La cena de los idiotas
1998 

7.1
51,871
Comedia
Pierre Brochant y sus amigos organizan todos los miércoles una cena que es una especie de apuesta: el que invite al idiota más extraordinario será el ganador. Una noche, Brochant está pletórico: ha encontrado una auténtica joya, un idiota integral. Se trata de François Pignon, un chupatintas del Ministerio de Finanzas con una gran pasion por las construcciones hechas a base de cerillas. Lo que Brochant ignora es que Pignon es un ... [+]
1 de julio de 2019
1 de julio de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia original, corta y divertida.
Además de que está llena de lecciones sobre el comportamiento humano y las lecciones que nos puede dar hasta el más tonto.
Ya es una referencia en el mundo cómico.
Además de que está llena de lecciones sobre el comportamiento humano y las lecciones que nos puede dar hasta el más tonto.
Ya es una referencia en el mundo cómico.
4 de julio de 2019
4 de julio de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Difícilmente encontremos una mala comedia de Francis Veber y por supuesto esta no es la excepción, aquí un grupo de amigos se reúne a cenar todo los miércoles y lleva a una persona a la que consideran idiota burlándose de él toda la velada sin que se de cuenta. El problema comienza cuando nuestro protagonista un Thierry Lhermitte excelente) sufre un accidente lo que le imposibilita asistir a la reunión junto al "tonto" de su acompañante (Jacques Villeret genial) quien permanecerá a su lado para hacerle la vida un poco más complicada. Realmente esta comedia es para ver ya que es muy graciosa y de destacar la gran labor de todos los personajes secundarios quienes se complotan para hacer un producto totalmente recomendable.
15 de agosto de 2021
15 de agosto de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película comienza con una premisa: "Cada semana, un grupo de personas intelectuales (chicos), montan una cena donde llaman a personas poco intelectuales para reirse de ellos". Pero, lo que ocurre en esta película es que, por una vez, la cosa va a cambiar porque la historia va a tergiversar la vida de uno de ellos (¡NO puedo decir cómo!).
Es una crítica a los prejuicios y llama a que ante los desconocidos te protejas de alguna manera. Todo ello aderezado de un tono cómico muy elegante.
Lo que le baja un punto es que la descubrí antes en teatro con dos versiones (una la de Pepón Nieto y otra la de Josema Yuste). La verdad es que me partí de risa antes con estas dos que con la película. Pero,..., me encanta la película también.
Así que un verdadero 9 por todo.
Es una crítica a los prejuicios y llama a que ante los desconocidos te protejas de alguna manera. Todo ello aderezado de un tono cómico muy elegante.
Lo que le baja un punto es que la descubrí antes en teatro con dos versiones (una la de Pepón Nieto y otra la de Josema Yuste). La verdad es que me partí de risa antes con estas dos que con la película. Pero,..., me encanta la película también.
Así que un verdadero 9 por todo.
10 de julio de 2007
10 de julio de 2007
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con unos diálogos que son pura inteligencia, vitriolo y mala leche, a partes iguales. Una delicia de guión, y tan perfecta dirección de actores, que las situaciones más esperpénticas se nos aparecen como un dechado de naturalidad y carencia de artificio. Ni se les ocurra perdérsela.
23 de mayo de 2013
23 de mayo de 2013
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El ser humano ha comido por la noche desde siempre. Aún recuerdo las merienda-cenas en la cueva de Tito Bustillo, pinchando con nuestras azagayas un cacho de pechito de mamut. Y la vez que el hijo de los Cro-Magnon nos pintó las paredes mientras los mayores tomábamos tinto de verano en el jardín. Mi esposa se pusa echa una fiera. Y es que aquello no salía con nada.
En el Antiguo Egipto éramos más tranquilos comiendo y hasta hacíamos deporte. Sobre todo se querían reducir michelines antes de morir, para la llamada "operación momia" y que te hiciera un buen tipito el embalsamamiento.
Durante el siglo de Pericles estuvo todo muy soso. El judeocristianismo introdujo el concepto de culpa a partir de algunas mujeres que querían mantener la línea pero que se tomaban una palmera de chocolate entre horas. Luego a Nerón aquella barbacoa a las afueras de Roma se le fue de las manos.
Con el Feudalismo no comíamos todos lo mismo.
Los hermanos Pinzones eran unos marineros.
En el Renacimiento Leonardo da Vinci inventa el kebab.
En el 1632 a Descartes se le atasca un hueso de aceituna en la garganta y un señor que había hecho un curso de primeros auxilios porque quería ser socorrista aunque ya tenía setenta y nueve años le salva. Descartes le dijo "pienso, luego existo", pero no le dio las gracias ni nada.
Los jacobinos se ponían finos.
La toma de la Bastilla la celebramos Danton, Robespierre y yo con una ración de rejos, otra de magro y otra de salchichas.
Bismarck me tiró un tenedor a la cabeza una noche que cenábamos y le manché el abrigo con un poco de contesa.
En las trincheras de la Primera Guerra Mundial estaban muy de moda las almejas al vapor hasta que una becaria se las llevó todas para limpiarlas y quitarles la arenilla y no volvieron a aparecer.
Hitler era un cocinillas y tenía un delantal con un dibujo de una tía tetuda pero que al ponérselo parecía que ese era su cuerpo y era desternillante.
Y en la era modera la verdad es que se cena sentado.
Ligeros toques de humor culinario salpican el film. Veber realiza con cierta soltura esta pieza teatral a la que a veces le falta un poco de picante. Y ahora quisiera exponer mi sentimiento sobre el cenar en un soneto spoiler:
En el Antiguo Egipto éramos más tranquilos comiendo y hasta hacíamos deporte. Sobre todo se querían reducir michelines antes de morir, para la llamada "operación momia" y que te hiciera un buen tipito el embalsamamiento.
Durante el siglo de Pericles estuvo todo muy soso. El judeocristianismo introdujo el concepto de culpa a partir de algunas mujeres que querían mantener la línea pero que se tomaban una palmera de chocolate entre horas. Luego a Nerón aquella barbacoa a las afueras de Roma se le fue de las manos.
Con el Feudalismo no comíamos todos lo mismo.
Los hermanos Pinzones eran unos marineros.
En el Renacimiento Leonardo da Vinci inventa el kebab.
En el 1632 a Descartes se le atasca un hueso de aceituna en la garganta y un señor que había hecho un curso de primeros auxilios porque quería ser socorrista aunque ya tenía setenta y nueve años le salva. Descartes le dijo "pienso, luego existo", pero no le dio las gracias ni nada.
Los jacobinos se ponían finos.
La toma de la Bastilla la celebramos Danton, Robespierre y yo con una ración de rejos, otra de magro y otra de salchichas.
Bismarck me tiró un tenedor a la cabeza una noche que cenábamos y le manché el abrigo con un poco de contesa.
En las trincheras de la Primera Guerra Mundial estaban muy de moda las almejas al vapor hasta que una becaria se las llevó todas para limpiarlas y quitarles la arenilla y no volvieron a aparecer.
Hitler era un cocinillas y tenía un delantal con un dibujo de una tía tetuda pero que al ponérselo parecía que ese era su cuerpo y era desternillante.
Y en la era modera la verdad es que se cena sentado.
Ligeros toques de humor culinario salpican el film. Veber realiza con cierta soltura esta pieza teatral a la que a veces le falta un poco de picante. Y ahora quisiera exponer mi sentimiento sobre el cenar en un soneto spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Con las marcas blancas ten cuidadito
y haz la lista de la compra con esmero.
Porque es de sabios cenar liguero.
Porque es de artistas cenar bonito.
Y si te gusta el cuadro de El grito
y llenas de sardinas tu sombrero
te diré “¡estómago lindo, yo te quiero!”
y haré la digestión muy despacito.
La sandía de noche quita el sueño,
es algo que me dicta el corazón.
La cena no es un tema baladí.
Por eso si tú quieres ser mi dueño
róbame un buen melocotón
y ven semidesnudo tras de mí.
y haz la lista de la compra con esmero.
Porque es de sabios cenar liguero.
Porque es de artistas cenar bonito.
Y si te gusta el cuadro de El grito
y llenas de sardinas tu sombrero
te diré “¡estómago lindo, yo te quiero!”
y haré la digestión muy despacito.
La sandía de noche quita el sueño,
es algo que me dicta el corazón.
La cena no es un tema baladí.
Por eso si tú quieres ser mi dueño
róbame un buen melocotón
y ven semidesnudo tras de mí.
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