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Grace de Mónaco

Drama A los 33 años, Grace Kelly, una gran estrella de Hollywood, renunció a su carrera como actriz para casarse en 1956 con el príncipe Rainiero III y convertirse en Su Alteza Serenísima la Princesa Gracia de Mónaco. La historia se ambienta en plena crisis política y económica entre Francia y Mónaco, crisis en la que la actriz americana estuvo involucrada. (FILMAFFINITY)
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Críticas ordenadas por utilidad
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5
27 de octubre de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Termino de ver esta película y solo se me ocurre preguntarme ¿como un director que lo bordo con “La vida en rosa” (por la que Marion Cotillard ganó el Oscar a mejor actriz en 2007) puede hacer esto?

La Película se deja ver si te la tomas como lo que es, una película. Pero si lo que buscas es un biopic al uso sobre la vida de Grace Kelly, estas equivocado. El film se centra exclusivamente el año 1962, año que según nos cuenta la película fue crucial tanto en la familiar Grimaldi y como en la estabilidad del Principado de Mónaco.

Lo que menos me gusta es Nicole Kidman intentando parecer Grace Kelly, porque desde mi punto de vista no lo consigue, no la deja el mal lugar, (entiéndase por eso que no hace una caricatura del papel, como en alguna que otra serie española sobre los actuales reyes de España), pero no paro de pensar en que tal vez sin tanto retoque quirúrgico podría ver un poco mas de Grace y un poco menos de Nicole. Por no hablar del falso Rainiero al que da vida Tim Roth, que lo prefiero en su serie "Mienteme" que en el film esta flojo y pasando desapercibido

Y por ultimo decir que Grace es y sera inimitable y me da igual las rubias monas que Hollywood, la cirugía o Alberto puedan encontrar o dar que ninguna sera nunca ni la sombra de la que un día se convirtió en Princesa de Mónaco y de la actriz dentro y fuera de la pantalla que fue Grace kelly.
3
10 de junio de 2014 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ha sido Grace de Mónaco la encargada de romper el hielo de la 67ª edición del Festival de Cine de Cannes, de la mano de Olivier Dahan (La vida en rosa), Nicole Kidman, Tim Roth y Paz Vega, entre otros. «La idea de mi vida como un cuento de hadas es, en sí misma, un cuento de hadas», cita textual con la que arranca una película que había despertado un gran interés mediático pero de la que se esperaba más bien poco, y el público presente en Cannes así lo ha dejado patente: aplausos muy tímidos a lo lejos, algún abucheo sonoro, aunque tímido en sus formas, y una gran indiferencia a modo de silencio escandaloso que abandonó la sala haciendo mutis por el foro. Nada que no nos esperásemos.

Pudieron haber sido sus tintes de telefilm vespertino los que desataran esa indiferencia, o más bien ese es el motivo que nos provocó un sonoro bostezo. Una historia que se cuenta “con los dedos de una mano”, una parte de la historia del estado monegasco que bien se podría haber llevado por otros derroteros evitando el insulto biográfico aquí orquestado, y que además intenta colarnos como precioso aquello cuya peste ya llega hasta palacio, una peste cuya fotografía nos permite atisbar los hilos del tufillo maltrecho más lleno de sombras que de luces. Grace de Mónaco se ve sucia, muy imperfecta dentro de la denostada perfección que Dahan (o no sé si los Weinsten) pretende hacernos ver, y cuya línea argumental parece más interesada en sacar decenas de modelitos de la época que en contarnos algo que nos pueda interesar.

A todo ello tampoco ayuda que queriendo ver a la hermosa y frágil Grace Kelly terminemos vislumbrando un personaje con la cara y actitud de Nicole Kidman, una interpretación más parecida a la meretriz de ‘Moulin Rouge’ que a una verdadera princesa. Gran fallo por parte del director y gran error de elección por parte de la actriz que parecía haber dejado atrás su época de fracasos para elegir buenos papeles (véase Rabbit hole), pero por lo visto fue un parón entre sus malas elecciones, así que podemos afirmar que vuelve a lo de siempre. Por lo demás, Kidman sale muy mona, muy elegante y, como no, bastante estática, situación de la que consigue salir en contadas escenas y donde puede verse un atisbo de la actriz que fue antaño y que podría volver a ser cuando a su “Alteza” le venga en gana.

Lo realmente triste en Grace de Mónaco es que arrancara más sonrisas y carcajadas que sollozos. En realidad deberíamos encontrarnos con un drama biográfico que compungiera al público o a cualquiera que se acercara a conocer este trozo de historia del principado, pero provoca más a la risa que al llanto, una risa quizás burlesca o a lo mejor de rabia contenida ante el despropósito que resulta ver esta especie de homenaje fallido a una de las estrellas más reconocidas del Hollywood de la edad de oro, una cinta que cuenta con demasiadas pretensiones, entre ellas la de hacernos creer que Grace Kelly fue una estratega política, casi una detective a lo Sherlock Holmes que, en sus ratos libres, descubría traiciones y estratagemas palaciegas; o engañarnos con un título igual de pretencioso y que la otrora Princesa de Mónaco era la protagonista de su película, un papel más dentro de su filmografía, cuando la realidad es que queda absorbida por su propio papel, el de princesa, y el principado al que acompaña. El drama con el que Dahan rompió al público en pedazos en La vida en rosa parece ser que se agotó, dejando paso a una ridícula versión de un melodrama caduco en busca de limosnas en forma de aplausos, pero por mucho que la mona se vista de seda, acuda a bailes de la alta sociedad o se reinvente para agradar a todo un pueblo, ahí se ha quedado.
4
27 de mayo de 2014 4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los puntos más oscuros del Festival de Cannes fue la apertura del festival con Grace de Mónaco, semibiopic sobre la legendaria actriz Grace Kelly, quien luego de obtener un Oscar, dejó las cámaras y los flashes para convertirse en su Alteza Serenísima Princesa Gracia de Mónaco.

Pero la película, al contrario del nombre no tenía nada de serena. Desde los días previos a su presentación, el film generó polémica luego de que los Grimaldi (la familia real) lo tacharan de inexacto, literario (en el peor sentido de la palabra) y comercial. Sin embargo, lo anterior lo que hizo fue aumentar la curiosidad por una cinta que finalmente en su estreno, según los cronistas, generó un silencio absoluto, una ambiente desasosegador. En las horas subsiguientes a la presentación, salieron las críticas de la película, en la que se le tachaba como un “filme biográfico de la realeza peor que Diana” (The Guardian, en una de las mejores críticas que recomiendo), “un melodrama increíblemente idiota” (The Telegraph), entre otros.

Y creo que tienen algo de razón porque este film es una de esas suertes de prevalencia del estilo sobre la sustancia. O en otras palabras, una de esas cintas con fotografía atrapante llena de imágenes bellísimas y paisajes magistrales que se acompañan de una buena banda sonora, a la que le falta historia que acompañar. Porque la película aunque pareciese tener una historia, lo cierto es que no la tiene o si la tiene no la cuenta, o la cuenta mal. El guion es torpe, aburrido, cursi e inverosímil (no voy a mencionar que para el director, el presidente de Francia y el príncipe de Mónaco se comunican en inglés). Si bien la premisa era buena la premisa era buena (las historias de hadas no son como las pintan y ser princesa conlleva una gran responsabilidad), la ejecución es algo catastrófica. El derrotero que toma la película nos hace pensar que estamos viendo más de lo mismo sin originalidad o algo que la destaque. No ayuda tampoco la mala construcción de los personajes que nos hacen ver a tipos tan interesantes como el príncipe Raniero III o Charles de Gaulle como pobres tontos, caprichosos, crédulos, que no saben una pizca de diplomacia o tan siquiera administrar un puesto de limonada. Y todo ello para darle protagonismo a una Grace, que a pesar del buen trabajo de Nicole Kidman, no termina de colar o de ser creíble. O qué sé yo, de gustar.

En la crítica que escribí aquí sobre la vie en rose dije que aquella me había parecido una buena historia mal contada. En esta ocasión tengo que ser un poco más severo y decir que estamos frente a una buena premisa mal ejecutada, cuyo visionado no recomiendo en cines sino en Netflix. No pierdan el tiempo y su dinero en cine.
4
23 de mayo de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace algunos meses se estrenó una película sobre la figura de la princesa Diana de Gales. Sus alicientes eran varios, desde una actriz de renombre (Naomi Watts) a un director joven pero reconocido (el nominado al Oscar por “El hundimiento”, Oliver Hirschbiegel), pasando por un personaje que había concitado durante años la atención de millones de personas y miles de portadas de revistas. Sin embargo, el tránsito de la prensa rosa a la gran pantalla no es sencillo. No basta con partir de una trayectoria vital intensa para que la calidad de la adaptación cinematográfica esté asegurada. De hecho, el citado film no sólo pasó sin pena ni gloria por las carteleras de todo el mundo sino que, además, fue objeto de severas críticas.
Ahora se repite la historia con este biopic de la primero actriz y después princesa Grace Kelly. El punto de partida es prácticamente idéntico: una gran intérprete poseedora de numerosos premios (Nicole Kidman), un cineasta prometedor (el realizador de “La vida en rosa”, Olivier Dahan) y una vida de cuento de hadas en las formas pero llena de dramas e intrigas en el fondo. Y mucho me temo que va a cosechar tan malos resultados como los recibidos por el largometraje sobre la difunta Alteza británica. La producción refleja perfectamente el lujo y la grandiosidad de los escenarios en los que se desarrolla la trama, palacios, fiestas y vestuario incluidos. Incluso la decisión de estrenarla en la sesión inaugural del Festival de Cannes ha ayudado a recrear la pomposidad monegasca. Sin embargo, se pierde en la tragedia interior que pretende contar, ya que la saturación de elegancia y suntuosidad no es capaz de esconder sus serias carencias de guion y de filmación.
Es muy significativo el comentario del periodista de “The Guardian”, Peter Bradshow, cuando afirma que se trata de “un anuncio de Chanel de ciento cuatro minutos pero sin su sutileza”. Creo que es una calificación acertada para un proyecto que plasma magníficamente el envoltorio exterior que recubría a Grace Kelly pero que se tambalea cuando aborda las relaciones personales de los personajes y los problemas políticos entre Francia y el pequeño Principado. La superficialidad de toda esa falsa carcasa de ostentación, tan propia de las realezas, impide despuntar al verdadero relato de los hechos, de modo que los supuestos méritos “Grace de Mónaco” se reducen a una exhibición de alfombras rojas, descapotables y demás signos de distinción. Como ya ha ocurrido en otros títulos, la producción se atrinchera en la elegancia hasta caer en la decadencia.
Los integrantes del reparto realizan una labor correcta, aunque sin destacar en ningún momento. De hecho, Nicole Kidman, que cuenta en su filmografía con actuaciones muy sobresalientes (“Cold Mountain”, “La mancha humana”, “Las horas”, “Moulin Rouge”…) está empezando a empañar su carrera por aceptar propuestas fallidas y por estropear su rostro con unas operaciones estéticas que le han arrebatado su antigua expresividad. Comienza a parecerse peligrosamente a una caricatura. Tiene pendientes de estreno para este 2014 el thriller “Before I Go to Sleep”, otra biografía -en este caso de la escritora y politóloga Gertrude Bell- titulada “Queen of the Desert” y la comedia “Paddington”. Confío en que recupere el alto nivel artístico que alcanzó en el pasado. Por lo que respecta a sus compañeros Tim Roth y Paz Vega, tampoco remontarán sus erráticas carreras gracias a estas interpretaciones del Príncipe Rainiero y de la cantante de ópera María Callas. Tan sólo la contribución del actor Frank Langella al conjunto merece una valoración más favorable.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
3
29 de mayo de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé cómo he ido a ver esta película totalmente intrascendente. Nicole Kidman está muy bien y es el único gancho de la película. La propuesta debió salir porque se parecen y por lo creído que se lo tienen pero el fallo es que la vida de esa princesa no es nada interesante y nos importa muy poco. Debían haber hecho mejor su vida sexual. Hay un reportaje por televisión que está mejor. No asegura la película que se casó por dinero y fama como todo el mundo sabe.
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