Bully
6.1
3,815
Drama
Nueva y cruda película del controvertido Larry Clark sobre el mundo adolescente, basada en hechos reales sucedidos en 1993. Una pareja de adolescentes de una pequeña ciudad, Bobby Kent y Marty Puccio, se conocen de siempre. Juntos hacen trabajos sin futuro, se dedican a las drogas y a la prostitución en los bares gays del barrio, venden videos porno caseros y sexo telefónico homosexual por dinero y por diversión. Bobby es un sádico, un ... [+]
23 de marzo de 2008
23 de marzo de 2008
19 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras haber demostrado Larry Clark que poseía cierto talento para el cine que venía desarrollando, llegó "Bully", film recostado en un endeble guión que ni el propio Clark supo levantar.
Sus primeros minutos parecen verdaderamente interesantes, pese a lo cotidiano de algunas de las situaciones que nos presenta el realizador norteamericano, pues posee un punto de partida verdaderamente sugestivo, donde el buen desarrollo de los personajes pueden hacer pensar que nos encontramos ante una propuesta sumamente buena.
Sin embargo, pronto empiezan a llegar los problemas: La obra empieza a llenarse de personajes vagamente desarrollados, cuya intención resulta tan insignificante como efímera, la historia comienza a dar muestras de no saber exactamente a donde dirigirse o como renovarse, y el mismísimo Clark obvia temas interesantísimos que habrían dado un magnífico juego dadas las características del film que nos otorga (1).
Luego llega el final, donde la resolución resulta excesiva, el comportamiento de algunos personajes verdaderamente pueril y repulsivo (2) y el esperadísimo final bien sentenciado, pese al poco trabajo dedicado a desarrollar algunos de sus protagonistas o las incomprensibles actuaciones de otros que se me antojan totalmente estúpidas (3).
Eso sí, Larry Clark remata de un modo conciso e inteligente.
Echada a perder.
Sus primeros minutos parecen verdaderamente interesantes, pese a lo cotidiano de algunas de las situaciones que nos presenta el realizador norteamericano, pues posee un punto de partida verdaderamente sugestivo, donde el buen desarrollo de los personajes pueden hacer pensar que nos encontramos ante una propuesta sumamente buena.
Sin embargo, pronto empiezan a llegar los problemas: La obra empieza a llenarse de personajes vagamente desarrollados, cuya intención resulta tan insignificante como efímera, la historia comienza a dar muestras de no saber exactamente a donde dirigirse o como renovarse, y el mismísimo Clark obvia temas interesantísimos que habrían dado un magnífico juego dadas las características del film que nos otorga (1).
Luego llega el final, donde la resolución resulta excesiva, el comportamiento de algunos personajes verdaderamente pueril y repulsivo (2) y el esperadísimo final bien sentenciado, pese al poco trabajo dedicado a desarrollar algunos de sus protagonistas o las incomprensibles actuaciones de otros que se me antojan totalmente estúpidas (3).
Eso sí, Larry Clark remata de un modo conciso e inteligente.
Echada a perder.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
(1) Como, por ejemplo, el embarazo de Lisa, que queda como un hecho carente de importancia a mitad de film.
(2) Lisa regocijándose tras haber matado a Bobby con sus compañeros, algo verdaderamente patético
(3) ¿Que hace Lisa en casa hablando por teléfono de un asesinato, con tal condescendencia en medio del salón? Increíble.
(2) Lisa regocijándose tras haber matado a Bobby con sus compañeros, algo verdaderamente patético
(3) ¿Que hace Lisa en casa hablando por teléfono de un asesinato, con tal condescendencia en medio del salón? Increíble.
1 de enero de 2013
1 de enero de 2013
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
De las tres películas que he visto de este director (Kids y Ken Park además de ésta), es para mi gusto el producto más redondo y efectivo de este controvertido realizador. Sinceramente, leo las críticas de reputados profesionales del ramo y me quedo atónito ante lo que se dice en ellas, no ya por la valoración que se hace de ella, ya que esto es algo obviamente subjetivo y enteramente opinable, sino por el análisis formal y sobre todo de contenido que hacen de la película. Se habla en ellas de una cierta apología de los comportamientos y personajes principales que componen la película y aún más, en algunos casos se bordea el juicio moral (casi se podría decir la condenación moral) del film y su creador...
Sinceramente me resulta decepcionante, desde el más humilde de los criterios, (el de un mero aficionado que se acerca a este mundo con mucha curiosidad pero sobre todo con mucho desconocimiento) lo poco profesionales, objetivas y significativas que pueden llegar a ser las opiniones de ciertos personajes (me niego a llamarlos críticos), puedo garantizar a todo el que me lea que nada más lejos de la realidad y si esta es la crítica y el criterio (al menos parte de la crítica americana) que nos debe guiar a los noveles y aficionados en estas lides por los complicados vericuetos de este arte, merece la pena apearse de ese carro y caer definitiva y enteramente en brazos de la crítica "amateur"como la representada en esta página. Quiero creer que se trata más de un problema cultural, generacional, etc. y su posible interacción con el poco convencional cine de este realizador.
Siento esta disertación previa que poco o nada tiene que ver con la película en sí, pero me parecía conveniente avisar a navegantes de que, al menos en este caso ( y últimamente en otros muchos casos), cualquier parecido entre la realidad de la película y lo dicho por varios críticos de ella es mera coincidencia. Esta película no describe sólo a unos adolescentes ensimismados, describe una sociedad entera, esta película no justifica ni enaltece nada sólo lo describe de manera hiperealista, al punto de que la película (al igual que ocurre con algunos momentos de Kids) se prende al alma del espectador más como una experiencia o percepción propia, como si se fuera espectador de pura vida en lugar de simplemente una serie de imágenes e historias inconexas con la experiencia real, esta película no se ve, más bien se siente, se padece.
Al inicio de mi exposición me he referido a la película como producto y me reitero en ello, a pesar de no ser el típico producto al uso de la industria americana, su director no rehuye nunca de la sociedad de imagen y de consumo en que nos hayamos inmersos, todo lo contrario se recrea y regodea en ella, de manera que siendo un exponente más de esta cultura, de la que nunca reniega, es capaz de profundizar en ella, de mostrarla descarnada, de manera que se convierte en juez y parte de nuestra sociedad actual. Este regodeo en valores, imágenes y contenidos típicos de la actual industria de la comunicación y el entretenimiento no hace más que incidir en la experiencia hiper-realista y vivencial del film, pues hoy día nuestra percepción, pensamiento y experiencia diaria es cada vez más inseparable (a este ritmo, según algunos, llegara a ser indistinguible) de la que recibimos a través de los medios.
Lo que es claro es que la película no entra en ningún caso en juicios morales o de valor, cuanto menos enaltece los hechos expuestos en ella, simplemente se limita a describir y analizar unos acontecimientos de una forma que, sin ser ni fría ni aséptica como un bisturí, es más bien una especie de cuchillo mellado y oxidado, si que disecciona comportamientos, motivaciones, emociones, etc., como digo sin frialdad ni excesiva distancia pero tampoco sin el más leve atisbo de pasión o empatía por lo allí narrado.
Para mi es un film precursor, clave para entender cierta nueva corriente hiper-realista que a mi entender puede dar mucho que hablar en el futuro y que ya está dando muchos frutos en el presente (Blue vallentine, Drive, I'm still here, Two lovers, etc.), consigue prenderse del espectador a través de sus magnéticas imágenes, no sólo en el momento del visionado sino mucho más allá, creando en éste una experiencia tan real como desazonadora.
Sinceramente me resulta decepcionante, desde el más humilde de los criterios, (el de un mero aficionado que se acerca a este mundo con mucha curiosidad pero sobre todo con mucho desconocimiento) lo poco profesionales, objetivas y significativas que pueden llegar a ser las opiniones de ciertos personajes (me niego a llamarlos críticos), puedo garantizar a todo el que me lea que nada más lejos de la realidad y si esta es la crítica y el criterio (al menos parte de la crítica americana) que nos debe guiar a los noveles y aficionados en estas lides por los complicados vericuetos de este arte, merece la pena apearse de ese carro y caer definitiva y enteramente en brazos de la crítica "amateur"como la representada en esta página. Quiero creer que se trata más de un problema cultural, generacional, etc. y su posible interacción con el poco convencional cine de este realizador.
Siento esta disertación previa que poco o nada tiene que ver con la película en sí, pero me parecía conveniente avisar a navegantes de que, al menos en este caso ( y últimamente en otros muchos casos), cualquier parecido entre la realidad de la película y lo dicho por varios críticos de ella es mera coincidencia. Esta película no describe sólo a unos adolescentes ensimismados, describe una sociedad entera, esta película no justifica ni enaltece nada sólo lo describe de manera hiperealista, al punto de que la película (al igual que ocurre con algunos momentos de Kids) se prende al alma del espectador más como una experiencia o percepción propia, como si se fuera espectador de pura vida en lugar de simplemente una serie de imágenes e historias inconexas con la experiencia real, esta película no se ve, más bien se siente, se padece.
Al inicio de mi exposición me he referido a la película como producto y me reitero en ello, a pesar de no ser el típico producto al uso de la industria americana, su director no rehuye nunca de la sociedad de imagen y de consumo en que nos hayamos inmersos, todo lo contrario se recrea y regodea en ella, de manera que siendo un exponente más de esta cultura, de la que nunca reniega, es capaz de profundizar en ella, de mostrarla descarnada, de manera que se convierte en juez y parte de nuestra sociedad actual. Este regodeo en valores, imágenes y contenidos típicos de la actual industria de la comunicación y el entretenimiento no hace más que incidir en la experiencia hiper-realista y vivencial del film, pues hoy día nuestra percepción, pensamiento y experiencia diaria es cada vez más inseparable (a este ritmo, según algunos, llegara a ser indistinguible) de la que recibimos a través de los medios.
Lo que es claro es que la película no entra en ningún caso en juicios morales o de valor, cuanto menos enaltece los hechos expuestos en ella, simplemente se limita a describir y analizar unos acontecimientos de una forma que, sin ser ni fría ni aséptica como un bisturí, es más bien una especie de cuchillo mellado y oxidado, si que disecciona comportamientos, motivaciones, emociones, etc., como digo sin frialdad ni excesiva distancia pero tampoco sin el más leve atisbo de pasión o empatía por lo allí narrado.
Para mi es un film precursor, clave para entender cierta nueva corriente hiper-realista que a mi entender puede dar mucho que hablar en el futuro y que ya está dando muchos frutos en el presente (Blue vallentine, Drive, I'm still here, Two lovers, etc.), consigue prenderse del espectador a través de sus magnéticas imágenes, no sólo en el momento del visionado sino mucho más allá, creando en éste una experiencia tan real como desazonadora.
27 de julio de 2012
27 de julio de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la misma manera que Korine en Gummo, en esta película Clark apuesta por un cine realista dada la época en que vivimos, muestra una juventud sin sueños ni aspiraciones que viven el día a día en su rutina donde que "nunca pasa nada" es lo único que pasa. No puedo dejar de pensar de manera semejante que esa nada que no sucede es precisamente lo que enriquece este tipo de filmes: solo hay realidad. No vamos a encontrarnos ningún tipo de moral circunscrita - en los personajes principales, en los secundarios por supuesto que hay éticas marcadas. Si Bully recibe un 6 es porque podría haberse aprovechado mucho más esa "nada" en la fotografía, en el guión, en la caracterización psicológica de los actores (por eso la nota es baja). Pero lleva la puntuación que lleva porque da precisamente lo que se busca en este tipo de cine: jóvenes sin nada más que su nada cotidiana. Estamos muy acostumbrados a que las películas traten de "algo" y hagan mil florituras para conseguir llegar hasta ese punto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Sin embargo, aquí el asesinato - que es la clave de la película - transcurre en un santiamén, mientras la planificación precoz y cambiante de las opiniones de los colegas va cambiando según les cunde o no les cunde contar las cosas, es decir, cada uno va buscando la manera de salir lo menos perjudicado posible al final, aunque al principio todos quieren dar el golpe de gracia.
9 de mayo de 2011
9 de mayo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Larry Clark sigue en ‘Bully’ (2001) con su empecinamiento, sin encontrar ningún tipo de evolución en su cine, en retratar la adolescencia desde distintas dimensiones, aunque siempre compartiendo un mismo rasgo: es un grupo penitente, lleno de dolores, con muchas sombras y tinieblas, con una existencia calamitosa y errante.
A diferencia de ‘Kids’ (1995) y ‘Another day in paradise (1998), la cinta que aquí nos atañe acaba por aburrirme. La preocupación, en este caso, gravita en torno a una relación amistosa entre dos jóvenes, en la que uno de ellos ejerce un comportamiento tirano sobre el otro. Esta flagelante amistad propagará su malestar sobre el entorno de los muchachos, dinamitando todo en un final violento y agónico.
Reconociendo el poso de verdad que pueda existir en su relato, parece, no obstante, que la fórmula aquí falla, ahogándose el cineasta en su propio éxito. Y es que ‘Bully’ posee fuerza, tensión y dolor, pero los nuevos condimentos que aparecen aquí (violaciones continuas, maltratos por doquier, comportamientos cogidos con alfileres), buscando con ellos, de modo descarado, la provocación y el morbo barato, en lugar de la reflexión y la crítica, además de un mala, desincronizada y fría narración, hacen que esta película sea demasiado irregular y cansina.
A diferencia de ‘Kids’ (1995) y ‘Another day in paradise (1998), la cinta que aquí nos atañe acaba por aburrirme. La preocupación, en este caso, gravita en torno a una relación amistosa entre dos jóvenes, en la que uno de ellos ejerce un comportamiento tirano sobre el otro. Esta flagelante amistad propagará su malestar sobre el entorno de los muchachos, dinamitando todo en un final violento y agónico.
Reconociendo el poso de verdad que pueda existir en su relato, parece, no obstante, que la fórmula aquí falla, ahogándose el cineasta en su propio éxito. Y es que ‘Bully’ posee fuerza, tensión y dolor, pero los nuevos condimentos que aparecen aquí (violaciones continuas, maltratos por doquier, comportamientos cogidos con alfileres), buscando con ellos, de modo descarado, la provocación y el morbo barato, en lugar de la reflexión y la crítica, además de un mala, desincronizada y fría narración, hacen que esta película sea demasiado irregular y cansina.
28 de mayo de 2023
28 de mayo de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se aloja en la provocación, ya desde la primera escena. Durante los primeros minutos te conduce por espacios laterales donde la sexualidad aporta una nota que parece marcar su destino.
Cuando avanza lo hace evitando el compromiso con sus personajes, convirtiéndolos en marionetas de una idea fija cuyo desarrollo no concluye.
Me gusta el cine del desafío, la incitación. En realidad participo de ello en mi cotidianidad, incluyendo el sexo donde me uno a la marginalidad. Aquí todo parece impostado para generar una especie de reto con el espectador.
Le daré un 6 aún considerando que tal vez no lo merezca, pues lo que ofrece se va perdiendo en un evidente entretenimiento diluido.
Cuando avanza lo hace evitando el compromiso con sus personajes, convirtiéndolos en marionetas de una idea fija cuyo desarrollo no concluye.
Me gusta el cine del desafío, la incitación. En realidad participo de ello en mi cotidianidad, incluyendo el sexo donde me uno a la marginalidad. Aquí todo parece impostado para generar una especie de reto con el espectador.
Le daré un 6 aún considerando que tal vez no lo merezca, pues lo que ofrece se va perdiendo en un evidente entretenimiento diluido.
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