The Wonders
5.7
12,111
Musical. Comedia. Drama
Guy Patterson trabaja en la tienda de electrodomésticos de su padre, pero su sueño es tocar la batería. Por casualidad se presenta a un concurso cuando un grupo de su barrio se queda sin batería. Guy imprime un nuevo ritmo a las canciones que les hace triunfar y subir a los primeros puestos de ventas con "Los Wonders". (FILMAFFINITY)
27 de agosto de 2006
27 de agosto de 2006
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Original historia escrita y dirigida por ese genio llamado Tom Hanks, que también interviene como actor secundario. El film narra con realismo y algún toque de humor la fiebre musical surgida en los 60 tras los Beatles, una época en la que aparecían numerosísimos grupos, algunos de los cuales conseguían un gran éxito, pero pocos lograban una larga trayectoria musical. Hanks nos cuenta la historia de "The Wonders", un grupito local que logrará la fama gracias a la aparición de un nuevo batería que dota de ritmos muy pegadizos a su música. Poco a poco ganarán adeptos y, antes de que se den cuenta, se verán inmersos en el mundo de la fama. La historia está muy bien contada gracias a su magnífico guión, que define perfectamente a los personajes: tenemos al líder del grupo, Johnathon Schaech, un ególatra que no ve más allá de sus narices, su sufrida novia, impecablemente interpretada por Liv Tyler, Tom Everett Scott como el batería responsable del éxito y Tom Hanks encarnando a un inteligente promotor musical. También hay pequeños papeles que no dejarán indiferente a nadie, como el de Obba Babatundé, un avispado botones de lo más curioso. Así pues, este estupendo relato, perfectamente ambientado y narrado confirma a Tom Hanks como uno de los personajes del Séptimo Arte a quien hay que tener muy en cuenta.
28 de septiembre de 2008
28 de septiembre de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"The Wonders", la primera película (y única hasta el momento) película del gran actor Tom Hanks como director, y guionista además. Tiene un particular estilo, la película es muy entretenida, te hace evadirte totalmente para pasar un gran rato viendo la historia del grupo "Los Wonders", por allá los años 60 (muy bien ambientados, por cierto), (que originalmente se llamaron "Los One-Ders"), desde sus comienzos hasta su... llamémoslo final, como evoluciona el grupo y las personas y sus relaciones. Me ha gustado la historia de amor, aunque es muy previsible. Gran interpretación del carismático debutante Tom Everett Scott sobre todo, pero también hacen un buen papel el resto del reparto, con Liv Tyler y Tom Hanks, haciendo de actor secundario, como nombres más importantes. La banda sonora es maravillosa, matrícula de honor, canciones chulísimas que hacen que hasta los que no bailamos nunca nos entren ganas de mover el esqueleto al ritmo del mejor rock&roll... y tampoco falta un poco de jazz. Aquí hay que destacar de nuevo a Tom Hanks, compositor de gran parte de las canciones, aunque no de la que es, sin duda, la mejor: "That Thing You Do". Espero que Tom Hanks repita como director y guionista en otra película, porque me lo he pasado de muerte viendo esta.
12 de noviembre de 2010
12 de noviembre de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo ser ecuánime con esta crítica, ya que "The Wonders" entronca directamente con las fuentes de una de las fuentes culturales y artísticas más importantes e imprescindibles de la historia de la humanidad, el pop-rock de la década de los sesenta. Se trata de la típica historia de una banda que, a base de pequeños empujoncitos de suerte, consigue poco a poco asomarse en las listas de éxito Billboard...
Uno no puede evitar acordarse del "Please please me", primer éxito estruendoso de The Beatles, cuando "That thing you do" es acelerada por el nuevo batería para empezar a subir como la espuma. Eso fue lo mismo que George Martin, el quinto Beatle, le sugirió a John Lennon acerca de su genial composición, inspirada en el gran Roy Orbison. Las gafas del batería son directo homenaje a Stu Sutcliffe, ese bajista de los Beatles de Hamburgo que murió antes de que los fab four fuesen siquiera un esquema de banda rompedora y, por supuesto, el papel de Tom Hanks está cogido directamente de Brian Epstein, manager de The Beatles, que fue el que insistió en la imagen, los trajes de calidad y las reverencias para conquistar al público. El cambio de batería entronca directamente con el de Ringo Starr por Pete Best, justo cuando los de Liverpool se estaban subiendo al autobús de la fama. Y tampoco puede olvidarse uno de Astrid Kirchherr, la primera fotógrafa de The Beatles, al ver a la preciosa Liv Tyler.
La película no pasaría de un mero divertimento de cara al público juvenil si no fuese por la grandísima banda sonora, superlativa en la edición de CD, con varios cortes inapreciados en el largometraje. Es una de las BSO mejores de la historia y diseñada expresamente para el filme, una recreación pluscuamperfecta del sonido Merseybeat de principios de los 60 y un alarde de composición por encargo que hubiese sido un bombazo en la década en la que estaba inspirada y rodada la aventura. "That thing you do", "Little wild one" y "I need you" son ejercicios geniales de homenaje a esa gran guitarra que es la Rickenbacker, "All my only dreams" es un baladón del que deberían aprender muchas estrellitas que van de divos hoy en día y, no nos olvidemos, Tom Hanks demuestra hechuras de creador musical con "Love you lots and lots". Una delicia de banda sonora y una recreación memorable de una época irrepetible.
Saliéndome un poco del tema, hace poco leía que antes, te encontrabas supergrupos formados por Roy Orbison, Bob Dylan, George Harrison, Tom Petty y Jeff Lynne. O the Yarbirds. O Cream. O Mike and the Mechanics. Ahora, los supergrupos serían formados por Hiltontas, Spice Gilis, Bieberones, Gagas y Spears...engendros del especta-enculo para borregazos. Los 60, 70 y hasta 80 se fueron para nunca volver, y ahora sólo nos queda la nostalgia y desear que alguien le lave de cabeza de basura a las nuevas generaciones, tan agilipolladas por basuras antimusicales como Operación Truño, Popstars y demás cloacas de pedo trompetil.
Uno no puede evitar acordarse del "Please please me", primer éxito estruendoso de The Beatles, cuando "That thing you do" es acelerada por el nuevo batería para empezar a subir como la espuma. Eso fue lo mismo que George Martin, el quinto Beatle, le sugirió a John Lennon acerca de su genial composición, inspirada en el gran Roy Orbison. Las gafas del batería son directo homenaje a Stu Sutcliffe, ese bajista de los Beatles de Hamburgo que murió antes de que los fab four fuesen siquiera un esquema de banda rompedora y, por supuesto, el papel de Tom Hanks está cogido directamente de Brian Epstein, manager de The Beatles, que fue el que insistió en la imagen, los trajes de calidad y las reverencias para conquistar al público. El cambio de batería entronca directamente con el de Ringo Starr por Pete Best, justo cuando los de Liverpool se estaban subiendo al autobús de la fama. Y tampoco puede olvidarse uno de Astrid Kirchherr, la primera fotógrafa de The Beatles, al ver a la preciosa Liv Tyler.
La película no pasaría de un mero divertimento de cara al público juvenil si no fuese por la grandísima banda sonora, superlativa en la edición de CD, con varios cortes inapreciados en el largometraje. Es una de las BSO mejores de la historia y diseñada expresamente para el filme, una recreación pluscuamperfecta del sonido Merseybeat de principios de los 60 y un alarde de composición por encargo que hubiese sido un bombazo en la década en la que estaba inspirada y rodada la aventura. "That thing you do", "Little wild one" y "I need you" son ejercicios geniales de homenaje a esa gran guitarra que es la Rickenbacker, "All my only dreams" es un baladón del que deberían aprender muchas estrellitas que van de divos hoy en día y, no nos olvidemos, Tom Hanks demuestra hechuras de creador musical con "Love you lots and lots". Una delicia de banda sonora y una recreación memorable de una época irrepetible.
Saliéndome un poco del tema, hace poco leía que antes, te encontrabas supergrupos formados por Roy Orbison, Bob Dylan, George Harrison, Tom Petty y Jeff Lynne. O the Yarbirds. O Cream. O Mike and the Mechanics. Ahora, los supergrupos serían formados por Hiltontas, Spice Gilis, Bieberones, Gagas y Spears...engendros del especta-enculo para borregazos. Los 60, 70 y hasta 80 se fueron para nunca volver, y ahora sólo nos queda la nostalgia y desear que alguien le lave de cabeza de basura a las nuevas generaciones, tan agilipolladas por basuras antimusicales como Operación Truño, Popstars y demás cloacas de pedo trompetil.
3 de julio de 2012
3 de julio de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las características esenciales del trabajo en equipo es la capacidad de ver más allá de los intereses personales para cohesionarse como grupo. El bien colectivo pesa por encima de los deseos individuales, y siempre ha de ser primero Nosotros, porque ahí también cuento yo. Implica humildad, desprendimiento, sentido de unidad, entrega… y así, solo así, habrá permanencia y todos saldrán beneficiados.
Esta cualidad es la que ha faltado y seguirá faltando en la mayoría de los grupos jóvenes ya sea de música, deporte, danza o cualquier otra actividad en la que el éxito y la popularidad estén en el camino. Y precisamente, por esta falencia es que son tan efímeros. Porque, como dice el viejo dicho “una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones”, y el mismo día en que el más débil de los miembros (en sentido de compromiso) se sienta el más fuerte del grupo y comience a creer que se merece más que los demás, ahí comenzará a resquebrajarse la estructura grupal.
“THE WONDERS” da buena cuenta de estas cosas y por eso creo que vale la pena como película. Se trata de un grupo rockanrolero de los años 60 que surge de la nada, se gana algún concurso, consigue grabar una de sus canciones propias, “That thing you do”, que ellos mismos venden… hasta que, con la ayuda de un manager visionario, el disco termina metido en la radio, alcanza el puesto 21 en las listas de Billboard, y el grupo llega a las manos de un productor de la disquera Play Tone, donde el éxito ya es tarea alcanzada.
Me sentí a gusto oyendo viejas canciones de rock´n´roll, y Tom Hanks, en su debut como realizador, consigue entregarnos a un grupo de chicos bastante simpáticos que nos reviven viejos tiempos, con los muchos encantos y sinsabores que ofrece el camino hacia la fama. Con esta aventura, Hanks no pretende hacer pedagogía y solo se limita a ilustrar –lo que también es pedagógico- las causales por las que esta banda, que alguna vez hizo escasa pero significativa historia, estuvo tan poco tiempo subida en las tarimas de la música popular.
Breve aparición de Charlize Theron en su primer rol acreditado, y por una sola vez superada en presencia fílmica, por una actriz con la que ahora ni siquiera cabría compararla.
“THE WONDERS” es una experiencia de inspiración, superación, exudación, y alguna pizca de romance… a la que, infortunadamente, le faltó cohesión para que pudiera llegar a crecer como las grandes ceibas. Y así, la fama luce como una mariposa que revolotea unos pocos días y luego termina pegada con un alfiler en una vidriera, donde sus encantos los miramos con nostalgia… y algunos quizás con arrepentimiento.
Esta cualidad es la que ha faltado y seguirá faltando en la mayoría de los grupos jóvenes ya sea de música, deporte, danza o cualquier otra actividad en la que el éxito y la popularidad estén en el camino. Y precisamente, por esta falencia es que son tan efímeros. Porque, como dice el viejo dicho “una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones”, y el mismo día en que el más débil de los miembros (en sentido de compromiso) se sienta el más fuerte del grupo y comience a creer que se merece más que los demás, ahí comenzará a resquebrajarse la estructura grupal.
“THE WONDERS” da buena cuenta de estas cosas y por eso creo que vale la pena como película. Se trata de un grupo rockanrolero de los años 60 que surge de la nada, se gana algún concurso, consigue grabar una de sus canciones propias, “That thing you do”, que ellos mismos venden… hasta que, con la ayuda de un manager visionario, el disco termina metido en la radio, alcanza el puesto 21 en las listas de Billboard, y el grupo llega a las manos de un productor de la disquera Play Tone, donde el éxito ya es tarea alcanzada.
Me sentí a gusto oyendo viejas canciones de rock´n´roll, y Tom Hanks, en su debut como realizador, consigue entregarnos a un grupo de chicos bastante simpáticos que nos reviven viejos tiempos, con los muchos encantos y sinsabores que ofrece el camino hacia la fama. Con esta aventura, Hanks no pretende hacer pedagogía y solo se limita a ilustrar –lo que también es pedagógico- las causales por las que esta banda, que alguna vez hizo escasa pero significativa historia, estuvo tan poco tiempo subida en las tarimas de la música popular.
Breve aparición de Charlize Theron en su primer rol acreditado, y por una sola vez superada en presencia fílmica, por una actriz con la que ahora ni siquiera cabría compararla.
“THE WONDERS” es una experiencia de inspiración, superación, exudación, y alguna pizca de romance… a la que, infortunadamente, le faltó cohesión para que pudiera llegar a crecer como las grandes ceibas. Y así, la fama luce como una mariposa que revolotea unos pocos días y luego termina pegada con un alfiler en una vidriera, donde sus encantos los miramos con nostalgia… y algunos quizás con arrepentimiento.
26 de diciembre de 2014
26 de diciembre de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una día cualquiera te encuentras en la tele con esa canción tan pegadiza que te aprendiste a los 11 años. No sabías lo que decías, solo repetías sonidos mientras bailabas. Resulta que es parte de una película a la que te enganchas por nostalgia, y ese estribillo de "doing that thing you do" será lo mejor que te pase durante los siguientes 90 minutos (o lo que dure).
Porque lo que descubres es una película bastante convencional. Le cambias el nombre del director por uno de desconocido, le sacas los 3 o 4 actores conocidos del reparto (incluido el propio Hanks), y lo que te queda es un film de sobremesa al uso. Aunque al menos no se vende a sí mismo como caviar. The Wonders es, ante todo, sincera en sus intenciones. Como espectador te da la opción de elegir, mostrando sus cartas sobre la mesa desde el primer minuto. Y eso también se agradece.
Así que, ¿qué se necesita para disfrutar de The Wonders? Pues un gusto específico por una o varias de estas premisas:
1- Estética de los 60 en su faceta más alegre y nostálgica.
2- Reminiscencia beatlesca: pop-rock de la época con griterío de groupies histéricas de fondo.
3- Gusto por los biopics de grupos o cantantes, ya sean reales o ficticios.
Si ninguna de las tres te atrae acabarás dormido y vencido por el sopor. Si por el contrario eres de los/las que, como yo, bailaste "That thing yo do" como si no hubiera mañana, pasarás un rato agradable. Previsible y plagado de escenas y estereotipos mil veces vistos, pero agradable.
En spoiler, más sobre los personajes.
Porque lo que descubres es una película bastante convencional. Le cambias el nombre del director por uno de desconocido, le sacas los 3 o 4 actores conocidos del reparto (incluido el propio Hanks), y lo que te queda es un film de sobremesa al uso. Aunque al menos no se vende a sí mismo como caviar. The Wonders es, ante todo, sincera en sus intenciones. Como espectador te da la opción de elegir, mostrando sus cartas sobre la mesa desde el primer minuto. Y eso también se agradece.
Así que, ¿qué se necesita para disfrutar de The Wonders? Pues un gusto específico por una o varias de estas premisas:
1- Estética de los 60 en su faceta más alegre y nostálgica.
2- Reminiscencia beatlesca: pop-rock de la época con griterío de groupies histéricas de fondo.
3- Gusto por los biopics de grupos o cantantes, ya sean reales o ficticios.
Si ninguna de las tres te atrae acabarás dormido y vencido por el sopor. Si por el contrario eres de los/las que, como yo, bailaste "That thing yo do" como si no hubiera mañana, pasarás un rato agradable. Previsible y plagado de escenas y estereotipos mil veces vistos, pero agradable.
En spoiler, más sobre los personajes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si lo mejor de la película es la estética y la música, lo peor es la caracterización de los cuatro componentes de The Wonders.
En resumidas cuentas, son tres chalados y un cuerdo. Y el cuerdo es el único que sobrevive a la fama y al que se le intuye una proyección futura. Es el más inteligente, le gusta el jazz -que en películas así es sinónimo de gustos musicales selectos-, y se para a pensar las cosas antes de hacerlas. También tiene ese aura de soberbia de quien se sabe mejor que sus compañeros e intuye que, al final, se llevará a la cama a Lyv Tyler.
Los otros tres son:
- Un ligón con aspiraciones a ludópata. Y para que quede claro, persigue a las chicas con desmesurado afán y lo vemos jugar cada dos por tres. Abandona el grupo por casarse con una fulana en Las Vegas, no vaya a ser que nos quede alguna duda de quién es y qué representa. Muy comedido todo.
- Uno con pinta de gay reprimido, y que quizás por eso sueña con ser marine. Su final es el más hilarante, dejándolo todo por una jornada con sus futuros compañeros de cuerpo en el Disney de California.
- El malo. Prepotente y altivo, se cree mejor que los demás y desprecia con total intención a la Tyler. Porque, como siempre, de su desprecio depende que todos aprobemos que la futura elfa acabe con el prota. Una vez más, personaje pasado de vueltas, y cuyos defectos se nos repiten escena tras escena por si no nos habían quedado claros.
De secundarios tenemos a habituales como la familia humilde pero bonachona que sigue la carrera de su hijo desde el sofá de casa, o el botones gracioso que empatiza con la pareja protagonista y lanza coletillas simpaticonas.
Este "nada nuevo bajo el sol" es el que provocará deserciones entre quienes no sientan cariño por las premisas antes citadas.
En resumidas cuentas, son tres chalados y un cuerdo. Y el cuerdo es el único que sobrevive a la fama y al que se le intuye una proyección futura. Es el más inteligente, le gusta el jazz -que en películas así es sinónimo de gustos musicales selectos-, y se para a pensar las cosas antes de hacerlas. También tiene ese aura de soberbia de quien se sabe mejor que sus compañeros e intuye que, al final, se llevará a la cama a Lyv Tyler.
Los otros tres son:
- Un ligón con aspiraciones a ludópata. Y para que quede claro, persigue a las chicas con desmesurado afán y lo vemos jugar cada dos por tres. Abandona el grupo por casarse con una fulana en Las Vegas, no vaya a ser que nos quede alguna duda de quién es y qué representa. Muy comedido todo.
- Uno con pinta de gay reprimido, y que quizás por eso sueña con ser marine. Su final es el más hilarante, dejándolo todo por una jornada con sus futuros compañeros de cuerpo en el Disney de California.
- El malo. Prepotente y altivo, se cree mejor que los demás y desprecia con total intención a la Tyler. Porque, como siempre, de su desprecio depende que todos aprobemos que la futura elfa acabe con el prota. Una vez más, personaje pasado de vueltas, y cuyos defectos se nos repiten escena tras escena por si no nos habían quedado claros.
De secundarios tenemos a habituales como la familia humilde pero bonachona que sigue la carrera de su hijo desde el sofá de casa, o el botones gracioso que empatiza con la pareja protagonista y lanza coletillas simpaticonas.
Este "nada nuevo bajo el sol" es el que provocará deserciones entre quienes no sientan cariño por las premisas antes citadas.
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