El salario del miedo
1953 

8.1
10,692
27 de septiembre de 2007
27 de septiembre de 2007
8 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Distando mucho de una obra de arte, esta película, que actoralmente padece el paso del tiempo, cuenta una historia entretenida y singular.
Mi impresión es que si a la cinta se le quitan el principio y el final, el resultado sería de un exelente corto cinematográfico, digno de un 9 o incluso un 10. Pero tal y como está, mi valoración no supera un 7, sin dejar de parecerme por ello una película recomendable.
Mi impresión es que si a la cinta se le quitan el principio y el final, el resultado sería de un exelente corto cinematográfico, digno de un 9 o incluso un 10. Pero tal y como está, mi valoración no supera un 7, sin dejar de parecerme por ello una película recomendable.
7 de marzo de 2007
7 de marzo de 2007
7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que placer despues de tantos años volver a ver este film, Clouzot hace un magistral dominio de la cámara y de los actores, alguien dijo que el buen cine nunca se pasa, y esta es una buena muestra de ello. Yves Montand sin duda en su mejor interpreatación, y el viejo Charles Vernel borda su papel, duro y maton al principio, y luego muerto de miedo, y sin fuerzas. En resumen, una pelicula que recomiendo.
1 de marzo de 2017
1 de marzo de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable película de Cluzot con el gran Yves Montand de protagonista.
Una película que mantiene el suspense durante su largo metraje (para mi su único punto flaco).
Desde un país latinoamericano cualquiera se nos muestra a un grupo heterogéneo de personajes que buscan el dinero a cualquier precio, se tratan de personajes duros, fracasados con necesidades muy elementales y una búsqueda de algo importante para ellos: la redención con ellos mismos.
Un buen guión nos guia por la película con grandes frases apoyadas en unas buenas interpretaciones.
De lo mejorcito que he visto últimamente.
Para más críticas podéis entra en mi blog: http://ezequiel-2517cine.blogspot.com.es/?m=1
Una película que mantiene el suspense durante su largo metraje (para mi su único punto flaco).
Desde un país latinoamericano cualquiera se nos muestra a un grupo heterogéneo de personajes que buscan el dinero a cualquier precio, se tratan de personajes duros, fracasados con necesidades muy elementales y una búsqueda de algo importante para ellos: la redención con ellos mismos.
Un buen guión nos guia por la película con grandes frases apoyadas en unas buenas interpretaciones.
De lo mejorcito que he visto últimamente.
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6 de febrero de 2025
6 de febrero de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El Salario Del Miedo" es un sólido y excelente thriller de aventuras, dirigido por H.G. Clouzot y protagonizado por Yves Montand. Hay que tener en cuenta que antes de que la acción principal se desencadene, hay un considerable prólogo donde conocemos a los personajes y el lugar de donde parte la acción. Clouzot, en esta parte inicial, dispone las piezas sobre el tablero y nos da pinceladas sobre la psique de los protagonistas. El punto de partida es un pueblo llamado Las Piedras, en un innominado país sudamericano. Puede ocurrir que, sabiendo la premisa principal, este prólogo se nos haga algo largo, pero la atmósfera sofocante, casi irrespirable y exótica está muy conseguida. Es como una Casablanca desprovista de glamour. En Las Piedras solamente acaban los perdedores, los fugitivos y los que no tienen nada que perder. Las dos parejas encargadas de conducir los dos camiones ven en la misión suicida del traslado de nitroglicerina una oportunidad de salir de aquel infierno. La compañía petrolífera se aprovechará de la desesperación de cuatro pobres diablos para que conduzcan los camiones que transportarán la nitroglicerina que ha de apagar las llamas de los pozos petrolíferos. El protagonista principal del film, es el francés Mario (Yves Montand) que traba amistad con su compatriota M. Jo (Charles Vanel). Ambos, pero particularmente Jo, son trapaceros, arrogantes y algo marrulleros. Juntos conducirán unos de los camiones. En el otro van el jovial y amable italiano Luigi (Folco Lulli) y el inteligente alemán Bimba (Peter Van Eyck). Los caracteres contrapuestos y la tremenda presión del viaje harán todavía más difícil la empresa.
Una vez que los camiones se ponen en marcha comienza una de las características principales de la película, su continua y a ratos insoportable tensión. La conducción comienza de madrugada, bordeando el amanecer, con una sensación nerviosa. Ahora que ha llegado el inicio del viaje todo parece más intenso. Jo, que en Las Piedras era fatuo y bravucón, comienza a mostrarse débil física y mentalmente. Mario pasa a ser cada vez más cruel con su amigo. Por supuesto el camino no va a ser una flamante autopista perfectamente asfaltada, abundarán los caminos de cabra, obstáculos naturales o arquitectónicos y todo tipo de dificultades. Todo ello mientras una siniestra espada de Damocles pende sobre las cabezas de los conductores, un leve traqueteo de más y la nitroglicerina los hará saltar por los aires. Cualquier segundo puede ser el último. Sin embargo, independientemente del angustioso transporte, durante el trayecto los conductores se van trasformando y evolucionando. Particularmente la pareja formada por Mario y Jo. Mario se convierte en el eslabón fuerte, aporta más arrojo, ideas y osadía. Jo cada vez va decayendo más, su chulería queda a un lado y, literalmente, comienza a enfermar. Mario, en lugar de mostrarse comprensivo, saca a relucir una veta sádica que hará del viaje algo todavía más infernal. Hay una mirada tremendamente nihilista con respecto al ser humano, bajo ciertas circunstancias críticas el ser humano es más cruel y despótico que comprensivo y solidario.
Por su parte, la pareja formada por Luigi y Bimba es algo tensa pero mucho más armónica. Por eso quizá la película se centre menos en ella. No obstante la afabilidad de Luigi da el toque amable a la cinta, que contrapesa así el continuo toque áspero. H.G Clouzot es uno de directores más interesantes que ha dado Francia. Dado su dominio de la intriga se le suele llamar, de forma un tanto rutinaria, "el Hitchcock francés". Uno de los ases en la manga de Clouzot para generar tensión es el esmero en la ambientación. En su otro gran clásico, "Les Diaboliques" (1955), la atmósfera y los escenarios derrochaban un ambiente sórdido, oscuro, casi gótico que predisponía a la zozobra. Sin embargo, aquí el ambiente es desértico, desolador, produce en el espectador casi una sensación de calor real y tangible. Esto hace que nos sintamos incómodos y aumenta la tensión exponencialmente. A partir de finales de los años 50 la estrella de Clouzot empieza a declinar, los jóvenes de la Nouvelle Vague (salvo Truffaut) serán un tanto despreciativos con su cine. Afortunadamente su talento siempre ha tenido ascendiente y hoy en día se le considera un gran maestro. Incluso "Le Salaire De La Peur" (1953) tuvo en 1977 un remake americano llamado "Sorcerer", dirigido por William Friedkin.
Las actuaciones son impecables, el reparto es acertado y cumple notablemente con sus roles, con un Ives Montand en su primer papel dramático, encarnando a Mario, con una interpretación soberbia. Charles Vanel como M. Jo, es el que se lleva la palma (en este caso la de oro en Cannes) aceptando con buen criterio uno de esos papeles que se suelen considerar un bombón por muy miserable que sea el personaje o precisamente por ello y que Jean Gabin rechazó temeroso de que pudiera perjudicar su imagen. A destacar la única presencia femenina encarnada por la brasileña Vera Clouzot, (esposa del director) en su papel de linda, de forma poderosa y sensual, que es tratada de la forma más denigrante posible por un mundo machista, brutal y despiadado, y cuyo perfil hoy nos parece políticamente y humanamente no solo incorrecto sino inaceptable. Y para finalizar, Folco Lulli como Luigi en una actuación aceptable y Peter van Eyck hace lo propio en la piel de Bimba. El film, se iba a rodar en España pero Montand se negó a trabajar bajo la dictadura franquista.
Seguir abajo:
Una vez que los camiones se ponen en marcha comienza una de las características principales de la película, su continua y a ratos insoportable tensión. La conducción comienza de madrugada, bordeando el amanecer, con una sensación nerviosa. Ahora que ha llegado el inicio del viaje todo parece más intenso. Jo, que en Las Piedras era fatuo y bravucón, comienza a mostrarse débil física y mentalmente. Mario pasa a ser cada vez más cruel con su amigo. Por supuesto el camino no va a ser una flamante autopista perfectamente asfaltada, abundarán los caminos de cabra, obstáculos naturales o arquitectónicos y todo tipo de dificultades. Todo ello mientras una siniestra espada de Damocles pende sobre las cabezas de los conductores, un leve traqueteo de más y la nitroglicerina los hará saltar por los aires. Cualquier segundo puede ser el último. Sin embargo, independientemente del angustioso transporte, durante el trayecto los conductores se van trasformando y evolucionando. Particularmente la pareja formada por Mario y Jo. Mario se convierte en el eslabón fuerte, aporta más arrojo, ideas y osadía. Jo cada vez va decayendo más, su chulería queda a un lado y, literalmente, comienza a enfermar. Mario, en lugar de mostrarse comprensivo, saca a relucir una veta sádica que hará del viaje algo todavía más infernal. Hay una mirada tremendamente nihilista con respecto al ser humano, bajo ciertas circunstancias críticas el ser humano es más cruel y despótico que comprensivo y solidario.
Por su parte, la pareja formada por Luigi y Bimba es algo tensa pero mucho más armónica. Por eso quizá la película se centre menos en ella. No obstante la afabilidad de Luigi da el toque amable a la cinta, que contrapesa así el continuo toque áspero. H.G Clouzot es uno de directores más interesantes que ha dado Francia. Dado su dominio de la intriga se le suele llamar, de forma un tanto rutinaria, "el Hitchcock francés". Uno de los ases en la manga de Clouzot para generar tensión es el esmero en la ambientación. En su otro gran clásico, "Les Diaboliques" (1955), la atmósfera y los escenarios derrochaban un ambiente sórdido, oscuro, casi gótico que predisponía a la zozobra. Sin embargo, aquí el ambiente es desértico, desolador, produce en el espectador casi una sensación de calor real y tangible. Esto hace que nos sintamos incómodos y aumenta la tensión exponencialmente. A partir de finales de los años 50 la estrella de Clouzot empieza a declinar, los jóvenes de la Nouvelle Vague (salvo Truffaut) serán un tanto despreciativos con su cine. Afortunadamente su talento siempre ha tenido ascendiente y hoy en día se le considera un gran maestro. Incluso "Le Salaire De La Peur" (1953) tuvo en 1977 un remake americano llamado "Sorcerer", dirigido por William Friedkin.
Las actuaciones son impecables, el reparto es acertado y cumple notablemente con sus roles, con un Ives Montand en su primer papel dramático, encarnando a Mario, con una interpretación soberbia. Charles Vanel como M. Jo, es el que se lleva la palma (en este caso la de oro en Cannes) aceptando con buen criterio uno de esos papeles que se suelen considerar un bombón por muy miserable que sea el personaje o precisamente por ello y que Jean Gabin rechazó temeroso de que pudiera perjudicar su imagen. A destacar la única presencia femenina encarnada por la brasileña Vera Clouzot, (esposa del director) en su papel de linda, de forma poderosa y sensual, que es tratada de la forma más denigrante posible por un mundo machista, brutal y despiadado, y cuyo perfil hoy nos parece políticamente y humanamente no solo incorrecto sino inaceptable. Y para finalizar, Folco Lulli como Luigi en una actuación aceptable y Peter van Eyck hace lo propio en la piel de Bimba. El film, se iba a rodar en España pero Montand se negó a trabajar bajo la dictadura franquista.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En definitiva, una excelente película de aventuras con una capacidad abismal para generar tensión, igual a cualquier selecto thriller. El tono del film es áspero en lo formal, aunque no exento de belleza, y nihilista en el fondo. Clouzot nos arroja una mirada pesimista y cínica del comportamiento humano a través de los avatares de unos transportistas de nitroglicerina. Siendo esa expresión vigente y tremebunda de lo que significa vivir atenazados por la incertidumbre en cada segundo de existencia, conscientes de que al siguiente día podemos desaparecer fulminados, sin ser más que otra cifra en la ecuación que todo lo sostiene.
FilmeClub605426824.wordpress.com
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16 de octubre de 2017
16 de octubre de 2017
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Lo que al comienzo parecía una película dramática sobre refugiados en un país latinoamericano tan miserable que parecía el mismo infierno terrenal, se convierte en una película de aventura con harto thriller. Clouzot en su película más representativa nos inyecta intriga en cada escena temeraria de los cuatro infelices valientes que deciden transportar nitroglicerina sabiendo que un error les podía causar la muerte.
La película está basada en la novela del mismo nombre de George Arnaud. La locación infernal fue muy bien escenificada gracias a un ambiente lleno de calor tan hostil y miserable por donde se vea, una cárcel sin barrotes donde la esperanza era lo último que perdían aquellas personas que llegaban a aquel lugar por un sinnúmero de razones. En cuanto al elenco, Yves Montand (Mario) perfecto como antihéroe, Charles Vanel (Jo) muy correcto como misterioso villano y la diabólica Véra Clouzot (Linda) a veces sobreactuada.
La película está basada en la novela del mismo nombre de George Arnaud. La locación infernal fue muy bien escenificada gracias a un ambiente lleno de calor tan hostil y miserable por donde se vea, una cárcel sin barrotes donde la esperanza era lo último que perdían aquellas personas que llegaban a aquel lugar por un sinnúmero de razones. En cuanto al elenco, Yves Montand (Mario) perfecto como antihéroe, Charles Vanel (Jo) muy correcto como misterioso villano y la diabólica Véra Clouzot (Linda) a veces sobreactuada.
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