El joven manos de tijera
1990 

7.7
121,975
Fantástico. Drama. Romance
Durante una noche de Navidad, una anciana le cuenta a su nieta la historia de Eduardo Manostijeras (Johnny Depp), un muchacho creado por un extravagante inventor (Vincent Price) que no pudo acabar su obra, dejando al joven con cuchillas en lugar de dedos. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2007
4 de noviembre de 2007
47 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda alguna, la historia más mágica y romántica que se haya hecho en la historia del cine, y les aseguro que no estoy de broma.
Mezclar dos géneros y combinarlos de manera que resulte una gran película es complicado, pero Tim Burton lo consiguió en este film.
La ambientación es fiel y clásica al estilo Burton.
Los personajes son característicos también del director: raros en aspecto externo (y no solo me refiero a eduardo) y tan humanos y normales por dentro. A destacar como siempre la gran actuación del inconmensurable Jonnhy Depp, que borda un papel difícil pero que únicamente lo podía hacer él.
El guión es simple pero fantástico a la vez.
La fotografía es maravillosa como en todas las películas del sr. Burton.
La BSO es magnífica y con un tema principal de los más emotivos que yo recuerde en cualquier otra película (exceptuando al de Braveheart).
En el spoiler comento dos escenas de la película que marcaron esta película y que seran recordadas para siempre.
Mezclar dos géneros y combinarlos de manera que resulte una gran película es complicado, pero Tim Burton lo consiguió en este film.
La ambientación es fiel y clásica al estilo Burton.
Los personajes son característicos también del director: raros en aspecto externo (y no solo me refiero a eduardo) y tan humanos y normales por dentro. A destacar como siempre la gran actuación del inconmensurable Jonnhy Depp, que borda un papel difícil pero que únicamente lo podía hacer él.
El guión es simple pero fantástico a la vez.
La fotografía es maravillosa como en todas las películas del sr. Burton.
La BSO es magnífica y con un tema principal de los más emotivos que yo recuerde en cualquier otra película (exceptuando al de Braveheart).
En el spoiler comento dos escenas de la película que marcaron esta película y que seran recordadas para siempre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A recordar las 2 escenas más sentimental y preciosa jamás rodadas:
1) Winona Ryder bailando bajo la nieve de Eduardo.
2) Eduardo, en la soledad; cortando el hielo de sus esculturas para producir la nieve que cae sobre el pueblo todas las navidades. (Os aseguro que esta escena me hizo llorar y es la mejor escena del film).
Gracias Tim por haber hecho esta obra de arte en tu maxima expresión. Tu mejor película sin dudarlo.
PD: y merci Tim porque en esta obra de culto salga en su último papel el sr. Vincent Price.
1) Winona Ryder bailando bajo la nieve de Eduardo.
2) Eduardo, en la soledad; cortando el hielo de sus esculturas para producir la nieve que cae sobre el pueblo todas las navidades. (Os aseguro que esta escena me hizo llorar y es la mejor escena del film).
Gracias Tim por haber hecho esta obra de arte en tu maxima expresión. Tu mejor película sin dudarlo.
PD: y merci Tim porque en esta obra de culto salga en su último papel el sr. Vincent Price.
5 de noviembre de 2009
5 de noviembre de 2009
35 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente el film más original y personal de Tim Burton (Burbank, 1958), considerado por algunos como una de las obras más hermosas del cine. El guión, de Carolina Thompson, desarrolla un argumento de Tim Burton y de la propia Carolina Thompson. Se rueda en escenarios exteriores de la ciudad de Lutz y en Dade City (Florida), con un presupuesto de 20 M USD. Es nominado a un Oscar (maquillaje). Producido por Tim Burton y Denise DiNovi para la Fox, se proyecta en sesión de preestreno el 6-XII-1990 (L.A.).
La acción dramática tiene lugar entre los últimos años 50 y primeros 60 del siglo pasado, en un lugar indeterminado de los EEUU. Pegg (Wiest), vendedora a domicilio de cosméticos Avon, y su marido Bill Boggs (Arkin) tienen una hija llamada Kim (Ryder), de la que está enamorado Jim (Hall). Un día Pegg encuentra en el desván del castillo donde vivía un sabio inventor (Price) un muñeco con vida llamado Eduardo Manostijeras (Deep), que ella decide llevar a su casa. Pegg es diligente, animosa y bondadosa, como corresponde a una transposición del hada buena. Bill, su marido, es el típico padre de clase media que, a causa del trabajo, se halla casi siempre ausente del hogar. Jim es musculoso, bravucón, envidioso, celoso y vengativo. Kim es ingenua, inexperta, manejable y veleidosa. Eduardo es tímido, está libre de toda maldad, tiene por manos unas tijeras, porque su creador muere antes de terminarlo. Es como un príncipe azul recluido en el cuerpo extravagante de un monstruo bondadoso y positivo.
El film suma comedia, drama, fantasía y romance. Se inspira en las historias de horror de la Hammer. Incluye referencias tomadas de Tod Browning y Walt Disney, de los centenarios cuentos de hadas paneuropeos, del mito de la bella y la bestia, del doctor loco, Frankenstein, Pinocho, etc. El resultado es una película conmovedora, maravillosa, extraña y admirable, que tiene un gran éxito de público y de crítica. Supone para el realizador su consagración como autor de primer orden dentro del género fantástico. No faltan toques de humor, como la simpática ninfomanía de Joyce (Baker).
Contrapone dos mundos opuestos y paralelos: el del mito representado por el castillo gótico semiderruido que domina la ciudad desde lo alto de una colina y el de la urbanización residencial, habitada por la mediocridad, la insignificancia, el convencionalismo, la vulgaridad y la superficialidad. La apariencia física del lugar se inspira en Burbank (CA), lugar de nacimiento de Burton. Incorpora todos los elementos propios de los cuentos milenarios: castillo, monstruo, doncella, multitud encolerizada, amor entre opuestos, etc.
La acción dramática tiene lugar entre los últimos años 50 y primeros 60 del siglo pasado, en un lugar indeterminado de los EEUU. Pegg (Wiest), vendedora a domicilio de cosméticos Avon, y su marido Bill Boggs (Arkin) tienen una hija llamada Kim (Ryder), de la que está enamorado Jim (Hall). Un día Pegg encuentra en el desván del castillo donde vivía un sabio inventor (Price) un muñeco con vida llamado Eduardo Manostijeras (Deep), que ella decide llevar a su casa. Pegg es diligente, animosa y bondadosa, como corresponde a una transposición del hada buena. Bill, su marido, es el típico padre de clase media que, a causa del trabajo, se halla casi siempre ausente del hogar. Jim es musculoso, bravucón, envidioso, celoso y vengativo. Kim es ingenua, inexperta, manejable y veleidosa. Eduardo es tímido, está libre de toda maldad, tiene por manos unas tijeras, porque su creador muere antes de terminarlo. Es como un príncipe azul recluido en el cuerpo extravagante de un monstruo bondadoso y positivo.
El film suma comedia, drama, fantasía y romance. Se inspira en las historias de horror de la Hammer. Incluye referencias tomadas de Tod Browning y Walt Disney, de los centenarios cuentos de hadas paneuropeos, del mito de la bella y la bestia, del doctor loco, Frankenstein, Pinocho, etc. El resultado es una película conmovedora, maravillosa, extraña y admirable, que tiene un gran éxito de público y de crítica. Supone para el realizador su consagración como autor de primer orden dentro del género fantástico. No faltan toques de humor, como la simpática ninfomanía de Joyce (Baker).
Contrapone dos mundos opuestos y paralelos: el del mito representado por el castillo gótico semiderruido que domina la ciudad desde lo alto de una colina y el de la urbanización residencial, habitada por la mediocridad, la insignificancia, el convencionalismo, la vulgaridad y la superficialidad. La apariencia física del lugar se inspira en Burbank (CA), lugar de nacimiento de Burton. Incorpora todos los elementos propios de los cuentos milenarios: castillo, monstruo, doncella, multitud encolerizada, amor entre opuestos, etc.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
A lo largo del relato se tratan temas tan interesantes como la tendencia de los seres humanos a proyectar rechazo sobre la diferencia, la estigmatización de las personas que no se ajustan a los patrones convencionales, la marginación y exclusión social de las mismas, su persecución como causantes de males imaginarios, su utilización frecuente como chivos expiatorios, su empleo como víctimas de calumnias, etc. Muestra la dolorosa soledad de los diferentes, la hipocresía de la sociedad, el amor como causa de satisfacción y dolor, la complejidad y la oscura crueldad del mundo de los prejuicios, la importancia de la imaginación y la fantasía, la necesidad de asumir la diferencia y de integrar a las personas con discapacidad, la riqueza interior y el cúmulo de capacidades que suelen ocultarse tras las diferencias aparentes, etc. Glosa la necesidad biológica de los seres humanos de tener descendencia y el mito de la creación artificial de la vida, propio del género fantástico.
El relato presenta una buena construcción de caracteres, una opción muy interesante a favor de un planteamiento orientado a la profundidad, el análisis crítico, la superación de las apariencias engañosas, la ética de la comprensión y la solidaridad, la reivindicación de la fantasía, etc. La carga de la narración recae sobre Pegg, con lo que la historia se desgrana desde un punto de vista único, coherente y cautivador. Se hace uso del flashback y del flashback dentro del flashback.
La banda sonora, de Danny Elfman (“Charlie y la fábrica de chocolate”, 2005), ofrece una partitura de 17 cortes, que acompañan el film con precisión y sentido de la oportunidad. Destacan los temas “The Grand Finale”, “Beautiful World”, “Esmeralda” y otros. La fotografía, de Stefan Czapsky (“Batman vuelve”, 1992), en color, muestra preferencia por los tonos suaves y difuminados. Crea una cinta llena de encanto visual, original, insólita y deliciosa.
Bibliografia
Hilario J. RODRÍGUEZ, “Eduardo Manostijeras”, libreto DVD, 32 págs., Notorious ed., Madrid 2009.
Marcos MARCOS AZA, “Eduardo Manostijeras”, ‘Tim Burton’ pág. 121-141, Cátedra ed., Madrid 2007.
Joanna BERRY, “Eduardo Manostijeras”, ‘1.001 películas que hay que ver antes de morir’, pág. 797, Grijalbo ed., Barcelona 2006 (quinta edición).
Daniel MONZÓN, “”Eduardo Manostijeras”, ‘Antología crítica’, pág. 243-244, T&B ed., Madrid 2002.
El relato presenta una buena construcción de caracteres, una opción muy interesante a favor de un planteamiento orientado a la profundidad, el análisis crítico, la superación de las apariencias engañosas, la ética de la comprensión y la solidaridad, la reivindicación de la fantasía, etc. La carga de la narración recae sobre Pegg, con lo que la historia se desgrana desde un punto de vista único, coherente y cautivador. Se hace uso del flashback y del flashback dentro del flashback.
La banda sonora, de Danny Elfman (“Charlie y la fábrica de chocolate”, 2005), ofrece una partitura de 17 cortes, que acompañan el film con precisión y sentido de la oportunidad. Destacan los temas “The Grand Finale”, “Beautiful World”, “Esmeralda” y otros. La fotografía, de Stefan Czapsky (“Batman vuelve”, 1992), en color, muestra preferencia por los tonos suaves y difuminados. Crea una cinta llena de encanto visual, original, insólita y deliciosa.
Bibliografia
Hilario J. RODRÍGUEZ, “Eduardo Manostijeras”, libreto DVD, 32 págs., Notorious ed., Madrid 2009.
Marcos MARCOS AZA, “Eduardo Manostijeras”, ‘Tim Burton’ pág. 121-141, Cátedra ed., Madrid 2007.
Joanna BERRY, “Eduardo Manostijeras”, ‘1.001 películas que hay que ver antes de morir’, pág. 797, Grijalbo ed., Barcelona 2006 (quinta edición).
Daniel MONZÓN, “”Eduardo Manostijeras”, ‘Antología crítica’, pág. 243-244, T&B ed., Madrid 2002.
7 de febrero de 2008
7 de febrero de 2008
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuento de hadas macabro, a lo Burton, donde el "patito feo" del cuento haría correr de miedo a Jack el Destripador. Eduardo Manostijeras es un símbolo del propio Burton: alguien lo bastante diferente como para no poder ser uno más entre la plebe. Un freak cuyas visibles diferencias provocan simultáneamente el rechazo y la fascinación. Es precisamente aquello que le diferencia de todos los demás lo mismo que le permite ser quien es, y de ahí la eterna contradicción del personaje, que sólo puede redimirse en el amor. Es la historia romántica más intensa que puede verse con unos diálogos tan simples, gracias a la empatía que insufla Johnny Deep en cada mueca, a la admirada compasión que despierta Edward, y a nuestra necesidad secreta, y tan a menudo olvidada, de ser aceptados por aquello que somos, a pesar de lo que somos, y por lo que sabemos hacer, más allá y en contra de lo que los demás esperan de nosotros, y de lo que el canon dice que es lo "atractivo". Es con ello una ácida e incisiva crítica al ser social, disfrazada de ingenuas formas y gamberros decorados. Una historia de amor naïf, desgarradoramente humana, y de indisimulado y atrevido romanticismo: ¿de dónde viene la nieve? Se ha dicho todo ya sobre esta película. Por mi parte, sólo añadir que (pues era éste mi único sorprendido comentario, volviendo a verla catorce años después, pero como tal comentario aislado la validadora en cuestión no me podía permitir publicar a secas ;), decir que, aunque no me pasa nunca con el cine, esta peli yo tengo que verla a solas. Cada vez que la veo lloro como un mocoso.
30 de marzo de 2009
30 de marzo de 2009
30 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo que la primera vez que observé (no vi) este bello cuento invernal, era efectivamente, invierno y Navidad. La primera escena, la del inventor, simplemente me pareció un milagro, una llamada inconsciente a los recuerdos más recóndidos de una época en la que realmente creía en las hadas. Hoy día, vuelvo a verla y sigue pareciéndome inexplicable su magia y la manera en que está lograda y sobre todo, la inmensa emoción del redescubrimiento que sigue despertando en mi subconsciente.
Tim Burton homejea a su muy burtoniana manera el mito de Frankenstein, otorgándole un aura mágica y provinciana y fascinante y vulgar donde las casitas estilo lego conviven con castillos cercados por setos en forma de dragón, donde las marujas aburridas se dan la mano con la intuición de lo extraordinario, donde las adolescentes caprichosas encuentran el amor en brazos del más extraño de los extraños. Nuestro mundo real, tan prosaico, aburrido y ordenado y su asombro al descubrir que todavía late en él la posibilidad de lo inimaginable.
Sobresale Johnny Depp en una fábula que rebosa atemporalidad y que nos cuenta, entre otras cosas, lo jodido que es el ser, lo triste que puede llegar a ser el existir, la capacidad eterna de ser sorprendido por los imposibles y por último, pero no menos importante, la más hermosa y mentirosa explicación posible para el origen de la nieve.
Como a todas las de Burton, le falla a ratos el guión, pero no nos damos mucha cuenta hasta que se disipan los efectos de su hechizo.
Tim Burton homejea a su muy burtoniana manera el mito de Frankenstein, otorgándole un aura mágica y provinciana y fascinante y vulgar donde las casitas estilo lego conviven con castillos cercados por setos en forma de dragón, donde las marujas aburridas se dan la mano con la intuición de lo extraordinario, donde las adolescentes caprichosas encuentran el amor en brazos del más extraño de los extraños. Nuestro mundo real, tan prosaico, aburrido y ordenado y su asombro al descubrir que todavía late en él la posibilidad de lo inimaginable.
Sobresale Johnny Depp en una fábula que rebosa atemporalidad y que nos cuenta, entre otras cosas, lo jodido que es el ser, lo triste que puede llegar a ser el existir, la capacidad eterna de ser sorprendido por los imposibles y por último, pero no menos importante, la más hermosa y mentirosa explicación posible para el origen de la nieve.
Como a todas las de Burton, le falla a ratos el guión, pero no nos damos mucha cuenta hasta que se disipan los efectos de su hechizo.
18 de abril de 2008
18 de abril de 2008
83 de 146 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya algunos años, me solía reunir cada sábado en la mañana o la tarde (las mareas mandan) en la playa con mis coleguillas para echar nuestro partido de fútbol semanal.
Buenos tiempos aquellos en donde disputábamos grandes pachangas futboleras en las que nos pegábamos más de tres horas dándole al balón (lo que hacen los 20 añitos). Éramos catorce. Y en un momento, mientras peloteábamos para entrar en calor, hacíamos dos equipos de siete.
En el grupo, había un tal Gonzalo. El chaval tenía un regate envidiable, una zancada descomunal, un juego de cintura increíble, una pegada potente, una puntería certera... todos lo veíamos como un jugador espectacular; no se podía negar. El fútbol lo dominaba como pocos. Si a cualquiera de los otros amigos, le preguntaras hoy quien de todos nosotros era el jugador más completo, el más bueno; yo creo que sin pensar mucho en la respuesta te dirían que Gonzalo era el mejor.
Sin embargo, nadie lo quería en su equipo. Y es que Gonzalo era dueño del peor defecto que se puede tener en todo deporte en el que se juegue en equipo; cuando tocaba la pelota, agachaba la cabeza y no soltaba el balón hasta que metiera gol o la perdiera. Ya podía estar rodeado por un muro de contrarios, que aunque tú estuvieras desmarcado y sólo ante el portero, Gonzalo prefería atravesar la barrera humana, antes que optar por un sencillo pase.
Entonces, me pregunto yo... ¿Gonzalo era buen jugador? La respuesta sin duda alguna es no; no era buen jugador. Su gran habilidad con la pelota, los rumores sobre su extraordinaria calidad... todo eso disfrazaba lo pésimo que era como futbolista.
A Eduardo manostijeras le pasa algo parecido;
Está envuelta en ese mundo fantasioso y gótico que tan excepcionalmente sabe retratar Burton; cuenta con un actor principal, Johnny Depp, que tiene una habilidad innata para meterse al público en el bolsillo; la banda sonora es de lujo; la intro es hermosísima; la trama es original; la fachada de manostijeras crea simpatizantes por sí sola, y sobre todo cuenta con el rumor de "película soberana"... pero a la hora de la verdad es una peli del montón. Incluso tiene momentos que son verdaderamente mediocres.
Al igual que como pasa con Gonzalo, la primera respuesta que daría sin pensarlo fríamente sería que Eduardo manostijeras es una muy buena película. Pero quítale las cuatro florituras, a ver que nos queda.
Buenos tiempos aquellos en donde disputábamos grandes pachangas futboleras en las que nos pegábamos más de tres horas dándole al balón (lo que hacen los 20 añitos). Éramos catorce. Y en un momento, mientras peloteábamos para entrar en calor, hacíamos dos equipos de siete.
En el grupo, había un tal Gonzalo. El chaval tenía un regate envidiable, una zancada descomunal, un juego de cintura increíble, una pegada potente, una puntería certera... todos lo veíamos como un jugador espectacular; no se podía negar. El fútbol lo dominaba como pocos. Si a cualquiera de los otros amigos, le preguntaras hoy quien de todos nosotros era el jugador más completo, el más bueno; yo creo que sin pensar mucho en la respuesta te dirían que Gonzalo era el mejor.
Sin embargo, nadie lo quería en su equipo. Y es que Gonzalo era dueño del peor defecto que se puede tener en todo deporte en el que se juegue en equipo; cuando tocaba la pelota, agachaba la cabeza y no soltaba el balón hasta que metiera gol o la perdiera. Ya podía estar rodeado por un muro de contrarios, que aunque tú estuvieras desmarcado y sólo ante el portero, Gonzalo prefería atravesar la barrera humana, antes que optar por un sencillo pase.
Entonces, me pregunto yo... ¿Gonzalo era buen jugador? La respuesta sin duda alguna es no; no era buen jugador. Su gran habilidad con la pelota, los rumores sobre su extraordinaria calidad... todo eso disfrazaba lo pésimo que era como futbolista.
A Eduardo manostijeras le pasa algo parecido;
Está envuelta en ese mundo fantasioso y gótico que tan excepcionalmente sabe retratar Burton; cuenta con un actor principal, Johnny Depp, que tiene una habilidad innata para meterse al público en el bolsillo; la banda sonora es de lujo; la intro es hermosísima; la trama es original; la fachada de manostijeras crea simpatizantes por sí sola, y sobre todo cuenta con el rumor de "película soberana"... pero a la hora de la verdad es una peli del montón. Incluso tiene momentos que son verdaderamente mediocres.
Al igual que como pasa con Gonzalo, la primera respuesta que daría sin pensarlo fríamente sería que Eduardo manostijeras es una muy buena película. Pero quítale las cuatro florituras, a ver que nos queda.
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