El misterio de Peacock

Ya van varias veces las que me han pasado y siempre juro que no me volverá a ocurrir. Espero aprender de una puñetera vez. Hay días que cuando llego al vídeo club me pongo exquisito y me las doy de importante y desecho las novedades, me pongo sibarita y entendido y me voy a buscar películas escondidas en los estantes con la esperanza de descubrir pequeñas joyas que hayan pasado inadvertidas para el gran público y para los críticos. Películas que ni aparezcan en las revistas de cine para, no sé, decir "Vaya peliculón que he descubierto". La verdad es que la inmensa mayoría de películas que he visto siguiendo este modus operandi han sido truños muy considerables.
Este no ha sido una excepción. Atraído por un reparto lleno de caras conocidas, me persuadieron de que el film podía ser interesante. Craso error. La película trata de un muchacho que vive solo en su casa en el pueblo de Peacock, un muchacho tímido y retraído que está traumatizado por los malos tratos que sufrió por parte de su madre. Este muchacho sufre un desdoblamiento de personalidad que hace que se disfrace de mujer en su casa, hasta que lo descubren los vecinos y se tiene que hacer pasar por la esposa de su yo "masculino". El argumento es, como poco, sorpresivo. Tras esto, el espectador es testigo de las declaraciones cada más raras de los distintos personajes, cada vez más truculentas.
El director y el guionista no consiguen nunca dar con el tono del film, ya que no se trata de una película de intriga ni de una película de misterio, ni de un drama, ni de una comedia... pero parece que mezcla elementos de todos ellos. Aparte, tiene una estética de telefilme que espanta.
El cast está muy desperdiciado. Susan Sarandon y Josh Lucas seguramente aparezcan obligados por algún contrato con la distribuidora o la productora, porque salen poco y no aportan nada. Ellen Page no da el tipo para su personaje y el que está fenomenal es Cillian Murphy en el papel protagonista y hay que decir lo bien que se le da al tío travestirse(tras "Desayuno en Plutón"), que está casi más guapa de mujer que lo que es de hombre. Ahora, lo que no tiene explicación es que los habitantes del pueblo no sospechen al ver lo que se parecen el marido y la mujer (podría haber dicho que era su prima) y que nunca estén juntos. Un poco raros (por no decir tontines) los habitantes de Peacock.
En definitva, un truño. La próxima vez que vaya a alquilar películas de este tipo me acordaré de esta para arrepentirme antes de que sea tarde.

Una película que podía haber estado bien, con un argumento de personalidad dual en la que una personalidad no sabe lo que hace la otra lo hemos visto con cierta frecuencia en el cine con más fortuna que en el caso presente.
La película intenta crear una atmósfera de intriga a través del paso de los minutos sin contar prácticamente nada.
Los personajes, en especial Susan Sarandon y el protagonista, están bien interpretados, pero la trama no tiene ningún interés y el metraje es excesivo para lo que cuenta.
En fin, una buena idea mal ejecutada.
No merece demasiado la pena.

Cillian Murphy da vida a un hombre que sufre doble personalidad. Vive dos vidas en una misma y nadie de la ciudad lo sabe.
Durante unas horas es un hombre trabajador y metódico, que no da ningún problema en el trabajo y que no causa ningún incidente en la calle. Durante el resto de horas es una ama de casa cuidadosa que se desvive por tener su casa impoluta, y la comida siempre caliente para cuando llegue su marido. Ambas vidas transcurren de forma paralela y en ningún momento se cruzan. Nunca ninguna de las dos partes sabe de la otra salvo las consecuencias.
Cillian Murphy realiza un trabajo soberbio. Sin lugar a dudas es lo mejor de todo el film. Realiza un desdoblamiento de personalidad magnífico, diferenciando perfectamente a cada personaje.
Con respecto a la historia, hay que decir que es bastante atrayente, pero existe algo que no consigue conectar del todo. No sabría explicar que es exactamente, pero conforme va a avanzando el metraje uno va notando que falta algo para que dé ese empujón.
Sin lugar a dudas se trata de una película que cuenta con una muy buena historia pero que no llega a funcionar del todo. Aunque hay que decir que lo mejor de todo es sin lugar a dudas las fantásticas interpretaciones de sus actores; sobre todo Cillian Murphy y Ellen Page.
En fin, película de trastornos psicólogicos que nos presenta a un personaje normal que en el fondo vive una vida totalmente diferente. La vida de una mujer que intenta salir de su interior y lucha contra su otro yo para encontrar su lugar en el mundo. Una batalla creada gracias a un pasado lleno de torturas. Una pena que la historia no funcione tan bien en la práctica como en la teoría.

Es muy pretenciosa. Te atrae con todo lo que ha hecho famosas a otras pelis añadiendo una soberbia interpretación de Murphy pero, resulta absurda y no llega a ninguna parte. Da la impresión de que podía haber sido genial y, al final te quedas sorprendido de la tontería en que se queda. Coincido con otros en que es inverosímil que NADIE se de cuenta del meollo principal, por mucho que su transformación sea tan exquisita que parezca que a su alter ego le maquilla un profesional del cine cada mañana...Hay muchos personajes que van y vienen y, por momentos crees que van a terminar por ser decisivos pero, nada...fiasco total. Nada resulta ser una gran sorpresa, ninguna trama termina por cerrarse y, todo el esfuerzo y la primitiva originalidad que te mantiene curiosa a la expectativa de ver cómo se resuelve, resulta una ser una soberana bobada que, como he dicho, no va a parar a ninguna parte. De nuevo usan el gancho de actores conocidos por participar y triunfar en producciones teóricamente arriesgadas y comprometidas (como muy de Sundance...) pero, si tienen la intensidad suficiente como para ser tenidos en cuenta ni, el guion les da esa oportunidad. Cabe averiguar si es premeditado (hacerles un hueco con un papelillo tonto para justificar su presencia) o, si les han tomado el pelo.... Sea como sea, el resultado es bastante simplón y, da más pena que otra cosa.

Extraño y tramposo filme cuyo principal atractivo reside en la doble interpretación de Cillian Murphy, uno de los actores más completos de las últimas hornadas del cine británico y, bajo mi punto de vista, también uno de los más subvalorados.

El filme de Michael Lander es un análisis, bastante superficial, de la bipolaridad extrema que sufre John (Murphy), un apocado trabajador de banco que lleva una vida anodina de cara a la gente, pero se viste de mujer dentro de su casa. Cuando un tren acaba invadiendo por accidente el jardín de su casa, su hasta ahora tranquila existencia se verá amenazada como nunca antes había experimentado.

El relato que construye Lander se centra en las relaciones de John con el mundo exterior, un mundo repleto de gente que vive unas costumbres que no logra entender, y que chocan con él desde el momento en que esos “intrusos” (como la Sarandon) entran en sus dominios. El secreto de su travestismo también se ve expuesto, y necesita grandes esfuerzos para mantener un estado de normalidad ante los demás.

El ritmo pausado y contemplativo del filme le da un cierto aire de lirismo y calidad de la que, sin embargo, carece; lo único interesante de la cinta es la interpretación de Cillian Murphy, pues la narración se pierde en divagaciones y en hechos mal explicados y poco claros.

“Peacock” podría haber llegado a ser mucho más si su planteamiento hubiera sido distinto. Si la apruebo es, única y exclusivamente, por el talento que Cillian Murphy derrocha una vez más.