La primera profecía (título original en inglés: The First Omen) es una película estadounidense de terror sobrenatural dirigida por Arkasha Stevenson, quien coescribió el guion con Tim Smith y Keith Thomas a partir de una historia de Ben Jacoby. Es una precuela de La profecía (1976).

Es, a mi parecer, una película discontinua. El guion es bastante flojo. La atmósfera es pretenciosa, en algunos momentos bastante efectiva, pero forzada y decorada. Por momentos me costaba mucho seguir el hilo de la trama pues da saltos de un lugar a otro sin saber por qué. Los personajes son bastante planos. Se nota demasiado que están actuando. Ni los malos son malos ni los buenos son buenos. No genera desasosiego ni te corta la respiración. El final, para borrarlo de un plumazo. No se dejen engañar por las críticas que la elevan. Es falso.
Le doy 5 por eso de "pasable".

La verdad no entiendo la cantidad de buenas críticas. La Profecía I no merecía esta precuela.
Desde la dirección de actores, sobreactuados en muchas ocasiones, hasta solo contar con sustos y escenas semi gore. Poco y nada de clímax, tan bien logrados en La Profecía original, salvo para culminar en los "sustos", repetidos forzadamente y casi como único recurso.
Los personajes, parece que en busca de la originalidad o tratando que transmitan algo, los fuerzan y caen en lo ridículo.
El guion es correcto, pero la forma de llevarlo a la dramatización me resultó fatal. Una pena, porque la ambientación está muy bien.
En fin, es un género complejo realmente y que tiene muchos puntos de vista desde el espectador.

Película interesante que más que terror diría, inquietante. Discurre bien y te tiene atento al desarrollo de la trama en una magnífica Roma de los setenta. El listón estaba muy alto porque La Profecía de la que ésta una precuela, es un referente. No obstante lo lleva bien y vale la pena verla.

Buena dirección y fotografía. Nell Tiger Free desarrolla una buena interpretación. En cambio Bill Nighy no me convenció.

Recomendable para un rato entretenido y evasivo, pero tampoco para más.

No pienso que esta película tenga que considerarse, categóricamente, como innecesaria. Encontrar un acomodo al origen del terrorífico Damien de Richard Donner, a mí personalmente, me parece trascendente, sugestiva y, quizás, hasta necesaria.

En primer lugar, quisiera poner en valor, el estupendo trabajo de Arkasha Stevenson en la dirección. Según me he podido documentar, su primer trabajo, como principal responsable de un largometraje. Ciertamente pienso, que maneja muy bien todos los registros, aunque ciertos destellos posmodernistas a mí, personalmente, no me acaban de convencer. Me ha gustado especialmente el montaje de sonido, realzando la escenografía y, los momentos más delicados de impacto visual. También tengo la sensación, aunque, a veces, parezca lo contrario, que la fuerza narrativa no decae. Es robusta y no permite que te abstraigas, o fácilmente distraerte.

La historia, ok, bien pudiera haber sido cualquier otra, pero se optó por esta que se nos cuenta. El guion corre a cuenta de tres personas, entre las que se incluye la propia Arkasha Stevenson. Honestamente, pienso que la historia es capaz, de establecer un buen nexo de unión con La Profecía de Richard Donner, Gregory Peck, Lee Remick, y el terrorífico Harvey Stephens. Con una activa participación de personajes relevantes, como los ya conocidos, Father Brennan y el Father Spiletto.

Podemos debatir sobre la idiosincrasia de la base argumental y, su concepción ideológica. Si consideramos que nos encontramos ante una brecha temporal, de casi cincuenta años. Con una Iglesia Católica, siempre en el punto de mira y, además, conspirativa. Embarcada en un siniestro proyecto, para la creación de un Anticristo de laboratorio. No creo que este concepto, en sí mismo, planease por ninguna de las mentes del proyecto original. Ni en la de Richard Donner, ni en la de David Seltzer-

El plantel interpretativo es muy relevante. Ilustres como Sonia Braga, Ralph Ineson, Bill Nighy, y con la corta pero intensa aportación de un actor como la copa de un pino que es, Charles Dance. Mención especial a la notable aportación de una española, María Caballero. Ejerciendo como tal, no podía ser de otra manera, como si de un episodio de "El despendole de las novicias" se tratara. Se hace comprensible la inclusión de este elemento en el guion pero, ¿hacerlo de forma tan explícita?, a mí me resultó carente de autenticidad.

La auténtica estrella de la función es, sin lugar a dudas, la exquisita Nell Tiger Free como la novicia Margareta. Con ese registro tan particular de Nell, y que recuerda en cierta manera, al personaje de Leanne Grayson en la serie de Shyamalan, Servant. Su peculiar pose y gestualidad, añadida a su natural belleza, hacen que Nell Tiger Free esté en posesión de una particular seña identitaria. Su desmelenamiento, acompañado de una excelente fotografía y notable trabajo estilístico, hacen que luzca aún más, si cabe.

No sé, una película con un resultado controvertido, sin duda. Pero a mí me gusta. Una historia que bien pudo haber sido cualquier otra, despejando incógnitas sobre el verdadero origen de Damien. A modo personal me sobra bastante de la retórica feminista, ¿quizás por el bombardeo continuo, en todo?, no sé, quizás.

Le saqué más jugo a "La primera profecía" cuando, seguidamente, vi por enésima vez, "La Profecía" de Richard Donner.

Entré en ella sin saber qué esperarme y por momentos no me convencía, los sustos predecibles para lo que estamos acostumbrados y el ritmo algo lento, pero según la dejas avanzar, es una historia que engancha y coge fuerza y así hasta el desenlace final.

La historia nos cuenta cómo la iglesia prepara la llegada del Diablo para que la gente le tema y recobre la fé. Como iremos descubriendo en la trama, para la Iglesia el fin justifica los medios y nos deparará más de una desagradable sorpresa.

Quiero destacar la belleza de la protagonista, Nell Tiger, literalmente enamora a la cámara, también la perfecta realización, todo un homenaje a las clásicas, si no fuera por la calidad de la imagen pasaría por una producción de los 70.

En resumen, una buena precuela, con sustos poco efectivos pero con una macabra historia que si le das una oportunidad, te atrapará.

Lo mejor: Realización, historia, protagonista.
Lo peor: Sustos predecibles y ritmo de la primera mitad