejó a los protas en planeta de nadie a pudrirse como dios manda?

- Luego lo de McConaughey en el agujero negro es un poco coña: Como no sabemos cómo es un agujero negro por dentro nos inventamos las flautadas que hagan falta para justificar el por qué la niña tenía un "fantasma" en casa. Y si puedo, de paso, por medio de un reloj, mandarle en código binario la solución para salvar el mundo, de supuestamente unos seres humanos especiales del futuro, un futuro que supuestamente no debería existir, así que sabe dios cómo es eso y cómo lo consigó, pero ¡ey, qué más da! Como estamos en mi película, las cosas que ocurren son PORQUE SÍ. Pues hale, y así se queda.
9
30 de noviembre de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seré claro: si me hubieran preguntado ayer mi opinión sobre Nolan, hubiera afirmado que era uno de los directores más ridículamente sobrevalorados de la historia: ni Origen, ni Memento, ni siquiera El Caballero Oscuro, me parecieron jamás otra cosa que correctos entretenimiento palomiteros cubiertos por una pátina de irritante pretenciosidad. Pero hoy, tras lo visto, me toca tratar recuperar el aliento, reordenar las ideas, y afirmar que he contemplado una de las películas más bellas, sutiles y profundas jamás realizadas. Una película que todavía, y tras un primer visionado, no alcanzo a calibrar totalmente, pero que creo destinada a crecer en mi recuerdo.

Nolan por primera vez se me antoja a la altura de su fama; como un creador audaz, valiente y visionario capaz de liberarse de la esclavitud del blockbuster y la tentación del truco efectista: un verdadero cineasta. Todavía no es Kubrick, no. Y no: Interestellar no es 2001. Pero es el film que más cerca ha estado de alcanzar su grandeza, de hacerle sombra y emular su mezcla de magia, misterio y esperanza. Ya solo por eso, y por devolverme la emoción que sentía de crío al mirar al cielo, merece toda mi admiración, asombro y gratitud.

Si tuviera que definir “pretencioso”, diría que pretencioso es aquello que, siendo pequeño, pretende ser tomado por grande. Interestellar, para mi sorpresa, es justo lo contrario: es un gigante que se esconde bajo el manto de lo sutil, de lo levemente insinuado, que huye en todo momento de la aparatosidad estéril. Que expresa grandes verdades de manera sencilla, y usa los medios y los escenarios al servicio de la historia, jamás al revés.

Porque si hace unos meses ponía a parir Gravity por su infumable retahíla de chapuceros errores científicos y por su traición al género, de Interestellar hay que decir que es la negación absoluta de aquella. Esto es ciencia ficción “hard”, seria y arriesgada: si no perfectamente rigurosa y verosímil en cada detalle, sí al menos completamente coherente; perfectamente cerrada sobre sí misma. Y sobre todo, y es lo más importante, es una obra trascendente y profunda; destinada no a ser un mero entretenimiento palomitero situado en el espacio, sino a utilizar su trama como excusa para volver a plantear las eternas preguntas, aunque maravillosamente reformuladas: “¿Qué quedará tras nosotros?” “¿Cuál es el verdadero sentido de la existencia?””¿Por qué amar a los que jamás volverán?” Todo ello empapado en lúcida melancolía, en una atmosfera de fatalismo, de “cualquier tiempo pasado fue mejor”, y de angustia existencial ante la inexorabilidad de la muerte, que hace a esta obra a un tiempo eterna y ominosamente actual.

En efecto, Nolan nos presenta una distopia no tan lejana como nos gustaría creer; que, muy al contrario, parece querer ser un retrato apenas disimulado de nuestra propia sociedad actual: en clara decadencia económica, cada vez más sumida en la mediocridad y la escasez, al borde del agotamiento de los recursos naturales, y de la que ya sabemos que nuestros hijos vivirán peor que nosotros. ¿Alguien duda de que no pasaran muchos años antes de que ciertas profesiones, precisamente, las más elevadas, comenzarán a ser innecesarias?

Por último, quiero destacar el maravilloso trabajo de ese genio traicionero e irregular llamado Hans Zimmer: una auténtica maravilla. Si Zimmer peca a menudo de tirar del más descarado autoplagio, aquí se reinventa completamente. El Resultado es una música solemne, introspectiva y melancólica, que a veces parece beber del estilo de Philip Glass y en otros hace recordar al Mahler más crepuscular y fúnebre de la Novena y Décima. Palabras mayores.

Inolvidable.
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