18 comidas
2010 

6.3
5,234
Comedia. Drama
"18 comidas" cuenta seis historias a lo largo de un único día en Galicia. Una película de formato poco convencional -con guión pero con diálogos abiertos a la improvisación-, que viaja a través de dieciocho comidas -desayunos, almuerzos y cenas- que nos hacen partícipes de algunos de esos momentos que pueden cambiar una vida... (FILMAFFINITY)
23 de noviembre de 2010
23 de noviembre de 2010
14 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empieza la película, con el desayuno, y como supongo a muchos, comienza con un poco de pereza.
En el transcurso del día, con la comida y la cena, el día se hace interesante -y muy ameno-.
Destaca, el trabajo actoral porque en muchos momentos la intesidad y tensión de algunas escenas se transmite al espectador (que siente muy de cerca las escenas de; Tosar-Pedreño o Clavijo-Mencheta)
No es una película coral, a pesar de la cantidad de personajes, porque aunque alguno de ellos coincide con algún otro, (Cristina Brondo, Xosé Barato, Juan Carlos Bellido, Victor Fábregas) las historias bien podían funcionar por separado. Y aunque este último detalle, pueda aparentar desconexión o separación del discurso narrativo, el trabajo de ingeniería del guión articula muy bien una historia -que si tiene guión- a pesar de que, su construcción sea a partir de las improvisaciones, -de los excelentes actores que componen la película.
Por cierto, supongo que depende de la hora que vayas, pero sales con hambre, al ver el jamón, el pulpo, la lubina,...
En el transcurso del día, con la comida y la cena, el día se hace interesante -y muy ameno-.
Destaca, el trabajo actoral porque en muchos momentos la intesidad y tensión de algunas escenas se transmite al espectador (que siente muy de cerca las escenas de; Tosar-Pedreño o Clavijo-Mencheta)
No es una película coral, a pesar de la cantidad de personajes, porque aunque alguno de ellos coincide con algún otro, (Cristina Brondo, Xosé Barato, Juan Carlos Bellido, Victor Fábregas) las historias bien podían funcionar por separado. Y aunque este último detalle, pueda aparentar desconexión o separación del discurso narrativo, el trabajo de ingeniería del guión articula muy bien una historia -que si tiene guión- a pesar de que, su construcción sea a partir de las improvisaciones, -de los excelentes actores que componen la película.
Por cierto, supongo que depende de la hora que vayas, pero sales con hambre, al ver el jamón, el pulpo, la lubina,...
6 de abril de 2013
6 de abril de 2013
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas más aburridas y pesadas que sin lugar a dudas se hicieron en España en 2010. Y encima par más Inri soportando diálogos cargantes en gallego. Para qué quiero menos. ¿Por qué, el excelente Luis Tósar, se metió en semejante basura de proyecto? Nunca lo sabremos.
Las historias paralelas a pesar de lo que leo, no tienen sentido. Las actuaciones no son creíbles. No me llegan de ningún modo. El motivo central que es la comida, no unifica las historias. No aporta nada. Es una cinta vacía, una más en el amplio repertorio de nuestro país.
Me encantaría poner un spoiler, ¡pero sobre qué!, ¡no tiene spoilers!, ¡no pasa nada en toda la película!
Las historias paralelas a pesar de lo que leo, no tienen sentido. Las actuaciones no son creíbles. No me llegan de ningún modo. El motivo central que es la comida, no unifica las historias. No aporta nada. Es una cinta vacía, una más en el amplio repertorio de nuestro país.
Me encantaría poner un spoiler, ¡pero sobre qué!, ¡no tiene spoilers!, ¡no pasa nada en toda la película!
19 de noviembre de 2010
19 de noviembre de 2010
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno se queda a gusto después de tomarse un buen cocido gallego, y más con el recién estrenado invierno. También nos ocurrirá lo mismo con '18 comidas'. Historias con caldo que no permitirá que nos enfriemos en ningún momento del film.
Los actores logran encarnar sus papeles y las filosofías que con ellos conllevan. Cabe destacar la voz de Luis Tosar, el encorsetamiento de Víctor Clavijo, o la ansiedad de Esperanza Pedreño. Pero está claro que todos tienen su momento en esta película en beneficio de los actores.
En la cinta hay cabida para el humor y el drama, llegando al postre en todas las situaciones sin empacharse entre plato y plato.
La recomiendo para aquellos que sin pretensiones disfrutan de la cocina local aderezado con historias universales.
Los actores logran encarnar sus papeles y las filosofías que con ellos conllevan. Cabe destacar la voz de Luis Tosar, el encorsetamiento de Víctor Clavijo, o la ansiedad de Esperanza Pedreño. Pero está claro que todos tienen su momento en esta película en beneficio de los actores.
En la cinta hay cabida para el humor y el drama, llegando al postre en todas las situaciones sin empacharse entre plato y plato.
La recomiendo para aquellos que sin pretensiones disfrutan de la cocina local aderezado con historias universales.
12 de febrero de 2014
12 de febrero de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estas historias cruzadas, que nada tienen de extraordinario, de maravilloso, a no ser por lo ya en si mismo extraordinario de las -muchas veces- incomprensibles reacciones, actitudes y sentimientos humanos, de los contradictorios sentimientos, de la inestabilidad, a veces brutal, de las pretensiones, de los proyectos, y del mismo camino hacia dicho proyecto; decía, que en realidad, este tipo de películas bordan fragmentos de vida ordinaria, sin ruidos ni fuegos de colores, ni explosiones, sino que las mismas estridencias, el caos, la violencia que enumeran, es la proveniente del interior del hombre, donde burbujean constantemente infinidad de ideas y sentimientos en permanente oposición, que rebullen y provocan explosiones mucho más trascendentales y en definitiva interesantes que las de las espectacularidades acostumbradas en ciertos films americanos.
Las actuaciones apuntan a la mayor naturalidad posible, y aciertan de pleno en su intento.
Tosar, Pedreño y Mencheta están magistrales en sus papeles. La música también acompaña con corrección cada escena.
Película bien hecha en términos generales; historias sencillas, pero bien llevadas, y repito que dentro de esa aparente simpleza, se esconde ese mundo de sentimientos, de errores, de dudas, de pasiones, tan comunes y tan inevitables, tan predecibles y al mismo tiempo, totalmente inexorables; es la condición humana, así de compleja y maravillosa...
Las actuaciones apuntan a la mayor naturalidad posible, y aciertan de pleno en su intento.
Tosar, Pedreño y Mencheta están magistrales en sus papeles. La música también acompaña con corrección cada escena.
Película bien hecha en términos generales; historias sencillas, pero bien llevadas, y repito que dentro de esa aparente simpleza, se esconde ese mundo de sentimientos, de errores, de dudas, de pasiones, tan comunes y tan inevitables, tan predecibles y al mismo tiempo, totalmente inexorables; es la condición humana, así de compleja y maravillosa...
26 de noviembre de 2010
26 de noviembre de 2010
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jorge Coira, uno de los cineastas gallegos más consagrados, nos ofrece un mosaico de risas, y también algunas lágrimas, estructuradas a lo largo de un solo día, con Santiago de Compostela como escenario simbólico, particular a la vez que universal. Un guión en la mejor tradición de Robert Altman o Paul Thomas Anderson, que nos entrega a modo de caramelo, con humor, ironía, desenfado, pasión y sentimiento, una versión rica y poliédrica del choque de culturas (se hablan hasta cuatro lenguas diferentes en la película) y de vivencias en una urbe pequeña y respirable pero por la que circula a diario todo tipo de gente de todos los rincones del mundo.
La gastronomía y el placer culinario, en sus diferentes formas, colores y funciones, funciona como un idóneo leit-motiv, desde lo sensorial de su disfrute hasta lo significativo de sus momentos, desde el desayuno más matinal hasta la cena prolongada hasta altas horas de la madrugada, pasando por reveladoras sobremesas. El devenir de la cotidianidad más pura y dura y el paso del tiempo queda perfectamente reflejado en las breves y silenciosas secuencias de un matrimonio octogenario, que sirven como pegamento a tramas maestras tan dispares y un como una inesperada muerte, cuentas pendientes del pasado, la supervivencia diaria, enfrentamientos familiares, la búsqueda de una existencia más apasionante, relaciones en crisis y otras que se resisten a arrancar.
Un total de dieciocho historias, y sus pertinentes y sutiles conexiones, que nos dan parte de la mayoría de sensaciones que tienen lugar en la vida humana pero concentradas en un corto tiempo y espacio, y en las que el espectador se verá reflejado a la fuerza de algún u otro modo. Lo que precisamente hace cercanas y sinceras a estas representaciones es el determinante factor de improvisación con el que han sido engendradas, que permite a los actores crear a sus personajes sin ataduras y huyendo de los clichés, moviéndose como peces en el agua y transmitiendo esas mismas sensaciones a una audiencia que se sentirá como en casa. Las particularidades técnicas naturalmente derivadas de esta forma de hacer cine, arriesgada pero finalmente lograda, como son una cámara por momentos inquieta y un montaje algo más acelerado de lo convencional, se embuten en la historia enseguida y por tanto no chirrían en ningún momento.
Todo ello no podría ser posible de ninguna manera sin un acertadísimo reparto coral. Luis Tosar está más natural que nunca con su personaje más bohemio, Sergio Peris-Mencheta y Víctor Clavijo se compenetran como novios incluso mejor de lo que lo habían hecho ya como hermanos en Al salir de clase, hace ya más de diez años, y el tándem Víctor Fábregas-Federico Pérez Rey como la enésima instancia de la sempiterna pareja cómica, sin que pueden evitar pasárselo bomba en cada segundo de metraje. Y todo un amplio abanico de seres humanos con el que disfrutaréis como en la mejor de las comilonas. ¡¡Buen provecho!!
La gastronomía y el placer culinario, en sus diferentes formas, colores y funciones, funciona como un idóneo leit-motiv, desde lo sensorial de su disfrute hasta lo significativo de sus momentos, desde el desayuno más matinal hasta la cena prolongada hasta altas horas de la madrugada, pasando por reveladoras sobremesas. El devenir de la cotidianidad más pura y dura y el paso del tiempo queda perfectamente reflejado en las breves y silenciosas secuencias de un matrimonio octogenario, que sirven como pegamento a tramas maestras tan dispares y un como una inesperada muerte, cuentas pendientes del pasado, la supervivencia diaria, enfrentamientos familiares, la búsqueda de una existencia más apasionante, relaciones en crisis y otras que se resisten a arrancar.
Un total de dieciocho historias, y sus pertinentes y sutiles conexiones, que nos dan parte de la mayoría de sensaciones que tienen lugar en la vida humana pero concentradas en un corto tiempo y espacio, y en las que el espectador se verá reflejado a la fuerza de algún u otro modo. Lo que precisamente hace cercanas y sinceras a estas representaciones es el determinante factor de improvisación con el que han sido engendradas, que permite a los actores crear a sus personajes sin ataduras y huyendo de los clichés, moviéndose como peces en el agua y transmitiendo esas mismas sensaciones a una audiencia que se sentirá como en casa. Las particularidades técnicas naturalmente derivadas de esta forma de hacer cine, arriesgada pero finalmente lograda, como son una cámara por momentos inquieta y un montaje algo más acelerado de lo convencional, se embuten en la historia enseguida y por tanto no chirrían en ningún momento.
Todo ello no podría ser posible de ninguna manera sin un acertadísimo reparto coral. Luis Tosar está más natural que nunca con su personaje más bohemio, Sergio Peris-Mencheta y Víctor Clavijo se compenetran como novios incluso mejor de lo que lo habían hecho ya como hermanos en Al salir de clase, hace ya más de diez años, y el tándem Víctor Fábregas-Federico Pérez Rey como la enésima instancia de la sempiterna pareja cómica, sin que pueden evitar pasárselo bomba en cada segundo de metraje. Y todo un amplio abanico de seres humanos con el que disfrutaréis como en la mejor de las comilonas. ¡¡Buen provecho!!
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