La primera profecía
2024 

6.0
7,074
Terror. Thriller
Cuando una joven estadounidense es enviada a Roma para iniciar una vida de servicio a la Iglesia, se topa con una oscuridad que pone en cuestión su propia fe y descubre una conspiración aterradora que espera provocar el nacimiento de la encarnación del mal. Precuela de 'La profecía' (1976). (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2024
14 de abril de 2024
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
No conocía para nada a Arkasha Stevenson, pero con lo que he visto en esta película, le auguro una buena carrera.
Voy a tratar de analizar la película por sí misma, pero ante todo no debemos olvidar que esto es una precuela, y que precede a "La profecía" (The omen), que es un clásico del cine de terror, estrenado en 1976 y dirigido por Richard Donner.
Aquella película, básicamente nos contaba la pesadilla que sufre un padre al descubrir los orígenes satánicos de su hijo, qué resulta ser el hijo del Anticristo.
Esta nueva película, presenta el origen de aquella historia en la Roma de 1971; los Años de Plomo, un periodo de gran inestabilidad política y social para Italia.
La juventud abarrota las calles de Roma con pancartas y protestas, y a menudo con violencia.
En este escenario, llega la joven novicia estadounidense Margaret, una inocente criatura que aspira a convertirse en monja.
La muchacha tiene un oscuro pasado que la persigue a menudo y cree entender la diferencia que separa el bien del mal, pronto descubrirá que el Mal es capaz de introducirse hasta en los lugares más insospechados, incluyendo a la propia Iglesia...
Si la trama de la película es fascinante, la ejecución es tan buena que no se queda atrás, "La primera profecía" sabe lo que hace, y sabe tomarse su tiempo a la hora de dar sustos, pues no solo de los screamers y los jumpscares vive el público.
Me gusta la limpia y cuidada fotografía, y quiero destacarla especialmente en el hecho de que uno de los momentos más terroríficos sucede a plena luz del día.
Hay momentos en los que la oscuridad, los planos sostenidos y los fuertes golpes de sonido, hacen muy bien su trabajo, reconozco que en otras ocasiones son las imágenes de cosas horribles las que hacen el resto, mucho momento asquerosillo e incluso algún monstruo o demonio.
¿Y si la película tiene tantas cosas buenas, porque no le pongo mejor nota?
Principalmente porque es una precuela, y aunque agradezco que la conexión con la original no sea forzada, ni demasiado evidente, a ratos me cuesta comprender la conexión entre "La primera profecía" y "La profecía".
Por ejemplo, a nivel musical sí se notan las referencias a la banda sonora original de Jerry Goldsmith, aunque ésta añade muchos sonidos desagradables y coros en latín, que hacen aún más incómodo el visionado.
Pero en cuestiones narrativas, si no fuera por los últimos minutos, me costaría conectar el film de 2024 con el de 1976.
Y cuando al final se conectan las dos historias, hay un ligero cabo suelto que se me escapa, porque no recuerdo que se viera nada relacionado con ese detalle ni en "La maldición de Damien" ni en "El final de Damien".
Así que o sale una segunda parte de esta precuela o una secuela de la película original que cierre todos los cabos sueltos.
6'5/10
Voy a tratar de analizar la película por sí misma, pero ante todo no debemos olvidar que esto es una precuela, y que precede a "La profecía" (The omen), que es un clásico del cine de terror, estrenado en 1976 y dirigido por Richard Donner.
Aquella película, básicamente nos contaba la pesadilla que sufre un padre al descubrir los orígenes satánicos de su hijo, qué resulta ser el hijo del Anticristo.
Esta nueva película, presenta el origen de aquella historia en la Roma de 1971; los Años de Plomo, un periodo de gran inestabilidad política y social para Italia.
La juventud abarrota las calles de Roma con pancartas y protestas, y a menudo con violencia.
En este escenario, llega la joven novicia estadounidense Margaret, una inocente criatura que aspira a convertirse en monja.
La muchacha tiene un oscuro pasado que la persigue a menudo y cree entender la diferencia que separa el bien del mal, pronto descubrirá que el Mal es capaz de introducirse hasta en los lugares más insospechados, incluyendo a la propia Iglesia...
Si la trama de la película es fascinante, la ejecución es tan buena que no se queda atrás, "La primera profecía" sabe lo que hace, y sabe tomarse su tiempo a la hora de dar sustos, pues no solo de los screamers y los jumpscares vive el público.
Me gusta la limpia y cuidada fotografía, y quiero destacarla especialmente en el hecho de que uno de los momentos más terroríficos sucede a plena luz del día.
Hay momentos en los que la oscuridad, los planos sostenidos y los fuertes golpes de sonido, hacen muy bien su trabajo, reconozco que en otras ocasiones son las imágenes de cosas horribles las que hacen el resto, mucho momento asquerosillo e incluso algún monstruo o demonio.
¿Y si la película tiene tantas cosas buenas, porque no le pongo mejor nota?
Principalmente porque es una precuela, y aunque agradezco que la conexión con la original no sea forzada, ni demasiado evidente, a ratos me cuesta comprender la conexión entre "La primera profecía" y "La profecía".
Por ejemplo, a nivel musical sí se notan las referencias a la banda sonora original de Jerry Goldsmith, aunque ésta añade muchos sonidos desagradables y coros en latín, que hacen aún más incómodo el visionado.
Pero en cuestiones narrativas, si no fuera por los últimos minutos, me costaría conectar el film de 2024 con el de 1976.
Y cuando al final se conectan las dos historias, hay un ligero cabo suelto que se me escapa, porque no recuerdo que se viera nada relacionado con ese detalle ni en "La maldición de Damien" ni en "El final de Damien".
Así que o sale una segunda parte de esta precuela o una secuela de la película original que cierre todos los cabos sueltos.
6'5/10
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A ver, ahora resulta que al final de la película, cuando nace Damien a las 6 de la mañana del 6 de junio de 1971, descubrimos que tuvo una hermana melliza; hermana melliza de la que nunca se habló ni en "La profecía", ni en "La maldición de Damien", ni en "El final de Damien".
Y si pienso en aquella secuela directa a formato doméstico titulada "La profecía IV: El renacer", ahí salía la hija de Damien, no su hermana.
Al final va a resultar que las únicas precuelas que cierran la saga que plantean y conectan con la película original, son los episodios I, II y III de Star Wars.
Porque por ejemplo "Prometheus" planteó una precuela de "Alien" que ni cerraba su propia historia ni conectaba con la original, y "X-Men: primera generación" planteaba una historia que más que una precuela parecía un reinicio.
Por tanto, para que "La primera profecía" conecte bien con "La profecía", necesitamos una secuela, ¿Tal vez un "La segunda profecía"?
Y si pienso en aquella secuela directa a formato doméstico titulada "La profecía IV: El renacer", ahí salía la hija de Damien, no su hermana.
Al final va a resultar que las únicas precuelas que cierran la saga que plantean y conectan con la película original, son los episodios I, II y III de Star Wars.
Porque por ejemplo "Prometheus" planteó una precuela de "Alien" que ni cerraba su propia historia ni conectaba con la original, y "X-Men: primera generación" planteaba una historia que más que una precuela parecía un reinicio.
Por tanto, para que "La primera profecía" conecte bien con "La profecía", necesitamos una secuela, ¿Tal vez un "La segunda profecía"?
5 de abril de 2024
5 de abril de 2024
36 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es tan buena película que solo te puedes preguntar si es la elegida del cine de terror para devolverle la dignidad a un género profanado.
Me entran escalofríos cada vez que regresan a una saga porque, generalmente, el resultado solo empobrece el recuerdo global. Sin embargo, la alegría es inmensa cuando se percibe que hay ganas de contar algo bien hecho. Sí, es una precuela, el rumbo ya está marcado, pero se puede contextualizar el pasado para enriquecer el futuro. ¿Cómo? Con respeto por el material de origen y con gallardía para innovar en el territorio que no se exploró. Saber detenerse en el homenaje y no secuestrar lo que ya se hizo.
Arkasha Stevenson merece unas palabras por su impecable dirección. Entendió a la perfección el lenguaje cinematográfico que exigía la película. Narra con imágenes, usa el silencio, los cortes, la puesta en escena... todo ayuda para hacernos dudar de lo que estamos viendo. Es verdad que en algún momento parece gustarse demasiado al recrearse en escenas que no demandaban tanto espacio, pero es un precio que estoy dispuesto a pagar con gusto si recibo este trato como espectador.
El conflicto entre realidad y locura no solo está presente en los personajes, sino en el propio espectador, que cuestiona cada imagen que sacude la pantalla. Esta dualidad está respaldada por un guion juguetón que entiende las limitaciones de las precuelas y las resuelve con pericia con sus propios trucos para mantener la intriga.
Sí, hay sobresaltos, alguno bastante puñetero. Para muchos pueden sonar las alarmas por la tendencia habitual del cine de explotar los jumpscares. Solo quiero recordar que el susto es un recurso totalmente válido y muy satisfactorio si sorprenden tu guardia de manera inteligente. Esta película no nace con el propósito de justicar los cuatro sustos efectistas que llevan a los jóvenes al cine; siendo una de tantas en nuestra memoria. Es mucho más que eso.
El retrato de la Iglesia, si bien no gustará en el Vaticano, no duda en prostituir a su hermandad. Hay bondad y esperanza entre sus hábitos, pero quedan oscurecidos por el miedo a perder lo que una vez fueron: su poder, su estatus, su dominio entre las personas... Lejos de querer evolucionar, su intento de prevalecer como la influencia en la sombra pasa por escudarse en la frase que exime de cualquier pecado: "Lo hago en nombre de Dios". El verdadero mal de "La primera profecía" es el ser humano, capaz de cualquier atrocidad porque cree hacer lo correcto. Su anvición será el detonante de su propia autodestrucción.
La actriz principal lo da todo y, en líneas generales, está bien apoyada, pero no puedes tener a Charles Dance en el reparto para darle tan poca presencia. Es un desperdicio.
Muchos serán los que quieran ver la verdadera continuación de esta película motivados por lo que se han encontrado aquí. Se acercarán a un cine que parece oxidado, y eso es algo que se debe celebrar. Por mi parte, me voy a volver a ver la de 1976 gracias a esta buena precuela.
Me entran escalofríos cada vez que regresan a una saga porque, generalmente, el resultado solo empobrece el recuerdo global. Sin embargo, la alegría es inmensa cuando se percibe que hay ganas de contar algo bien hecho. Sí, es una precuela, el rumbo ya está marcado, pero se puede contextualizar el pasado para enriquecer el futuro. ¿Cómo? Con respeto por el material de origen y con gallardía para innovar en el territorio que no se exploró. Saber detenerse en el homenaje y no secuestrar lo que ya se hizo.
Arkasha Stevenson merece unas palabras por su impecable dirección. Entendió a la perfección el lenguaje cinematográfico que exigía la película. Narra con imágenes, usa el silencio, los cortes, la puesta en escena... todo ayuda para hacernos dudar de lo que estamos viendo. Es verdad que en algún momento parece gustarse demasiado al recrearse en escenas que no demandaban tanto espacio, pero es un precio que estoy dispuesto a pagar con gusto si recibo este trato como espectador.
El conflicto entre realidad y locura no solo está presente en los personajes, sino en el propio espectador, que cuestiona cada imagen que sacude la pantalla. Esta dualidad está respaldada por un guion juguetón que entiende las limitaciones de las precuelas y las resuelve con pericia con sus propios trucos para mantener la intriga.
Sí, hay sobresaltos, alguno bastante puñetero. Para muchos pueden sonar las alarmas por la tendencia habitual del cine de explotar los jumpscares. Solo quiero recordar que el susto es un recurso totalmente válido y muy satisfactorio si sorprenden tu guardia de manera inteligente. Esta película no nace con el propósito de justicar los cuatro sustos efectistas que llevan a los jóvenes al cine; siendo una de tantas en nuestra memoria. Es mucho más que eso.
El retrato de la Iglesia, si bien no gustará en el Vaticano, no duda en prostituir a su hermandad. Hay bondad y esperanza entre sus hábitos, pero quedan oscurecidos por el miedo a perder lo que una vez fueron: su poder, su estatus, su dominio entre las personas... Lejos de querer evolucionar, su intento de prevalecer como la influencia en la sombra pasa por escudarse en la frase que exime de cualquier pecado: "Lo hago en nombre de Dios". El verdadero mal de "La primera profecía" es el ser humano, capaz de cualquier atrocidad porque cree hacer lo correcto. Su anvición será el detonante de su propia autodestrucción.
La actriz principal lo da todo y, en líneas generales, está bien apoyada, pero no puedes tener a Charles Dance en el reparto para darle tan poca presencia. Es un desperdicio.
Muchos serán los que quieran ver la verdadera continuación de esta película motivados por lo que se han encontrado aquí. Se acercarán a un cine que parece oxidado, y eso es algo que se debe celebrar. Por mi parte, me voy a volver a ver la de 1976 gracias a esta buena precuela.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿No había un mejor final para la película? Entiendo que la última escena es el cebo para la siguiente parte que van a hacer si esta tiene buenos números de taquilla. Parece la típica escena postcréditos.
Si la bestia violó a la protagonista (entendiendo que es virgen), ¿no debería haberse levantado al día siguiente con unos dolores vaginales importantes? Porque encima ese bicho no será de mimos y caricias, algún desgarro o huella tiene que dejar su visita a la caverna profunda.
Si la bestia violó a la protagonista (entendiendo que es virgen), ¿no debería haberse levantado al día siguiente con unos dolores vaginales importantes? Porque encima ese bicho no será de mimos y caricias, algún desgarro o huella tiene que dejar su visita a la caverna profunda.
8 de abril de 2024
8 de abril de 2024
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El exorcista, el resplandor, el bebé de Rosemary, la profecía e incluso la matanza de Texas, las cuales son algunas de las mejores películas del género, en la historia del septimo arte, son obras que comienzan de manera pausada, sutil, dando apariencia de presenciar unos hechos absolutamente normales y cotidianos. Es a medida que estas peliculas van avanzando, dónde poco a poco comenzamos a ver y sentir ese ambiente extraño y malsano y cuando nos vamos dando cuenta que algo no está bien y que se viene algo muy desagradable y aterrador. Pero esto se va cocinando a fuego lento. Mi gran problema, o uno de ellos, con la primera profecía, es que ya desde los primeros minutos, se nos muestra un suceso aterrador y bizarro y se nos sumerge de manera apresurada, a mí entender, en la historia que nos ocupa. Otro punto que no me convenció, es el empeño, de casi en cada secuencia buscar crearnos una sensación de mal rollo, lo cual aveces logran y otras veces no. Creo que es un poco excesivo, ese recurso, pues el alternar pasajes terroríficos o inquietantes con otros de mayor normalidad, considero es más efectivo que el buscar el aterrorizarnos prácticamente en cada secuencia. Se hace un uso demasiado exagerado y repetitivo del denominado body horror, como casi única manera de causarnos sensación de miedo.
Sumado a lo ya anteriormente expresado, el final de la película me parece no del todo satisfactorio, pero sobre ese punto, comentaré en mayor profundidad el la zona spoiler.
Tampoco voy a decir que todo es malo, en esta película. La actuacion de la joven Nell Tiger Free, es destacable y la mayoría de actores secundarios, cumplen de manera eficiente, en sus respectivos papeles. La ambientación, de esa ciudad de Roma en la década de los 70, está bien conseguida y se hace absolutamente creíble. También es justo reconocer, que el film, nos otorga algunas escenas que funcionan bien, en su objetivo de ponernos mal cuerpo o incomodarnos.
Pero poniendo en una balanza, virtudes y defectos siempre desde mi opinión, la película falla. Es demasiado tosca, falta de sutileza y de glamour y es más efectiva causandonos sensaciones desagradables que auténtico terror o suspenso. Si para más, se le compara con esa maravilla del género que es la profecía ( la original ), es bastante obvio, que las carencias de esta precuela, saltan por los aires. Es una película, que es como cuando un elefante entra en una cacharrería........
Sumado a lo ya anteriormente expresado, el final de la película me parece no del todo satisfactorio, pero sobre ese punto, comentaré en mayor profundidad el la zona spoiler.
Tampoco voy a decir que todo es malo, en esta película. La actuacion de la joven Nell Tiger Free, es destacable y la mayoría de actores secundarios, cumplen de manera eficiente, en sus respectivos papeles. La ambientación, de esa ciudad de Roma en la década de los 70, está bien conseguida y se hace absolutamente creíble. También es justo reconocer, que el film, nos otorga algunas escenas que funcionan bien, en su objetivo de ponernos mal cuerpo o incomodarnos.
Pero poniendo en una balanza, virtudes y defectos siempre desde mi opinión, la película falla. Es demasiado tosca, falta de sutileza y de glamour y es más efectiva causandonos sensaciones desagradables que auténtico terror o suspenso. Si para más, se le compara con esa maravilla del género que es la profecía ( la original ), es bastante obvio, que las carencias de esta precuela, saltan por los aires. Es una película, que es como cuando un elefante entra en una cacharrería........
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final de la película, como ya mencioné anteriormente, me parece no del todo satisfactorio y eso principalmente, por qué nos da u n giro final, que se ve venir a leguas. Que es un tanto obvio y que predecible. No es que sea un mal final de por sí, pero si es predecible y un tanto obvio......
5 de abril de 2024
5 de abril de 2024
45 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de terror no es ajeno a la secuelitis y la desconfianza se ha hecho más ciega conforme nos van llegando “delicatesen” como ‘El exorcista: creyente’ o ‘Halloween Ends’, por lo que la precuela que nadie había pedido de uno de los clásicos más queridos del horror moderno tiene todo en contra para ser recibida de forma hostil, lo que en casos muy contados nos hace hacernos la pregunta opuesta ¿y si formar parte de una saga concreta es un lastre para una película que es extraordinaria por sí misma?
En un caso muy parecido a la soberbia ‘El exorcista III’, ahora, ‘La primera profecía’ abre este melón con una simple fórmula, crear su propia historia a partir de ideas, claves y detalles que conectan con el clásico. Sin embargo, bastaría con cambiar ciertos puntos, nombres y referencias obvias del guion para que fuera una pieza autónoma, sin ir más lejos, la reciente ‘Immaculate’ comparte tantos detalles de trama que podría ser esta, o viceversa, solo que en este caso el material se eleva de forma inevitable sobre la (estupenda) producción de Sydney Sweeney por el talento que hay detrás de las cámaras.
Porque para ser justos, la presentación de la película no debería ser “la nueva secuela de la profecía”, sino “el debut en el cine de Arkasha Stevenson”, una directora a la que urge reconocer su trabajo en la brutal temporada ‘Butcher’s Block’ de la serie de Nick Antosca ‘Channel Zero’. En el salto no solo no decepciona, sino que se ha superado.
La responsabilidad de hacer digna la quinta secuela de la saga es grande, pero también lo es el peligro de que el foco arroje una sombra sobre su voz autoral, que aparece aquí con una exploración de la intervención sobre el cuerpo de la mujer inherente a la historia original, pero que aquí alcanza una entidad temática plena y en armonía con movimientos actuales del género que han ido generando un “horror obstetricio” que ha desafiado la visión mágica del embarazo y la maternidad.
Porque aunque ahora sean tendencia, los embriones con sorpresa han sido la clave de películas como ‘El heredero del diablo’, ‘Progeny’, ‘The Unborn’ y, por supuesto, ‘La semilla del diablo’, que es aquí una referencia clave en más de una ocasión.
No faltan tremebundos momentos de body horror sobre el cuerpo femenino que hacen replantearse si lo que estamos viendo es una obra de gran estudio; incluso hay un plano explícito, que ha costado un año y medio de lucha contra la censura. Sin embargo, la idea del control sobre la mujer va más allá y se impregna en pequeños detalles, incluso en una impresionante banda sonora compuesta de lamentos, gritos, susurros y respiraciones de mujer.
El papel de Stevenson es capaz de hacer volar un guión correcto hasta lo sublime gracias a una narración paciente, que recuerda al gran cine de conspiraciones de Pakula en los 70.
‘La primera profecía’ tampoco huye del gore, con momentos de grand guignol que introducen un humor negro que los que vieron ‘Butcher’s Block’ reconocerán sin vacilar, sin que la atmósfera cada vez más opresiva se salga de sus raíles. Lo sobrenatural, el mal, se percibe en cada plano, sin olvidar en ningún momento que hay un misterio que lleva el ritmo de la trama, aunque a algunos, lo “predecible” de algunos desarrollos — crítica cuestionable si todos sabemos hacia dónde va— les impida ver que estamos ante un ejemplo de género psicológico.
La precuela funciona como un caballo de Troya dentro de una saga profundamente cristiana, en la que ‘El final de Damien’ daba un tono catecúmeno naif solo alcanzado en el género bíblico de los 50. Ahora, el peso de la Iglesia en la génesis del Anticristo es cuestionado, resignificando la blasfemia del carácter diabólico de la película en una exposición acorde a películas recientes como la propia ‘Immaculate’, claro, ‘The Devil’s Doorway’, e incluso momentos de ‘El exorcista del Papa’, cambiando el matiz del género de horror religioso.
‘La primera profecía’ también se ocupa de que los momentos de terror no escaseen, desde las ingeniosas referencias a las muertes “fortuitas” de la original, que aquí se alimentan como una premonición, a los sustos más propios de muestras recientes como el universo Warren, pero jugando con el sonido de forma inversa, y quizá subvirtiendo lo esperable de una nueva película en convento en el que pasan cosas raras, donde es casi inevitable citar ‘Hermana muerte’ o ‘La monja II’ y la eterna referencia a ‘Madre Juana de los ángeles’ con las hermanas tiradas en el suelo.
Las referencias y guiños al género de Stevenson, sin embargo, no son meros reciclajes, sino expresiones puntuales de una cinefagia que busca puntos de apoyo en clásicos no recordados tan a menudo como ‘La escalera de Jacob’ o ‘El corazón del Ángel’, especialmente en la capacidad de ambas de convertir la percepción de su protagonista en una trampa existencial pegajosa, donde las deudas con el clásico original, al igual que pasaba en otra de las raras secuelas a la altura de su modelo como ‘Doctor Sleep’, se reservan como un tesoro para su parte final, aquí el compás de ciertas notas de Jerry Goldsmith que ponen los pelos de punta en el momento perfecto.
‘La primera profecía’ complica el discurso de la falta de ideas en Hollywood, porque no solo demuestra que hay secuelas que merecen mucho la pena, sino que quizá lo que falte en ellas es el buen gusto, la creatividad y el respeto por el material que confiere Stevenson, una de esas raras cineastas con un ojo privilegiado para encontrar la belleza en lo macabro y saber introducir un poso atemporal en la narración, acaso un talento por encima de marcas, quizá porque estamos ante la próxima nueva maestra del terror.
Puntuación: 9 sobre 10
En un caso muy parecido a la soberbia ‘El exorcista III’, ahora, ‘La primera profecía’ abre este melón con una simple fórmula, crear su propia historia a partir de ideas, claves y detalles que conectan con el clásico. Sin embargo, bastaría con cambiar ciertos puntos, nombres y referencias obvias del guion para que fuera una pieza autónoma, sin ir más lejos, la reciente ‘Immaculate’ comparte tantos detalles de trama que podría ser esta, o viceversa, solo que en este caso el material se eleva de forma inevitable sobre la (estupenda) producción de Sydney Sweeney por el talento que hay detrás de las cámaras.
Porque para ser justos, la presentación de la película no debería ser “la nueva secuela de la profecía”, sino “el debut en el cine de Arkasha Stevenson”, una directora a la que urge reconocer su trabajo en la brutal temporada ‘Butcher’s Block’ de la serie de Nick Antosca ‘Channel Zero’. En el salto no solo no decepciona, sino que se ha superado.
La responsabilidad de hacer digna la quinta secuela de la saga es grande, pero también lo es el peligro de que el foco arroje una sombra sobre su voz autoral, que aparece aquí con una exploración de la intervención sobre el cuerpo de la mujer inherente a la historia original, pero que aquí alcanza una entidad temática plena y en armonía con movimientos actuales del género que han ido generando un “horror obstetricio” que ha desafiado la visión mágica del embarazo y la maternidad.
Porque aunque ahora sean tendencia, los embriones con sorpresa han sido la clave de películas como ‘El heredero del diablo’, ‘Progeny’, ‘The Unborn’ y, por supuesto, ‘La semilla del diablo’, que es aquí una referencia clave en más de una ocasión.
No faltan tremebundos momentos de body horror sobre el cuerpo femenino que hacen replantearse si lo que estamos viendo es una obra de gran estudio; incluso hay un plano explícito, que ha costado un año y medio de lucha contra la censura. Sin embargo, la idea del control sobre la mujer va más allá y se impregna en pequeños detalles, incluso en una impresionante banda sonora compuesta de lamentos, gritos, susurros y respiraciones de mujer.
El papel de Stevenson es capaz de hacer volar un guión correcto hasta lo sublime gracias a una narración paciente, que recuerda al gran cine de conspiraciones de Pakula en los 70.
‘La primera profecía’ tampoco huye del gore, con momentos de grand guignol que introducen un humor negro que los que vieron ‘Butcher’s Block’ reconocerán sin vacilar, sin que la atmósfera cada vez más opresiva se salga de sus raíles. Lo sobrenatural, el mal, se percibe en cada plano, sin olvidar en ningún momento que hay un misterio que lleva el ritmo de la trama, aunque a algunos, lo “predecible” de algunos desarrollos — crítica cuestionable si todos sabemos hacia dónde va— les impida ver que estamos ante un ejemplo de género psicológico.
La precuela funciona como un caballo de Troya dentro de una saga profundamente cristiana, en la que ‘El final de Damien’ daba un tono catecúmeno naif solo alcanzado en el género bíblico de los 50. Ahora, el peso de la Iglesia en la génesis del Anticristo es cuestionado, resignificando la blasfemia del carácter diabólico de la película en una exposición acorde a películas recientes como la propia ‘Immaculate’, claro, ‘The Devil’s Doorway’, e incluso momentos de ‘El exorcista del Papa’, cambiando el matiz del género de horror religioso.
‘La primera profecía’ también se ocupa de que los momentos de terror no escaseen, desde las ingeniosas referencias a las muertes “fortuitas” de la original, que aquí se alimentan como una premonición, a los sustos más propios de muestras recientes como el universo Warren, pero jugando con el sonido de forma inversa, y quizá subvirtiendo lo esperable de una nueva película en convento en el que pasan cosas raras, donde es casi inevitable citar ‘Hermana muerte’ o ‘La monja II’ y la eterna referencia a ‘Madre Juana de los ángeles’ con las hermanas tiradas en el suelo.
Las referencias y guiños al género de Stevenson, sin embargo, no son meros reciclajes, sino expresiones puntuales de una cinefagia que busca puntos de apoyo en clásicos no recordados tan a menudo como ‘La escalera de Jacob’ o ‘El corazón del Ángel’, especialmente en la capacidad de ambas de convertir la percepción de su protagonista en una trampa existencial pegajosa, donde las deudas con el clásico original, al igual que pasaba en otra de las raras secuelas a la altura de su modelo como ‘Doctor Sleep’, se reservan como un tesoro para su parte final, aquí el compás de ciertas notas de Jerry Goldsmith que ponen los pelos de punta en el momento perfecto.
‘La primera profecía’ complica el discurso de la falta de ideas en Hollywood, porque no solo demuestra que hay secuelas que merecen mucho la pena, sino que quizá lo que falte en ellas es el buen gusto, la creatividad y el respeto por el material que confiere Stevenson, una de esas raras cineastas con un ojo privilegiado para encontrar la belleza en lo macabro y saber introducir un poso atemporal en la narración, acaso un talento por encima de marcas, quizá porque estamos ante la próxima nueva maestra del terror.
Puntuación: 9 sobre 10
9 de abril de 2024
9 de abril de 2024
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Primera Profecía (2024).
“¿Cómo se controla a la gente? Creando algo a lo que le teman.”
Casi medio siglo después del estreno de “La Profecía” (1976), llega a nuestras pantallas su precuela; una coproducción ítalo-estadounidense con una duración similar, aunque con un nivel cualitativo sensiblemente inferior.
Estamos ante un thriller de terror dirigido por una cineasta desconocida para el público y sin apenas obras dignas de señalar o ser vistas. La historia nos cuenta los orígenes del ser demoníaco que protagonizaría la conocida película en la que Gregory Peck tendría también un papel estelar.
En el reparto de este largometraje de nada menos que dos horas de duración, vemos a la joven actriz británica Nell Tiger Free, a quien más que por el nombre algunos la conocerán por su trabajo en la serie de terror “Servant” y en “Juego de Tronos”. Aquí, como en la citada “Sirvienta” vuelve a interpretar a una ultracatólica. Más concretamente, una novicia recién llegada a una congregación en la que se “cuida” y adoctrina convenientemente a los intereses religiosos a niñas huérfana, y donde se verá envuelta en una retorcida trama con el Anticristo como núcleo de la misma.
En el rol de la hermana superiora de este colegio religioso romano vemos a una irreconocible Sonia Braga, que a sus 73 años aparece muy distinta a como la vimos hace décadas en “El Beso de la Mujer Araña” o en “El Principiante”, ambas con el malogrado Raúl Julia como compañero de reparto. Otro actor veterano del cast es el inglés Bill Nighy, que lo mismo nos hace de vampiro en “Undeworld” como de cantante rockero semirretirado en “Love Actually”.
“¡La fe es poder!”
Como se escucha durante el desarrollo del filme, "no todas las cosas que hacemos son agradables, pero todas las hacemos en nombre de dios". Extremo este habitual en la secta cristiana mayoritaria dirigida por el hechicero mayor que habita en El Vaticano. Y es que la premisa que nos lanza el guión, sin dejar de ser atractiva e incluso crítica, no logra salvar la obra al mantener un ritmo demasiado lento durante bastante más de una hora.
Por otro lado, el director de fotografía, más que jugar con luces y sombras, parece que lo hace invitando a dicho juego solo a las sombras, negando al espectador cualquier visión clara de lo que en la pantalla acontece en los momentos clave.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 5,5
https://www.filmaffinity.com/es/film971147.html
“¿Cómo se controla a la gente? Creando algo a lo que le teman.”
Casi medio siglo después del estreno de “La Profecía” (1976), llega a nuestras pantallas su precuela; una coproducción ítalo-estadounidense con una duración similar, aunque con un nivel cualitativo sensiblemente inferior.
Estamos ante un thriller de terror dirigido por una cineasta desconocida para el público y sin apenas obras dignas de señalar o ser vistas. La historia nos cuenta los orígenes del ser demoníaco que protagonizaría la conocida película en la que Gregory Peck tendría también un papel estelar.
En el reparto de este largometraje de nada menos que dos horas de duración, vemos a la joven actriz británica Nell Tiger Free, a quien más que por el nombre algunos la conocerán por su trabajo en la serie de terror “Servant” y en “Juego de Tronos”. Aquí, como en la citada “Sirvienta” vuelve a interpretar a una ultracatólica. Más concretamente, una novicia recién llegada a una congregación en la que se “cuida” y adoctrina convenientemente a los intereses religiosos a niñas huérfana, y donde se verá envuelta en una retorcida trama con el Anticristo como núcleo de la misma.
En el rol de la hermana superiora de este colegio religioso romano vemos a una irreconocible Sonia Braga, que a sus 73 años aparece muy distinta a como la vimos hace décadas en “El Beso de la Mujer Araña” o en “El Principiante”, ambas con el malogrado Raúl Julia como compañero de reparto. Otro actor veterano del cast es el inglés Bill Nighy, que lo mismo nos hace de vampiro en “Undeworld” como de cantante rockero semirretirado en “Love Actually”.
“¡La fe es poder!”
Como se escucha durante el desarrollo del filme, "no todas las cosas que hacemos son agradables, pero todas las hacemos en nombre de dios". Extremo este habitual en la secta cristiana mayoritaria dirigida por el hechicero mayor que habita en El Vaticano. Y es que la premisa que nos lanza el guión, sin dejar de ser atractiva e incluso crítica, no logra salvar la obra al mantener un ritmo demasiado lento durante bastante más de una hora.
Por otro lado, el director de fotografía, más que jugar con luces y sombras, parece que lo hace invitando a dicho juego solo a las sombras, negando al espectador cualquier visión clara de lo que en la pantalla acontece en los momentos clave.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 5,5
https://www.filmaffinity.com/es/film971147.html
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