Red social
2010 

6.8
97,259
Drama
Una noche de otoño del año 2003, Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg), alumno de Harvard y genio de la programación, se sienta delante de su ordenador y empieza a desarrollar una nueva idea: TheFacebook. Lo que comenzó en la habitación de un colegio mayor pronto se convirtió en una revolucionaria red social. Seis años y 500 millones de amigos después, Zuckerberg es el billonario más joven de la historia. Pero a este joven emprendedor el ... [+]
20 de octubre de 2010
20 de octubre de 2010
189 de 284 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi me siento un friki haciendo esta crítica. Ojo, juro por lo más sagrado que no es una pose “snob”, pongo a Dios por testigo que no quiero distanciarme de la corriente general que alaba a gritos la última película de (mi querídisimo) Fincher y del brillante guionista Aaron Sorkin (“El ala oeste de la Casa Blanca”), pero es que me ha parecido lo de siempre. Si, vendido con la controversia de intentar conocer la esquiva y fascinante personalidad de Mark Zuckenberg, el billonario más joven de la humanidad, y creador de la red social más importante de internet, Facebook. Pero al final, no es más que una película de juicios, de demandas y de niñatos universitarios que se pegan unas fiestas de puta madre. Porque eso es todo. Eso sí, contado con una gran agilidad narrativa, con el empleo fastuoso de flashbacks y flashforwards desde varios puntos de vista, y con una banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross que merece figurar con letras de oro en las últimas partituras cinematográficas… pero es todo. Empeñar en intentar ver algo “nuevo” y “original” en esta película, sencillamente porque gira en torno al medio de comunicación que ha revolucionado la sociedad contemporánea…es un error. Porque esta película no habla de Facebook, sino del personaje que lo creo: un genial programador que paradójicamente, tenía problemas de relaciones sociales. Sinceramente, a mi eso no me parece tan interesante. Quiero decir, que lo que realmente me parecería fascinante es el proceso por el que Zuckenberg llegó a inventarse Facebook. Eso si me interesaría un huevo, estaría embobado viendo cómo mezcló los elementos básicos para esta revolución mental (cosa que vemos en el film solo de pasada y muy rápidamente). Pero ver las batallas legales por la propiedad intelectual y las indemnizaciones que Zuckenberg tuvo que pagar a sus excompañeros y examigos de facultad cuando su programa se convirtió en el mayor imperio de comunicación del planeta, por encima de Google o Microsoft… sinceramente, no me parece tan interesante. (SIGUE EN SPOILER)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Creo que cualquier libro de John Grisham da pautas argumentales sobre el derecho muchísimo más interesantes. Y si el film también buceara en la personalidad esquiva e introvertida del personaje creador de Facebook, también me interesaría. Pero ¡¡¡es que tampoco gira en torno a él!!! Una vez dicho esto, es de justicia reconocer el buen hacer de Fincher de principio a fin de la película, haciendo que las más de dos horas de duración se pasen volando, y logrando que la atención del espectador esté permanentemente fija en la historia. El problema es que la historia ya la hemos visto muuuchas veces en la pantalla (abogados, conciliaciones, demandas judiciales, enfrentamientos y careos entre personas que antes tenían una relación muy íntima…) y la cinta lo que cuenta es esencialmente eso. Resulta decepcionante que la impresionante operación de marketing realizado –y que ha sido toda una genialidad hacer una película de Facebook, asegurándose 500 millones de espectadores en todo el mundo, que solemos ser aproximadamente los usuarios de este medio de comunicación- luego nos encontremos solamente con eso: con una (floja) historia de universitarios que se enfrentan legalmente cuando uno pega el pelotazo. ¿Por qué Sorkin no se ha olvidado un poco de la novela de Mezrich y de su desmembramiento económico de Zuckenberg? ¿Por qué no se ha centrado en la génesis de esta nueva forma de comunicación, y en la personalidad de su creador? ¿Por qué Fincher, a pesar de dominar la imagen con su típica estética en tonos oscuros y ocres, siempre ha adoptado una posición fría, distante con su personaje protagonista, que además no cambia ni un ápice desde el comienzo de la película hasta el final? (esto es, alguien con las cosas muy claras que va por su objetivo pasando por encima de quien tenga que pasar, sin pestañear). Bueno, pues aún así, me quito el sombrero por la habilidad de vender lo de siempre una vez más, y hacer que la gente vaya al cine para ver la misma historia que ya hemos visto en infinidad de ocasiones en cine, televisión, documentales y un larguísimo etcétera. La única diferencia es que el litigio se hace sobre una empresa llamada Facebook. Es todo.
17 de octubre de 2010
17 de octubre de 2010
110 de 149 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por lo general el cine siempre nos habla del pasado o del futuro y si nos habla del presente, nos habla de conflictos bélicos o catástrofes humanas o naturales que rara vez nos pillan con el piloto de la implicación activo. Pero "La red social" no corresponde al pasado, ni al futuro, ni es un lejano suceso que afecta a algún país en el que no estamos. "La red social" es el Aquí y el Ahora. Está pasando y prácticamente todos los que aquí estamos somos parte de ello: por fin una película que habla de lo que verdaderamente se cuece a nivel global en el mundo.
Sin embargo, no quiero mover a error: "La red social" no es actual sólo porque se narre la génesis del Facebook sino porque lo que retrata va mucho más allá del suceso puntual. La película de Fincher viene a establecer un perfil actualizado de los intereses, ambiciones e individuos que mueven el cybercotarro hoy día y que debido a la naturaleza de la comunicación en la actualidad, podrían considerarse, a través de sus creaciones, las personas más influyentes del planeta.
Las personas más influyentes del planeta que son chavales recién salidos de la universidad y que acumulan demandas multimillonarias a edades en las que algunos acaban de sacarse el carnet de conducir.
El brillantísimo guión de Sorkin, una construcción maestra donde las buenas y viejas pasiones humanas se dan la mano con la apasionante revolución social que han traído consigo las nuevas tecnologías, es la pieza maestra de "La red social". La dirección de Fincher está para arropar ese magnífico guión sin agobiarlo con alardes, impecable este director incluso en la única escena en la que se permite personificarse (la de las regatas). Otro sorprendente placer es la música de Reznor (de Nine Inch Nails) y Atticus Ross, una banda sonora que se aprecia siempre por debajo de la narración, nunca en lugar de la misma.
Todos los actores están correctos, destacando con fuerza el cada vez más interesante Jesse Eisenberg, que está con un pie por detrás de la línea del estrellato. Tiene algún titubeo, pero hay un potencial enorme en este chico. ¿Alguien más adecuado que un actorazo precoz para interpretar a un precoz genio informático?
Ah, y a pesar de que el tema puede no resultar muy interesante a priori, no tengan reparos en ir a verla. Que por si fuera poco, es entretenidísima.
Dejen que "La red social" les agregue como espectadores y no se arrepentirán.
Sin embargo, no quiero mover a error: "La red social" no es actual sólo porque se narre la génesis del Facebook sino porque lo que retrata va mucho más allá del suceso puntual. La película de Fincher viene a establecer un perfil actualizado de los intereses, ambiciones e individuos que mueven el cybercotarro hoy día y que debido a la naturaleza de la comunicación en la actualidad, podrían considerarse, a través de sus creaciones, las personas más influyentes del planeta.
Las personas más influyentes del planeta que son chavales recién salidos de la universidad y que acumulan demandas multimillonarias a edades en las que algunos acaban de sacarse el carnet de conducir.
El brillantísimo guión de Sorkin, una construcción maestra donde las buenas y viejas pasiones humanas se dan la mano con la apasionante revolución social que han traído consigo las nuevas tecnologías, es la pieza maestra de "La red social". La dirección de Fincher está para arropar ese magnífico guión sin agobiarlo con alardes, impecable este director incluso en la única escena en la que se permite personificarse (la de las regatas). Otro sorprendente placer es la música de Reznor (de Nine Inch Nails) y Atticus Ross, una banda sonora que se aprecia siempre por debajo de la narración, nunca en lugar de la misma.
Todos los actores están correctos, destacando con fuerza el cada vez más interesante Jesse Eisenberg, que está con un pie por detrás de la línea del estrellato. Tiene algún titubeo, pero hay un potencial enorme en este chico. ¿Alguien más adecuado que un actorazo precoz para interpretar a un precoz genio informático?
Ah, y a pesar de que el tema puede no resultar muy interesante a priori, no tengan reparos en ir a verla. Que por si fuera poco, es entretenidísima.
Dejen que "La red social" les agregue como espectadores y no se arrepentirán.
28 de octubre de 2010
28 de octubre de 2010
71 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Fincher probablemente sea uno de los directores que mayor capacidad tiene de sorprenderme. Y la sorpresa, ya sea para bien o para mal, hoy en día , donde la monotonía lucha por hacerse un hueco en nuestras venas, es digno no tanto de mi admiración como de mi interés.
Y despierta mi interés por una sencilla razón, y es que sin entusiasmarme ninguna película suya, en cada una de ellas va dejando pistas que parecen presagiar que su gran película está cada vez más cerca. Y nos ponemos en la piel de Morgan Freeman ante el descubrimiento de un nuevo pecado capital, que no hace si no aumentar nuestras esperanzas de cara a su siguiente película.
Al espectador le puede sorprender leer en la misma frase Fincher y Facebook. Sin embargo, "La red social" no trata sobre la red social ni sobre el facebook. Trata sobre Mark Zucker, el creador de tal invento y que a la vez protagoniza la película. Pero el facebook no es más que el pretexto perfecto para que Fincher nos proponga una reflexión sobre las devastaciones morales y económicas, y sobre la arrolladora potencia creadora que puede degenerar el poder cuando emana de una mente no domesticable por los parámetros de la vida social.
Está estructurada de una forma original e inclasificable, como nos tiene acostumbrados ( "Zodiac" o "El curioso caso de Benjamin Baton" por ejemplo). Y con un ritmo del montaje y del guión vertiginoso , con unos diálogos cargados de ironía y sarcasmo que nos recuerdan a la estructura del cine clásico. Y todo para reflejar de manera compleja y resonante el tiempo en el que vivimos.
Ya tenemos otro pecado capital. Cada vez estás más cerca David, cuidado no nos vayas a sorprender ahora para mal.
Y despierta mi interés por una sencilla razón, y es que sin entusiasmarme ninguna película suya, en cada una de ellas va dejando pistas que parecen presagiar que su gran película está cada vez más cerca. Y nos ponemos en la piel de Morgan Freeman ante el descubrimiento de un nuevo pecado capital, que no hace si no aumentar nuestras esperanzas de cara a su siguiente película.
Al espectador le puede sorprender leer en la misma frase Fincher y Facebook. Sin embargo, "La red social" no trata sobre la red social ni sobre el facebook. Trata sobre Mark Zucker, el creador de tal invento y que a la vez protagoniza la película. Pero el facebook no es más que el pretexto perfecto para que Fincher nos proponga una reflexión sobre las devastaciones morales y económicas, y sobre la arrolladora potencia creadora que puede degenerar el poder cuando emana de una mente no domesticable por los parámetros de la vida social.
Está estructurada de una forma original e inclasificable, como nos tiene acostumbrados ( "Zodiac" o "El curioso caso de Benjamin Baton" por ejemplo). Y con un ritmo del montaje y del guión vertiginoso , con unos diálogos cargados de ironía y sarcasmo que nos recuerdan a la estructura del cine clásico. Y todo para reflejar de manera compleja y resonante el tiempo en el que vivimos.
Ya tenemos otro pecado capital. Cada vez estás más cerca David, cuidado no nos vayas a sorprender ahora para mal.
12 de noviembre de 2010
12 de noviembre de 2010
110 de 154 usuarios han encontrado esta crítica útil
Zuckerberg tuvo el acierto de diseñar una aplicación que extraía de Internet utilidades que hasta ese momento nadie había concebido. Eso le permitió forrarse. Un tipo muy listo, nadie lo va a negar. Y, además, en medio de un proceso legal, el que cuenta la película, que inundó millones de páginas –web y de las de toda la vida- . Pero sólo con echar un vistazo a una foto del verdadero personaje, que hace que Eisenberg parezca la encarnación de Apolo, o con leer alguna de las muchas entrevistas que circulan por ahí del tipo, es fácil darse cuenta de que no se trata de un perfil apasionante, precisamente. Un genio de la programación, vale. Y un niñato superdotado para lo de los unos y los ceros. ¿Eso le convierte en un pollo cinematografiable, en un modelo global? Si es así, yo me bajo.
Fincher es un gran director, con un talento espectacular para el montaje, las bandas sonoras y el manejo de la cámara. Eso, y la convincente interpretación de Eisenberg son las dos únicas cosas que han impedido que dejase de ver la película. ¿En serio que la gente se entusiasma con ella? ¿De verdad que la biografía de semejante lechuguino le parece apasionante al espectador, por mucha repercusión que haya tenido su invento? No me ha parecido más que el enésimo coñazo legalista a mayor gloria del amado American self made man.
¿Para cuándo un biopic en honor al inventor del papel higiénico? Porque limpiarse el culo es mucho menos tecnológico que facebook, pero bastante más necesario. De hecho, soy uno de los 6.500 millones de personas que no están en el invento de Zuckerberg. Aunque empiezo a tener mis dudas, porque, a juzgar por el embelesamiento de ciertas críticas, creo que hay gente que está, literalmente, que no caga con esta peli.
Fincher es un gran director, con un talento espectacular para el montaje, las bandas sonoras y el manejo de la cámara. Eso, y la convincente interpretación de Eisenberg son las dos únicas cosas que han impedido que dejase de ver la película. ¿En serio que la gente se entusiasma con ella? ¿De verdad que la biografía de semejante lechuguino le parece apasionante al espectador, por mucha repercusión que haya tenido su invento? No me ha parecido más que el enésimo coñazo legalista a mayor gloria del amado American self made man.
¿Para cuándo un biopic en honor al inventor del papel higiénico? Porque limpiarse el culo es mucho menos tecnológico que facebook, pero bastante más necesario. De hecho, soy uno de los 6.500 millones de personas que no están en el invento de Zuckerberg. Aunque empiezo a tener mis dudas, porque, a juzgar por el embelesamiento de ciertas críticas, creo que hay gente que está, literalmente, que no caga con esta peli.
17 de octubre de 2010
17 de octubre de 2010
86 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Fincher es un gran director. Su currículum lo avala sobradamente. Y precisamente por eso, incluso en sus proyectos fallidos (como 'Alien 3'... o en 'La red social') podemos encontrar cosas interesantes.
Efectivamente, en esta nueva película el director de Colorado vuelve a demostrar su calidad como realizador, puesto que es capaz de convertir en interesante un filme basado en una idea en principio bastante insípida para trasladarla a la gran pantalla (todo el farragoso y detallado proceso de creación de una empresa, por muy 'cool' y/o moderna que ésta sea). Y Fincher consigue que el filme se siga con relativo interés durante casi todo el metraje, e incluso tiene algún momento brillante (como la escena final).
Pero toda la película arrastra un pesado lastre, que es precisamente el que apuntamos al principio. Y es que no pocas veces se ha dicho aquello de que un buena historia puede ser destrozada por un pésimo director, pero pocas veces una insulsa idea puede transformarse en una gran película, por muy brillante que sea su realizador. Y aquí se cumple esta máxima perfectamente.
La película es un híbrido entre un filme judicial y una comedia adolescente (con algún momento hilarante que parece salido de la saga 'American Pie', y que no viene muy a cuento), aderezado con unas (pequeñas, vacuas y poco desarrolladas) reflexiones sobre la soledad, la amistad, y la traición. Lo que no basta para convertirla en la gran película que algunos dicen haber visto. Más o menos lo que le pasaba a 'Zodiac', con la que a mi entender guarda muchas similitudes. Quien encontró aquella sublime, disfrutará plenamente de esta película. Los que como yo, la encontramos simplemente correcta (y a ratos aburrida), opinarán más o menos lo mismo de esta nueva aventura cinematográfica de Fincher.
Efectivamente, en esta nueva película el director de Colorado vuelve a demostrar su calidad como realizador, puesto que es capaz de convertir en interesante un filme basado en una idea en principio bastante insípida para trasladarla a la gran pantalla (todo el farragoso y detallado proceso de creación de una empresa, por muy 'cool' y/o moderna que ésta sea). Y Fincher consigue que el filme se siga con relativo interés durante casi todo el metraje, e incluso tiene algún momento brillante (como la escena final).
Pero toda la película arrastra un pesado lastre, que es precisamente el que apuntamos al principio. Y es que no pocas veces se ha dicho aquello de que un buena historia puede ser destrozada por un pésimo director, pero pocas veces una insulsa idea puede transformarse en una gran película, por muy brillante que sea su realizador. Y aquí se cumple esta máxima perfectamente.
La película es un híbrido entre un filme judicial y una comedia adolescente (con algún momento hilarante que parece salido de la saga 'American Pie', y que no viene muy a cuento), aderezado con unas (pequeñas, vacuas y poco desarrolladas) reflexiones sobre la soledad, la amistad, y la traición. Lo que no basta para convertirla en la gran película que algunos dicen haber visto. Más o menos lo que le pasaba a 'Zodiac', con la que a mi entender guarda muchas similitudes. Quien encontró aquella sublime, disfrutará plenamente de esta película. Los que como yo, la encontramos simplemente correcta (y a ratos aburrida), opinarán más o menos lo mismo de esta nueva aventura cinematográfica de Fincher.
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