Porque así está el pueblo sin 'él', bueno, estamos todos... Y es que no es fácil ser sherif cuando acabas de casarte, tres forajidos + uno se acercan peligrosamente y el relevo no llega hasta mañana... Perdón por tanta chanza en una película que no las admite ni las merece porque es un clásico ya consagrado, algo que casi todos sabemos. Y hay planos tan precisos, en los que reparo hoy, como el de Cooper entrando en una barbería ¿para que le aseen? pero que sirve como pretexto para oír como están trabajando ya en los ataúdes, o los niños saliendo alborozados de la iglesia cuando les dan permiso para ello ya que 'los mayores van a hablar' (eso no te lo hace cualquiera, lo de mostrar la alegría de los niños 'liberados' me refiero). Bueno, minucias esas, pero que se agradecen también. Y aunque mi hijo dice que Grace Kelly aquí parece una extraterrestre por lo delicada y tal, yo le digo que una extraterrestre que sabe descerrejar un tiro si la ocasión lo precisa. Y lo precisa... Además, que siempre puede mirar a la Jurado -con esa mirada que taladra- que de extraterrestre nada, todo lo contrario.

Retomando, Gary demuestra aquí que pasear arriba y abajo durante más de una hora puede ser también una sólida actuación (qué caramba! ganó un Oscar por ella como asimismo la música, otra aliada imprescindible e instalada en el recuerdo con su estupendo sonido...). En realidad es una historia que no necesita de mis comentarios pero me apetecía referirme a ella y valorar -de nuevo- esos ratos tan buenos que el cine me proporciona y su pléyade de actores, a los que considero casi de mi familia... Y bien sé que no lo son.

Me declaro un gran fanático del género western y muchas de mis películas favoritas son de dicho género; pero, esta película nunca ha sido de mis favoritas y no entiendo por qué gusta tanto.
Si bien, no es una mala película, tampoco me a parecido la maravilla que le pareció a todo mundo.

Para empezar, la película es muy corta, pero me pareció que duró mucho más de lo que es. En algunos momentos se me hizo pesada verla pero me aguanté para ver si el final era genial, lo cual tampoco pasó.
Los actores son buenos, pero aquí no me han impresionado en absoluto. La historia es sencilla y hasta predecible, incluso, hay momentos en dónde los personajes son molestos.

Repito que no es una mala película; pero sí diré que está muy sobrevalorada y hay muchos westerns mejores que esta película.

Una de las obras cumbres del Western, constantemente admirada e imitada, con innumerables versiones y homenajes. Narrada en tiempo real y espléndidamente dirigida por Zinnemann con un ritmo impecable. Gary Cooper en uno de sus papeles más relevantes aporta su inigualable presencia y cuaja una actuación sobresaliente.
Que más se puede decir de una película mítica con todo merecimiento, de esas obras importantes que influyen en el cine y lo cambian para siempre.

Solo ante el peligro es un clásico y una obra maestra por muchos motivos.
Podríamos mencionar la dirección de Fred Zinnemann, las actuaciones del reparto (Gary Cooper, Grace Kelly, Lee Van Cleef, Katy Jurado, Lloyd Bridges, Lon Chaney, Thomas Mitchell... poca broma), sus tiroteos y su aire de absoluto clásico del cine del oeste. Pero sin duda, lo mejor de la película es cómo retrata los tópicos del género, especialmente en lo que respecta al protagonista: un hombre duro, con un intachable sentido del honor, que antepone su deber ante el amor (pese a que tiene pareja) y la pasión (representada por el personaje de Katy Jurado) y decide quedarse a proteger el pueblo de unos peligrosos malhechores. Es el clásico hombre Oeste: impasible, acompañado de su caballo y su pistola, imperturbable por los encantos femeninos y la tentación de acomodarse que suponen y, por supuesto, solo ante el peligro mientras los demás huyen o se esconden.
Una delicia de película.

Bastante decepcionante.
Es buena a nivel visual y nada podemos achacar a la buena dirección de actores y el rostro desencajado de Gary Cooper (algo envejecido y sin química con Grace Kelly) pero, 70 minutos mareando la perdiz (con escasez de clímax y muy poca tensión) para, en los últimos 15 minutos resolver tan pobremente la película, no compensa.
Anticlimática también la horrorosa, reiterativa y machacona canción de Tiomkin (por cierto ganó el Óscar), que termina por aborrecerse de tantas veces que sale acompañando al sheriff Cooper.
Poco creíble y, tristemente decepcionante, me ha resultado este mítico western en el que subyace una crítica al Macartismo y su caza de brujas.