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Apuesta maestra

Drama Se centra en la vida de Molly Bloom, una esquiadora de talla mundial que llegó a ser millonaria antes de los 21 años. Tras perderse los Juegos Olímpicos, Molly se trasladó a vivir a Los Ángeles, donde incluso trabajó de camarera. Gracias a su inteligencia y sus dotes empresariales, la joven acabó ganando millones de dólares organizando partidas póker antes de que el FBI la investigara. (FILMAFFINITY)
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Críticas 105
Críticas ordenadas por utilidad
17 de enero de 2018
22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace tiempo que vengo observando que la mayoría de películas se van hoy en día a más de dos horas de duración, no estando justificado casi nunca ese excesivo metraje. En el caso de "Molly's Game", yo diría que tampoco.

A pesar de tener un comienzo más que prometedor y contar con una puesta en escena muy cuidada; a pesar también de la imponente presencia de Jessica Chastain y su excelente oratoria, conforme pasan los minutos todo va sonando ya a "déjà vu": misma escena con vestido diferente, y donde antes había una interesante oratoria ahora no escuchamos más que una pesada verborrea en segundo plano. Lo poco gusta, lo mucho cansa.

Todo esto se traduce en pantalla en una caída en picado del ritmo desde el minuto cuarenta, aproximadamente, hasta que vuelve a aparecer en escena el padre de la criatura, léase Kevin Costner, en un papel que no por corto deja de ser de lo más interesante de la película. Pero ya es demasiado tarde, se abusó de la paciencia del espectador.

Resumiendo, interesante pero excesivamente larga. Un producto hecho casi exclusivamente para el lucimiento de su protagonista, la bella Jessica Chastain. Da la impresión de que el film se gusta demasiado a sí mismo, de ahí el regodeo. La historia se repite, el miedo a cortar del montador...
Kinetoscope
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6 de enero de 2018
50 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película terriblemente aburrida, ingenua y sin carga de profundidad, dirigida de forma plana, a la que no salvan ni el carisma de sus actores, en la que durante dos horas y cuarto se dedican a marear al espectador mediante el uso de una voz en off omnipresente, abrumando con la profusión de datos que restan emoción a un relato deshilvanado, desaprovechando el potencial de una historia apasionante reconvertida en cuento moral, salpicando de un sentimentalismo de telefilm de sobremesa -que acaba por explotar en un grotesco tercio final- una trama que debería resultar absorbente y habría de servir para denunciar las miserias de la sociedad moderna, y que en lugar de ello se torna en un soso drama erigido alrededor de la (cuestionable) integridad de un personaje principal bastante antipático.
Jackie Daytona
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18 de septiembre de 2018
16 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
194/08(13/09/18) Muy irregular debut en la dirección del neoyorkino Aaron Sorkin, un drama criminal por supuesto escrito por el realizador (y se nota) basándose en las memorias homónimas de Molly Bloom, el relato sigue a la protagonista, que se convirtió en el objetivo de una investigación del FBI sobre el imperio subterráneo del póker que dirige para celebridades de Hollywood, atletas, magnates de negocios y la mafia rusa. The Mark Gordon Company compró los derechos de adaptación cinematográfica de las memorias, sobre una joven de 26 años detrás de las más exclusivas timbas de póker, Gordon contrató a Sorkin para la adaptación. El aclamado guionista vuelca sus señas de identidad en el libreto, marcas que dejó en series como “The west wing”, “Studio 60”, o “The Newsroom”, o en films (estos, curiosamente todos adaptaciones de libros como “The Social Network”, “Moneyball” o “Steve Jobs”, radiografiando con ansias psicológicas las interioridades de personajes de éxito pero poliédricos en sus matices (a Zuckerberg lo redujo a un resentido por la pareja que lo abandonó; y a Jobs a un egocéntrico cuasi- silopsista) , líderes con trasfondo de aristas, y sobre todo en el estilo “talking” (sobre-excesivo), donde prima sobre todo las conversaciones, diálogos afilados y veloces, en un fluir continuo, que cuando no hablan entre sí personajes lo hace la (machacona) voz en off de la protagonista, sobre-explicando lo que ya estamos viendo, quizás por falta de seguridad en lo que cuenta el director. Posee un arranque atractivo cuasi-cautivador, trepidante en cómo se describe en primera persona la protagonista desde su infancia, de cómo evoluciona desde las pistas de nieve bajo el cobijo paterno (proteccionista) del padre, a independizarse, en un clásico auge y caída, por el mundo de las partidas de alto standing de póker. Pero todo se va desinflando a medida que avanza, pierde fuelle con el paso de los minutos, un metraje alargadísimo para lo que cuenta de casi dos horas y media, donde además el personaje de Molly me llega frío, distante, impermeable, no me lo creo, y eso termina por darme igual lo que le pase, si la condenan o sigue luciendo modelitos a cual más “chic”. Y es que me queda la impresión que Sorkin ha estado demasiado complaciente con la verdadera Molly Bloom (aunque bellísima Jessica Chastain, escogida personalmente por la verdadera Molly), no queriendo molestarla, pues se nota todo demasiado aséptico, me llega una personalidad acartonada, la vemos sin amigos, sin novietes, sin amantes, asexual y asentimental, es como si Sorkin la hubiera metido en una burbuja para la cinta. Le valió a Chastain una (sobrevalorada, el listón de la actriz está mucho más alto) nominación al Golden Globe como Mejor Actriz de Drama, mientras que Sorkin obtuvo nominaciones para su guión en los Oscar, los Globos de Oro, los Premios del Gremio de Escritores de América y los Premios BAFTA.

La estructura narrativa va en dos niveles, por un lado el presente visto principalmente en los encuentros de Molly con su abogado, y en el otro con los flash-back que cuentan la vida de ello. Teniendo un inicio centelleante que deslumbra y hace presagiar buenos momentos, ello en un prólogo en que vemos a la protagonista en uno de sus días más ilusionantes, y a la vez más tristes en las pistas de esquí, para luego en un montaje eléctrico contarnos el ascenso a “madame” de las cartas, desde camarera a Diosa Circe (como ella bien dice) en Nueva York, codeándose por el camino con celebrities, con millonarios, con mafiosos. La cinta cuando llega al microuniverso del póker despliega todo tipo de lenguaje técnico y de gráficos sobreimpresionados para hacernos sentir en inmersión en este submundo, ello con exceso de sobre-explicaciones, con exceso de verborrea de terminología, con exceso de psicología en estratagemas, con exceso de información sobre cómo organiza las partidas, con exceso de subrayados, y es que las partidas de póker se convierten un McGuffin, pues no tiene importancia orgánica en la historia, da igual hubieran sido dados, un bingo o la ruleta rusa, pues lo que quiere mostrar Sorkin es un estudio de personalidad de la protagonista, y esta nunca juega a las cartas es mera y simple organizadora, da igual hubiera organizado carreras de coches, con lo que nunca sientes tensión o intensidad alguna en ninguna partida, pues todo se siente un entretenimiento trivial de ricachones. Hace el director nos convirtamos en espectadores fríos de cómo las clases altas (aburridas) pasan su ratos gastando fortunas de modo indecente.

Este análisis de personalidad de Molly me resulta un bluff absoluto, su evolución me resulta poco clara, en base a elipsis difusas, saltos de situaciones a otras poco racionales rascando un poquito, ejemplo es como ella sola organiza las partidas sin tener algún guardaespaldas que vigile las partidas, o de dónde saca el dinero para organizar las (costosas) partidas. Y es que se nota el halo buenista con que Sorkin cubre a Molly, ejemplo escomo pasa de puntillas por su adicción a las drogas, mostrado de modo banal, cual exceso sin importancia, dice que las ha dejado, pero no se muestra como lo ha hecho, se ve una mujer bellísima (lo es la real también), joven, con Don de la simpatía, pero sin embargo siempre está sola, sin amigos, sin pareja, como he dicho arriba es una delineación higienizada de la que es su verdadera vida, pues tampoco me creo que estos mafiosos rusos entraran en sus partidas sin querer hacer algún chanchullo con ella, el FBI no creo que la acusara de un modo tan tibio sin pruebas.

Lo bueno (no todo es malo) son los picos de la relación chispeante entre la actriz Chastain y su abogado encarnado por un siempre magnético Elba, con una compenetración y química radiante en cada entente, enriquece cada momento juntos la cinta: Jessica Chastain como Molly Bloom resulta una presencia estimulante, desborda la pantalla con su belleza,… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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6 de enero de 2018
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que soy un ferviente admirador de Aaron Sorkin. Me siento incapaz de rebatir las objeciones hacia su trabajo. Sus críticos le acusan de redactar diálogos artificiales, de crear secuencias poco creíbles y de construir personajes moldeados con el solo propósito de entretener. A menudo le achacan que la gente real no habla como los protagonistas de sus historias, con tal cúmulo de frases intelectuales, mordaces e irónicas surgidas de su boca a vertiginosa velocidad. Y probablemente sea cierto, pero no me importa. Yo continúo cayendo rendido ante la brillantez de sus textos y la retórica de sus discursos. Sorkin ha escrito para la gran pantalla los guiones de títulos como “Algunos hombres buenos”, “La guerra de Charlie Wilson”, “La red social” (que le reportó una estatuilla dorada de Hollywood), “Moneyball: Rompiendo las reglas” o “Steve Jobs”. Asimismo, ha sido el alma de algunas series de televisión como “El ala oeste de la Casa Blanca” o “The Newsroom”. Además de merecer una elevada calificación, considero que todos ellos son de visión (y audición) obligada.
Ahora debuta en la dirección con la película “Molly's Game”, basada en la sorprendente historia real de Molly Bloom, una prometedora esquiadora olímpica que terminó organizando partidas de póker clandestinas, lujosas y exclusivas para grandes estrellas de Hollywood, deportistas de élite, poderosos magnates y miembros de la mafia rusa. Su propio juego se le fue de las manos y terminó arrestada por agentes armados del FBI, comenzando entonces una batalla judicial para la que contó como aliado con un abogado criminalista. Ante tal argumento, unido a su oratoria ágil y chispeante y a su capacidad para deslumbrar, es lógico que a los espectadores les surja la duda de hasta qué punto lo que cuenta el cineasta refleja fielmente lo ocurrido, ya que la realidad no puede ser tan vibrante y entretenida. ¿O sí? Yo también lo desconozco. Sin embargo, afirmo que el largometraje es un divertido pasatiempo. ¿Thriller? ¿Comedia? ¿Drama? Tampoco queda claro, pero lo que resulta incuestionable es su calidad y su maestría a la hora de compaginar inteligencia y comercialidad.
Como viene siendo habitual en él, Sorkin apabulla desde el inicio con una alocución mordaz. Al estilo de la primera escena de “La red social” o del comienzo de “The Newsroom”, con su estilo desenfadado y casi bromista, desgrana una sucesión de frases míticas y contundentes disertaciones que enganchan al público y no le dejan escapatoria, arrastrándole hasta el final del metraje, durante más de dos horas y a un ritmo asombrosamente dinámico y enérgico.
La narración refleja una agilidad superior a la de la mayoría de cintas convencionales de acción que persiguen ansiosamente no aburrir al público. En definitiva, otra obra magnífica a añadir a la larga lista de creaciones del neoyorkino, nacido claramente para este oficio. A falta del anuncio oficial de las nominaciones a los Oscar, el film ya ha obtenido dos merecidas candidaturas a los Globos de Oro en las categorías de mejor guion y mejor actriz protagonista.
Jessica Chastain, intérprete extraordinaria cuya trayectoria profesional reúne numerosas actuaciones destacadísimas, sobresale dentro del reparto. Llamó la atención en “Criadas y señoras”, deslumbró en “La hora más oscura”, sugestionó en las tres versiones de “La desaparición de Eleanor Rigby”, encandiló en “Interstellar”, maravilló en “El año más violento”, se consagró en “El caso Sloane” y se reivindica en “Molly´s Game” como la mejor actriz de su generación. Le acompañan un efectivo Idris Elba y un siempre bienvenido Kevin Costner.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
gerardops
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19 de febrero de 2018
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
AARON SORKIN aparca su reconocido mundo de las series para filmar su opera prima. Reconocido es su prestigio y muy destacado su trabajo en varias series estadounidenses, en especial siendo el creador de la estupenda y controvertida EL ALA OESTE DE LA CASA BLANCA.
En este caso, deja su sello inconfundible realizando un film que en mi opinión tiene un resultado bastante irregular. SORKIN parte de las memorias de MOLLY BLOOM para ser también el autor del guion.
La trama comienza con la protagonista MOLLY como narradora de su triste final en el mundo del esquí a causa de una espectacular caída, para a continuación, adentrarse en sus vivencias como organizadora de partidas de póker. El ritmo de comienzo resulta trepidante, manteniéndose durante gran parte del metraje, pero lo que podría parecer una virtud, pasa a ser un defecto, no perimiendo al espectador adentrarse realmente en la historia ni sintiendo empatía por lo visionado. Además muchas secuencias no serán comprendidas por los que nunca hayan jugado unas manitas de póker. Todo ello podría resumirse en que pese a la calidad y habilidad de lo filmando, con un buen ritmo y una curiosa historia, el resultado es un batiburrillo de esquí, póker y juicios que carece de alma, confundiendo en momentos la velocidad con un exceso verborreico.
Bien es cierto que cuando se acerca el momento del desenlace, el ritmo aminora y se agradece, dejando que aparezca ese sentimiento desaparecido durante gran parte del film.
Destacable es el trabajo de JESSICA CHANTAIR, actualmente una de las actrices punteras, con un trabajo brillante y resolutivo. A su lado el veterano COSTNER como su padre tiene la virtud de construir lo que puede ser la escena más brillante del film en los minutos finales. Buen trabajo también el de IDRIS ELBA como el abogado de la conflictiva e inteligente MOLLY
WATUSI
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