En la cuerda floja
2015 

6.3
16,867
Drama
Basada en las memorias escritas por Philippe Petit (Joseph Gordon-Levitt), un funambulista francés que, en 1974, guiado por su mentor Papa Rudy (Ben Kingsley), se propuso un reto nunca antes realizado: recorrer sobre un cable el espacio que separaba las Torres Gemelas de Nueva York. (FILMAFFINITY)
7 de noviembre de 2016
7 de noviembre de 2016
Sé el primero en valorar esta crítica
Francamente un filme dinámico y con ritmo, se atreve a explicar la historia de una forma sencilla, plana pero efectiva. Es capaz de intrigar y hacer vibrar al espectador realmente con muy poco, pues no se basta de grandes artificios para conseguir una película ostentosa, más bien todo lo contrario, narra los hechos simple y llanamente como son, sin rodeos, y sinceramente, le funciona de maravilla; el resultado es atractivo y satisfactorio.
28 de diciembre de 2016
28 de diciembre de 2016
Sé el primero en valorar esta crítica
Me gusta porque en épocas navideñas empiezan a salir películas de las que me gustan, ya sean blockbusters o las que intentarán competir en los Oscar.
The Walk es claro ejemplo de esto, una película rodada por Robert Zemeckis y que nos narra la historia de Phllipe Petit, un funambulista francés que hizo historia por cruzar mediante un cable la distancia que separaba a las torres gemelas.
La principal duda que tenía sobre la película era si conseguiría soportar un metraje de casi dos horas con una historia a priori tan sencilla, y si no se haría demasiado pesado el verle cruzar el espacio entre las torres. Y debo decir que todo el tramo previo a cruzar me parece realmente bueno, una historia sobre un personaje con un sueño y la gente que le rodea para ayudarle a cumplirlo. Es un tramo largo, que ocupa casi toda la película y que se pasa volando.
La mezcla de inocencia con una meta imposible hace que enganches con el personaje, un personaje al que vemos crecer e ir como una flecha a cumplir su sueño.
Los personajes están muy bien tratados, y aunque apenas haya un puñado con verdadero papel en la película están todos estupendos. Como no podía ser de otro modo Gordon Lewitt sobresale, transmitiendo lo que quiere y cuando quiere y componiendo un personaje tridimensional muy interesante.
En cuanto a ritmo, la película no se hace aburrida en ningún momento, deteniéndose lo justo en cada apartado de la vida del protagonista y convirtiéndose poco a poco en una película similar a las de atracos.
Los efectos visuales están a una altura muy alta, la recreación tanto de Nueva York como de Paris son magníficas, pero es en las vistas desde lo alto de la torre y al paseo por parte del protagonista cuando se sale en lo visual. Y la música está genial en todo momento, con un Silvestri que demuestra que sigue en forma.
Hasta aquí todo bien. Pero hay un pero.
El final. Todo el tramo que se supone debería ser espectacular y dejarte boquiabierto mientras el protagonista cruza y ves toda la ciudad a sus pies se me ha hecho pesado y largo. Y que el clímax de una película sea lo más flojo de la misma acaba por dejarte un sabor de boca peor que cuando sucede al contrario. Y es una pena, porque una hora y media de la película me parecen excelentes, y justo cuando echa el resto en lo visual es cuando menos me gusta.
En fin, que en conjunto sigue saliendo una película notable, homenaje tanto al personaje como al edificio a la que le falta poco para acabar de redondearse. Lástima.
The Walk es claro ejemplo de esto, una película rodada por Robert Zemeckis y que nos narra la historia de Phllipe Petit, un funambulista francés que hizo historia por cruzar mediante un cable la distancia que separaba a las torres gemelas.
La principal duda que tenía sobre la película era si conseguiría soportar un metraje de casi dos horas con una historia a priori tan sencilla, y si no se haría demasiado pesado el verle cruzar el espacio entre las torres. Y debo decir que todo el tramo previo a cruzar me parece realmente bueno, una historia sobre un personaje con un sueño y la gente que le rodea para ayudarle a cumplirlo. Es un tramo largo, que ocupa casi toda la película y que se pasa volando.
La mezcla de inocencia con una meta imposible hace que enganches con el personaje, un personaje al que vemos crecer e ir como una flecha a cumplir su sueño.
Los personajes están muy bien tratados, y aunque apenas haya un puñado con verdadero papel en la película están todos estupendos. Como no podía ser de otro modo Gordon Lewitt sobresale, transmitiendo lo que quiere y cuando quiere y componiendo un personaje tridimensional muy interesante.
En cuanto a ritmo, la película no se hace aburrida en ningún momento, deteniéndose lo justo en cada apartado de la vida del protagonista y convirtiéndose poco a poco en una película similar a las de atracos.
Los efectos visuales están a una altura muy alta, la recreación tanto de Nueva York como de Paris son magníficas, pero es en las vistas desde lo alto de la torre y al paseo por parte del protagonista cuando se sale en lo visual. Y la música está genial en todo momento, con un Silvestri que demuestra que sigue en forma.
Hasta aquí todo bien. Pero hay un pero.
El final. Todo el tramo que se supone debería ser espectacular y dejarte boquiabierto mientras el protagonista cruza y ves toda la ciudad a sus pies se me ha hecho pesado y largo. Y que el clímax de una película sea lo más flojo de la misma acaba por dejarte un sabor de boca peor que cuando sucede al contrario. Y es una pena, porque una hora y media de la película me parecen excelentes, y justo cuando echa el resto en lo visual es cuando menos me gusta.
En fin, que en conjunto sigue saliendo una película notable, homenaje tanto al personaje como al edificio a la que le falta poco para acabar de redondearse. Lástima.
27 de abril de 2017
27 de abril de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
"The Walk" (aquí titulada "El desafío") e la última película de Robert Zemeckis y tras verla he quedado gratamente satisfecho. En "The Walk", se nos cuenta la odisea real de Philippe Petit, el funambulista francés que en 1974 se coló y cruzó sobre un cable las torres gemelas. Esa historia ya se nos contó en un excelente documental de 2008 ganador del Oscar llamado "Man on Wire", que si no habéis visto, os lo recomiendo encarecidamente (a ser posible vedlo antes que la película).
La sensación que me produce la aventura de Petit es la del loco iluminado que busca su sueño y no para hasta conseguirlo, y el deslumbramiento que esto produce entre quienes lo rodean. Probablemente el Petit real sea aún más interesante si cabe que sus representaciones en el cine (recomiendo ver entrevistas suyas en youtube).
En definitiva, buenísima película. No os la perdáis.
La sensación que me produce la aventura de Petit es la del loco iluminado que busca su sueño y no para hasta conseguirlo, y el deslumbramiento que esto produce entre quienes lo rodean. Probablemente el Petit real sea aún más interesante si cabe que sus representaciones en el cine (recomiendo ver entrevistas suyas en youtube).
En definitiva, buenísima película. No os la perdáis.
12 de mayo de 2017
12 de mayo de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Esta película, entre la ambientación parisina de sus inicios, la música y ese Petit artista de noche y ladrón de guante blanco por las mañanas, me ha recordado por momentos al bendito Sly Cooper, simpático mapache que no sólo andaba -también podía correr- por el fino alambre, y a los años pasados cuando aún desenterraba la Play Station 2 de vez en cuando para dar golpes maestros en aquel mundo animalista y desdibujado.
Entregado a la captación de compinches con los que llevar a cabo su singular hazaña, Petit es un anti-héroe, porque no hace lo que hace para nadie más que sí mismo, alguien que burla las leyes y luego siente el deseo orgulloso de que todos admiren su victoria contra la gravedad.
Lo que menos me gustó fue esa presentación con Petit (no el original, obviamente, sino el que tan bien ha logrado aquí Joseph Gordon-Levitt), subido a la estatua de la libertad y comenzando a contar su propia vida. Recurso no sólo aburrido y patriótico sino tramposo: en adelante, cuando haga falta explicar algo complejo o señalar lo que las imágenes no han conseguido, se retornará aquí para dejar todo claro y bien atado, como si el espectador fuera tonto o el medio cinematográfico insuficiente para contarlo por sí solo. Yo creo que si una vez el cine fue mudo, ahora al menos deberíamos poder prescindir de narradores innecesarios cuando una historia sea atrayente y clara, sin necesidad de añadidos.
También en ocasiones se abusa demasiado de los efectos por ordenador: uno desearía que a peliculones como éste le hubiesen dado algo menos de presupuesto para poder hacerlo mucho mejor.
Entregado a la captación de compinches con los que llevar a cabo su singular hazaña, Petit es un anti-héroe, porque no hace lo que hace para nadie más que sí mismo, alguien que burla las leyes y luego siente el deseo orgulloso de que todos admiren su victoria contra la gravedad.
Lo que menos me gustó fue esa presentación con Petit (no el original, obviamente, sino el que tan bien ha logrado aquí Joseph Gordon-Levitt), subido a la estatua de la libertad y comenzando a contar su propia vida. Recurso no sólo aburrido y patriótico sino tramposo: en adelante, cuando haga falta explicar algo complejo o señalar lo que las imágenes no han conseguido, se retornará aquí para dejar todo claro y bien atado, como si el espectador fuera tonto o el medio cinematográfico insuficiente para contarlo por sí solo. Yo creo que si una vez el cine fue mudo, ahora al menos deberíamos poder prescindir de narradores innecesarios cuando una historia sea atrayente y clara, sin necesidad de añadidos.
También en ocasiones se abusa demasiado de los efectos por ordenador: uno desearía que a peliculones como éste le hubiesen dado algo menos de presupuesto para poder hacerlo mucho mejor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La primera compañera de Petit en aparecer, la guitarrista Annie, será su gran amor, el segundo "partner", Jean-Louis, cuenta al esforzado equilibrista aquello de que todos los artistas tienen un punto anárquico y subersivo. Pero si hay alguno no anarquista, ése es Robert Zemeckis, director de esta cinta-y de Forrest Gump-, puesto que aquí si hay intención de romper algo, desde luego no es el sistema capitalista, la globalización o el imperialismo de los países desarrollados, sino la taquilla mundial.
Una película de ésas que se recomiendan, de las que no provocan acalorados debates sobre política ni puedes imaginar a alguien que no le guste, puesto que intenta (y afortunadamente consigue) contentar a todos, cinéfilos y consumidores ocasionales de palomitas. Habrá sudor en las manos, lágrimas en los ojos y sangre en la pantalla, porque últimamente los directores le han cogido el gusto, como si vencer el dolor de un cuerpo ensangrentado fuera el último requisito de la habilidad perfecta e inhumana (Whiplash).
Me está quedando quizás demasiado crítico: no quiero serlo. Ésta es una gran película. Trata abismos profundos de la condición humana de una forma tan sutil que te emocionas sin darte cuenta. A la sesión no vino nadie disfrazado de Annie o Jeff, pero se aplaudió al final, que es lo importante.
Todo el mundo le preguntaba a Petit por qué. Por qué arriesgar tu vida, subirte ahí y arriesgarte a perder cuanto tienes. Pero intuyo que para él ese reto era su vida y todo lo que podía conseguir en ella. De hecho, cuando la faena ha sido ya realizada, poco parece importarle la marcha de los demás. Me gustaría saber qué es lo que provocó realmente su separación de Annie, a la que se le da más bien poca importancia en el filme.
El hombre es sólo un puente hacia algo superior, hacia el superhombre, dijo Nietzsche; y yo, que ya he aprendido a escribir Nietzsche bien, podría ponerme a escribir largos párrafos sobre la relación de esta frase con la película de Zemeckis, pero dejemos la filosofía para los filósofos. Y aunque ya no existan aquellas torres, debido a un conflicto internacional que hoy en día está aún muy lejos de ser solucionado, aquel espacio entre ellas y cielo y suelo, elevado, silencioso, donde nadie pudo ni podrá jamás cogerle, siempre pertenecerá a Petit: al cinematográfico que ha nacido este año, al real que se atrevió a lo imposible un 6 de agosto de 1974. Allí siempre será mucho más que un hombre. Pudo haberle llegado la muerte hace ya 4 décadas sobre ese cable, pero la Parca no se atrevió entonces y ni aún ahora. Al final, la inmortalidad fue mucho más rápida. Sus eternos 42 metros y dos horas de fama.
Si quieres leer más críticas como ésta y contenido cultural variado, visita Letras Negras sobre Ruido Blanco: http://letrasnegrasruidoblanco.blogspot.com.es
Una película de ésas que se recomiendan, de las que no provocan acalorados debates sobre política ni puedes imaginar a alguien que no le guste, puesto que intenta (y afortunadamente consigue) contentar a todos, cinéfilos y consumidores ocasionales de palomitas. Habrá sudor en las manos, lágrimas en los ojos y sangre en la pantalla, porque últimamente los directores le han cogido el gusto, como si vencer el dolor de un cuerpo ensangrentado fuera el último requisito de la habilidad perfecta e inhumana (Whiplash).
Me está quedando quizás demasiado crítico: no quiero serlo. Ésta es una gran película. Trata abismos profundos de la condición humana de una forma tan sutil que te emocionas sin darte cuenta. A la sesión no vino nadie disfrazado de Annie o Jeff, pero se aplaudió al final, que es lo importante.
Todo el mundo le preguntaba a Petit por qué. Por qué arriesgar tu vida, subirte ahí y arriesgarte a perder cuanto tienes. Pero intuyo que para él ese reto era su vida y todo lo que podía conseguir en ella. De hecho, cuando la faena ha sido ya realizada, poco parece importarle la marcha de los demás. Me gustaría saber qué es lo que provocó realmente su separación de Annie, a la que se le da más bien poca importancia en el filme.
El hombre es sólo un puente hacia algo superior, hacia el superhombre, dijo Nietzsche; y yo, que ya he aprendido a escribir Nietzsche bien, podría ponerme a escribir largos párrafos sobre la relación de esta frase con la película de Zemeckis, pero dejemos la filosofía para los filósofos. Y aunque ya no existan aquellas torres, debido a un conflicto internacional que hoy en día está aún muy lejos de ser solucionado, aquel espacio entre ellas y cielo y suelo, elevado, silencioso, donde nadie pudo ni podrá jamás cogerle, siempre pertenecerá a Petit: al cinematográfico que ha nacido este año, al real que se atrevió a lo imposible un 6 de agosto de 1974. Allí siempre será mucho más que un hombre. Pudo haberle llegado la muerte hace ya 4 décadas sobre ese cable, pero la Parca no se atrevió entonces y ni aún ahora. Al final, la inmortalidad fue mucho más rápida. Sus eternos 42 metros y dos horas de fama.
Si quieres leer más críticas como ésta y contenido cultural variado, visita Letras Negras sobre Ruido Blanco: http://letrasnegrasruidoblanco.blogspot.com.es
20 de junio de 2017
20 de junio de 2017
Sé el primero en valorar esta crítica
Basada en un hecho real que ocurrió en la década de los 70 cuando estaban casi finalizadas las famosas Torres Gemelas; esta película nos presenta la historia de un famoso funambulista francés que decidió cruzar los famosos rascacielos neoyorkinos a través de un cable de acero.
Robert Zemeckis nos recrea la vida de este joven que soñaba con hacer un hecho histórico y único que asombrara a todo el mundo. El director nos traslada a París donde el protagonista da sus primeros pasos sobre el alambre y solo sueña con llegar a Manhattan y poder realizar su objetivo.
La película resulta buena e interesante. Uno se introduce fácilmente en la trama, y aunque pensaba que iba a resultar un poco aburrida ya que no veía que se pudiera hacer una película de dos horas de esta historia; he de reconocer que al final funciona bien.
El guion nos desarrolla ese proceso para que sea una realidad la idea loca de este funambulista. Un hecho que es ilegal ya que deben introducirse a escondidas en estas torres que están casi construidas, lanzar un cable entre ambas, y cruzarlas sin ningún aparato de seguridad. Todo esto es ilegal, y para que se haga realidad el protagonista debe apoyarse en ciertos cómplices.
No obstante, sí que debo decir que la película cuenta con algunos momentos que no convencen y hacen que al final el film chirríe un poco. Estas escenas no consiguen desinflar su calidad; pero sí que hace que no brille con tanta fuerza como un puede intuir.
Sin lugar a dudas uno de los mejores puntos que tiene este film son los impresionantes efectos especiales. Es increíble como está rodada cada escena. Y no me refiero en las que se recrean las desaparecidas Torres Gemelas, sino en todas las que el protagonista anda por el cable. Es increíble como están creadas ya que parece que realmente anda el actor por el cable.
Pero también hay que hacer una mención a la brillante actuación de Joseph Gordon-Levitt. Había oído que realizaba un buen trabajo, pero la verdad es que es mejor de lo que esperaba. Él es un buen actor que poco a poco se va haciendo un hueco en el mundo del cine gracias a interpretaciones como esta.
En fin, "El desafío (The Walk)" es una película que funciona bastante bien y que cuenta con una trama que engancha gracias a una historia que convence. Además, la actuación de su protagonista es muy buena y existen ciertas escenas que realmente cortan el aliento debido al vértigo que transmiten.
Robert Zemeckis nos recrea la vida de este joven que soñaba con hacer un hecho histórico y único que asombrara a todo el mundo. El director nos traslada a París donde el protagonista da sus primeros pasos sobre el alambre y solo sueña con llegar a Manhattan y poder realizar su objetivo.
La película resulta buena e interesante. Uno se introduce fácilmente en la trama, y aunque pensaba que iba a resultar un poco aburrida ya que no veía que se pudiera hacer una película de dos horas de esta historia; he de reconocer que al final funciona bien.
El guion nos desarrolla ese proceso para que sea una realidad la idea loca de este funambulista. Un hecho que es ilegal ya que deben introducirse a escondidas en estas torres que están casi construidas, lanzar un cable entre ambas, y cruzarlas sin ningún aparato de seguridad. Todo esto es ilegal, y para que se haga realidad el protagonista debe apoyarse en ciertos cómplices.
No obstante, sí que debo decir que la película cuenta con algunos momentos que no convencen y hacen que al final el film chirríe un poco. Estas escenas no consiguen desinflar su calidad; pero sí que hace que no brille con tanta fuerza como un puede intuir.
Sin lugar a dudas uno de los mejores puntos que tiene este film son los impresionantes efectos especiales. Es increíble como está rodada cada escena. Y no me refiero en las que se recrean las desaparecidas Torres Gemelas, sino en todas las que el protagonista anda por el cable. Es increíble como están creadas ya que parece que realmente anda el actor por el cable.
Pero también hay que hacer una mención a la brillante actuación de Joseph Gordon-Levitt. Había oído que realizaba un buen trabajo, pero la verdad es que es mejor de lo que esperaba. Él es un buen actor que poco a poco se va haciendo un hueco en el mundo del cine gracias a interpretaciones como esta.
En fin, "El desafío (The Walk)" es una película que funciona bastante bien y que cuenta con una trama que engancha gracias a una historia que convence. Además, la actuación de su protagonista es muy buena y existen ciertas escenas que realmente cortan el aliento debido al vértigo que transmiten.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here