Señales del futuro
5.4
28,047
Ciencia ficción. Fantástico. Thriller
Año 1959. En la escuela elemental William Dawes, una profesora propone a sus alumnos una cápsula del tiempo en la que, por cincuenta años, se guardarán una serie de dibujos que ellos realizan teniendo como tema 'visión de futuro'. Una extraña niña llamada, Lucinda Embrey (Lara Robinson), tan solo escribirá una larga serie de números... y será esta hoja la que después caerá en manos de Caleb (Chandler Canterbury), el hijo del escéptico ... [+]
12 de marzo de 2010
12 de marzo de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nicolas Cage realiza un buen papel. La trama de la película no es mala, tal vez algo mezclada, pero en algunos momentos me resultó incluso trepidante. Tiene un par de momentos de bajón pero, por lo general, el desarrollo es atractivo y puede causar interés.
Creo que es, desde el aspecto de la trama, la mejor película catastrofista que he visto.
Creo que es, desde el aspecto de la trama, la mejor película catastrofista que he visto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final es lo que más me ha llamado la atención. Curiosamente distinto a la acostumbrada salvación en el último segundo.
5 de mayo de 2010
5 de mayo de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se imaginan que los Rolling Stones fueran contratados por el Opus Dei para que diesen un concierto en el marco de sus actividades y conseguir que su público se acercase a la palabra de la Obra? Pues aunque aquí no se trata del Opus, sino de algún sector del cristianismo anglosajón, el propósito es el mismo. En un mundo en que las Iglesias se vacían y los más jóvenes reparten su tiempo entre mucho Internet, poca televisión y alguna otra actividad de ocio, hacer llegar ciertos mensajes requiere vías imaginativas y colarlos en forma de ¿¿subtexto?? en el cine, es una de ellas. No es el primer caso, desde luego: ahí tenemos ya a "Señales", por poner un ejemplo.
Para llevar a cabo el propósito todo lo que se necesita es construir con eficacia una película de género que garantice buen público. Ello implica contar también con algún director contrastado, que además de habilidoso, no tenga demasiadas manías para asumir cualquier mensaje. En este caso se trata de Proyas, talentoso director del que sin embargo todavía se espera, más allá de una habilidosa puesta en escena, lo cual se le da de muerte, algún gran trabajo desde la muy sobrevalorada "Dark city". Y bueno, pues con eso ya hacemos y aquí tenemos "knowing".
El mensaje religioso no es para nada un injerto en el colofón de la película, como pudiera parecer a primera vista ante la nada disimulada alusión al paraíso terrenal, sino que recorre la película de principo a fin, tanto cuando cita controversias entre determinismo y azar, como cuando relata los conflictos personales del protagonista con su muy religioso padre, entre otras. Es de agradecer, sin embargo, que la película tampoco se detenga mayormente en esas ocurrencias y que la ciencia ficción se abra paso a través del argumento. De hecho, durante buena parte del film uno puede pensar que llamándose el trabajo en castellano "señales del futuro", lo que acabará entrando en juego son cuestiones de espacio-tiempo, pero en fin, no hubo suerte...
Total, que la jugada religiosa hace que un film que podía haber recibido una buena valoración, habida cuenta del buen hacer de su productor y director, se desmorone por completo y no pase de pasable. Del reparto nada que decir, todos cumplen, incluido Nicolas Cage, manías perscutorias a parte. Y la vean o no la vean, no olviden lo fundamental: es un panfleto cristiano ycomo tal debe ante todo valorarse. Creacionista, para más señas...
Para llevar a cabo el propósito todo lo que se necesita es construir con eficacia una película de género que garantice buen público. Ello implica contar también con algún director contrastado, que además de habilidoso, no tenga demasiadas manías para asumir cualquier mensaje. En este caso se trata de Proyas, talentoso director del que sin embargo todavía se espera, más allá de una habilidosa puesta en escena, lo cual se le da de muerte, algún gran trabajo desde la muy sobrevalorada "Dark city". Y bueno, pues con eso ya hacemos y aquí tenemos "knowing".
El mensaje religioso no es para nada un injerto en el colofón de la película, como pudiera parecer a primera vista ante la nada disimulada alusión al paraíso terrenal, sino que recorre la película de principo a fin, tanto cuando cita controversias entre determinismo y azar, como cuando relata los conflictos personales del protagonista con su muy religioso padre, entre otras. Es de agradecer, sin embargo, que la película tampoco se detenga mayormente en esas ocurrencias y que la ciencia ficción se abra paso a través del argumento. De hecho, durante buena parte del film uno puede pensar que llamándose el trabajo en castellano "señales del futuro", lo que acabará entrando en juego son cuestiones de espacio-tiempo, pero en fin, no hubo suerte...
Total, que la jugada religiosa hace que un film que podía haber recibido una buena valoración, habida cuenta del buen hacer de su productor y director, se desmorone por completo y no pase de pasable. Del reparto nada que decir, todos cumplen, incluido Nicolas Cage, manías perscutorias a parte. Y la vean o no la vean, no olviden lo fundamental: es un panfleto cristiano ycomo tal debe ante todo valorarse. Creacionista, para más señas...
11 de mayo de 2010
11 de mayo de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grata sorpresa me ha producido esta incursión de Alex Proyas en el thriller de ciencia-ficción. Las producciones más recientes basadas en premoniciones se parecen más a telefilmes de sobremesa que a puro cine, si exceptuamos alguna película resultona como "Mothman". Pero la presente cinta alza la cabeza por encima de cualquiera de ellas.
La calidad de esta producción no proviene del mismo desarrollo de la historia, sino más bien de su ambientación. Esa inquietante oscuridad que envuelve la atmósfera de toda la película tiene el sello Proyas, y le viene a la historia como anillo al dedo para darle un toque justo de cierta originalidad en la puesta en escena. Los personajes también son oscuros, y no sólo los misteriosos seres que vigilan (que parecen sacados de "Dark City") sino también el personaje interpretado por Nicolas Cage. Desde que su hijo recibe la misteriosa matriz numérica, se obsesiona con ella de forma enfermiza, afectando a su estado mental y anímico de forma decadente.
El ritmo del filme es de puro thriller, dosificando bien los momentos más relajados con las escenas más trepidantes, las cuales van aumentando conforme se acerca el clímax. Entre medias, los efectos especiales que muestran las catástrofes que va prediciendo Nicolas Cage son de una realidad estremecedora, destacando la escena del avión: una de las más terribles que se han visto en la gran pantalla en mucho tiempo.
La película, considerada en su conjunto, no llega a dar mucha sorpresas y es tan predecible como las predicciones de Cage (valga la redundancia), pero su parte final tiene ese toque de fantasía ciencia-ficcionera que a los amantes del género nos encanta y que a otro tipo de público le puede parecer ridícula. Para mí, desde luego, supuso la dulce guinda de una película muy interesante de la que va a ser difícil que me olvide.
Felicidades, Mr. Proyas.
La calidad de esta producción no proviene del mismo desarrollo de la historia, sino más bien de su ambientación. Esa inquietante oscuridad que envuelve la atmósfera de toda la película tiene el sello Proyas, y le viene a la historia como anillo al dedo para darle un toque justo de cierta originalidad en la puesta en escena. Los personajes también son oscuros, y no sólo los misteriosos seres que vigilan (que parecen sacados de "Dark City") sino también el personaje interpretado por Nicolas Cage. Desde que su hijo recibe la misteriosa matriz numérica, se obsesiona con ella de forma enfermiza, afectando a su estado mental y anímico de forma decadente.
El ritmo del filme es de puro thriller, dosificando bien los momentos más relajados con las escenas más trepidantes, las cuales van aumentando conforme se acerca el clímax. Entre medias, los efectos especiales que muestran las catástrofes que va prediciendo Nicolas Cage son de una realidad estremecedora, destacando la escena del avión: una de las más terribles que se han visto en la gran pantalla en mucho tiempo.
La película, considerada en su conjunto, no llega a dar mucha sorpresas y es tan predecible como las predicciones de Cage (valga la redundancia), pero su parte final tiene ese toque de fantasía ciencia-ficcionera que a los amantes del género nos encanta y que a otro tipo de público le puede parecer ridícula. Para mí, desde luego, supuso la dulce guinda de una película muy interesante de la que va a ser difícil que me olvide.
Felicidades, Mr. Proyas.
20 de septiembre de 2012
20 de septiembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprendente película de ciencia ficción, con detalles de calidad propios de su gran director.
El arranque es demoledor, muy interesante e inquietante y hasta da algo de miedo, conforme avanza la trama la película se atora un poco, el desenlace personalmente no me ha gustado mucho, pero cumple, globalmente me ha dejado satisfecho.
Mención aparte merecen las escenas de destrucción, muy impactantes y bien realizadas.
El reparto cumple sin más.
Me ha gustado, la recomiendo para los fans del género.
El arranque es demoledor, muy interesante e inquietante y hasta da algo de miedo, conforme avanza la trama la película se atora un poco, el desenlace personalmente no me ha gustado mucho, pero cumple, globalmente me ha dejado satisfecho.
Mención aparte merecen las escenas de destrucción, muy impactantes y bien realizadas.
El reparto cumple sin más.
Me ha gustado, la recomiendo para los fans del género.
11 de noviembre de 2012
11 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera: Nicolas Cage con cara extraña. Aseguro y afirmo que no tengo nada, absolutamente nada, en contra de este actor. De verdad de la buena. Pero en «Señales» está pésimo, sobre todo por ese rostro plastificado y esa calvicie que trata de esconder. Hombres: la calva es bella, no os hagáis injertos ni os pongáis peluquines.
Segunda: niño misterioso con sonotone. Cuando mi madre dijo, al aparecer el hijo del protagonista, que era sordo, no quisimos creerla por lo raro que nos parecía. Luego, efectivamente, le vimos el sonotone... pero es que más tarde nos cuentan que no, que no es sordo, sino que «confunde los sonidos». Sí, yo también me quedé con esa cara. ¿Tiene eso relación con los murmullos de Lucinda? De hecho, ¿importa algo? Nunca lo sabremos.
Tercera: aparecen las piedritas. Una piedras negras que vienen... no diré de dónde ni para qué por no romper el misterio y, además, porque no tengo ni puñetera idea. Yo creo que sólo están para dar ambiente, porque ni nos lo explican ni nos lo pueden explicar.
Cuarta: coincidencias increíbles. Que la caja del tiempo se abra justo unos días antes de la última fecha clave es ya para dar qué pensar, pero que encima el protagonista, John, esté siempre en medio, justo a la hora señalada, es ya mucha, mucha coincidencia. Él, claro, trata de explicárselo de alguna forma y se dice a sí mismo que «tiene que haber un motivo». Lo siento, John, no lo hay.
Quinta: la chica estúpida. Siempre tiene que haber una mujer para hacerle al héroe más dulce la aventura, pero para un papel así, mejor que no haya. Lo pido por favor. Esta señora, que debería estar acostumbrada a lo extraño o al menos tener algo de raciocinio, pierde los nervios por completo y se le ocurre una tontería tras otra. Entre ellas, irse a unas cuevas para protegerse de una explosión solar que destruiría la atmósfera. Muy razonable, desde luego.
Sexta: unos desconocidos de negro que sabemos desde el principio qué son. Pero la película disimula como puede, y casi los quieren hacer pasar por pederastas o vete tú a saber qué. Son muy pálidos y, se entiende, muy poderoso, pero, cosa increíble, se escapan y se escabullen andando muy despacito. Ojo al detalle. Imagino que para que le de tiempo al protagonista a pillarlos in fraganti y así haya guión.
Séptima: el desenlace pretencioso y vacío. Es cierto que no sabía cómo iba a terminar la película, pero nunca imaginé un final tan feo. Porque es que es feo. Vuelven a soltar la frasecilla lacrimógena de «Siempre juntos» y se dan por satisfechos con esa explicación tan moderna al origen de la vida. Pero, ¿qué pasa con los muertos? ¿Existe el alma? ¿Hay vida después de la muerte? ¿En qué consiste? ¿Por qué pasa lo que pasa? ¿Determinismo o azar? ¿Qué sentido tienen las profecías? ¿Por qué se comunican sólo con niños?
Y no pongo como señal el apellido del director porque no quiero ser mala... ¿Proyas?
Segunda: niño misterioso con sonotone. Cuando mi madre dijo, al aparecer el hijo del protagonista, que era sordo, no quisimos creerla por lo raro que nos parecía. Luego, efectivamente, le vimos el sonotone... pero es que más tarde nos cuentan que no, que no es sordo, sino que «confunde los sonidos». Sí, yo también me quedé con esa cara. ¿Tiene eso relación con los murmullos de Lucinda? De hecho, ¿importa algo? Nunca lo sabremos.
Tercera: aparecen las piedritas. Una piedras negras que vienen... no diré de dónde ni para qué por no romper el misterio y, además, porque no tengo ni puñetera idea. Yo creo que sólo están para dar ambiente, porque ni nos lo explican ni nos lo pueden explicar.
Cuarta: coincidencias increíbles. Que la caja del tiempo se abra justo unos días antes de la última fecha clave es ya para dar qué pensar, pero que encima el protagonista, John, esté siempre en medio, justo a la hora señalada, es ya mucha, mucha coincidencia. Él, claro, trata de explicárselo de alguna forma y se dice a sí mismo que «tiene que haber un motivo». Lo siento, John, no lo hay.
Quinta: la chica estúpida. Siempre tiene que haber una mujer para hacerle al héroe más dulce la aventura, pero para un papel así, mejor que no haya. Lo pido por favor. Esta señora, que debería estar acostumbrada a lo extraño o al menos tener algo de raciocinio, pierde los nervios por completo y se le ocurre una tontería tras otra. Entre ellas, irse a unas cuevas para protegerse de una explosión solar que destruiría la atmósfera. Muy razonable, desde luego.
Sexta: unos desconocidos de negro que sabemos desde el principio qué son. Pero la película disimula como puede, y casi los quieren hacer pasar por pederastas o vete tú a saber qué. Son muy pálidos y, se entiende, muy poderoso, pero, cosa increíble, se escapan y se escabullen andando muy despacito. Ojo al detalle. Imagino que para que le de tiempo al protagonista a pillarlos in fraganti y así haya guión.
Séptima: el desenlace pretencioso y vacío. Es cierto que no sabía cómo iba a terminar la película, pero nunca imaginé un final tan feo. Porque es que es feo. Vuelven a soltar la frasecilla lacrimógena de «Siempre juntos» y se dan por satisfechos con esa explicación tan moderna al origen de la vida. Pero, ¿qué pasa con los muertos? ¿Existe el alma? ¿Hay vida después de la muerte? ¿En qué consiste? ¿Por qué pasa lo que pasa? ¿Determinismo o azar? ¿Qué sentido tienen las profecías? ¿Por qué se comunican sólo con niños?
Y no pongo como señal el apellido del director porque no quiero ser mala... ¿Proyas?
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